Antes que nada, este pequeño Drabble va dedicado para Asamijaki por ser su cumpleaños 3
espero y te guste lo hice con todo mi amor para ti.
te quiero pequeña ilegal.
Un beso.
Había escuchado que había diferentes tipos de besos.
Pero no creía que hubiera un beso como él que estaba experimentando en esos momentos.
Bueno, no es que Hinata Shouyo hubiera besado antes, no nunca lo había hecho.
Esto era a lo que llamaban el primer beso y no, no contaban los besos que su linda hermana Natsu le dada en la mejilla demostrándole su cariño y cuanto le quería; tampoco contaban los besos en la frente que su madre le daba cuando estaba enfermo o desanimado, susurrándole que todo estaría bien como solo una madre puede hacerlo.
Era un beso, uno de verdad.
Por fin podría decir que había besado a alguien, porque sí. Ahora era todo un hombre.
Pero ahora no era eso lo que podría estar pensando, no, no lo era. Era lo de menos.
Estaba besando a un hombre; y no solo cualquier hombre, sino nada más y nada menos que a su Senpai, a Sugawara Koushi.
Sí, tal vez esto era un sueño.
Sí, sí, sí, sí.
Era un sueño, un muy buen y hermoso sueño como para ser verdad; tal vez solo su mente maquineaba sobre como un beso podría sentirse.
Sí, eso trataba de pensar.
¿Lo era verdad?
¿Un sueño?
No, dentro de todo aquel contacto, se llevó una mano al pecho para pellizcarse pero solo atino a arrugar su camisa deportiva mientras sentía el contacto de sus dedos por sobre su camisa en su pecho.
Estaba sensible, lo estaba.
En shock, estaba en shock.
Desde que había visto aquellos ojos marrones que le parecían hermosos enfocarse en los suyos, desde que desvió la vista solo para ver aquel lunar bajo su ojo izquierdo, recordando como siempre aquella leyenda que decía que "las personas con un lunar bajo el ojo estaba destinadas a llorar eternamente, en silencio, sin que nadie las notase" se preguntaba si acaso esa leyenda era verdad y si Suga lloraba en silencio. Aunque dejando de lado aquel pensamiento, podía sentir como la mano de Suga subía hasta sujetarle suavemente el brazo, como se encorvaba para estar a su altura, sentía su aliento sobre el suyo, sus narices chocar un poco como si fuera un beso de esquimal* como los que había visto en la tele, de esos que todos deseaban tener, sintiendo la nariz de Suga un poco fría.
Comparada con sus labios que ahora posaban sobre los suyos, eran suaves, como si de bombones de tratasen, eran dulces como la miel, eran amables como su dueño.
Sus sentidos estaban al cien; podía sentir la brisa chocando contra su cuerpo, podía escuchar el césped siendo llevado al compás del viento, podía escuchar su corazón latir demasiado fuerte como para que fuera escuchado por Suga.
Era algo inexplicable porque a pesar de que sabía de su entorno, lo que los rodeaba.
El después de sentir los labios de Suga sobre los de él había cerrado sus ojos dejándose llevar, dejándose conducir por aquellos labios que lo hacían estremecer con solo rozarse, porque juraba que fuera de ellos dos el tiempo corría sin detenerse, pero para él era eterno y maravilloso.
Sí, era su primer beso y era maravilloso porque la persona que le gustaba se lo daba.
Porque antes de aquel beso; pudo escuchar de los labios de Suga un:
—Lo siento Hinata, pero me gustas —para después caer en aquella burbuja perfecta para él.
Porque Suga le hacía sentir tranquilidad, confianza, amabilidad, le hacía sentir bien con cada palabra de aliento, con cada sonrisa amable que le dirigía, con cada mirada llena de amor que le era entregada a él.
Y para él estaba bien.
Porque jamás se le cruzó por la mente ser correspondido, jamás se le ocurrió gustarle a la misma persona, jamás pensó que aquella felicidad podría ser entregada a él.
Pero ahí estaba el, rompiendo el beso para decirle:
—También me gustas, Suga-san —Mientras volvían a unir sus labios en un casto beso.
