Los personajes son de Joan K. Rowling, aunque la historia es mía y la
escribo sin fines de lucro.
La felicidad es esto
Cuando mis padres compraron esta casa frente al mar pensé que debía enviarles una carta a mis amigos para que vinieran a pasar las vacaciones aquí. Pero solo tú viniste: Ron detesta el mar y Harry está demasiado ocupado en defenderse de Voldemort.
En el viaje en auto desde Londres hasta la playa no podía sacarte los ojos de encima. ¿Eras tú la que había cambiado o era yo? Habías crecido unos centímetros y tu voz ya no era la de una niña pequeña, en cuanto a mi, me fascinaste como nadie nunca lo hizo. Y sabes que soy muy enamoradiza, me han gustado Harry, Víctor Krum y Ron.
Al tercer día de estar acá, cuanto estabas en la playa y yo todavía en la pieza (eran la ocho de la mañana y recién me despertaba), vi a una lechuza volar hacia ti, entregarte un mensaje, lo leíste y corriste llorando a la casa. Entraste como un huracán en la habitación y te desplomaste en la cama.
-Ginny ¿Qué pasa?
Como no respondiste tomé la carta que tenías en la mano.
-¡Oh, Dios!- Fue lo único que atiné a decir. Los gemelos habían muerto.
Me miraste. Tú tenías los ojos rojos y yo unas tremendas ganas de protegerte, de cuidarte para que nada ni nadie te hicieran daño.
-¿Sabes, Hermione?, la felicidad no existe- No podía creer que tú, una de las personas más alegres que conozco, me digiera eso- Yo estaba alegre, despreocupada, jugando en la playa... y de repente esto. La felicidad no existe, cuando la alcanzas algo te pincha la burbuja.
No soportaba que estuvieras así y te abracé.
-No digas eso, todo va a estar bien, no te preocupes.
Seguiste llorando y te lo repetí hasta que te tranquilizaste. Me desembaracé de tu abrazo y te besé. En realidad fue sólo un ligero roce de nuestros labios, pero no pude ebitarlo, estabas con esa expresión tan tierna...
-Perdón
-No, está bien
-¿Te gustó?- No se ni porque pregunté esa estupidez.
-Si...
Gracias a ese "si" estamos ahora acá, solas , pues mis padres al igual que aquella ves se fueron de compras, tú sentada delante de mí, abrasadas, viendo el mar.
-¿En que piensas?-Me lo preguntas y tienes una mirada tan dulce que desearía pode vivir en tus ojos.
-En la felicidad, Ginny. Existe, es esto.
La felicidad es esto
Cuando mis padres compraron esta casa frente al mar pensé que debía enviarles una carta a mis amigos para que vinieran a pasar las vacaciones aquí. Pero solo tú viniste: Ron detesta el mar y Harry está demasiado ocupado en defenderse de Voldemort.
En el viaje en auto desde Londres hasta la playa no podía sacarte los ojos de encima. ¿Eras tú la que había cambiado o era yo? Habías crecido unos centímetros y tu voz ya no era la de una niña pequeña, en cuanto a mi, me fascinaste como nadie nunca lo hizo. Y sabes que soy muy enamoradiza, me han gustado Harry, Víctor Krum y Ron.
Al tercer día de estar acá, cuanto estabas en la playa y yo todavía en la pieza (eran la ocho de la mañana y recién me despertaba), vi a una lechuza volar hacia ti, entregarte un mensaje, lo leíste y corriste llorando a la casa. Entraste como un huracán en la habitación y te desplomaste en la cama.
-Ginny ¿Qué pasa?
Como no respondiste tomé la carta que tenías en la mano.
-¡Oh, Dios!- Fue lo único que atiné a decir. Los gemelos habían muerto.
Me miraste. Tú tenías los ojos rojos y yo unas tremendas ganas de protegerte, de cuidarte para que nada ni nadie te hicieran daño.
-¿Sabes, Hermione?, la felicidad no existe- No podía creer que tú, una de las personas más alegres que conozco, me digiera eso- Yo estaba alegre, despreocupada, jugando en la playa... y de repente esto. La felicidad no existe, cuando la alcanzas algo te pincha la burbuja.
No soportaba que estuvieras así y te abracé.
-No digas eso, todo va a estar bien, no te preocupes.
Seguiste llorando y te lo repetí hasta que te tranquilizaste. Me desembaracé de tu abrazo y te besé. En realidad fue sólo un ligero roce de nuestros labios, pero no pude ebitarlo, estabas con esa expresión tan tierna...
-Perdón
-No, está bien
-¿Te gustó?- No se ni porque pregunté esa estupidez.
-Si...
Gracias a ese "si" estamos ahora acá, solas , pues mis padres al igual que aquella ves se fueron de compras, tú sentada delante de mí, abrasadas, viendo el mar.
-¿En que piensas?-Me lo preguntas y tienes una mirada tan dulce que desearía pode vivir en tus ojos.
-En la felicidad, Ginny. Existe, es esto.
