Hola a todos: Este es mi primer fan- fiction de SHAMAN KING, bueno espero que les guste, me tarde bastante tiempo en escribirlo por cuestión de que no había visto la serie completa pero antes de que comencemos les daré una breve explicación:

1°- ya han pasado 8 años desde que finalizo el torneo de shamanes.

2°-la relación entre Yoh y Ana no esta muy bien a pesar del tiempo que han estado juntos.

3°-el primer capitulo comienza después de una decisión que Y x A tomaron pero no les diré cual es, ya que en el capitulo 2 les explicare cual fue esa decisión.

Cap.- 1: Y TODO ES IGUAL QUE AYER.

El sol de la mañana ni siquiera se había asomado cuando Ana despertó, a pesar del inmejorable clima de aquel día su humor no podía considerarse bueno (aunque la mayoría pensaba que eso era natural en ella), se levanto y se alisto para ir a desayunar, todo parecía indicar que sería un domingo como tantos otros, desde hacia ocho años.

Al llegar a la cocina pudo observar a Yoh cocinando apuradamente, como había cambiado aquel muchacho en el tiempo transcurrido, era normal pensaba ella, recordando aquellos tiempos pasados del torneo de shamanes, sí, tanto Yoh como ella habían dejado de ser unos niños pero él seguía teniendo esa misma conducta alegre que lo caracterizaba, esa forma de ser que, aunque no se lo hubiera dicho nunca, ella amaba de él, así también ella continuaba con esa conducta fría que, por cierto, no pensaba cambiar.

-Buenos días- dijo Ana acercándose a la mesa.

-Bu.buenos días- contesto Yoh con tono nervioso, sirvió el desayuno de la chica y lo llevo a donde se había sentado.

-Gracias- contestó ella -¿ya terminaste tu entrenamiento matutino?- terminó preguntando.

-No, Manta dijo que me acompañaría, así que iré con él, cuando regrese desayunare- a pesar de haber pasado ya ocho largos años, lejos de perder la amistad de Manta, esta se había fortalecido, ahora éste junto con Yoh y Ana estudiaban en la universidad y sus vidas habían continuado con mucha normalidad, a excepción de las visitas que de vez en cuando los amigos de Yoh hacían a su casa, nada había que le agradara a Ana más que ver a Yoh feliz con aquellas visitas -Ana- continuo él después de un largo silencio -¿estas enfadada por lo que hablamos ayer?- la pregunta del shaman la tomo por sorpresa pero supo disimularla muy bien, así como disimulaba la mayoría de sus sentimientos, ella iba a contestarle pero en ese momento irrumpió Horo-Horo, que por cierto se encontraba de visita junto con su hermana.

-Buenos días, tengo mucha hambre- dijo mientras se servia una descarada cantidad de arroz en un plato y se sentaba para comenzar a comer, esto causo la sonrisa de Yoh.

Desde el final del torneo de shamanes, los amigos de Yoh acostumbraban visitar la casa con frecuencia, a excepción de Len, el cual no había visitado la casa Asakura desde hacia ya cuatro años, pero aún así, se comunicaba a menudo.

Durante un buen rato, Horo-Horo relato a su amigo los entrenamientos que Pilika le había planeado y que comenzaban desde poco antes del amanecer, y los cuales, tenían su continuación al atardecer; después de un corto lapso, llegó Manta y junto con Yoh salieron para que el shaman comenzara con su entrenamiento, Ana lo miro por un instante pero apenas éste cruzo la puerta, ella se retiró a su cuarto justo cuando Pilika llegaba al comedor.

Durante esos ocho años, no habían sucedido cambios importantes, claro, los normales. Yoh se había convertido en un joven muy apuesto, siempre vigilado por Ana, ambos estudiaban en la misma universidad que Manta. Manta, además de estudiar, había empezado a ocuparse de los negocios de su familia, su aspecto físico no había cambiado demasiado, a excepción de que había logrado tener una mayor estatura, claro no la misma que Yoh. Ana por su parte no había cambiado, con respecto a su carácter, ya que físicamente si lo había hecho, ahora su rubio cabello llegaba hasta su cintura y era una mujer cada día más bella, tanto, que más de un chico había puesto sus ojos en ella, pero solo uno le interesaba, Yoh Asakura. La vida de los otros chicos también se había mantenido tranquila, Horo- Horo, continuaba sembrando plantas, para así realizar su sueño, siempre acompañado por Pilika, él se había transformado en un guapo joven. También Pilika había cambiado y era una chica muy linda y por eso Horo-Horo se había convertido en su guardaespaldas. Por su parte, Chocolove había logrado su sueño de ser comediante, aunque sus amigos continuaban preguntándose como pudo lograrlo con los chistes tan malos que contaba. Fausto de nuevo tenía una clínica, muy cerca de la casa Asakura y ahí vivía junto con su querida Elisa. La vida de Ryu no había cambiado en nada, mientras que la de Licerg, sí, ya que ahora era un famoso investigador. En tanto que la de Len Tao, también lo había hecho bastante, ahora estaba completamente dedicado a cualquier asunto que inmiscuyera a la familia Tao, así como a sus estudios, de todos es el que más alejado se mantenía del grupo. Pero, ya había llegado el momento de que se reunieran, y ese momento, decidieron que fuera durante las vacaciones de verano, el primero en llegar al hogar de Yoh, fue Horo-Horo, que llego desde los últimos días de junio.

Ana se encontraba mirando la ventana, apenas era medio día, vio regresar a Yoh pero este, apenas termino de almorzar, volvió a salir junto con Manta y Horo-Horo. Al poco rato oyó que alguien llamaba a la puerta, se molesto al recordar que Pilika había salido a comprar cosas para la cena y que ella tendría que abrir. Abrió la puerta pero la persona que se encontraba en el umbral la sorprendió, tanto que su expresión cambio completamente.

-Pero que cara- dijo la chica de corto cabello negro que se encontraba en la puerta -se ve que no esperabas verme, tan siquiera deberías invitarme a entrar ¿no crees?

-¿Qué haces aquí?- logro decir Ana saliendo de su sorpresa.

-Vaya, por lo visto en vez de mejorar, tus modales han empeorado, querida prima- termino de decir la muchacha entrando en la casa.

-No me haz.- comenzó a decir Ana.

-¿Contestado?- interrumpió la joven -pero ¿cómo puedes preguntar eso? Vine a ver que demonios pasaba contigo primita, hemos estado esperando que nos digas la fecha de tu boda con el joven Asakura pero como.

-¡No te metas en lo que no te importa!- le grito.

-Ah, ya sé, lo que pasa es que el rompió su compromiso contigo ¿verdad?- esa afirmación dejo fría a la sacerdotisa pero de inmediato reaccionó.

-Claro que no, si así fuera.yo.yo me hubiera ido de aquí, ya te conteste ahora ¡vete!- le ordenó, empujando a la chica.

-Está bien, aceptare tú amable invitación y me quedare aquí, claro hasta tú boda.

-No puedes hacer eso.

-¿Porqué no? Si estas tan segura de tu compromiso, no te cuesta nada aguantarme unos meses.

-Eso no me importa yo.- pero no pudo continuar ya que en ese instante llego Yoh y Ana se quedo petrificada.

-Mucho gusto- dijo la joven de manera alegre -me imagino que usted es Yoh Asakura- él miraba a Ana muy sorprendido -mi nombre- continuo ella -es Diana Kiouyama y soy prima de Ana.

-¿Su.su prima?- pregunto Yoh sorprendido ya que no se imaginaba que está tuviera una prima y que no se lo hubiera dicho pero después pensó en que ellos nunca hablaban mucho de los familiares de ella, a decir verdad casi nunca hablaban sobre ningún tema. Además la joven era tan distinta a su prima, los ojos de está joven eran tan negros como su corto cabello, su cara expresaba una alegría bastante pícara, era bastante más baja que Ana pero parecía tener la misma edad y su ropa reflejaba un carácter bastante extrovertido ya que traía una corta falda de color rojo y una blusa blanca sin mangas y algo escotada -pero ¿por qué no me dijiste que tenias una prima?- dijo dirigiéndose a Ana.

-Ay ya me lo imaginaba- interrumpió la chica impidiéndole a Ana decir algo -discúlpela joven Yoh- Ana sintió ganas de matarla cuando ella lo llamó por su nombre, no podía ser que le hablara con esa confianza a su Yoh -, siempre ha sido tan poco comunicativa.

Pero fue interrumpida por la entrada de Horo-Horo, el cual se quedo petrificado cuando vio a aquella joven el tono rojizo de sus mejillas delataba su opinión de que era una joven muy bella, y Manta que venían junto con Pilika, después de las respectivas presentaciones, Yoh decidió hacer la cena.

-¿Permites que tu prometido haga la cena?- pregunto Diana de manera escandalizada, en ese momento Yoh miro a Ana, ellos se miraron en silencio por largo rato pero Ana solo se retiro a su cuarto sin decir una palabra, y después de encerrarse, se recostó en su cama y seco una lagrima que rodaba por su mejilla. Ella sabia que las lagrimas silenciosas salen de heridas en el corazón y en ese momento sintió una profunda herida en el suyo.

Horo-Horo se encontraba sentado afuera de la casa Asakura, le encantaba la visión de la luna, no le importaba que estuviera en cuarto menguante, de pronto vio que alguien caminaba por el jardín, era Diana.

-Buenas noches Srta. Diana -dijo el ainu cortésmente y con tono suave. (N del A Horo-Horo cortes? ^_^)

-Buenas noches joven Horo-Horo ¿qué hace aquí afuera?

-Miraba la luna, ¿no te gusta? -en ese momento observo que de una bolsa que Diana traía colgada de su hombro, pendía unas esferas de color negro, parecía un collar, la joven al darse cuenta de lo que él observaba se apresuro a guardar correctamente aquel collar.

-Claro que me gusta la luna, y digame ¿usted es un ainu?

-Así es - dijo con orgullo -soy un autentico ainu pero no me hables en ese tono tan formal, me haces sentir raro.

-Como tu quieras Horo-Horo -respondió ella -perdona mi curiosidad pero ¿qué haces en la casa de los Asakura?

-A pues mira, como hace mucho tiempo que no nos reunimos, decidimos que en este verano todos nos encontraríamos en la casa de Yoh.

-Ah, comprendo pero y ¿quiénes son todos?

-Pues Manta, Ryu, Licerg, Chocolove, Len y Fausto, todos nos hicimos amigos en el último torneo de shamanes.

-Comprendo, y tienen mucho tiempo de no verse ¿verdad?

-Pues algo, casi todos procuramos vernos pero a Len ninguno lo ha visto, el se la vive encerrado en China, imagínate ya tenemos 4 años sin vernos, solo nos envía cartas o le llama a Yoh por teléfono pero nada más, que importancia se da, no ha querido honrarnos con su presencia - termino de decir de manera alegre.

-Para mí 4 años no son demasiado, yo tenia por lo menos 17 años de no ver a mi prima.

-¡Tanto tiempo! -dijo sorprendido -¿por qué?

-Ella estaba entrenando para ser una sacerdotisa y además ella y yo nunca nos hemos llevado bien.

-No puedo creer que una chica tan linda como tú sea prima de ese moustro, estoy seguro de que ella no es tan mala pero lo que no soporto es esa expresión tan fría que siempre tiene en el rostro, me pone nervioso pensar en el hecho de que ella me lea la mente.

-¿Crees que soy linda? -pregunto avergonzada la joven.

-S-si -contesto nerviosamente el chico del norte -perdóname pero creo que eres muy bonita -dijo mirándola a los ojos, ella también lo miro pero después de algunos segundos de cruzar sus miradas ella se levanto y se alejo apresuradamente de él. Horo-Horo quedo muy confundido, el jamás había sentido algo como lo que sentia en ese momento.

Notas.

Bueno este es mi primer capitulo, el fic va a ser un poquititito largo, cuando lo lean ya casi lo habré terminado, tratare de publicar 1 capitulo por semana, no les prometo nada ya que mi servidor de Internet conspira junto con mi computadora para volverme loca y desesperarme ¬¬u Pero bueno, solo les pido que cualquier opinión, pregunta, amenaza terrorista, etc. Me los manden en review que prometo contestar.