Disclaimer: Ninguno de estos personajes me pertenece, son propiedad de Eichiro Oda de One Piece. En todo caso, el personaje Alice, podría decirse que es un OC mío, ya que confundí a Haruta con una mujer y no sabia su nombre cuando empecé a escribir este fic.
Llamas de amor Capitulo 1
Era una mañana como otra cualquiera, me levanto, me ducho, me visto con mi camisa blanca que no me molesto en cerrar, me gusta que se vea la marca de mi padre en mi pecho, la exhibo con orgullo, y mis pantalones piratas negros con mi cinturón de bolitas y mis sandalias… y salgo derechito a la cocina para tomar mi desayuno tranquilamente. Bueno, eso de tranquilamente era imposible ya que mis nakama son todos unos ruidosos, especialmente Sacchi, el comandante de la cuarta división. Uy, vaya no me he presentado, yo soy Marco, comandante de la primera división del gran pirata Edward Newgate Barbablanca, mi padre, un gusto en conocerlos.
Cuando llego al comedor Sacchi me ve y sale disparado en mi dirección.
- ¡Buenos días Marquitos!
- Te he dicho mil veces que no me llames así.
- Entonces prefieres… ¡Buenos días piñita!
- O te callas la boca o te mataré Sacchi… - siempre andaba tocándome los huevos diciendo que mi cabeza parece una piña.
- Oye oye ¡Marco! – me llamó Jozu, comandante de la tercera división – ¡Ven paca!
Pero que basto era hablando cuando quería, me acercó a él para ver qué es lo que quiere.
- ¿Que pasa Jozu?
- ¿Has visto que el barco está en marcha?
Era verdad, el barco estaba en marcha y no me había dado cuenta
- ¿Adónde vamos? – pregunté sentándome junto a él y sirviéndome algo de comida.
- Padre ha dicho que ha encontrado al chico de la foto del periódico.
- ¿Aquel que cuando lo vio se sorprendió tanto y se emperró en conocer?
- Si, aquel. Creo que se llamaba…
- Portgas D Ace – completó Sacchi que acababa de llegar con nosotros – Un chico interesante… y muy guapo por cierto…
Era verdad, padre había visto la foto de ese chico y le había entrado el deseo de conocerle. La verdad sea dicha… a mi ese chico no me importaba, solo era un supernova que acababa de conseguir un poco de fama y fuerza… uno entre muchos otros.
- Mira es este – Sacchi me tendió un cartel de recompensa.
Se lo cogí, la foto de ese chico llamado Portgas D Ace aparecía en el centro, aunque llevaba un sombrero de color naranja, se veía que era moreno, sus ojos eran negros, en sus mejillas habían unas cuantas pecas que lo hacían más crío. Una sonrisa cruzaba por su cara y lo hacía parecer un ingenuo, si él supiera lo que le esperaba… esos doscientos millones no me asombraban.
Dejé caer el cartel encima de la mesa y seguí comiendo, me daba mucha rabia perder el tiempo con un muchacho en vez de ocuparnos de cosas interesantes como proteger nuestros territorios o pelear contra otros piratas.
Cuando acabé me levanté y me fui a cubierta, allí estaba padre. Decidí hablar con él.
- Buenos días papa.
- Marco… hijo mío… notó un aire de preocupación en tu cara… que ocurre?
- ¿Estas seguro papa?
- ¿De qué?
- De ir a buscar a ese muchacho, es solo un supernova que acaba de conseguir una recompensa, ¿Porque perder tiempo con él?
- Ay… Marco… no es solo un simple pirata, ese chico tiene algo que hace que quiera conocerlo. Estoy seguro de que es especial.
- Como tú digas papa… - dije dando media vuelta para ir a la proa del barco.
- Ten fe en mí, hijo
- La tengo papa, la tengo…
Llegué a la proa del barco y me senté mirando el cielo, había veces en que la naturaleza de mi fruta Zoan de bestia mística, que me permite transformarme en fénix, me invitaba a salir volando a surcar el otro océano azul. Decidí ignorar esa absurda idea, mi sitio estaba en el mar junto a mi padre, y me quedé dormido.
Pasaron dos días más hasta que encontremos al joven muchacho llamado Ace, cuando Vista, comandante la de quinta división, me avisó de que lo habíamos encontrado tuve que salir a hacer acto de presencia y sobre todo para proteger a mi padre. Cuando llegué y vi el panorama me quede de una pieza. El muchachito estaba mal herido por una pelea que estaba teniendo contra nuestro amigo Jimbei, vaya cojones tenía el niño. Jimbei era fuerte así que supe que había ganado la batalla, me sorprendió verlo igual de herido que el niño.
- Jimbei está herido… - susurré
- Y no solo eso, lleva cinco días luchando contra Ace – me informó Sacchi
- ¿Cinco? – pregunté incrédulo. Sacchi asintió con la cabeza.
Me quedé mirando a Ace, llevaba una camisa abierta amarilla rota por varios sitios y unos pantalones piratas negros con unas botas a juego. Bah… que más me daba a mí eso, el chico iba a caer rendido de un momento a otro, padre haría lo que había venido a hacer y nos iríamos. Punto.
Entonces padre habló
- ¿Quien de ustedes dijo que acabaría conmigo? ¡Si de verdad quieren esta es su oportunidad!
- Son los piratas de Barbablanca! – gritó alguien
Me adelanté en pose defensiva cuando padre alzó una mano y me detuvo.
- Puedo encargarme solo.
Lo miré y asentí con la cabeza, si padre lo decía seguro que podría. Decidí dar media vuelta e ir con mis nakama.
Entonces padre empezó su ataque, sacó su haki haciendo caer a todos los integrantes de la tripulación Spade, no sabía cómo, pero me había aprendido el nombre de la tripulación del muchacho.
Al capitán Ace se le veía alarmado, se notaba demasiado que estaba empezando a perder los nervios y empezó a gritarle algo a sus nakama. Bostecé, sabía lo que venía a continuación, todos huirían con la cola entre las piernas y padre se decepcionaría. Y un cuerno era especial el muchachito. Estuve a punto de girarme e irme, pero una gran luz me dejó en mi sitio, no era luz, era fuego.
- ¡Enjomou!
Había sido un grito, un ataque proveniente de Ace. Vaya vaya… el chico tenía una Akuma no mi… una logia de fuego… la Mera Mera no mi. Al ver la sorprendente llamarada me quedé a observar como luchaba el niñito.
- Deja que se vayan… - dijo el crío – a cambio yo me quedare…
¿Era imbécil? ¿Qué coño se creía que estaba diciendo? Se estaba sacrificando por sus nakama… era un acto admirable. Pero aparte de eso, hubo otra cosa que me sorprendió, su voz. Era increíblemente suave… cargada de ira pero suave… abrumadora… hipnotizante… como una melodía. Gracias a eso me entraron ganas de ver que era capaz de hacer.
Padre se rió y atacó, el chico también lo hizo y fue una colisión de poderes brutal que terminó con la caída del niño quedando inconsciente.
- Llevadlo a la enfermería – dijo padre con una sonrisa.
Jozu me tocó el hombro y fui a recogerlo, siempre me tocaban las tareas más odiosas. Estaba hecho un trapo en el suelo y sangraba de muchas heridas, joder, encima me mancharía de sangre. Que afortunado era…
Me agaché para levantarlo, le pasé los brazos por la espalda y piernas, alzándolo. Ostia, que poco pesaba… me sorprendió que fuera tan liviano. Empecé a andar hacía la enfermería y no sé porque, pero me dio por mirarlo. Era exactamente igual que en el cartel de recompensa, la única diferencia era que no llevaba ese sombrero naranja, estaba manchado de sangre y tenía los ojos cerrados, cosa que lo hacía parecer dormido. Me pareció mono. Espera… ¿MONO? ¡Yo diciendo que otro tío es mono! Vale, ¿Que neurona se me había roto para pensar eso?
Volví a mirarlo y… es que sinceramente… el niño era guapo… no hay ningún problema por pensar que un niño es guapo no? Vale, solo eso, guapo, pesaba poco y tenía su cuerpo cálido.
"Estoy empezando a desvariar…."
