Disclaimer: Ladybug no me pertenece, la historia si.

Cuando los padres de unos quinceañeros Nino y Marinette se enteraron de su relación, decidieron que debían separarlos, eran socios, y amigos, pero sus hijos no podían estar juntos, ellos serían las sogas para nuevas alianzas y una relación entre ellos no servía para nada a sus empresas.

Marinette quiso fugarse, Nino aseguro que era muy arriesgado, que, tal vez, lo mejor era seguir las órdenes de sus padres. Ella se fue, luego de dejarle un último beso al moreno.

Compartieron dos años de secundaria, no eran amigos ni enemigos, simplemente no existían para el otro, él quiso acercarse, pero desistió al saber que ella estaba a punto de ser comprometida con un modelo rubio, hijo de un magnate de la moda, que se uniría a la clase el semestre siguiente. Adrien era agradable, y muy guapo, cuando se unió a la clase, junto a una chica morena, hija de los dueños de una cadena de restaurantes muy reconocidos e influyentes, congeniaron al instante, ella y Alya se volvieron inseparables, lo mismo para Adrien y Nino.

Los cuatro eran hijos de familias muy poderosas, los cuatro eran mercancía de primera calidad, eran objetos, puentes para crear alianzas. Marinette odiaba eso.

El trato entre los Dupain y Agreste no se dio, el casi compromiso se dio por olvidado, y la dulce chica de ahora 17 años "volvió al mercado" y Tom buscaba la mejor postor.

La chica no soporto más, y decidió irse, pero quería doblar la apuesta, le dijo a su amor platónico que se fuera con ella a América, él, con el deseo en la mirada, declinó la oferta, pero Adrien, quien sabía lo que planeaba hacer la azabache, no lo hizo. Se fueron juntos.

Seis años después llegó una invitación al hermoso departamento que compartían, estaban invitados a la boda de Alya y Nino.

Cuando, al volver a París, los ojos de Marinette hicieron contacto con los de Nino, volvieron a tener quince, y no existían ni un Adrien ni una Alya, no existían sus padres, que tanto los habian atado, no había nada que les impidiera estar juntos más que ellos mismos. Se dejaron caer en los ojos del otro. Después de varias semanas pasaban mucho tiempo juntos, sus parejas creian que recordaban viejos tiempos, pero hacían más que eso.

Cuando estaban juntos se consumían el uno al otro, por todos los errores del pasado, por la cobardía de él, por el coraje de ella, porque él finalmente había hecho lo que quería, negando los planes de sus padres, porque él había elegido a la chica para su boda, pero había elegido mal, la chica que él quería estaba al otro lado del mundo con su mejor amigo.

Todo dejó de importarles, porque habían llegado a un punto en el que o los engañaban a ellos, o se engañaban a sí mismos.

La noche antes de la boda, Nino la miro a los ojos por ultima vez, y le dijo que la amaba, que lo que estaba haciendo era probablemente el tercer error más grande de toda su vida.

Y ella, por tercera vez, lo miro a los ojos y le propuso fugarse. De no ser por el fuego que Nino veía en esos ojos color cielo, habría pensado que era una broma. Y con la graciosa idea en mente de que la tercera es la vencida, asintió levemente.