–Caminando por un camino que antes no conocía; no sé a dónde voy, sólo sé que voy solo. En esta delgada calle, por el Boulevard de los Sueños rotos…camino solo, voy solo.
Mi sombra es la única que yace a mi lado, mi sombra es lo único que me acompaña…espero que nadie me encuentre jamás…–
Abro los ojos poco a poco, dándome cuenta de que ya debería despertarme. No quiero, realmente no quiero, pero sé que debo hacerlo.
–Mi sombra es la única que me acompaña… desearía que nadie me encontrara jamás– apago el celular.
Sí, a veces yo también desearía eso
Salgo de mi cama, sonriendo al sentir el tacto helado del suelo en mis pies descalzos.
Al terminar de ducharme me visto: un short de mezclilla negro, una playera blanca con un estampado del logotipo de la banda "Gorillaz", una gabardina negra con capucha y un par de tenis-bota grises opaco. Amarro mi ondulado cabello cobrizo en una coleta de lado, dejando el pelo sobrante cubriendo parte de mi cara.
Salgo del cuarto en dirección a las escaleras, para de ahí cruzar el estudio y salir de la casa. Pero, apenas estoy en el segundo escalón escucho el sonido de una cuerda de arco tensarse. Doy un salto, caigo en el librero y de ahí me impulso a la viga en el techo. Me escondo, los disparos se detienen. Al asomarme hay una flecha en el escalón, otra en el armario y una última en la viga en la que me protegí.
–Anda, Maiden ¿A qué esperas para bajar? – al oír esa voz conocida llegó al suelo de un salto.
–Eres demasiado lento Sorun ¿sabes? Eso y eres muy ruidoso– digo, pasando al lado de mi hermano mayor, quien sigue guardando su arco y el carcaj.
–No me molestes. Te están esperando desde hacía ya un rato.
– ¿Ellos, aquí? Es peculiar, yo siempre voy a buscarlos.
–Quizá pasó algo interesante.
–No…no estoy tan segura– salgo de la casa, mientras mi hermano sale por la puerta trasera.
No vivimos en un sitio normal, eso es totalmente claro. Es un mundo diferente, con lugares asombrosos que ver y paisajes jamás antes vistos.
Hay un lado oscuro, un lado con luz, y seres habitando ambos.
Mobius…sí, así se llama este mundo. De alguna manera terminé aquí junto con mi hermano, e incluso nuestros cuerpos habían cambiado. Dejaré que su imaginación vuele. Pero, de seguro ya han de conocer al resto de nuestros coexistentes.
Yo, por alguna razón, había despertado interés en ambos bandos; tanto de la luz como de la oscuridad. Me querían en sus "equipos", querían que fuera su compañera. Y eso me había causado problemas. Porque el equipo liderado por el tan famoso de nombre Sonic, debía "combatir" contra los robots creados por el Profesor Gerald Robotnik y el Doctor Eggman.
Mientras que el otro equipo que me solicitaba (algo como Team Dark o algo similar) quería que peleara con ellos contra este erizo azul. Extrañamente, el líder de este equipo era casi el total contrario de Sonic, pero al mismo tiempo se parecían bastante…supongo.
Nunca acepte ninguna de las dos ofertas, por lo que me limitaba a vigilar sus acciones diarias a una distancia considerable. Me gustaba observar lo que hacían, lo que ellos consideraban tan común…
