Ai Shiteru.

Notas de la autora: ningún personaje me pertenece, son propiedad intelectual de su creadora, Bisco Hatori.

Espero que les guste, de lo contrario, lamento las molestias.


Kyôya Otoori era conocido por su frialdad y su manía de tenerlo todo bajo control. Por eso siempre se mostraba seguro de si mismo, nada escapaba de su supervisión. Y la organización del Host Club, mucho menos.

Pero había algo que se escapaba de sus planes, que no entraba en sus cálculos ni encajaba en ningún esquema. Él nunca pensó en ello… nunca pensó en el amor, o en enamorarse. Jamás.

Esa alocada idea no se le había pasado nunca por la cabeza, era inconcebible. Pero, en el fondo, Kyôya Otoori, por más perfecto que se mostrara ante todos, por mucho que se esforzara para mantener su fachada de chico inteligente y serio, era humano… y aunque no lo reconociera fácilmente, tenía sentimientos, muchos y muy complejos. Tantos y tan variados que nadie diría jamás que los tenía. Pero "ese sentimiento" escapaba a su percepción. No empezó a sentirlo fuertemente hasta que ya se había instalado dentro de él, cuando ya era imposible ignorarlo o eliminarlo… Pero… Podía sentirlo, era una caso, pero ¿Podía aceptar sus sentimientos¿Podía reconocer como propio el amor que sentía por él? Le resultaba demasiado irreal…

Podía reconocer que Tamaki no le era indiferente, que lo encontraba terriblemente irresistible, que adoraba esos ojos violetas suyos, que soñaba con él, que no podía quitárselo de la cabeza… Pero no era capaz de decirle nada al respecto. Pero cada vez le era más difícil convivir con el rubio y esconder sus sentimientos por él a la vez. No podía mirarlo directamente a los ojos porque se sonrojaba, no podía hablarle, porque su voz temblaba, no podía estar a su lado porque no podía retener las ganas de acariciarle y de abandonarse a él, de estar con él… de sentir sus labios sobre los suyos, de que sus manos recorrieran pasionalmente su espalda, que sus cuerpos se unieran para siempre… para siempre…pero… No podía porque no debía hacerlo. No estaba bien.

Tamaki empezó a notar la barrera que a poco su amigo moreno iba construyendo a su alrededor. Lo esquivaba, lo evitaba, lo ignoraba… y eso le hacía daño, porque él lo consideraba como su mejor amigo, y para él, su amistad era lo más importante… Por eso esa tarde anuló las actividades que estaban preparadas para ese día del Host Club, para poder hablar tranquilamente con Kyôya.

El moreno, que no conocía los planes de su amigo, después de clase, y como todos los días desde que habían fundado el club, se dirigió hasta la tercera aula de música. Pero cuando abrió la puerta sólo se encontró con Tamaki, sentado en una butaca. Entró algo dudoso, ya que no se esperaba eso, y con el corazón demasiado desbordado, sólo de verle de lejos. Pero aún así, mantuvo la calma y se acercó. Y cuando estuvo enfrente de Tamaki, éste se levantó, quedando justo enfrente de él. Y empezó a hablar…

Kyôya solamente escuchaba a medias… su mente estaba demasiado ocupada por el joven Suoh como para que pudiera pensar en nada más… Le resultaba tan imposible resistirse a él en ese momento que…

Sus labios rozaron los de Tamaki. Sintió su dulce sabor. Los besó de nuevo… y cerró los ojos. Y sintió como alguien lo abrazaba… Sintió otros labios deseosos de los suyos, que buscaban ardientemente los suyos, una y otra vez. Y como unas manos recorrían sensualmente su espalda, haciéndole sentir mucho placer…

Y durante esa tarde se abandonaron el uno al otro, ambos llenos de amor y placer… Y disfrutaron a solas de ese mágico lugar, donde pasaron horas… entregándose al otro por completo, pidiendo cada vez más… Hasta que Kyôya rompió el silencio de la pasión y le susurró al oído de Tamaki: Ai Shiteru

Fin.

Espero que les haya gustado la historia, si no, lamento las molestias. ¡Gracias por leer! Y…ya saben, cualquier crítica es bien recibida.