Disclamier: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto.
Aviso: Este fic participa en el reto Fobias del foro La Aldea Oculta entre las Hojas
Misofobia: Miedo a la suciedad, la contaminación y/o los gérmenes.
Sucia
Sucia. Sucia. Sucia. En su mente no había espacio para otra palabra mientras eguía frotando sus manos con fuerza. Tenía que hacerlo. Estaba contaminada. Seguía frotando sin importarle nada más, ignorando el dolor, ignorando que su piel le suplicaba a gritos que parase. Hacía tiempo que había aprendido a ignorar los gritos de su cuerpo. La suciedad era lo único que le importaba, la cegaba.
Anko no odiaba la suciedad, la temía. Igual que temía el contacto con otros. No quería que la ensuciasen aún más. Porque con su actitud fuerte y decidida trataba de tapar ese miedo que la corroía por dentro. Porque lo que nadie sabía es que se duchaba tres veces al día, que frotaba su piel con tanta intensidad que se hacía heridas. Usaba guantes pero aún así se lavaba las manos más de veinte veces al día. Si alguien la tocaba tiraba esa ropa. Al entrar a casa se quitaba toda su ropa sucia y se ponía una bien limpia, una que no estaba contaminada. Solamente trataba de sentirse segura. Pero nada era suficiente, no desde aquel día.
Todo miedo tiene un por qué y ella era muy consciente de cual fue el origen de esa maldita fobia. Orochimaru. Solamente con pensar en él sentía un escalofrío, empezaba a sudar y le costaba respirar. Cuando él le mordió, cuando le puso el sello maldito, cuando la marcó de por vida. Fue entonces. En ese instante se sintió sucia y ya nunca dejó de sentirse de esa forma. Ella estaba sucia por dentro, daba igual lo mucho que se esforzase, jamás dejaría de estarlo.
Si los demás lo supieran ¿qué pensarían? El temor a ser juzgada era casi tan grande como su fobia, por eso se ocultaba tras sonrisas traviesas. Pero al final pudo olvidar el terror a parecer débil, al final el miedo a la suciedad, la angustia que le provocaba el hecho de saber que jamás se sentiría limpia la derrotaron. Dejó que el fuego consumiera su cuerpo, dejó que purificase su alma porque descubrió que esa era la única forma de estar limpia. De borrar lo que Orochimaru había hecho.
Los miedos no los elegimos, nos persiguen, nos engullen y nos dejan a su merced, logran anularnos como personas y al final, al final sólo quedan unas manos limpias y un alma sucia. El miedo venció a Anko, la derrotó, la anuló de tal forma que solamente encontró una salida. Jamás sabría que nunca estuvo sucia.
¡Gracias por leer!
Espero que se haya entendido la metáfora.
¡Mucha suerte a todos los que participan en el reto!
¡Nos leemos!
PD: Sí, sé que uso mucho los signos de exclamación pero sí soy yo.
