Primer principio:
Un héroe siempre debe elegir el camino de su corazón sin importar qué
Palacio de Cristal:
Una bella alicornio de dieciocho años de edad color rosa pálido estaba de excelente humor. Se encontraba dándole los últimos toques a su atuendo especial: una chaqueta de punto color morado, unos pantalones morados, una camisa a botones verde esmeralda y el toque final, una flor que salpicaba para colocar en la solapa. Y junto al conjunto tan extraño, un envase de tinte de melena verde pino (no de pelaje) y maquillaje blanco con sombras negras. Era todo lo necesario para convertirse en la réplica exacta del archienemigo de Bat-Mare: el bufonesco príncipe del crimen y psicópata sin corazón: El Risón.
—¡Todo listo! — Dijo muy emocionada. — ¡Todo listo, seguro que voy a arrasar este año!
Tocaron a su puerta justo cuando estaba cosiendo los botones de las mangas y como resultado se pinchó con la aguja. Tras soltar una palabrota entre dientes corrió a abrir. Sería mucho más sencillo si usara su magia para la tarea, claro, pero sentía que si tomara la ruta fácil sería como una falta de respeto a sus hermanos cosplayers. Increíblemente esta actitud era tomada por igual por la gran mayoría de los unicornios cosplayer que conocía; los había también que usaban su magia, sí, pero en su mayoría eran novatos así que los veteranos (como esta alicornio) se los dejaban pasar. Eso y no había ninguna regla secrita.
—Ey mamá, ¿en qué te puedo servir? — Preguntó la joven Princesa mientras abría la puerta todavía agitando y chupándose el casco en donde recién se había pinchado. — Disculpa la espalda pero ahora estoy 'en la zona'. Este traje tiene que quedar perfecto.
Dicho esto volvió a recoger la manga en la que estaba trabajando y terminó de coser el botón. Dio un par de pasos hacia atrás admirando su obra maestra y tras considerarlo un poco retiró la corbata normal por otra de moño y luego regresó a la anterior y bueno…
Candace suspiró entre divertida y cansada, su hija era muy talentosa y organizada y eso era algo de admirar, pero ojalá se tomara sus deberes Reales tan en serio como sus cosplays y todo lo demás relacionado a los cómics. Pensó que sólo era una fase influenciada por el bueno de su tío Spike, pero a estas alturas estaba claro que el amor por los cómics, el manga, las novelas gráficas y similares eran una parte central de la personalidad de Flurry.
—Se ve que hiciste un gran trabajo y te felicito — dijo Candace alegremente. — Pero nuestro acuerdo era que no podías empezar a trabajar en tu cosplay hasta que no terminaras la tarea que te encomendé. Dime, ¿ya elegiste tu título oficial como Princesa, hija mía?
—Ah, sí claro, ve a revisar ahí en mi escritorio — dijo Flurry señalando la montaña de retazos de tela, hilos, botones, agujas, alfileres y hasta dos o tres varas de medir que ocultaban el mueble en cuestión.
Candace suspiró y usó su magia para quitar todo aquello, y debajo había varios fanarts de un personaje de cómics (como el cosplay también de excelente calidad), un buen montón de fan-fictions de diferentes medios, y muchas más cuestiones de las que Candace no quería saber. De nuevo Candace los apartó con cuidado y finalmente encontró una lista de títulos (la mayoría tachados) pero había uno del que su hija se tomó la molestia de adornar al máximo y mostrarlo lo más lindo posible: Princesa Geek de todos los Cómics. Lo que hizo Candace fue gruñir de exasperación, en el fondo de su corazón guardaba la débil esperanza que fuera una broma pero conocía demasiado bien a su hija-
—¡Flurry Heart, por todos los santos! Estamos hablando de tu nombramiento oficial como Princesa de Equestria, ¿qué crees que van a decir los ponis con un título así de ridículo?
—¡Oye! — Se ofendió la joven. — Es un título acorde a mi personalidad, y si me preguntas lo que los ponis dirán será: 'es un título mucho menos cursi que Princesa del Amor' ¿O me equivoco?
Candace se armó de paciencia, pero admitía que esa se la merecía así que no le iba a decir nada al respecto; pero de todos modos tenía que meterle sentido común a su hija.
—Cariño por favor, dentro de cuatro días vas a cumplir dieciocho, tienes que aprender a tomarte las cosas un poco más en serio — dijo lo más neutral que pudo a su hija.
Pero ya era tarde, le había tocado la fibra sensible a Flurry Heart.
—¿Que me tome las cosas en serio dices? ¡Pero si no hay nada que me tome más en serio que los cómics! — Dijo firmemente la joven. — ¡Yo vivo y respiro por los cómics!
Shining entró al cuarto esperando conciliar la paz al escuchar el escándalo de siempre pero él tampoco fue de mucha ayuda ya que lo primero que hizo fue ver el título que su hija eligió para su nombramiento como Monarca y frunció el entrecejo.
—¿Otra vez lo mismo Flurry Heart? Te dijimos claramente que si no te tomas tu coronación oficial con la seriedad que requiere no podrás ir al Comuket de este año.
—¡Y dale! ¿Por qué no entienden que esto es lo que yo me tomo en serio? — Protestó la joven.
—Querida, no puedes vivir dentro de un cómic y lo sabes — dijo Shining tratando de calmarla.
Flurry gruñó pero de casualidad miró por la ventana y sonrió. En el cielo se veía proyectada una señal con una gran A amarilla en el centro. No dijo nada, sólo les dio la espalda a sus padres y volvió a concentrarse en el cosplay.
—Ese es mi título y no lo voy a cambiar. Es tiempo de un nuevo tipo de Realeza. Y en serio, la abuela Celestia es adicta a los dulces y jamás la critican por eso; ¿por qué no puedo ser adicta a los cómics?
Shining y Candace bien sabían que no podían discutir con Flurry cuando se ponía así, por lo que mejor dejaron el cuarto; eso sí, cuando se calmara tendrían que discutir muy seriamente el título con el cual aceptara oficialmente su Corona.
Una vez se fueron Flurry tomó un collar de oro que estaba colgando en clavo y se lo colocó. Al ponérselo un traje como de spándex color blanco con detalles amarillos cubrió su cuerpo, tenía una extraña estructura que ocultaba su salas y la hacía parecer un muchacho en lugar de una chica; y el toque final era un casco blanco con visor amarillo que de paso ocultaba su cuerno.
—¡La Señal Asombrosa está en el cielo! ¡Este es un trabajó para el CAPITÁÁÁÁÁN ASOMBROSO! Un pésimo nombre de héroe pero así me aseguro que nadie me olvide — dijo con su voz que gracias al casco especial también sonaba como la de un chico.
Y entonces saltó a la ventana para salvar el día.
Flurry recorría con valentía los techos de su hogar natal en busca del crimen. Entonces se topó a la policía local en una encarnizada batalla contra un grupo de asaltantes que finalmente los habían logrado dominar, cuando el poni de blanco saltó en un ademán protector hacia los policías y se puso en posición de combate.
—Vaya, vaya conque una situación delicada, ¿no? ¡Hicieron bien al llamar al Capitán Asombroso!
—Por fin nos conocemos Capitán — dijo el líder de la pandilla. — Tú has limpiado casi toda Equestria de gente como nosotros, pero yo he venido aquí para derrotarte de una buena vez, héroe de segunda.
—¡Pst! Jamás lograrás vencerme, soy demasiado asombroso — dijo el Capitán haciendo una pose presumida.
—¡Destrúyanlo! — Ordenó el jefe.
Los pandilleros sacaron varias navajas y se lanzaron contra el héroe, pero éstas sólo rebotaron en su súper traje. Riéndose ante el patético intento, el Capitán Asombroso hizo alarde de su asombrosa fuerza (el equivalente a cien ponis) y los lanzó lejos con suma facilidad dejando sólo al líder, que sacó un cartucho de dinamita que adhirió a su cuerpo y en un ataque kamikaze decidió acabar con el Capitán Asombroso que a tantos compañeros había metido en prisión.
El Capitán, claro que podía resistir algo tan ridículo gracias a su traje era muy asombroso; pero los pobres policías eran otra historia, tenía que pensar rápido. Sin más usó su asombrosa habilidad atlética como para arrebatarle a su oponente el cartucho de dinamita y bloquear la explosión; pero en lugar de eso una substancia pegajosa lo atrapó.
—¡Ja-ja! ¡Caíste en mi trampa! ¡Ahora veremos quién se esconde debajo de esa máscara! — Dijo el jefe pandillero acercándose peligrosamente al casco del Capitán.
El Capitán trató de zafarse, pero la substancia era también muy elástica y su asombrosa fuerza no le servía de nada.
Pero en el momento crucial en donde el casco que odiaban todos los criminales sería removido para ver al sujeto debajo, una estrella shuriken salió de la nada y el tipo tuvo que volverse para bloquearla.
—¿Qué?
Un poni vestido en un traje negro adornado con kanjis rojos saltó entre el Capitán y el pandillero.
El tipo se enojó y con su navaja y varios disparos mágicos intentó someter al recién llegado pero al hacerlo se desvaneció en una nube de humo.
—¿Ah?
—Clones de Sombra — dijo el sujeto volviéndose a aparecer detrás de su enemigo y noqueándolo con un bastón bo.
—Justo a tiempo, Sombra Ninjutsu — saludó el Capitán Asombroso.
—Te estuve viendo por un rato por si necesitabas ayuda. Había más emboscadas en caso esto no funcionara, pero Watt y el Elemental se están encargando.
A la distancia se podía ver a un poni vestido en un traje azul que lanzaba electricidad a un enorme grupo de matones en una terraza mientras que en otra que se convertía en diferentes elementos (agua, tierra, fuego, aire, etcétera) luchaba en otra terraza con otro grupo bastante grande también. Ellos (junto con el Capitán Asombroso) formaban la Liga de los Héroes, autoproclamados protectores de Equestria. En realidad eran Sparkler la hija menor de Derpy el Doctor Hooves, Light Spectra el hijo de Rainbow Dash y Soarin; y por último Beat Box la hija de Vinyl y Octavia. Todos ellos unidos por su gran amor por los cómics y el deseo que la realidad fuera más parecida a sus historias favoritas; y gracias a ciertos colgantes mágicos que ocultaban trajes especiales podían convertirse en verdaderos súper héroes siempre y cuando la situación lo requiriera.
La realidad es lo que tú quieras que sea, ese era el lema de la Liga.
—Como siempre gracias por su ayuda chicos — dijo el Capitán cuando todo terminó.
—Para eso está la Liga — dijo Watt apareciendo junto a su amigo cuando terminó de vencer a los pandilleros.
—Y más importante, los amigos — terminó muy seguro de sí mismo el Elemental.
Tras felicitarse mutuamente se disponían a retirarse, cuando el Imperio entero se sacudió y la temperatura bajó varios grados.
—¿Será que estamos bajo ataque? — Dijo Sombra Ninjutsu,
Un escudo color azul rodeó a la ciudad y varias luces aparecieron en los caminos señalando las rutas de evacuación.
—Sí, efectivamente un enemigo mágico muy poderoso nos ataca — dijo el Capitán al reconocer el escudo mágico de su padre. — Lo siento chicos pero para esto debo encargarme como yo misma, no como Asombroso.
Como el Corazón de Cristal estaba ligado a ella desde su Cristalización, cuando Equestria estaba bajo ataque de cualquiera de sus enemigos ancestrales Flurry tomaba su rol de Princesa y usaba el poder de la Reliquia Ancestral para defender Equestria.
—¡Demonios! — Se quejó Watt. — Justo cuando nos dieron la dirección de la central a donde llevan todo lo robado. Cuando esto termine seguro mudarán el almacén.
—¡Rayos quiero ir pero tengo un deber con mi Reino! — Dijo el Capitán. — Pero también quiero ir y cumplir mi deber como héroe así que…
Entonces Flurry recordó que estaba enojada con sus padres, ¿por qué debería ir a ayudarlos? De hecho tenía una mejor idea. Sacó una especie de comunicador y lo activó. Los demás héroes retrocedieron con miedo.
—Capitán…
—Ey, no puedo desperdiciar una oportunidad tan buena como esta para luchar contra el crimen — se defendió Asombroso. — Además todos sabemos que mi primo es un protector de Equestria mucho más eficiente que cualquiera de nosotros.
Bueno, eso era cierto pero…
Palacio de la Amistad:
En un cuarto subterráneo del Palacio, cierto unicornio adolescente con gafas de soldador se encontraba muy ocupado con el cableado de una especie de armatoste de metal mientras que con su magia sostenía un pequeño soplete. El chico usaba el soplete para darle pequeños toques en lo que estaba trabajando. Entonces una alarma en el fondo del cuarto subterráneo sonó y él se quitó las gafas.
El pelaje del poni era morado lavanda, su melena azul cobalto con una franja rosa y tenía una Cutie Mark de un engranaje y una estrella de seis puntas color rosa. Su nombre era Bright Spark y era el hijo de Twilight Sparkle.
—¿Qué rayos?
—Primo Bright, hay problemas en el Imperio Cristal — sonó de pronto la voz de Flurry Heart a través de una de sus tantas bocinas. — Ahora mismo no estoy en condiciones de defender el Reino. ¿Podrías hacerme tú el favor?
Bright parpadeó sorprendido pero pronto sonrió. La suya era una sonrisa retorcida que no anunciaba nada bueno.
—¡Claro, estaremos ahí en cinco minutos o menos!
—Gracias, cuento contigo primo.
Del otro lado Flurry cortó la comunicación y Bright miró a la poni que lo acompañaba. Era una bella unicornio también de quince años de color celeste casi blanco y una melena rubia platinada; con una Cutie Mark de una tijera de confección. Luminositè, la hija de Rarity.
—¿Lista?
—Moi toujours estoy lista mon ami — respondió ella con una radiante sonrisa, mucho más amable que la de Bright pero sus ojos relampagueaban de perversidad pura.
Imperio Cristal:
Shining y sus soldados le hacían frente a un ejército de pingüinos liderados por uno de gigantescas proporciones que tenía un cetro con el cual manipulaba el clima para crear una atmósfera idónea para sus soldados.
—¡Ríndanse! ¡No podrán resistir mucho tiempo más en este clima! — Provocó el líder. — Yo, Edgar Príncipe del Reino Pingüino congelaré Equestria y luego la reclamaré para mi padre el Rey Charlatan.
—¿No resistiremos dices? — Dijo Shining. — Lo siento pero estos uniformes son más de lo que ves.
El príncipe Edgar de los Pingüinos ladeó la cabeza, era cierto, ¿por qué diablos los militares equestrianos no estaban usando armaduras? En lugar de eso llevabanuna especie de trajes como de spándex negro diseñados más para darles libertad de movimiento que otra cosa. No había nada que los protegiera ni nada por el estilo… y luego estaba el hecho que su báculo hacía que la temperatura bajara por segundos. Ahora mismo estaba tan frío como una noche en el polo sur pero en lugar de buscar abrigo o debilitarse los ponis estaban ahí parados sin dar muestras de incomodidad ni nada.
—¿General Armor?
—No podemos esperar a mi hija todo el día. ¡Terminemos con esto!
Entonces los ponis avanzaron contra la armada de pingüinos, éstos se mostraron sorprendidos. Sin armas ni armaduras, ¿en qué estaban pensando estos ponis? Bueno, ya qué, ellos levantaron sus afiladas espadas y lanzas y corrieron a destrozar a los ponis. Pero al impactar las lanzas en los trajes negros, éstas rebotaban sin causarles daño alguno a los soldados, entonces los ponis levantaron sus cascos frontales y dispararon una corriente eléctrica que hizo que los pingüinos gritaran de dolor al tiempo que retrocedían.
Empezó una escaramuza, los pingüinos eran muchos más pero sus bajas sólo se multiplicaban mientras que los ponis no habían sufrido daño alguno. ¿De qué estaban hechos esos trajes del demonio?
Harto de todo, el Príncipe Edgar graznó con todo su poder y sacó una enorme espada; era el tesoro de su familia, el Carámbano de Acero. Con su arma encantada lo primero que hizo fue apuñalar a Shining con toda su fuerza, el unicornio blanco retrocedió, le dolió sí pero igual su traje evitó que sufriera heridas graves. Edgar entonces cambió su estrategia y lo golpeó con el costado de su espada lanzándolo a volar. Shining aterrizó en el suelo siempre sin daño alguno, o bueno, no más allá que una contusión.
—¿Qué diablos? — Dijo entonces Edgar de los Pingüinos.
—Con esta cosa puede aguantar un golpe hasta de las Princesas Luna y Celestia al mismo tiempo — dijo Shining señalando a su traje. — Adelante, haz lo que quieras no lograrás tocarnos.
El pingüino apuntó entonces con su cetro helado y lanzó una ventisca contra Shining, igual no funcionó.
—Lo lamento, igual estoy bien — provocó el general poni. — Mi sobrino y su amiguita estarán locos de remate pero no tienen igual a la hora de inventar cosas.
Edgar chasqueó la lengua e iba a maldecir cuando una nueva voz se unió a la discusión:
—Vaya y por un momento pensé que no te agradábamos tío.
—Pero por lo visto reconoce que somos cornucopias de talento — dijo otra.
Los dos se volvieron, la hija de Rarity y el hijo de Twilight habían entrado a escena, estaban asando malvaviscos en una fogata pero miraban fijamente a los pingüinos. Shining tembló.
—¡No! ¡Demonios Bright! ¡Lumi! ¿QUÉ HACEN AQUÍ?
—Lo de siempre: encargarnos del tipo malo — respondió Bright Spark como quien no quiere la cosa.
Los soldados cristalinos palidecieron del terror, todos sabían lo que significaba que el par de dementes intervinieran en una batalla.
—¡ESCAPA MIENTRAS PUEDAS! — Le gritó Shining a Edgar.
El pingüino gigante ladeó la cabeza sin entender, cuando los dos chicos de quince se colocaron sus implementos: Bright un par de mancuernillas en sus cascos delanteros y Luminositè una máscara blanca con ojos amarillos. A una señal de los adornos emergió un traje de spándex negro como el de los soldados de cristal, uno con botas rojas, falda roja también, botas de diseñador y una bufanda rojo rubí; y el otro sólo negro con detalles púrpura con un casco negro y el visor igualmente morado.
Edgar entonces comenzó a retroceder al presentir el peligro pero ya era tarde, la bufanda de Lumi se enredó en su cuerpo cual serpiente y se apretó con fuerza. Todos pudieron escuchar los huesos romperse y el pingüino gritó de dolor. Aprovechando la oportunidad Bright sacó una esfera de metal de su bolsillo y la forzó dentro del pico del ave obligándolo a tragarla. Apretó un botón.
Edgar tembló todo y vomitó un chorro de sangre mientras que una estela de humo salía de sus oídos y pico.
—Y para el que tenga curiosidad, detono esa bomba en un rascacielos de Mane-Hattan y en menos de un minuto el edificio es historia — presumió el chico.
Los guardias de Cristal se habían dejado de mover debido a la aparición de este par de tipos así pues los pingüinos aprovecharon a atacar para defender a su rey. Entonces Bright sacó un control remoto, (siempre tenía un montón consigo y los iba sacando conforme los iba necesitantdo), ¿en serio de dónde sacaba tantos?) y tras apretar un botón hizo que cientos de estructuras de acero con enormes garras negras aterrizaran frente a los pingüinos y se posicionaran listos para atacar. Lumi entonces hizo otro tanto con su propio control remoto y lo que ella llamó fueron un montón de muñecas vestidas igual a ella que avanzaron haciendo un extraño sonido: 'gero, gero, gero, gero'.
—Es el fin — dijo Bright. — Tus soldados están hechos de carne, que es débil. Los nuestros de acero que es fuerte.
—No tenemos que decirte en qué va a terminar esto, ¿no? — Dijo Lumi con un tono extremadamente suave y meloso que resultaba de lo más aterrador. — ¡Muñecas, avancen!
—¡Z-Bots, destruyan!
Las máquinas emitieron una serie de pitidos en respuesta a sus creadores y se lanzaron contra los pingüinos que escaparon como alma que lleva el diablo. Viéndose solo, Edgar apuntó sus armas contra ellos pero no dejaba de temblar, sin mencionar que apenas si se podía mover por culpa de sus huesos fracturados.
—¿Entonces qué le hacemos? — Dijo Lumi ansiosa por divertirse de veras.
Mirando a su tío, Bright suspiró.
—Tristemente me llamaron de improviso y no traje mucho. Además ya nos metimos en un problema, mejor no empeoremos las cosas y pongámosle de una vez el collar de control.
Lumi no estaba de acuerdo, pero sabía que su amigo estaba en lo cierto así que sacó de un bolsillo una especie de collar metálico con una luz al frente y se lo puso en el cuello a Edgar. Edgar miró al collar y luego a los dos chicos.
—Bien, en caso vuelvas a acercarte a Equestria…
Apretaron un botón y una corriente eléctrica surgió del traje haciendo que Edgar se retorciera y gritara del dolor. Paró.
—En caso nos enteremos mandaste a alguien a hacer tu trabajo sucio…
Otra horrible descarga.
—Y eso. Tienes treinta minutos para largarte o…
Una última y todavía más horrible descarga.
Humillado, aterrado y echando humo el Príncipe Pingüino se arrastró como pudo lejos de ahí y los dos chicos chocaron cascos muy orgullosos de sí mismos.
—Oye, ¿crees que este intente quitarse el collar? — Se interesó Luminositè.
Se escuchó un grito de agonía a la distancia mucho peor que los anteriores.
—Sí, e igual aprendió por las malas que no se puede — murmuró Bright rodando los ojos. — ¿En serio no es algo de sentido común? Oye tío, ¿está de salud bien la prima Flurry?
—¿Por qué quieres saber? — Preguntó Shining frunciendo el entrecejo.
—Es que ella fue la que nos llamó — explicó Bright.
—Y era un oponente de lo más pathétique — dijo indiferente Luminositè. — No veo que nos necesitara. Pero non me estoy plainte, nos hizo el día pero, ¿está enferma o algo?
Shining rechinó los dientes.
—¡FLURRY HEART!
Más tarde:
Flurry regresó a su casa bastante tarde, había sido una batalla de lo más intensa. Tal como lo sospechó la Liga, el montón de criminales tontos se aprovechó de la alarma de evacuación para vaciar sus depósitos; pero se toparon con los grandes héroes de toda Equestria y terminaron atados y empacados para regalo para la policía.
La joven Princesa estaba feliz, así es como quería dejar su huella en Equestria, ¿en qué estaban pensando sus padres cuando le decían que tenía que seguir exactamente sus mismos pasos?
Pero su buen humor se evaporó apenas si vio un montón de cajas empacadas y listas para sacar a la basura. Sus cómics, su amada colección que tardó años en recolectar; y no sólo eran historietas sino sus figuras de acción, sus fanarts, sus fanfics… ¡Y NO! Su colección de cosplays hechos con sangre, sudor y lágrimas. Temiendo lo peor corrió hacia las cajas y se topó con el campo de fuerza de su padre.
—Ay no… — murmuró la joven alicornio sabiendo que ni en un millón de años podría romper ese campo de energía.
—Sí, ay no — dijeron sus padres entrando a la sala.
Flurry torció el gesto.
—Oigan, fue…
—Llamar a tu primo sólo porque te estabas encargando de no sé qué relacionado con los cómics fue forzar la nota— dijo Candace.
—Pero él era perfectamente capaz de encargarse…
—Él es cruel y malvado y lo sabes — dijo Shining.
—Él no es malo, es cruel sí y está más que loco… pero sólo usa su crueldad para castigar a los malos, ¿eso no lo hace bueno?
—De acuerdo, no es malo… pero es peligroso.
—Sí pero él y su amiga se encargaron de los malos sin dificultad…
—¡Pero en cualquier momento pueden perder el control! — Le espetó Candace muy molesta. — Al llamarlos no sólo los pusiste en peligro a ellos sino a toda Equestria…
Flurry bajó la cabeza, eso no lo había pensado.
—Miren, perdonen, no pensé pero la verdad… — comenzó a decir ella pero su padre la cortó por lo sano.
—Hoy tuvimos suerte, vaya que sí, pero basta ya. Mañana pasará la carreta de la basura y todo esto se irá ahí. No queríamos hacerlo pero hoy cruzaste la línea.
—Y queremos que trabajes a tu título, un serio Flurry Heart. Esto no se queda así — añadió Candace.
La joven Flurry abrió la boca.
—¿QUÉ? ¡NO PUEDEN!
—Sí, podemos y lo hicimos — dijo Shining.
La joven se fue volando indignada a su cuarto y cerró de un portazo.
—¿Fuimos muy duros? — Preguntó Candace.
—Tal vez, pero al llamar a Bright Spark nos mostró cuáles son sus prioridades. Tiene dieciocho años, no puede seguir viviendo en un cómic.
Mientras Flurry se lamentaba en su cuarto. Sus cómics, su razón de vivir. ¿Por qué los tenía que perder así? ¿Qué fue lo que pasó? Bueno, sí, fue una mala decisión llamar a su primo… pero también pensaba que eran muy injustos con él.
—¿Estás bien? — Preguntó Bright Spark apenas ella se echó en su cama (la cual estaba incompleta sin sus sábanas de Capitán Equestria: Civil Conflict.
Ella levantó la cabeza.
—¿Cómo entraste aquí?
—No es importante, ¿estás bien? — Preguntó Bright.
—¿Tengo cara de estar bien? ¡Me quitaron mi razón de ser! — Protestó Flurry. — ¿Qué hago Bright? Soy una heroína y eso me gusta. Pero quiero ser una heroína a mi manera. ¿Eso es raro?
Su primo le sonrió y sacó un libro:
—Es como lo dice el manual de los héroes: un héroe siempre debe elegir el camino de su corazón sin importar qué. Te voy a ayudar.
—¡Por favor! — Saltó Flurry.
Los dos chocaron cascos, se llevaban mal de pequeños pero ahora todo había cambiado y ahora eran como hermanos, con todo y sus peculiaridades.
Las nuevas generaciones han crecido y proteger Equestria está en sus cascos ahora; aunque sus métodos son diferentes de sus familias. Igual espero les haya gustado, siempre tratando de usar un estilo tipo cómic que espero mantener a lo largo de la historia.
Chao; nos leemos!
