Bueno primero que nada este va a ser mi primera historia "grande" por así decirlo ya que estoy acostumbrada solo escribir One Shots; mas que nada me basaría en un universo completamente diferente a lo que nos tiene acostumbrado Dreamworks sobre la película en general (animales parlantes y la antigua dinastía China) aunque los personajes conservarían su esencia.
Esta idea mas que nada ya la tenia desde el año pasado (para ser mas exactos desde diciembre), pero decidí empezar el año con una nueva historia, pero no se preocupen que Kung Fu Abecedary aun seguirá publicándose cada semana, es mi primer bebé después de todo.
Si quieren saber las características de los personajes en general serán descritos conforme avance la historia, pero si quieren que lo dibujen pídanlo con confianza y con gusto lo haré y publicaré los links en mi perfil.
Kung Fu Panda pertenece a la franquicia de Dreamworks, dirigida y producida por Jennifer Yuh
Capítulo 1: Una llamada
Se podría ver las calles tranquilas y ligeramente nevadas en el Valle de la Paz. Se podrían observar personas caminando, otras comiendo y pasando un buen rato con la familia, incluso los estudiantes festejaban porque habían salido de los infernales parciales y eran prácticamente libres solo era cuestión de ir a checar sus calificaciones e irse a celebrar con una buena fiesta navideña con todos.
Aunque no todos habían salido esa noche, una casa se podían observar las luces encendidas demostrando que la mayoría de los habitantes se encontraban despiertos aunque uno en particular se encontraba revisando varios exámenes con su tercera pluma roja de esa noche mientras ponía en una lista la calificación para poder tomar las vacaciones que necesitaban tanto él como sus alumnos.
Dejo la pluma a un lado después de ordenar los exámenes en el escritorio para un segundo más tarde recargarse en la silla mientras se quitaba los lentes de lectura. Estos días habían sido uno de los más agitados, y como no si él siendo el maestro de ciencias y biología de la preparatoria tenía que poner, revisar y dar calificaciones de los exámenes. Pero al fin solamente a unas horas entregaría el papeleo y seria libre.
Desvió la vista hacia la sala, podía observar una pequeña figura sobre un bulto de mantas y almohadas enfrente de la televisión. Dejando a un lado sus lentes se levantó y sonrió al ver la pequeña escena frente a él. Tai Lung, con tan solo 10 años, había pedido ver un maratón de películas de acción que tanto le gustaban pero con sus clases y actividades que realizo el día de hoy solo pudo ver dos películas completas antes de caer rendido a los brazos de Morfeo.
Con un suspiro mientras aún conservaba la pequeña sonrisa en sus labios, lo tomo en brazos para llevarlo a su habitación y ponerlo en su cama. Después de arroparlo observó las fotos que se encontraba encima de la mesita de noche: una eran de un pequeño niño de cabello oscuro y una mujer pelirroja alrededor de 35 años, que reconoció como Tai Lung de 5 años y su hermana Mako, sonriendo hacia la cámara; en la otra se encontraban Shifu, su tío Oogway y Mako cargando un pequeño recién nacido; en la última fotografía se podían observar cuatro figuras sonriendo alegremente: Oogway, Shifu y Tai Lung abrazando a una pequeña pelirroja.
Soltando el aire que retenía en los pulmones salió de la habitación, pensar en su pequeña tenia le dejaba un sabor agridulce en la boca.
Su pequeña niña, su pequeña Tigresa.
Lo único bueno después de una desastrosa relación.
Hace seis años para ser más exactos se había enamorado de una hermosa mujer llamada Mei Ling, con el tiempo que empezaba a tratarla pensaba que con ella podría formar una familia aunque compartían opiniones diferentes: Shifu quería seguir estar en el ejército y tal vez ejercer como ayudante de médico en el campo de batalla para más tarde quedase a vivir en la pequeña ciudad que era el Valle de la Paz con una vida sencilla, al contrario de ella que quería irse de esta pequeña ciudad y vivir en una grande llena de lujos.
Al principio pudieron sobre llevarlo, Shifu se iba a servicio del ejército y Mei Ling buscaba mejores empleos para costear sus pequeños lujos. Se veían cuando Shifu tenía permisos del ejército y aprovechaban ese tiempo. Aunque pasaron 2 años sus diferencias poco a poco empezaron a distanciarlos hasta que sus peleas eran casi diarias; ella quería lujos y atención, él quería cosas sencillas y pasar desapercibido.
Las cosas se complicaron cuando Shifu se enteró del embarazó de Mei Ling. Iba a ser padre. La noticia le trajo una alegría a su vida, aunque no tanto para su pareja. Estaba decidida a no tener a ese bebé si no fuera porque Shifu se lo impidió, decidió dejar el ejército para dedicarse únicamente al cuidado de su bebé hasta que nació. Una pequeña niña pelirroja con ojos de color rubí que decidió llamarla Tigresa.
Tigresa vivía con su madre, aunque Mako y Oogway siempre estuvieron al pendiente de ella hasta que Shifu volvía del ejército para pasar las semanas de permiso con su bebita. Eran las semanas más felices para ambos; era cuando la pequeña recibía todo el amor que un padre le podría dar a sus hijos y se quedaba a vivir con su padre, aunque solo fueran unas semanas, antes de volver con su madre y la tratara indiferente de nuevo.
Inclusive cuando Shifu había regresado de su última misión antes de pedir su retiro definitivo en el ejército debido a que su pierna había sido destrozada y operada en varias ocasiones jamás dejo de tener una sonrisa para su pequeña Tigresa y a su sobrino Tai Lung.
Fue el año más feliz para ambos: Tigresa se quedaba hasta tarde en el hospital con su padre, se iba con su tía y Oogway a casa y jugaba con Tai Lung cuando no tenían demasiada tarea para volver al hospital. E incluso cuando iban a rehabilitación padre e hija hacían pequeños juegos para pasar el tiempo.
Suspiró tratando de alejar que las memorias inundaran su mente, solo faltaban unos días y por fin vería a su pequeña en casa hasta inicio de clases.
Trato de distraer su mente ordenando los exámenes, poniendo las calificaciones faltantes en la lista final y recogiendo las plumas vacías antes de tirarlas en la basura. Apenas iba recoger las mantas y almohadas que habían servido como cama del pequeño sino fuera porque el teléfono empezó a sonar.
Sorprendido por la llamada tan tarde decidió dejar las almohadas encima del sillón y las mantas a un lado antes de dirigirse a contestar.
¿Quién llamaría tan tarde?
No escucho nada más apenas levanto el teléfono, solo estaba la persona que se encontraba en la otra línea y él. Ni siquiera sintió cuando Oogway llegó a su lado, estaba tan concentrado en lo que el locutor decía que pareciera si fuera de vida y muerte.
Aunque técnicamente para él sí lo era.
Apenas terminó la llamada tomo las llaves y su abrigo de un tirón, pudo ver la pregunta silenciosa de Oogway reflejada en sus ojos. Y como no preguntar si casi nunca reaccionaba así y cuando las cosas eran así debía haber sido demasiado importante que no mereciera un segundo más de espera. La última vez que sucedió era difícil de olvidar.
"Cuida a Tai Lung, volveré más tarde." Comento Shifu mientras se ponía su abrigo. "Te contaré todo cuando vuelva. Si no llegó a tiempo solo lleva las calificaciones y la lista que están en el escritorio, déjaselo a la secretaria, ella sabrá que hacer."
"Cuídate Shifu, no te preocupes." Contesto tranquilamente Oogway, sabía que no debía entrometerse, solo podía esperar. Vio la figura desaparecer por la puerta, fue cuando soltó un pequeño suspiro. "Mako, si estas escuchando cuida a tu hermano por favor."
Nunca supo cómo había llegado a su destino, solo sabía que tenía que llegar pronto. Su mente podría pensar varias cosas que iban de mal en peor, creando los peores escenarios habidos y por haber en la historia. Solo supo que había llegado cuando apago el motor frente al edificio que le habían indicado por la llamada telefónica. Soltó el aire que estaba reteniendo, sin saberlo, antes de salir del auto y entrar al edificio para llegar completamente a su destino.
Apenas puso un pie en la recepción escucho su nombre. "¿Señor Shifu?" Una voz de una mujer alrededor de los cincuenta se acercó a él. "Soy la señora Sarah Jackson, mucho gusto. Lo estábamos esperando." Termino su presentación mientras se saludaban con un pequeño apretón de manos. "Por favor sígame, lo que le diré a continuación es demasiado delicado para hablarlo aquí."
Tenía tantas preguntas que requerían una respuesta para el pelirrojo, aunque decidió seguirla para poner todo lo que estaba de su parte si eso facilitaba la respuesta a sus dudas. Aunque no tuvo que esperar mucho, llegaron a un pasillo alejado a cualquier chismoso y la mujer decidió tomar la palabra.
"Señor Shifu, usted fue llamado ya que era el único número disponible en caso de cualquier emergencia que encontramos de la señora Mei Ling. Hace dos horas la mujer que le acabo de mencionar sufrió un accidente automovilístico, al parecer un conductor iba a exceso de velocidad y cuando trato de detenerse los frenos no le respondieron chochando contra el carro de la mencionada provocando el accidente. Temo decirle que la señora Mei Ling murió de camino al hospital, lo lamento."
Escucho lo que le dijo y no lo podía creer: Mei Ling muerta.
Aunque ya no llevaban una buena relación como pareja jamás pensó que moriría así, era difícil de digerir. Se pasó una mano por la cara mientras trataba de asimilar la noticia. Podría haber seguido así sino fuera porque su boca salió las palabras cargadas de preocupación casi dos segundos más tarde.
"¿Y Tigresa? Mei Ling tenía una niña, nuestra hija. ¿Tigresa iba con ella?" Pregunto con evidente preocupación y ¿Por qué no? Terror mientras en su mente imaginaba lo peor, rezaba porque su mente solo le jugara una broma de mal gusto, pero al fin al cabo una broma.
"No señor, la pequeña estaba con la niñera cuando el accidente ocurrió. Fue traída a nuestras instalaciones apenas se nos informó del fallecimiento de la madre de la pequeña. Por eso lo llamamos señor, debido a que es padre y guardián de la niña es necesario que firme una papelería antes de llevársela a su casa."
"Pero ¿Qué pasará con el papeleo de Mei Ling?"
"Una prima decidió hacerse cargo de esos detalles." Contesto tranquilamente.
Claro cómo olvidar a la prima mayor de su ex pareja, era una persona con el genio de los mil demonios (incluso más que él) y no le tenía paciencia a los niños. Aunque claro en este momento agradecía que ella se encargara, tantas noticias de golpe no le hacía bien a nadie.
"Por favor sígame para terminar el papeleo de una vez." Y sin más tiempo que perder siguió a la señora para firmar todo el papeleo, lo único que quería era ver a su niña lo más rápido posible. Y si tenía que firmar una montaña de papeles lo haría gustosamente, si eso aceleraba las cosas.
Tigresa abrazaba sus piernas mientras escondía su cabeza entre sus brazos. Tenía tanto miedo, en un momento ella estaba en su casa contando los días que faltaban y en otro estaba aquí en este cuarto que debería transmitirle tranquilidad aunque solo hacían que se sintiera más nerviosa. Sentía que las lágrimas se le acumulaban en sus ojos y se le empezaba a formar un pequeño nudo en la garganta amenazando con hipar en cualquier momento. Extrañaba a su papá ¿Dónde estaba?
No quería estar sola, no quería sentirse sola.
Se sentía igual cuando estaba con su madre en estos momentos, ella siempre le tenía lo básico: educación, ropa y una habitación acondicionada para su edad. Aunque se podría decir que Mei Ling tenía una relación con su hija indiferente, fría en pocas palabras.
Siempre tratándola como si su presencia no le importara en lo más mínimo, la trataba indiferente a la hora de hablar con Tigresa, no le tenía juguetes ni le daba comida chatarra que cualquier niño de su edad se le antojaba ya que consideraba molesta esas actitudes. Se podría decir que su día se basaba únicamente en despertar, vestirse, ir a la escuela, regresar a casa, hacer los deberes, quedarse con la niñera mientras su madre salía, tomaba un baño y se iba a dormir. Cada día era la misma rutina una y otra vez.
Extrañaba esas semanas con Shifu, ese tiempo donde se quedaba con su padre eran completamente diferentes a cuando estaba con su madre.
Añoraba despertarse en su cama con sus sábanas y colchas multicolor, durar con la pijama puesta, desayunando y riéndose de las tonterías de Tai Lung mientras los adultos estaban enfrascados en las noticias o en su periódico pero haciéndolos participes de sus conversaciones, ayudar a su padre con las compras mientras su primo metía a escondidas las golosinas que les gustaban a ambos en el carrito siendo Oogway su cómplice, ir al parque a jugar, que su padre se tomara la molestia de bañarla con toda la paciencia del mundo y contarle una historia fantástica acompañada de su primo antes de que ambos cayeran rendidos a los brazos de Morfeo.
Trataba de recordar los momentos más felices con su familia para sentirse alegre, positiva en este lugar que no le gustaba en lo más mínimo. Trataba de olvidarse de las palabras crueles de su madre cuando se enojaba con ella. Las últimas palabras que le había dicho.
El ruido de la puerta la saco de su ensoñación. Observo las dos figuras que se acercaban, una que era demasiado familiar para Tigresa. Podía observar el cabello cobrizo casi pelirrojo y los ojos azules que podría reconocer en cualquier lado.
"¿Tigresa?"
"¿Papá?" Pregunto Tigresa sorprendida pero feliz. ¡Su padre había venido por ella!
Shifu se acercó a Tigresa mientras la analizaba rápidamente con una mirada mezcla de preocupación y alivio. Podía ver sus mejillas sonrojadas y los ojos ligeramente rojos a causa del llanto, su cabello rojo enredado y su ropa que constataba de su pijama con unas botas y un suéter con cierre que le había regalado la navidad pasada. Le acaricio las mejillas a su pequeña, fuera de todo lo anterior ella se encontraba bien y suspiro de alivio para tomarla en brazos un segundo después. Se sentía tan bien tener a Tigresa en brazos, todas las preocupaciones que se le presentaban en la cabeza se habían esfumado.
" ¿Te parece ir a cenar algún lado antes de irnos a casa?" Pregunto amablemente Shifu y como respuesta a su pregunta fue un asentimiento con la cabeza aprobando su sugerencia antes de enrollas sus brazos en el cuello de su padre y poner su cabeza en el hombro mientras salían del lugar.
Fueron a una pequeña cafetería abierta a las 24 horas, comieron un poco antes de que Tigresa cayera rendida a causa del cansancio y emociones que solo una niña de 4 años podía soportar. La acostó en el asiento trasero para que estuviera cómoda para salir a su destino. Pero primero iría a recoger algunas cosas de Tigresa al departamento de Mei Ling.
Dejo el carro encargado con el vigilante de los departamentos antes de subir. Ingreso la copia de la llave del lugar, tomo una bocada de aire y entró.
El departamento era lo suficiente grande para dos personas, observo los muebles que venían incluidos a la hora de rentar el lugar. Mientras pasaba pudo ver que no había ninguna fotografía, solo imágenes de lugares exóticos, algunos adornos demasiado frágiles (casi podía asegurar que eran demasiados costosos) y una lista de mandado en el pequeño pizarrón que estaba pegado en el refrigerador.
Paso por las habitaciones y pudo ver que el cuarto principal tenía una cama perfectamente arreglada en medio de la habitación, el armario ligeramente cerrado que no se molestó revisar y tenía un tocador lleno de varios perfumes, cremas y demás cosas de belleza con nombres exóticos que ni siquiera sabía pronunciar.
Decidió probar suerte entrando a la otra habitación que ocupaba Tigresa. Era realmente sencilla y más pequeña a comparación de la primera: las paredes de color claro (un color salmón podría decir), la cama en medio del lugar con dos mesitas de noches color blanco mientras el ropero del mismo color estaba al otro extremo de la puerta.
Cualquiera que entrara aquí pensaría que esta no era una habitación de un infante, era demasiado ordenada para un niño que no pasaba de 4 años.
Atravesó la habitación para llegar al ropero, saco una pequeña maleta con la que estaba demasiado familiarizado y metió las pertenencias de Tigresa que prácticamente consistían el su ropa, dos pares de zapatos (unas zapatillas de deporte y unas bailarinas) y unos libros de colorear antes de cerrar la maleta y tomar también la mochila escolar con todos sus útiles. Ya luego arreglaría los papeles para que fuera al jardín de infantes en el Valle de la Paz.
Con las mochilas en su poder cerró la puerta del departamento que jamás volvería a pisar. Le entrego la copia de las llaves al encargado de mantenimiento, le dejaría a la prima de Mei Ling que se encargara de recoger lo que faltaba, no creía que echaría de menos las cosas de su hija al contrario casi podía asegurar que las cosas de Tigresa serían las primeras cosas en la basura conociendo a la bruja de la prima de Mei Ling (aunque sería una ofensa para las brujas si las comparas, casi podría asegurar que ellas eran más amables).
Y con ese último pensamiento se fue a su carro donde lo esperaba Tigresa profundamente dormida para hacer su viaje de vuelta al Valle de la Paz, donde la pequeña viviría ahí de ahora en adelante.
