Disclaimer: Fairy Tail pertenece a la maldita perra de Hiro Mashima.

Pareja: Rufus/Juvia, leve Gray/Juvia.

Extensión: 4800 palabras.

Notas: Para la Jefaza de Jefes, Hitomi, que es la BOSS indiscutible del foro (?). Feliz cumpleaños atrasado, mami. Ya sabes que te prometí un Rufus/Juvia para tu cumple pero como esos días estuve en la playa no pude publicar y eso, así que lo tienes ahora. Tenía esta idea de hace tiempo pero se me alargó más de lo esperado así que tendrás que aguantarme a mí y a mis actualizaciones cada alineación planetaria (?), en cualquier caso va con amor for you -3-

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Tazas de té.

Earl Grey.


Todo ese asunto había sido en principio idea de Levy, pero Juvia estaba comenzando a arrepentirse de haber aceptado. No es que tuviera problemas en cambiar algunas cosas, pero por alguna razón esa en particular prefería no cambiarla. La maga de escritura le había comentado que quizás no dormía bien por culpa del té, a ella le sonaba bastante tonta la idea pero Levy había insistido en que la L-teanina podía ser o bien un causante o bien un agravante de su malestar, considerando que el té también contenía cafeína. Era indudablemente la primera vez que Juvia oía que el té contenía cafeína, pero había decidido confiar en la palabra de Levy.

El problema radicaba ahí, con ella frente a las distintas variedades de infusiones dispuestas en esa tienda. Levy incluso se había tomado el tiempo de recomendarle esa tienda en particular para que reemplazara el Earl Grey por alguna infusión de hierbas que la ayudara a conciliar el sueño y no al revés, pero Juvia repetía no querer realizar ese cambio. No tenía que ver con la palabra «Grey» inserta en el nombre del té, sino más bien a que las infusiones le solían parecer insípidas; incluso si casi todas las chicas que conocía gustaban del té verde ella no lo soportaba, no sabía a nada. Pero al Earl Grey se había acostumbrado, tenía un sabor particular al que le había cogido el gusto, no se sentía cómoda cambiándolo por un té de manzanilla como le había sugerido su compañera.

Encima la vendedora que la atendía, una mujer joven de cabellos castaños, no dejaba de mirarla con molestia. Juvia quería creer que era debido a su indecisión, pero la verdad es que la joven la había mirado mal desde que había llamado su atención para preguntar dónde estaban los té medicinales, como si le hubiera estorbado en algo. No sabía por qué, pero era casi la forma en la que ella solía mirar a Lucy cuando esta estaba cerca de Gray, lo que la confundía todavía más. ¿Ella qué había hecho?

—¿Ya tomó una decisión?

Juvia salió de un introspección para volver a mirar las hierbas perfectamente dispuestas en el mostrador frente a ella, mordiéndose el labio con inseguridad.

—Juvia cambió de idea —dijo al fin—, ella comprará un Earl Grey.

La vendedora hizo un gesto de clara molestia antes de dar la vuelta, por lo visto cansada de tener que atenderla. O al menos así era en un comienzo, luego se rostro se relajó significativamente y retornó la mirada a Juvia, con una sonrisa de fingida amabilidad.

—Claro, la llevó hasta donde están.

Desde ya que eso fue raro, pero Juvia no dijo nada y la siguió hasta otro mostrador, pensando que esa actitud era más tolerable que la primera a pesar de lo brusco del cambio. La chica le indicó el lugar donde estaban apartados los Earl Grey y luego la dejó, más o menos. Juvia no terminaba de salir de su asombro al oír el plural y ver más de un Earl Grey dispuesto frente a ella cuando la mujer que tendría que atenderla, y a la que enseguida tuvo deseos de preguntar sobre qué Earl Grey era qué para discernir cuál era el que compraba ella, dio la vuelta y se alejó unos pasos hacia otro cliente, dejándola sola.

—Señor Lohr, ¿qué se le ofrece?

Y ella ahí, parpadeando con más de un «Grey» a su lado y sin saber cuál era cuál. O sea, ¿qué mierda de té iba a comprar?, ¿qué mierda de vendedora era ella, tratándola de esa forma?

Juvia suspiró, antes de dar los pasos suficientes para acercarse nuevamente a la chica. Todo eso le había cansado, ella era un cliente y merecía que esa tipeja la tratara decentemente, incluso si se moría de ganas de irse a ligar con alguien. Para empezar con qué derecho dejaba botado a un cliente para ir a coquetear con otro.

Y no, no tenía nada que ver con que el insomnio te pone de mal humor.

—Disculpe —replicó, más fuerte de lo que le hubiera gustado.

¡Pero estaba molesta!, ¡no era su culpa si ella quería ligar con el mago de Sabertooth! ¡Merecía un trato decente, como cualquier cliente!

De pronto, al momento que tuvo ese pensamiento y las dos personas frente a ella voltearon a verla, distinguió el hombre al que se había acercado la tipa que la había estado atendiendo. Sí, primero lo reconoció como mago de Sabertooth y luego cayó en la cuenta de que por tanto lo conocía, al menos de vista.

—¿Qué? —espetó la tipa, de nuevo mirándola con molestia, lo que demostraba que ahí radicaba el problema, quería coquetear pero Juvia no la dejaba.

¡Y eso a ella qué le importaba! Debería estar trabajando y haciéndolo bien, de paso, lo que incluía tratar bien al cliente.

—Juvia no sabía que había más de un Earl Grey —explicó, dirigiéndole una mirada a la chica igual de venenosa que la que recibía ella—, ¿podría explicarle cuál es cuál? —pidió.

—Ah. —Fue todo lo que dijo la mujer, mirándola ahora de forma despectiva—. Es que como pidió ver los Earl Grey pensé que sabía de té.

Claro y ahora tenía el descaro de tratarla como si fuera estúpida.

—Juvia, ¿no? —La llamó Rufus, sorprendiéndola. Pese a eso no tardó en asentir—. ¿Exactamente qué Earl Grey toma?

Juvia parpadeó porque, vamos, ¿por qué él lucía más dispuesto a sacarla de sus dudas que la vendedora?

—Juvia no sabe —respondió—, ella solo compra el Earl Grey que venden en el mercado de Magnolia, nunca se ha fijado en nada más.

Encima que se había dado el trabajo de viajar siguiendo las recomendaciones de Levy, porque esa tienda era grande y conocida y tenía a una de las peores vendedoras del mundo. Tuvo que tener la mala suerte de, de las varias dependientas que habían en el lugar, acercarse a la peor.

—Toma del tradicional, supondré.

Y ahora la chica ardía de ira, de seguro porque había llamado la atención de Rufus. No pudo evitar sonreír con satisfacción por eso, se lo tenía merecido.

—Sí, Juvia de seguro toma del tradicional.

Rufus le sonrió y le señaló una columna de las varias dispuestas en el mostrador, un mueble de madera con pequeños espacios cuadriculados donde estaban dispuestas las hojas de té.

—Son estos —aclaró—, lo demás ya son diferencias de calidad, se puede fijar en eso en base al precio.

Juvia desvió la mirada hacia lo que le había indicado, contemplando inevitablemente unos momentos las etiquetas de precio dispuestas bajo el nombre del té, todos poniendo «Earl Grey» en el pequeño cartel blanco. No contuvo una sonrisa.

—¡Muchas gracias! —exclamó, obteniendo una suave risa a cambio.

—No ha sido nada.

Juvia le sonrió una vez más antes de centrar unos momentos su atención en los precios de cada variedad, pensativa. No tardó en regresar la atención al mago frente a ella, meditando si cuestionar el asunto o no.

—¿Juvia puede hacerle una pregunta?

—Claro.

—Ella —dijo, pensando cómo abordar el tema—, últimamente no duerme bien. —El pareció sorprendido por el detalle—, Levy-san le recomendó a Juvia dejar de tomar té por lo mismo. Tampoco es que Juvia tome mucho, solo le gusta el Earl Grey, pero por eso mismo no quiere comprar un té de manzanilla, Juvia lo encuentra demasiado insípido. ¿Tiene usted alguna recomendación para Juvia?, ya que parece saber más de té que ella.

Él pareció pensarlo unos momentos antes de fijar su mirada en las variedades de Earl Grey dispuestas a su lado, inspeccionando con la mirada las etiquetas unos momentos antes de señalar una de las variedades.

—El Rooibos Earl Grey está hecho de rooibos en lugar de té, así que no contiene cafeína ni similares.

Juvia abrió los ojos con sorpresa, mirando la opción señalada.

—¿Qué son los rooibos?

—Es un arbusto —aclaró Rufus—, igual que la planta del té.

—Oh —musitó Juvia, captando el punto: entonces era otra planta—. ¿Y sabe como el té?

—Es ligeramente dulce, a diferencia del té.

A Juvia le pareció que ese «ligeramente dulce» significaba «sabe a algo, no como el té»; y si encima la ayudaba con lo del insomnio pues todavía mejor.

—Vale, gracias, entonces Juvia comprará el Rouibos Earl Grey.

—Rooibos —corrigió él.

—Eso —accedió ella algo sonrojada, para finalmente dirigir su atención a la chica que la atendía (en teoría), la que se había cruzado de brazos y miraba a Juvia como si fuera el ser humano más despreciable sobre el mundo—. Juvia ya se decidió —dijo, sintiendo que volvía a estar molesta.

Era inevitable si esa tipa le sonreía de esa forma, como queriendo decirle con el gesto que la odiaba y la deseaba muerta, antes de preguntarle con un tono condescendiente:

—¿Un Rooibos Earl Grey?

—Sí.

—Bien —dijo la vendedora, escupiendo las palabras—, acompáñeme a la caja.

Se dirigieron otra mirada envenenada antes de que la chica diera la vuelta y Juvia, tras inclinar la cabeza en señal de despedida a Rufus, partiera tras ella. Última vez que pisaba esa tienda.

Al menos ese fue su plan inicial, hasta que descubrió que no, no se vendían infusiones de rooibos en Magnolia.

—El té rooibos no es muy común. —Fue lo que le dijo un vendedor cuando ella se cansó de buscar por toda Magnolia y no obtener resultados.

No es que la idea de viajar de nuevo para comprar otro paquete de Rooibos Earl Grey fuera una idea que le atrajera, pero era la única tienda que conocía donde venían y no tenía ganas de seguir yendo de tienda en tienda para averiguar si tenían o no té de rooibos. Tampoco es que en verdad pudiera dormir mejor por haber cambiado el Earl Grey tradicional por ese, cosa que desmentía la teoría de Levy, pero la infusión en verdad le había gustado, era algo dulce aunque mantenía la esencia del Earl Grey y la combinación le gustaba. Además por lo del dulzor no necesitaba emplear tanto azúcar, lo que era un punto a favor para su figura y seguía sin agravar su insomnio incluso si no lo mejoraba, muchos puntos a favor para el rooibos.

En fin, que tras avisar en el gremio que saldría a comprar y marchó de vuelta a la dichosa tienda, con el pensamiento claro de a que vendedora no pedirle indicaciones.

Ingresó al local tratando de recordar dónde se hallaban las variedades de Earl Grey, encontrando el mostrador en seguida, tanto en la tienda como en sus recuerdos. Ese último pensamiento le hizo desviar su atención inevitablemente hacia una cabellera rubia, meditando unos momentos que quizás debería acercarse a hablarle, era lo mínimo considerando lo amable que había sido con ella la última vez.

Miró unos segundos más el mostrador antes de emprender camino hacia el mago, dudando unos momentos antes de hablar.

—Hola Rufus-san.

Él dio la vuelta, levemente extrañado antes de sonreírle con suavidad.

—Hola —correspondió—. ¿Necesita algo?

Juvia negó, mirando unos momentos el mostrador que el mago había estado mirando.

—Juvia solo pasaba a saludar, ella vino a comprar otro té —indicó, señalando la caja de Rooibos Earl Grey en sus manos—. ¿Qué ha venido a comprar Rufus-san?

—Se me ha acabado el té verde.

Ante eso abrió los ojos con leve sorpresa.

—¿Rufus-san toma té verde?

—Sí —respondió él—, ¿por qué?

—Ah, es que Juvia nunca antes había conocido a un chico que tome té verde, solo lo toman las chicas en el gremio. Aunque en general más allá de cerveza o algún refresco los chicos no toman nada más —comentó, pensando en sus compañeros—, ni siquiera agua.

—Supongo que lo entiendo, aunque en mi caso soy prácticamente el único que toma té regularmente.

Se sorprendió un poco al oírlo.

—¿De verdad?

—Ni siquiera Yukino lo toma seguido, ella es más del chocolate caliente o un tazón de leche.

Juvia parpadeó. Casi ninguna chica en el gremio tomaba chocolate caliente salvo por Wendy. Lucy alegaba que la pondría gorda, Levy que era una bebida muy pesada, Mirajane que era demasiado azúcar, Cana no alegaba nada porque solo bebía cerveza, todos lo tenían claro; y así un largo etcétera. Sin embargo, sabía que Lisanna solía tomar un tazón de leche de vez en cuando o incluso Bisca cuando quería convencer a Asuka de hacerlo y la pequeña tampoco tomaba chocolate porque sus padres no la dejaban, sino después hacerla dormir era imposible.

—En el gremio las chicas no suelen tomar esas cosas, ni siquiera Erza-san, sobretodo desde que Mira-san le dijo que los pasteles de fresa se le empezaban a notar, ahora cuenta las calorías de todo —comentó, recordando la expresión estupefacta de la pelirroja ese día.

—Yukino no se suele preocupar de esas cosas, aunque sí es algo sensible respecto a su peso.

—Juvia no se preocupa por esas cosas —dijo—, después de todo a ella solo le interesa la opinión de Gray-sama y él nunca le ha dicho que está gorda, a diferencia de a Lucy-san, aunque a Lucy-san todo mundo le dice que está gorda.

A saber por qué, ella no encontraba a la rubia excesivamente pasada de peso.

—Ya veo —dijo él, levemente extrañado de su comentario—, y dígame, ¿ya puede dormir mejor?

—No, Juvia aún tiene insomnio —respondió rápidamente, algo incordiada por el hecho—, Juvia no está segura del motivo y aunque Wendy la ha ayudado un poco con su magia no puede estar todas las noches cuidando a Juvia.

—El insomnio puede ser causado por muchas cosas: situaciones de estrés, el espacio donde duerme, hábitos irregulares de sueño, malos hábitos alimenticios. ¿Ha comprobado si tiene alguno?

—Sí, o sea, por eso a Juvia le recomendaron dejar de tomar té, pero más allá de eso no cree tener nada así. Tal vez.

—A veces es mejor que un espectador externo determine eso, al ser uno el implicado es difícil ser objetivo, es difícil por ejemplo determinar cuando se tiene estrés o ansiedad.

—Bueno, algunas chicas han comentado que últimamente Juvia luce más desanimada que de costumbre.

—¿Y eso a qué se debe?

—Ni idea, Juvia no se encuentra desanimada —respondió, meditando el asunto—, ella está igual que siempre.

Rufus contuvo una suave risa al oírla.

—Bueno, por algo es mejor oír a un espectador externo, quizás usted no lo nota pero debería oír los comentarios de sus cercanos, algo de razón deben tener.

Lo considero, después de todo era cierto que ser objetivo con unos mismo era algo difícil de hacer.

—Juvia lo considerará, quizás está pasando por alto algo —dijo, sonriendo levemente para luego caer en cuenta de algo—. Oh, Juvia lo ha distraído y ella tampoco ha comprado nada todavía —comentó, fijando su mirada en la caja vacía en sus manos.

Se había distraído con la conversación.

—No se preocupe, de todas formas no tenía prisa —comentó Rufus, sonriendo y mirando luego el mostrador a su lado—. Además tengo claro que llevaré. ¿Usted?

—Oh, Juvia llevará otro Rooibos Earl Grey, a ella en realidad no le gusta mucho el té salvo por el Earl Grey.

—Sí, ya me había dicho que solo le gustaba el Earl Grey, pero como seguía teniendo problemas para dormir pensé que quizás podría comprar uno tradicional en lugar del Rooibos.

—No, a Juvia le gustó mucho el Rooibos Earl Grey, le gusta que sea ligeramente dulce, así no debe usar azúcar —dijo, para apresurarse en aclarar—, no es que a Juvia en verdad le preocupe demasiado su figura, pero prefiere no exagerar, no tomar mucho azúcar es bueno para ella, así es más linda.

—Yo pienso que ya es lo bastante linda.

—Oh —musitó Juvia, sonrojándose. Bajo la mirada al suelo antes de hablar—. En fin, que a ella le gusta el Rooibos Earl Grey, mantiene el sabor característico del Earl Grey que tanto le gusta pero a la vez tiene un poquito más de sabor al ser dulce, o eso piensa ella.

—Bueno, todas las variedades de Earl Grey mantienen su sabor característico —dijo Rufus, alejándose del mostrador un poco—, después de todo lo que caracteriza al Earl Grey y sus variedades es la bergamota. Por cierto, yo sé qué compraré, presumiendo que usted también vamos a la caja, para no perder más tiempo.

—Claro —aceptó Juvia, emprendiendo camino junto a él—. Por cierto —llamó, algo avergonzada todavía—, ¿qué es la bergamota?

Rufus rió levemente al oírla.

—Un cítrico, también se le conoce como pera del Bey. De su piel se extrae el aceite de bergamota que se usa para aromatizar el Earl Grey; en sí el Earl Grey es té negro aromatizado con aceite de bergamota, de ahí su sabor característico, de la bergamota. Sus variantes añaden algo o cambian el tipo de té pero mantienen la bergamota.

—Ya veo —comentó Juvia—, entonces Juvia supondrá que le gusta la bergamota.

—También se usa en confitería, pero no tiene muchos más usos en alimentación.

—Bueno, a Juvia le gusta el té aromatizado con bergamota, entonces —resumió.

—En dicho caso está el Green Earl Grey, podría interesarle para reconciliarse con el té verde, ¿no cree?

Juvia lo pensó, después de todo podría ser que ese sí lo vendiesen por Magnolia y nada perdía con probar. Además Levy había estado bastante feliz cuando le comentó que cambió el Earl Grey por un Rooibos Earl Grey, después de todo a McGarden no había tenido ni que explicarle qué eran los rooibos porque ya lo sabía y por tanto había comprendido inmediatamente el sentido de que Juvia cambiara su té. Ahora que estaba comprobado que tomar o no tomar té no afectaba en nada sus hábitos de sueño, quizás las chicas se pusieran felices si se enteraban que había empezado a tomar té verde y quizás hasta podía tomarle gusto al brebaje, nada perdía por ello, el cambio solía ser positivo.

Por eso acabó aceptando la idea y volvió a su dormitorio en Fairy Hills con dos cajas de té. Después de todo había ido a comprar un Rooibos Earl Grey y se negaba a volver sin uno, independiente de si compraba o no un Green Earl Grey, que lo había hecho.

—Ah, tantos Grey's. —Fantaseó al llegar y mirar sus dos paquetes de té, desviando también unos momentos su atención a los muñecos que tenía en su cuarto.

Pensó todo lo que le había sucedido a lo largo de ese mes, el motivo por el que no podía dormir y los comentarios de los demás sobre que lucía desanimada. Juvia quería creer que no era así, pero no negaba que había un tema que no la dejaba en paz las últimas semanas y lamentablemente tenía que ver con el motivo inicial de que comenzara a beber té y la mayor parte de la decoración de su dormitorio.

Se suponía que además del estrés el espacio donde dormía podía ser una influencia negativa en sus hábitos de sueño, pero ella antes tenía tan buenos sueños ahí, no podía comprender cómo había pasado a no soñar nada por ser incapaz de dormir.

O quizás sí.

Juvia suspiró, apartándose de la mesa donde había depositado las cajas de té para ir en busca de su pijama. Lo mejor sería, por el momento, intentar dormir una vez más en lugar de seguir pensando, no le traería nada bueno. A fin de cuentas, ella era buena para sobreponerse a esas cosas.

Por eso a la mañana siguiente se levantó sin darle más vueltas al asunto, solo se quejo unos momentos de sus cuatro horas de sueño poco profundo y luego se marchó a la ducha. Por alguna razón, como le venía sucediendo desde hace algún tiempo, ducharse con su esponja de Gray y secarse con su toalla de Gray no le produjo la misma emoción que le producía en antaño. Juvia no quería admitirlo, pero últimamente pensar en el mago de hielo le producía algo parecido a cansancio.

Soltó un suspiro debido a eso al ingresar al gremio y verlo hablar con Erza, notándose incómoda. ¿Qué le pasaba?

—¡Juvia! —Dio un respingo al oír la voz de Levy, para luego fijar su atención en la pequeña maga y acercarse a ella—. ¿Cómo te fue ayer?

—Bien, Juvia compró té verde además del rooibos —respondió, sentándose junto a su compañera y captando la atención de Cana con sus palabras.

—Pensé que el té verde no te gustaba —dijo la maga de cartas.

—A Juvia no le gusta, es otra variedad del Earl Grey, ella quería probar, se lo recomendaron.

—Como la recomendación del té rooibos, supongo —dijo Levy—. Es una buena tienda entonces, he oído muy buenos comentarios de ella pero no he tenido el tiempo ni los motivos para ir. Aunque a ti parece irte de maravilla con ella, te instruyen bien, ¿no?

—Oh.

Juvia parpadeó, sintiéndose tonta. Recordó de pronto que la vez que le dijo lo del té rooibos a Levy solo comentó que se lo habían recomendado porque no era la misma planta y no tenía por tanto los mismo efectos, pero no había mencionado nunca quién le dio la recomendación. Ahora que lo pensaba, era entendible que Levy hubiese supuesto que se trataba de algún trabajador del local y ella no se había dado cuenta de la confusión causada hasta ahora.

—¿Qué pasa? —preguntó Cana, bebiendo un sorbo de su cerveza.

—Nada, es que en realidad Juvia solo ha hablado una vez con una vendedora y no fue muy amable. Aunque la dueña del local, que atiende la caja, es una mujer mayor que sí es bastante agradable —comentó, sonriendo levemente al pensar en la anciana.

—Espera, ¿y entonces la recomendación de quién fue? —inquirió Levy, algo confusa.

Juvia se sintió extrañamente nerviosa, quizás porque pudo haberlo dicho antes pero se le había pasado por completo hacerlo, se sentía algo boba por ello. Le aclaró la situación a Levy pensando eso, aprovechando de aclarar que había aceptado tomar té verde porque a todas les gustaba y no perdía nada por tener un tema en común con ellas, dado que nunca había podido entender el gusto de la mayoría por el tema. Levy la oyó atentamente, asintiendo a sus palabras, Cana por el contrario simplemente sonrió tras sus palabras y luego se despidió de ellas, marchándose rumbo a la barra. La maga de agua parpadeó, algo confusa por esa reacción pero no le dio más importancia.

O al menos así fue hasta que el grito de Mirajane alertó a todo el gremio.

—¡No puede ser!

Cana asintió repetidas veces a la maga, a saber a qué, temas de ellas. O eso pensaba Juvia antes de que la camarera del gremio dirigiera su atención a ella.

—Juvia, ¿es eso cierto?

Juvia parpadeó, completamente confusa. Miró unos momentos a sus lados, como tratando de ubicarse y lamentando el hecho de que la atención de todos estuviera sobre ella antes de hablar.

—¿Qué cosa? —preguntó.

—¿Has estado coqueteando con el mago de Sabertooth?

Su confusión se convirtió en simple condescendencia. Parpadeó una vez más, como tratando de dilucidar si en verdad Mirajane le había preguntado eso antes de hablar.

—Cana-san, ¿qué tontería le dijo a Mira-san?

Cana dio un trago a su cerveza, con la atención de todo el gremio puesta en la conversación, antes de responder.

—No fue ninguna tontería, solo le dije a Mira lo que tú le dijiste a Levy, que tenías un nuevo amigo, Mira simplemente lo malinterpretó.

—No malinterpreté nada —reclamó Mirajane tras lo cual le arrebató el vaso de cerveza a Cana con brusquedad—. Me dijiste que Juvia iba a comprar té y aprovechaba de hablar con el chico de Sabertooth y que por él se había comprado un té verde, ¡Juvia odia el té verde!, eso lo malinterpreta cualquiera.

La maga de agua se cubrió el rostro con una de sus manos al oír a las dos magas discutir, pues Cana no tardó en volver a reclamarle a Mirajane que ella había malinterpretado sus inocentes palabras. Claro, como si Cana no hubiese ido ahí con la explicita intención de darle una idea equivocada a Mirajane.

El ambiente en el gremio comenzó a retornar a la normalidad, todos conscientes del carácter de esas dos. O al menos en parte, porque Lisanna no tardó en acercarse a su hermana para preguntar.

—¿Qué mago?

Inevitablemente algunos mantuvieron su atención en la conversación, la pregunta y la respuesta, entre ellos Gray. Juvia por su parte había suspirado y luego vuelto la atención a Levy, que le dirigió una suave sonrisa.

—Cana es así, supongo que debimos desconfiar cuando se marchó tan repentinamente.

—Juvia le da la razón en eso —dijo, suspirando nuevamente.

—Al menos nadie se hizo una idea equivocada. —Juvia asintió, agradeciendo internamente el detalle—. Sobre eso —llamó Levy, volviendo a obtener su atención.

—¿Qué cosa?

—Cana lo mencionó como tu amigo, ¿lo es?

Juvia se sorprendió por la pregunta, no pudo ocultarlo, probablemente porque no se había detenido a pensar en eso.

—Solo han hablado dos veces —dijo, meditando unos momentos que eso en realidad no respondía la pregunta de Levy, ni la suya—, aunque sí ha sido muy amable con Juvia y a ella le agrada —comentó.

—¿Entonces sí has hablado con Rufus? —preguntaron a sus espaldas, causándole un sobresalto.

Volteó para ver a Gray tras ella, con una expresión levemente molesta.

—Pues sí —respondió—, es que él también estaba comprando té las dos veces que Juvia fue a comprar y como la primera vez la vendedora no aclaró la duda de Juvia y en cambio él sí, Juvia considero que era una buena idea pedirle consejo a él, parecía saber bastante de té —aclaró, señalando a la maga sentada frente a ella—, como Levy-san.

Gray no dijo nada, pero ciertamente no lucía feliz.

—¿Y es agradable?

—Bueno —comenzó Juvia, dudando—, respondió a la duda de Juvia aunque no tenía que hacerlo y la ha ayudado bastante con esto del té y del insomnio, así que sí, bien podría no haberlo hecho. —Se detuvo unos momentos tras decir eso antes de hablar—. ¿A Gray-sama le molesta?

—No, para nada —contestó el mago—, solo me había sorprendido saber que se frecuentaban.

—Pero si Juvia solo ha hablado con él dos veces.

¿Desde cuándo eso era frecuentar a alguien?

—Ya, pero cuando vayas de nuevo a comprar volverás a verlo, ¿no?

Aquello le sorprendió bastante, no había considerado ese detalle aunque en teoría era cierto, efectivamente lo vería de nuevo.

—Bueno, si el Green Earl Grey lo venden en Magnolia y le llega a gustar a Juvia... —comenzó, aunque no terminó.

—No lo venden —dijo Levy, cortando sus palabras—, por aquí solo venden el Earl Grey corriente y no de la mejor calidad.

Hubo un silencio tras esa declaración.

—Oh —musitó la maga de agua, incómoda—. Bueno, pues entonces Juvia irá de nuevo a comprar té rooibos, que el viaje le sirva de algo, después de todo ni siquiera sabe si le gustará la variación del Earl Grey con té verde. A menos que Levy-san conozca algún lugar más cercano donde vendan.

Levy torció el gesto, pensativa.

—Me parece que no, no estoy muy actualizada en el comercio del té —admitió—. Aunque —dijo, dudando unos momentos antes de continuar—, si dices que Rufus parece saber sobre el tema podrías preguntarle a él —ofreció.

A Juvia la idea la tomó desprevenida, no pudo ocultarlo. A Gray la idea no le gustó para nada, tampoco pudo ocultarlo.

—Juvia no había pensado en eso —admitió—, debió preguntarle ayer, entonces. No importa —dijo—, la próxima vez que vaya se asegurará de preguntarle. —Su compañera le sonrió y Juvia solo pudo regresar el gesto—. Gracias por eso, Levy-san.

La maga negó.

—Para nada, en algún momento se te habría ocurrido a ti.

Hubo otro pequeño intercambio de sonrisas antes de que Juvia se levantara.

—Bueno, Juvia irá a ver el tablero de misiones, le viene bien algo de dinero ahora —dijo—. Nos vemos, Levy-san. Hasta pronto, Gray-sama. —Hizo un último gesto con la mano antes de dar la vuelta y buscar unos momentos con la mirada a Gajeel, para partir hacia él.

Levy sonrió una última vez al verla antes de centrar su atención en Gray, que también había seguido el recorrido de la chica con la mirada. El mago enarcó una ceja ante la mirada inquisidora de Levy.

—¿Qué?

—¿Estás celoso verdad?

Gray frunció el ceño antes de dar la vuelta.

—No es eso —respondió, alejándose rumbo a su grupo.

Y era cierto, no era eso, es solo que Juvia no lo había invitado con ella al marcharse.


Nuevamente feliz cumpleaños, ojala haya sido un lindo día como fue el mío en la pasha (?).

Nos leemos.