Título: Me estoy rindiendo
Universo/Fandom: Harry Potter
Pareja (s): James Potter/Lily Evans
Disclairmer: La historia es de mi autoridad, sin fines de lucro. Los personajes pertenecen a J.
Nota del autor: ¡Disfruten!
Pelirroja:
Ni siquiera sé por qué hago esto, de seguro las dos botellas de whisky de fuego ya están haciendo efecto y después de todo nunca sería capaz de entregarte una carta o una simple nota sin que creyeras que es un intento de coqueteo.
¿Recuerdas la nota que te envié hace dos semanas con Dorcas? Sólo quería charlar contigo, pasar un buen rato con una de las chicas más inteligentes de todo Hogwarts en las Tres Escobas bebiendo un par de cervezas de mantequilla, ¿y qué hiciste? La desapareciste usando un orbis.
Ni siquiera la leíste, y sólo quería charlar, ¡por Merlín! Sólo quería charlar contigo.
Pero sé que lo merezco, todas las veces que me has ignorado, que me has dejado con las palabras en la punta de la lengua y has salido con una excusa para no seguir hablando conmigo lo merezco.
Porque he fallado tantas veces contigo creyendo que eras una más del montón, una pelirroja más del montón. Pero no es así, tú no eres así. Eres distinta, eres diferente, eres mejor.
Eres el tipo de chica por la cual siempre le pedía a mamá un cuento para dormir.
Siempre fuiste tú, pelirroja, siempre. Aunque estuviera con otras chicas, aunque durante los partidos de Quidditch mis guiños o saludos fueran para otras, siempre pensaba en ti, y eso nunca lo supiste, o lo sentiste.
¿Quién lo diría? Después de todo, no eres tan lista.
Me tuviste todo este tiempo entre tus manos, pudiste jugar conmigo a tu antojo y a mí no me importaría, después de todo, eras tú quién lo haría.
Sin darme cuenta fui enamorándome de ti, Evans.
Has logrado lo que ninguna chica antes había logrado en mi vida, pelirroja, y es entrar en mi corazón, e irlo haciendo pedazos desde adentro, poco a poco, sin siquiera mover un dedo.
Después de todo este tiempo, Remus tenía la razón con su estúpida frase «No des lo que no quieras recibir.»
Pero yo sólo te quería a ti, pelirroja, ¡sólo te quería a ti! ¿Y qué es lo que recibo? Una bofetada a mi orgullo, a mi ego Potter y al corazón.
Qué giros de la vida, ¿no? Al rompecorazones le rompieron el corazón.
Pero, ¿sabes algo?
Ya no importa.
Me estoy rindiendo, y creo que eso no importa.
Estoy enamorado de ti y creo que eso no importa.
El nosotros que únicamente existió en mis sueños y en las noches de desvelo ya no importa. Porque te amo y no es suficiente.
Justo ahora deberías estar sonriendo sin razón alguna entre sueños ¿y cómo no? Son las 3:00 de la madrugada, y yo sigo aquí, escribiéndote esto que nunca leerás mientras sigo bebiendo, pero ¿sabes por qué estarás sonriéndote, Evans?
Porque eres libre. Eres libre de mí. Te mereces a alguien mejor, a alguien que tenga todo claro, a alguien que no le tenga miedo al futuro y que suela prestarle más atención a su chica que a su escoba, te mereces a alguien que no sea yo.
Atentamente,
Tu eterno dolor de cabeza desde los 11,
James C. Potter
¡Babies! Ya va siendo hora que lo sepan... ¡soy Potterhead! Okay, shá. Ésta carta nació luego de un pensamiento fugaz: ¿en algún momento James deseó rendirse? Y pues, éste es el resultado. Para nuestra suerte, no lo hizo. Espero sea de su agrado y dejen sus opiniones, sin más, luces fuera.
