Hola, me llamo Rosebud Jane Weasley, o mejor prefiero que me llamen Rose o "Rosie" como lo hace mi familia y mi padre. Sí, soy la primera hija del reconocido auror Ronald Weasley y la inteligente y bella ministra Hermione Granger, ambos héroes de guerra. Y sí, soy pelirroja aunque no como mis primos, mi pelirrojo es más rojizo y oscuro que naranja y mi pelo es condenadamente indomable como el de mi madre, una pésima mezcla que en el fondo me hace sentir orgullosa. No tengo muchas pecas tampoco, ni mi piel es tan blanca y mi nariz es algo respingona como la de mi madre, al igual que mis ojos color caramelo y grandes con pestañas oscuras mientras que todos mis malditos primos e incluso mi hermano los tienen claros, eso me encanta porque soy una Weasley diferente. Tengo primos rubios, los tengo más morenos, abundan los pelirrojos anaranjados, pero el único color rojizo es el mío, rojo como las rosas. No me voy a describir corporalmente porque simplemente soy una chica de estatura media, en un peso aceptable y con un cuerpo aceptable. Me gustan mis curvas, me gustan mis pechos, me siento bien conmigo misma y punto.

Estoy subiendo ahora mismo al Hogwarts Express lista para cursar mi sexto año. Si, ahora mismo tengo 16 años, por fin se acabó esta maldita pubertad. Por fin este año ya no tengo novio y soy libre como el viento para hacer lo que se me antoje, con quien se me antoje y cuando se me antoje, y no pienso desaprovecharlo, ¡lo juro por Merlín y Morgana!.

Giro la esquina con mi maleta y ahí esta Albus sentado en un compartimento. ¿Cómo narices lo hace siempre para llegar antes y coger uno de los primeros compartimentos?

- Salte de en medio y siéntate "rojita" que no me dejas pasar. Anda déjame tu maleta que te la subo arriba. Demonios, que narices llevas en esta maleta, ¿un cadáver?.

Y allí estaba el, el infiltrado, la última persona en todo el mundo mágico que alguien podía imaginar que llegaría a ser como uno más de la familia, Scorpius. No es que me caiga mal del todo, más bien me es indiferente y me pone de los nervios...bueno al principio si porque es un Malfoy y debía no acercarme a él por orgullo y enemistad durante generaciones entre nuestras familias. La realidad es que después de cinco años siendo el mejor amigo de mi primo Albus ya no me quedaba otra que aceptarlo y tolerar su presencia como una amistad más. Siendo sincera conmigo misma ese chico que me ponía de los nervios, en un año había pasado de ser ignorado por todo Hogwarts junto a mi primo a ser el "Rey Escorpión", y es que él y Albus se habían convertido en dos de los chicos más deseados del castillo, teniendo en cuenta las ensoñaciones de más de la mitad de las chicas en montarse un trio con los dos. Ohhhh, con un Potter y un Malfoy, ¿que mezcla más explosiva y sensual que esa?, enserio que están todas locas.

Aunque me acabado de parar a analizarlos bien, fuera de lo que viene a ser mi respeto y mi posición, como si fuera una chica más de Hogwarts ajena a ellos:

Albus Severus Potter, con ese pelo azabache desordenado y esos ojos verdes, además de las pocas pecas casi invisibles y su altura por causa de los genes Weasley. Hasta hace poco más de un año estaba esquifido, pero desde que tanto a él como al escorpión se les vino la idea de entrenar para entrar en el equipo de quidditch de Slytherin se había puesto impresionantemente fornido en poco tiempo y consiguiendo el curso anterior entrar como buscador del equipo y con ello despidiéndose de la pubertad y de todos los problemas físicos que eso conlleva. Incluso con ello había ganado algunos kilos y le sentaban demasiado bien. Vale, mi primo encima tiene una carita y una mirada realmente adorable, aunque de tonto no tiene un pelo y es demasiado orgulloso y ambicioso. Cierto, se me olvida que es el único de mi familia que está en Slytherin y después de años entendí el porqué.

Y luego está el otro que parece que lo hayan bañado en cloro...

Scorpius Hyperion Malfoy, con ese pelo rubio oxigenado y lacio que ha intentado oscurecer un poco mediante mechas de varios tonos rubios porque dice que le da manía verse el pelo tan claro y más siendo tan pálido. Normal, a veces costaba distinguir su pelo de la cara si no fuera por esos ojos grises impresionantes que tiene y las cejas algo más oscuras, ya que como todo el mundo sabe los ojos grises no son muy comunes en la población mundial, es algo que tienen en su poder los genes Malfoy. Y por si esos ojos fueran poco encima tiene esos rasgos varoniles y duros que parece que se te vaya a comer en cualquier momento, aunque mantiene facciones suaves de su madre gracias a Merlín. Es más o menos de la misma altura que Albus, quizás unos centímetros más bajo, y aunque es guardián de Slytherin irónicamente tiene menos musculatura que él aunque tampoco haya una gran diferencia, supongo que al ser más delgado es lógico, pero lo que no se puede pasar por alto son esas piernas y sobretodo ese trasero que como muchas chicas de Hogwarts dicen debería hacerse un molde para ser recordado en la historia del castillo. Igual pensareis que exageran un poco, me jode reconocer que no, aún no he visto un culo mejor que ese, pero jamás lo reconoceré en público, ¡jamás! Obviamente he analizado más a fondo a Scorpius porque analizar tanto a mi primo sería un poco asqueroso, y no por nada sentimental. Se me olvidaba añadir que pese a que antes era como un peluche adorable ahora se ha vuelto más capullo, según él porque ahora va a joder a aquella gente que estuvo durante años martirizándole con que era el hijo de Voldemort e ignorándole por ser hijo de ex-mortifagos y evidentemente el gran apellido que lo acompaña y su sangre tan puramente pura y aristocrática.

- Discúlpeme su majestad, el escorpión albino. No le había visto entrar en el compartimento-dije irónicamente mirando a Scorpius.

- Que graciosa estas hoy Rose, ¿te has comido un payaso?

- No Scor, no creo que me sentaras bien la verdad, acabaría vomitando.

- Lo único que podría llegar a expulsar algo seria tu zona intima Rosie, no tendrás tanta suerte de que me deje comer por ti.

-Imbécil- dije, y completamente indignada me senté al lado de Albus dispuesta a dejar la pequeña y estúpida discusión por zanjada e ignorando la repugnante sonrisa victoriosa del rubio.

Pero al sentarse justo frente a Albus, este mirando aun por la ventana abrió por fin la boca.

-Quiero dormir. Y os juro que como vuelva a escucharos pelear hago un "petrificus totallus" a los dos hasta que lleguemos a Hogwarts.

- Vamos Al, no te cabrees. Al menos no conmigo, ha empezado tu prima.

- ¡Pero que morro! Has empezado tú llamándome "rojita"- y realmente en ese momento me puse roja de indignación y rabia.

- Recuerda que soy un escorpión y los escorpiones destilan veneno, ten cuidado con mi aguijón no vaya a ser que un día de estos mueras de amor.

- ¿Ah, sí? Pues tu ten cuidado porque las rosas son muy bellas pero también pinchan y hacen sangrar si intentas tocarlas más de lo debido, Malfoy.

- El riesgo me pone mucho, Weasley.

"Maldita sonrisa prepotente, maldito albino asqueroso. Maldigo sus perfectos genes y su asquerosa lengua de serpiente que cada vez que abre su repugnante boca sisea llena de veneno. Vale Rose, cálmate, no pierdas los papeles porque no merece la pena seguirle el juego".