Dino siempre ha sido un hombre generoso, dispuesto a ceder sus pertenencias materiales en caso de ser necesario y prestar toda la ayuda que él pueda, porque es una persona buena y desinteresada, porque le gusta ayudar y porque le satisface saber que ha auxiliado a alguien que lo necesita. No le importa hacerlo. Así siempre ha sido, y muy probablemente, así será hasta que muera.
Sin embargo, hay algunas cosas que Dino posee y que aunque está dispuesto a "ceder", tiende a hacerlo de mala gana. Aun así, lo hace, porque como líder de la familia Cavallone ha aprendido que es necesario, y que siempre hay que anteponer el deber antes que cualquier otra cosa. Además, en muchas ocasiones –y esto lo ha aprendido a la mala- es indispensable hacer préstamos y favores a algunas otras Familias, para así poder obtener diversos beneficios, no para él, sino para los Cavallone en general. Pero él sabe también que sólo es un "préstamo cualquiera" y puede tomar sus cosas en el momento en el que él lo desee.
Por eso es que va casi a diario a la Base Varia, y entra sin avisar, se cuela en la habitación del capitán de escuadrón y cierra tras de sí la puerta, sonriendo a medias. Y no le importa que Squalo le grite, lo agreda y le diga que está completamente loco, por que sabe que lo calla con un beso y con un susurro en el oído. Tampoco le importa mucho el que el de cabello blanco sea muy rudo y que le guste inclinarlo contra algún mueble –en algunos casos, sobre la alfombra- y embestirlo sin piedad, por que sabe que al Tiburón le fascina domar caballos y disfruta intentándolo (además, honesto es confesar que a él también le gusta). Y menos le importa saber que hay cierto pelinegro escuchando detrás de la puerta, muerto de envidia y coraje, e incluso se da el lujo de gemir obscenamente, para que él pueda oírlo y le duela más.
Y es que Xanxus sabe que no puede entrar en la habitación y moler a golpes al Cavallone, por que realmente, es Dino quien le está "prestando" a Squalo, y no al revés. Puede que el Tiburón trabaje para él desde hace años. Puede que le haya jurado lealtad eterna. Puede que le entregue su cuerpo, también, pero no le ha entregado su corazón. Ése ya se lo ganó Dino, mucho antes de que él siquiera llegara a conocer a Squalo. Y tal vez sea eso lo que más dolor le causa al líder Varia: que no puede cambiar la situación, aún por más que lo quiera.
Dino sonríe mientras tanto, dejándose besar.
Al final, el rubio es quien gana la batalla.
