Este fic participa para el reto especial de Navidad del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.
Todas las salas de la Madriguera estaban decoradas con los adornos de Navidad. Sin embargo, la que estaba más ornamentada era el salón, dónde todos los Weasley junto a Hermione y Harry se daban los regalos de Navidad. Todos estaban sentados en el sofá y los sillones de la sala.
Justo al lado del sofá había un árbol adornado con luces mágicas de colores y varias bolas de distintos tonos. En la punta del árbol se hallaba una estrella brillante como el Sol y debajo suyo, como era de esperar, se encontraban todos los regalos que en ese día ellos recibirían.
En ese preciso instante los gemelos estaban recogiendo el regalo que ellos compraron, en una tienda muggle, para su padre. Ellos sabían que cualquier cosa que fuera referente al mundo no mágico le encantaría. Los dos pelirrojos querían ver cómo reaccionaría su madre al ver lo que le habían comprado a su progenitor. Y por esto le entregaron el obsequio sonriendo esperando los gritos de Molly porque si de algo estaban seguros es de que ella los reñiría.
Arthur cogió su presente con las dos manos. Era un paquete rectangular cuyo envoltorio era de diferentes tonalidades puestas en rayas horizontales llevando también un lazo de color blanco. Lo desenvolvió con cuidado y se encontró con varias cajitas bastante bajitas de color blanco y con un plástico que contenía letras e imágenes que lo recubrían.
El patriarca de los Weasley curioso por ver que contenían esas cajitas tan raras abrió una de ellas. Dentro de ella se encontraba una especie de círculo metálico con un agujero justo en el medio.
-¿Niños que es esta cosa? ¿Es algún cacharro muggle?-preguntó sonriente como un niño pequeño.
Los dos gemelos asintieron mientras todos en la sala se fijaron como la señora Weasley los fulminaba con la mirada.
Arthur, en cambio, estaba más contento que nunca. Tenía más cosas para añadir a su colección de objetos muggles.
-Si papá, nosotros sabíamos que conseguiste un televisor y una consola en una de tus redadas y pensamos en regalarte esos videojuegos para que pudieras utilizarlas-dijeron ellos sonriéndole.
Su padre les devolvió la sonrisa mientras que su madre estaba que echaba fuego por los ojos. Y como ya no podía resistir más su enfado explotó:
- ES QUE NO PODÍAS REGALARLE OTRA COSA. COMO SI YA NO TUVIERA SUFICIENTES CACHARROS NO MÁGICOS- gritó en dirección a los gemelos mientras ellos se estremecían de miedo, es que cuando quería Molly podía hacerte temblar de miedo.
-Bueno cariño, déjalo estar. Yo estoy encantado con ese regalo- dijo Arthur intentando defender a sus dos hijos.
Molly miró a su marido con una mirada que hubiese matado a cualquier persona pero al menos no dijo nada y se sentó en su sitio con los brazos cruzados, se notaba que estaba bastante enfadada con los gemelos.
Después de esa pequeña discusión los miembros de la familia Weasley y sus dos invitados se siguieron dando sus regalos mientras fuera, en la calle, empezaban a caer copos de nieve.
Y cuando terminaron de dárselos Arthur se llevó a Harry en su trastero de objetos muggles para que le enseñara cómo funcionaban la televisión, la consola de videojuegos y su nueva adquisición, los videojuegos.
Y con ello, el patriarca de los Weasley se paso todo el día de Navidad en su trastero jugando a sus nuevos juegos de la consola
