Heya. Qué tal, me recuerdan? Yo se que no, pero, bueno, para las personas que lean mis fics y que en verdad necesiten ver el Nicudy, bueno, les traigo este pequeño One-shot, de dos partes, seré claro, la primera es drama puro, o al menos eso es lo que espero, el segundo y último capítulo de este pequeño escrito les prometo que será enteramente dedicado a la relación amorosa de Nick y Judy, para quienes ya quieran ver algo así escrito por mí, se los dejo, ojalá les guste.

Esta historia participa en el reto "Eligiendo a los comandantes" del foro "Cuartel General del ZPD"


-Pónganle el bozal- Dijo de manera fría y sin siquiera molestarse en mirarlo a los ojos. El zorro estaba perplejo, estaba asustado, estaba confundido; su uniforme lleno de manchas de sangre con uno que otro desgarre ocasionados por una pelea. Dos policías, un tigre y un lobo acataron la orden de Judy, sujetaron a Nick por los brazos, éste trató de resistirse, trató de luchar, no era culpa suya, él sabía que no lo era, pero Judy no lo escuchaba, desde hacía varios días que no lo escuchaba, desde que llegó él.

-¡No! ¡No todo menos eso! ¡El bozal no! ¡Judy no me hagas esto! ¡Por favor!- Gritaba tratando de liberarse de los animales que lo sostenían, se retorcía pero era en vano, su tamaño y fuerza no eran suficientes para hacerle frente a los dos grandes depredadores -¡Judy yo no lo hice! ¡Tienes que escucharme! ¡Ese conejo te está manipulando! Hmp…- No pudo decir nada más, de su boca solo escapaban gemidos, tenía el bozal puesto y muy bien ajustado; lo esposaron y lo metieron en la patrulla, aún ahí Nick trataba de luchar se movía una y otra vez en el asiento trasero, hasta que de reojo logró verla. Judy lo miraba desde el otro lado de la ventana del auto, con las orejas bajas y una mirada de desilusión, de decepción, pero también tristeza.

-Jamás debí confiar en ti- Dijo para luego darle la espala. La expresión en el rostro de Nick pasó de preocupación a desesperación, comenzó a golpear su cabeza contra la ventana, quería romper el cristal, quería escapar pero bien sabía que no podría hacerlo. El gran búfalo ocupó el lugar de Judy, mirando a Nick con desprecio, el zorro le regresaba la mirada, pero no con la misma expresión, no, era todo lo contrario, su mirada suplicaba piedad, imploraba que le permitieran explicarse pero parecía ser que todos a los que alguna vez llamó amigos se habían boletado en su contra ¿Por qué? Todo por ese estúpido conejo, el mismo que ahora lo miraba desde lejos, vistiendo un traje, con algunas rayas negras adornando su pelaje, le sonreía desde la distancia, sus nudillos manchados de sangre, de sangre que no era suya sino de Nick, el zorro estaba furioso, toda la impotencia solo lo carcomía por dentro, no podía hacer nada, se terminó, no solo el ZPD, su mejor amiga ahora lo tomaba por un criminal, esa no era Judy, no era la Judy que él conocía, ni siquiera le dio tiempo para explicarse, ni siquiera le importo que el conejo estuviese a punto de asesinarlo, o al menos eso parecía.

-Sáquenlo de mi vista- La gruesa voz de Bogo dio la orden y la patrulla que llevaba a Nick empezó a avanzar, el zorro finalmente se dio por vencido, dejó de forcejear, dejó de golpear el cristal, de igual manera ya estaba suficientemente herido, no solo físicamente. Nick recargó su cabeza en el asiento, inclinándola levemente para ver a través de la ventana, ver la lluvia mientras avanzaba por las calles del distrito forestal, mientras los animales que lograban verlo desde la banqueta sacaban fotos, tal vez la prensa o tal vez solo algún entrometido sin algo mejor qué hacer, pero eso no le importaba, en lo único en lo que podía pensar era en Judy y en cómo ese tal Jack logró alejarla de él.

La lluvia era para todos, no solo para Nick, Judy estaba destrozada, aunque no lo iba a mostrar ante Nick, no podía hacerlo, sabía que si por algo mostraba algún tipo de piedad, no podría lastimarlo de ninguna manera, peor ahora se daba cuenta de lo cruel que fue dar esa orden, un bozal, el objeto al que Nick más temía en el mundo y ella ordenó que lo silenciaran con uno ¿Qué le estaba pasando? Trataba de justificarse, pero no podía hacerlo, ahora se cuestionaba a sí misma ¿Por qué no lo escuchó? Bien podía verlo en los ojos de Nick, estaba asustado, estaba desesperado, Judy tuvo que ver con sus propios ojos cómo los animales que en algún momento fueron sus mejores amigos tomar a Nick y apresarlo como a cualquier criminal de poca monta, todo por su culpa. El agua mojaba su pelaje y su uniforme, pero a este punto le daba lo mismo, no se sentía ella misma en ese día.

-Oficial Hopps- Escuchó detrás de ella.

-Agente Savage- Respondió fríamente.

-Lamento que haya tenido que presenciar esta situación- Dijo el conejo acomodando la corbata de su traje, al hacerlo Judy tuvo una vista perfecta de la sangre que cubría los nudillos del conejo, pero él no parecía estar herido en ningún aspecto, era la sangre Nick la cual manchaba sus manos y las mangas de su ropa.

-Ibas a matarlo- Dijo Judy sin mirarlo.

-Se negaba a cooperar, debía encontrar la manera de hacerlo hablar-

-¿Y rompiéndole las costillas ibas a lograr eso?- Aunque reclamando, Judy no se exaltaba al hablar, no había gritos.

-Era una amenaza-

-Agente Savage yo veo que usted está en perfecto estado-

-¿Por qué sigues tratando de defenderlo Judy?- Preguntó el conejo acerándose a ella.

-No espero que lo entiendas- Respondió empezando a alejarse.

-Judy espera-

Bogo veía cómo los dos conejos se retiraban del lugar, no tenía intención de detenerlos, de igual manera el trabajo ya estaba hecho ahí, habían arrestado a Nick y no había más cabos sueltos por resolver. El gran búfalo miro hacia el cielo, él tampoco lograba entender lo que acababa de suceder, hacía tan solo minutos uno de sus mejores policías había sido arrestado por él mismo, y no mostró clemencia alguna, no importaron los numerosos casos que Nick resolvió junto a Judy, no importó el caso de los aulladores, no importó la amistad que se había hecho en todo ese tiempo trabajando, no importó nada, de pronto, solo era un zorro más, un desperdicio de espacio y aire en el mundo. Bogo sentía que algo no estaba bien, pero todo apuntaba a que Wilde era el culpable, tal vez era mero remordimiento pero no lograba lidiar con la sensación de traición hacia Nick.

-Oficial Hopps, Judy- Exclamó Jack, finalmente tomándola de un hombro; ambos se habían alejado mucho del lugar de los hechos. Judy se detuvo en seco, se dio media vuelta y miró a los ojos a Savage, éste se quedó callado, aun con la lluvia, fácilmente podía ver las lágrimas brotando de los ojos de Judy.

-¿Judy?-

-Él era mi mejor amigo- Respondió bajando la mirada –Duramos años trabajando juntos y de pronto él no es el animal que yo creí que era- Su voz temblaba, empezaba a quebrarse, sujetó uno de sus brazos, se sentía desprotegida, se sentía traicionada -¿Por qué lo hizo? ¿Por qué hice eso yo? Le cerré la boca sin darle tiempo a explicarse-

-Hiciste lo que debías hacer Judy, él era un criminal, no merecía esa placa en su pecho, no merecía ser escuchado y no te merecía a ti- Dijo Jack deslizando una mano por la mejilla de Judy, ésta alzó la mirada, el conejo frente a ella le sonreía, una sonrisa comprensiva, una mirada serena contraria a lo que había visto tiempo atrás, esos ojos llenos de ira y odio, esa mirada a punto de matar a Nick asfixiándolo. Las imágenes regresaron a su cabeza, no sabía que estaba bien y qué estaba mal, lo que hizo Nick estaba mal merecía eso ¿O no? Merecía ser tratado como cualquier criminal. Ella no pudo más, no pudo conservar la serenidad profesional, lloró a viva voz, acababa de romper todo lazo con Nick.

Jack la miró, borró al sonrisa en su rostro y la reemplazó por una mueca de preocupación, lentamente acercó a Judy a él mismo, la abrazó fuertemente y ésta no dudo en responder, lo tomó fuertemente con sus brazos y lloró aun con más fuerza, desahogando todo lo que había pasado.

-Ya, estoy aquí contigo Judy- Dijo el conejo acariciando suavemente su cabeza. Judy no respondió, pero trataba de calmarse, pero no podía controlarse a sí misma, parte de ella resentía la traición de Nick, sentía odio y repudio hacia aquél despreciable zorro, pero la otra parte de ella no podía evitar sentir miedo, miedo de lo que podría pasarle, la idea de Nick en prisión no era algo que soportara, esa parte de ella quería salir corriendo tras la patrulla que se lo había llevado, saltar sobre ella y de alguna manera sacarlo de ahí, pero era imposible, ahora solo le quedaba Jack y todos esos momentos junto a Nick se iban desvaneciendo en el olvido, cuando se conocieron, cuando se volvieron compañeros en el ZPD, las noches de películas en casa de Judy, las bromas del zorro en el trabajo, los paseos en sus días libres, todo lo que alguna vez significó su amistad había desaparecido por completo.

-Ven, no puedes estar sola ahora- Dijo el conejo alzando la mirada de Judy con su mano, tomándola delicadamente de la barbilla para poder verla a los ojos, a esos llorosos y dolidos ojos color violeta; ella no se negó, pero tampoco habló, solo asintió y comenzó a caminar.

Nick miraba melancólico la lluvia chocar contra la ventana del auto, aún sentía la sangre en su cuerpo, aún sentía ese punzante e insoportable dolor en el cuerpo, las costillas rotas dolían tanto como ser herido por una bala real, pero parecía estar ignorando todo eso, solo miraba la lluvia caer fuera del auto mientras se dirigía a lo que seguramente sería su fin, no habría escapes, no habría tretas que lograran salvarlo esta vez, no había absolutamente nada, pero no le importaba, no era eso en lo que pensaba, lo único en lo que trabajaba su mente era en todos y cada uno de los detalles del rostro de Judy, su nariz rosada, sus enormes orejas, sus hermosos ojos, esa pequeña sonrisa con esos grandes dientes que tanto le gustaba, ese pelaje gris claro cubriendo todo su rostro, trataba de memorizarlo todo a la perfección, pues sabía que jamás volvería a verla, jamás volvería a hablar con ella, Judy lo dejó muy claro, ella fue quien dio la orden de ponerle el bozal, ella no quería escucharlo.

Judy y Jack caminaron por un tiempo, ambos bajo la lluvia en completo silencio, Judy no miraba el camino frente a ella, solo miraba sus patas al caminar mientras en su mente miraba hacia atrás, hacia todo lo que alguna vez fue Nick para ella. Savage la veía fijamente, sentía lástima por ella, no era amistad, no, él la amaba, desde que la vio lo sintió y verla así ahora era, era como morir, era como no poder respirar. Jack se detuvo frente a un hotel, uno muy lujoso, la luz del mismo iluminaba toda la avenida, Judy lo miró, éste extendió su mano hacia ella, embozando una pequeña sonrisa la cual Judy no correspondió, solo caminó hacia la entrada, ignorando el gesto de Jack, ella simplemente entró.

Nick divisó las luces del centro de la ciudad frente a él, su destino estaba próximo, el fin de toda su vida estaba a tan solo algunos kilómetros más. A medida que se acercaba al ZPD podía ver cómo la cantidad de animales en las calles aumentaba, todos dirigiéndose al mismo lugar, la prensa estaría allí, eso era seguro, pero seguía perdido en sus pensamientos, imaginando a Judy quedándose con ese desgraciado que arruinó su vida, que terminó con su vida, hasta que el auto se detuvo, entonces alzó la mirada, Bogo estaba ahí, cómo hizo para llegar antes no le importaba, pero él fue quien abrió la puerta, tomándolo de la camisa sacándolo violentamente del auto, solo para arrancar la placa de su pecho. Los flashes de las cámaras, las voces de los reporteros, y los insultos de los animales lo bombardearon uno tras otro, pero mantenía la mirada baja, con dificultad podía caminar, uno de sus ojos estaba morado a causa de la paliza que recién había recibido, la sangre aun goteaba de su hocico y su vista se nublaba, los gritos de los animales alrededor eran incomprensibles para él, y estaba a escasos metros de la puerta, de aquellas puertas de cristal por las que había cruzado tantas veces acompañado de Judy, los dos listos para servir y proteger, jamás se imaginó entrando como un criminal.

La habitación de hotel de Savage estaba ubicada en lo más alto del hotel, en cuanto abrió la puerta Judy entró en la penumbra, hasta que Jack encendió la luz, un lugar bien arreglado y espacioso, la cama era grande y solo había una.

-El baño está por allá si quieres…- No terminó la oración, solo vio a Judy caminando rumbo hacia la única puerta extra en la habitación, la cerró detrás de ella; miró la bañera, desabrochó su chaleco y retiró su uniforme de su cuerpo a la par que dejaba el agua llenar la bañera, su mirada seguía baja, al igual que sus orejas, toda la alegría y optimismo que a diario mostraba se habían ido con Nick en esa patrulla. Trataba de hacer que el agua caliente se llevara sus problemas pero era una tontería pensar en algo así, no podría olvidar años de amistad así como así, simplemente no podría hacerlo, tal vez nunca los olvidaría, la atormentarían por siempre, porque ella no hizo nada por evitarlo, si alguna vez hubo oportunidad de ayudar a Nick, ella no la aprovechó, solo lo dejó pasar, lo dejo ir así como sí.

Nick fue liberado de las esposas, más no del bozal, Bogo lo arrojó a una de las celdas del ZPD, una vacía, aún tenía su uniforme puesto, por el momento se quedaría ahí hasta que lo llevasen a una prisión de verdad. A como pudo se levantó del suelo, miró a su alrededor, había una banca, se tambaleó hasta ella y se sentó, llevó sus manos detrás de su cabeza y retiró los seguros del bozal, lo arrojó lejos de él, aunque lo miró por algunos segundos, recordando las palabras de Judy "Pónganle el bozal" Parecía otro animal, no era la Judy que él conocía, la Judy de la que él se había enamorado, no era ella. Puso un brazo sobre sus costillas rotas, no lo mataría, pero era doloroso, más aun ya que ni siquiera se molestaron en darle atención médica, era un claro mensaje de "Púdrete tras las rejas" Una vez más, regresó a no ser nada más que un zorro despreciado por toda la ciudad.

Judy salió del baño, el vapor la acompañó al abrir la puerta, no llevaba un cambio de ropa, y no podía ponerse su uniforme empapado, de eso nada importaba, lo que jamás imagino fue ver a Jack esperando por ella en la cama, él estaba vestido para dormir, ella solo estaba envuelta en una toalla, pero no había pena, solo lo miraba, y éste le regresaba la mirada, le sonreía, trataba de reconfortarla de alguna manera. Judy suspiró y se dirigió a la cama, se sentó en el borde y sintió las manos de Jack sobre sus hombros, en cuanto ella se giró para mirarlo, éste lo besó. Aunque Judy se impresionó, no hizo nada para detenerlo, en vez de ello correspondió, tal vez por la tragedia que recién había vivido necesitaba sentir amor, cualquier tipo de amor era bueno en ese momento. Sin darse cuenta la toalla cayó hasta el suelo y ella se vio envuelta en las caricias de Jack.

-Te amo Judy…-

Esta sería una noche muy larga para Nick, tan larga como para recordar cómo fue que todo su mundo, todo lo que con tanto esfuerzo había logrado se vino abajo por culpa de ese conejo.

Nick

Un día ese infeliz simplemente llegó, Judy y yo estábamos trabajando en un caso el cual ya nos había tomado varias semanas sin resolver, ni siquiera logramos conseguir una pista, animales desaparecidos nuevamente y parecía ser que la tierra simplemente se los tragó, no había rastros, no había cadáveres, al menos no en ese momento, y de la nada Bogo nos asigna a alguien más para trabajar en el caso. Jack Savage era su nombre, debí verlo venir, desde que me vio pude sentir total desprecio en su mirada y siempre estaba sobre Judy, sobre eso último nunca tuve derecho a protestar, ella y yo no éramos más que amigos, pero éramos los mejores, así lo creí yo, pero a medida que ese conejo trabajó con nosotros, Judy fue distanciándose más y más, siempre era Jack esto y Jack, de pronto cosas que solíamos hacer juntos dejaron de ser, ya no comíamos juntos, las noches de película se terminaron y Savage estaba llenando la mente de Judy de estupideces, hablaba sobre mí, sea como fuere, un día encontramos una pista, pero para ese entonces Judy a penas y sabía pronunciar mi nombre, no le importaba para nada lo que yo hiciera, así que decidí ir solo, así tal vez lograría llamar su atención. La pista llevaba hasta el distrito forestal, esperaba encontrar a alguno de los animales perdidos en ese lugar, los encontré a todos, a todos los cadáveres, ahí fue donde todo se vino abajo…

-Pero qué demonios pasó aquí- Se preguntaba Nick mirando la masacre frente a él, sentía nauseas, pánico a cierto punto, y las gotas de lluvia que empezaban a caer sobre su rostro solo empeoraban las cosas.

-Me pregunto si debería llamar a Judy, no, debería llamar a toda la estación-

A penas me alejé para llamar a alguien, ahí estaban los dos, Judy y Jack me habían seguido hasta ese lugar.

-¿Judy?-

-¿Cómo pudiste Nick?- Preguntó con un nudo en la garganta.

-¿Qué?-

-Tenemos pruebas de que estuviste involucrado en los secuestros- Respondió Jack caminando hacia Nick.

-Espera, ¿En verdad creen que yo hice esto?-

-Tú ayudaste a atraparlos, por lo tanto eres cómplice y vas a decirnos para quién trabajas-

-Judy dime que no le crees a este patán-

-Creo que no debería confiar en ti-

-¿Qué?-

-Ahora, ex oficial Wilde, le aconsejo que venga con nosotros de forma pacífica-

Obviamente no iba a dejarme mangonear por ese pequeño infeliz, traté de pelear, pero maldición, él sí que era rápido, y sus patas eran mucho más fuertes que las de Judy, bastaron un par de patadas para romperme las costillas, de ahí todo se ponía borroso, no podía ver de dónde llegaban los golpes, solo los sentía, y de pronto ahí estaba, en el suelo con ese conejo ahorcándome con mi propia corbata, iba a morir, pero Judy lo detuvo, la recuerdo implorándole que se detuviera, no debió hacerlo, ahora preferiría estar muerto… Ya no tengo amigos, ya no tengo nada, solo 3 costillas rotas, un ojo morado y todo lo que alguna vez fui hecho trizas.

Al menos mis orejas están intactas, logro escuchar a bogo hablando, mañana por la tarde me llevaran a una prisión de verdad, seguramente con Bellwether y entonces todo va a terminar, solo me queda esta noche, esta noche lluviosa.

La tormenta se extendió mientras hubo oscuridad en la ciudad, Nick en la prisión, Judy durmiendo con Jack, la ciudad estaba de cabeza, tanto Judy como bogo, como todos los policías que alguna vez trabajaron con Nick lo sabían, pero las pruebas que había presentado Savage eran demasiado exactas, todo indicaba a que Nick era culpable.

-Nick, por favor quédate en el suelo- Decía Judy sin acercársele, solo lo miraba tambaleándose, escupiendo sangre y tratando de levantarse.

-¿No has tenido suficiente Wilde?- Dijo Jack en un tono altanero.

Nick simplemente se enfureció, logró levantarse, mostraba por completo sus colmillos, quería mutilar al conejo frente a él, pero eso sería imposible, a penas Nick se levantó, Jack se abalanzó sobre él una vez más, lo llevó al suelo, haciendo que su espalda chocara contra la madera bajo ellos, lo tomó de la corbata y comenzó a golpearlo en el rostro, una, y otra, y otra y otra vez, Judy no quería ver, pero tampoco podía intervenir, algo no la dejaba moverse, entonces Jack enroscó la corbata de Nick alrededor de su cuello, estaba asfixiándolo.

-Confiesa ahora zorro, ¡Confiesa!-

-¡Basta!- Gritó Judy corriendo hacia ellos.

-¡Basta!- Repitió al despertar, miró a su alrededor, trataba de procesar lo que estaba pasando, no le tomó mucho, logró recordar con facilidad lo que había pasado, Nick, Jack y lo que había pasado después de que salió del baño, en verdad lo había hecho. Más remordimiento llenó su pequeño corazón, se sentó en el borde de la cama, cubrió su rostro con sus manos y empezó a llorar en silencio ¿Qué clase de animal era? ¿En qué clase de animal se había convertido? ¿Y si Nick tenía razón? Tal vez Jack había estado manipulándola todo este tiempo, ahora que no había nada a su alrededor que pudiese distraerla comenzaba a darse cuenta de ello, desde que ese conejo llegó al ZPD, los días y momentos con Nick fueron reduciéndose hasta volverse inexistentes, dejó de hablar con él, dejó de convivir con él, tal vez fue culpa suya que el zorro se desviase tanto del camino, tal vez debó prestarle más atención, sea como fuere, ahora era demasiado tarde. Lloró por un tiempo más, hasta que notó que nadie se había percatado de ello, estaba sola, Jack no estaba en la cama, no estaba en la habitación, y no había ningún sonido proveniente del baño.

-Seguramente fue al ZPD- murmuró levantándose, debía ir a buscar su uniforme, pues ella debía ir ahí también, el caso aún no estaba cerrado, no lo estaría hasta que Nick estuviese encerrado en una prisión de verdad.

El sol iluminaba la ciudad, eso sería lo ideal después de una noche como la que se vivió el día anterior, pero no era así, tal vez no estaba lloviendo pero no había ningún sol en el cielo, ni tampoco color azul, solo el gris de las nubes cubriendo todo hasta donde abarcaba la vista. La ciudad tenía una vibra extraña, o tal vez solo era Judy quien se sentía así, pues a su alrededor todo parecía normal, aun a pesar del mal clima, no parecía estar afectándole a nadie más que a ella. Se preguntaba cómo entraría a la estación, ¿solo caminaría como si nada pasara? ¿Tendría oportunidad de ver a Nick una última vez? Más importante ¿Querría verlo? ¿Para esto se convirtió en policía? Solo para arrestar y destruir la vida de sus amigos, vaya, eso sí que era algo realmente heroico.

No se dio cuenta cuando, pero ya estaba frente al ZPD, las dos puertas de cristal estaban frente a ella, las mismas que cruzaba casi a diario a lado de Nick.

*Suspiro*

Su mano temblaba, tenía miedo, en cuanto sintió el frío cristal chocar contra su mano fue como si todo a su alrededor se hubiese congelado, no sabía si debía entrar, pero lo hizo, empujó las puertas y ahí estaban, los policías ya en sus labores diarias; ninguno de ellos la miró, no porque tuviesen algo en contra de ella, no sabían qué hacer, todos y cada uno de los animales en el ZPD sabían la relación que Judy y Nick solían tener, amistades como esa hacían de la estación algo mucho más llevadero, ahora todo parecía gris, todos se sentían mal por la coneja, temían por ella en cierto aspecto. No hubo bienvenida por parte de Garraza, no es como si a Judy le importase en ese momento, lo siguió caminando hasta los cubículos, ahí estaba Oficial Judy Hopps, y a su lado Oficial Nicholas P. Wilde antes de que un rinoceronte retirase la placa con el nombre.

-Hopps- Escuchó detrás de ella, la gruesa voz de Bogo era inconfundible.

-¿Jefe? Lamento llegar tarde-

-A decir verdad no esperaba que te presentaras hoy-

-Sí, yo tampoco-

-Escucha, ya asigné a alguien para limpiar el cubículo de Wilde- Las orejas de la coneja se levantaron al escuchar eso -Tal vez quieras esperar…-

-No- Interrumpió exaltada –Yo… Yo lo limpiaré-

-¿Estás segura Hopps?-

-Sí-

-Bien, pero asegúrate de terminar antes de mediodía- Dijo Bogo dándose media vuelta.

-Jefe- El búfalo se detuvo y regresó su atención a la coneja.

-¿Qué pasará con Nick?- Preguntó temerosa.

-(Suspiro) Savage llegó esta mañana para interrogarlo-

-¡¿Qué?!- Respondió exaltada, aun no olvidaba cómo casi lo asesina ayer.

-Yo estuve con ellos durante toda la interrogación, le dimos a Wilde muchas oportunidades de reducir su condena, pero por alguna razón no quiere hablar, sigue diciendo que no tiene nada que ver en eso. Tal vez deberías hablar con él, tal vez tú puedas hacerlo entrar en razón-

-No… No quiero verlo- Respondió fríamente, desviando la mirada hacia el suelo, aun se sentía traicionada.

-Bien-

Ahora se encontraba sola. Entró lentamente en el cubículo de Nick, miró todas las cosas que había ahí, lleno de fotos de los dos, alguna que otra pertenencia personal, eran muchos recuerdos, buenos recuerdos de lo que había sido una amistad simplemente hermosa, y entonces la vio, una foto enmarcada a lado de su computadora, ella tenía la misma, el día que Nick se graduó de la academia, la sostuvo con sus manos, la miró por algunos segundos, en cuanto sintió la humedad formándose en sus ojos, la arrojó a la basura, no quería seguir sufriendo por él, no iba a seguir sufriendo por él. Tomó una caja y sin delicadeza o cuidado alguno empezó a meter todas las pertenencias de Nick, sin importar si fueran frágiles o no, escuchaba el sonido de algunas cosas rompiéndose, pero las ignoraba por completo, nada importaba, solo quería deshacerse de todo, sentía que de esa manera podría olvidarse de Nick para siempre, si lograba sacar hasta el último recuerdo de su vida, eso le llevaría mucho tiempo, más aun ya que su propio cubículo también estaba lleno de recuerdos, éste iba a ser un día muy largo.

-El transporte de la prisión vendrá en unas horas- Decía Bogo parado frente a la celda de Nick. El zorro no respondió, su mirada estaba clavada en la pared frente a él.

-Escucha Wilde, no he olvidado todo lo que has hecho por esta ciudad, solo danos un nombre y te juro que haré todo en mi poder para reducir tu castigo- Dijo el búfalo con seriedad, él tampoco quería perder a Nick de esa forma.

-No sé nada, ya se los dije-

-(Suspiro) Fuiste un gran oficial Wilde, no me explico qué fue lo que te pasó-

Bogo se fue, a Nick le daba igual, aun le dolía el torso, al igual que su ojo, sus costillas no iban sanar de la noche a la maña. Suspiró y cerró los ojos, quería dormir, dormir y despertar en su horrible casa, ese edificio viejo a punto de caerse, quería despertar ahí, ver su reloj, descubrir que iba tarde al trabajo y entonces salir corriendo, toparse con Judy en la entrada del ZPD, saludar a Ben, a Lobato, entrar a la sala de juntas, hacer enojar a Bogo, como un día normal. Abrió los ojos, nada de lo que pensó estaba frente a él, solo esa pared grisácea, y los barrotes a su lado, pero ahora no era el único en el lugar, y no era Bogo quien estaba ahí.

-Hola Nick- Dijo Jack con una sonrisa en su pequeña boca. Normalmente el zorro no dudaría en responder o tratar de golpearlo, pero ahora ¿De qué serviría?, lo miró, solo por un momento, luego regresó su atención al muro.

-Entonces, aquí acaba todo, tu carrera como policía, tu vida en Zootopia y tu relación con Judy- De todo lo que había escuchado desde que lo arrestaron nada había causado algún tipo de impacto en él, hasta que lo escuchó decir eso.

-Si vienes a intentar hacerme hablar pierdes tu tiempo-

-Vaya, así que aun puedes hablar, pero descuida, no vengo a eso- Respondió Savage desplazándose frente a la puerta de la celda –Sé que no lo hiciste- Nick abrió por completo los ojos al escucharlo.

-¿Qué?-

-Por favor Wilde, no tienes el tipo de genio como para planear tantos secuestros de una manera tan impecable, yo por otro lado sí-

Judy iba camino a la recepción con una gran caja en sus patas, era difícil explicar cómo era que podía cargar todo eso ella sola.

-Hola Ben- Dijo a la par que dejaba la caja sobre el escritorio.

-Hola Judy ¿Qué es todo esto?- Preguntó desanimado.

-Es solo basura…-

-Pero son las cosas de Nick-

-Lo sé-

-Judy, sé que no debo entrometerme, pero ¿No vas a hablar con él?-

-¿Por qué habría de hacerlo?- Respondió exaltada, casi indignada.

-Han sido amigos por años, y después de hoy no lo volverás a ver jamás-

-No tengo nada de qué hablar con él-

-Al menos podrías despedirte-

No sonaba mal, pero Judy no respondió, solo comenzó a caminar, pero no rumbo a la salida, no rumbo a los cubículos, iba camino a la zona de detención, pensando qué diría, cómo lo miraría a los ojos, ¿Solo entraría y diría hasta nunca? Seguramente Nick ni siquiera querría verla. Se detuvo frente a la puerta, pero no para pensar, escuchó algo, un gran alboroto al otro lado, había gritos, era la voz de Jack y de fondo los quejidos de Nick.

-¡Pelea!- Gritaba el conejo con el traje remangado, una vez más la sangre de Nick adornaba sus puños. El zorro se arrastraba por el suelo sin molestarse en responder, se apoyó en sus brazos tratando de levantarse, Jack respondió a esto pateándolo fuertemente en el estómago, justo en las costillas rotas. Nick escupió sangre y se desplomó nuevamente.

-Vaya policía, tal vez debí haberte asesinado en el distrito forestal, aunque si lo hubiese hecho no habría tenido esa gran noche con Judy-

-¿Qué? Tú… Tú no…- Trató de decir Nick antes de ser golpeado nuevamente en el rostro.

-Y déjame decirte que esa conejita es muy buena en la cama-

Nick apretó los dientes, maldición hervía en celos.

-Descuida, después de que vayas a prisión ella tendrá toda mi atención-

-Ella jamás aceptaría a alguien como tú- Respondió Nick recargándose contra una de las paredes.

-Hahaha, dime por qué-

-Porque yo soy el único animal en el mundo que puede engañarla-

-En serio das lástima- Una patada más, directa al estómago; el zorro se sofocó y se dobló tratando de respirar, pero Jack lo sujetó del pelaje de la cabeza, obligándolo a verlo a los ojos.

-Créeme, nadie te extrañara, como nadie extrañara a todos los animales que maté-

-Estás loco, tú y tu jefe lo están-

-¿Jefe? No tengo jefe, son blancos asignados por mí mismo, animales que se pusieron en mi camino, y tú eres parte del montón, y la coneja que tanto aprecias solo te recordará como un embustero, traicionero y mentiroso zorro-

-Son blancos asignados por mí mismo, animales que se pusieron en mi camino-

-¿Qué?-

Fue contundente escuchar su propia voz detrás de él, se giró y vio a Judy sosteniendo una zanahoria en sus manos.

-Se llama treta tesoro- Alcanzó a decir Nick embozando su sonrisa, la cual fue borrada rápidamente al recibir otro golpe.

-Vas a darme eso Judy-

-¿O qué?- Respondió la coneja apuntando con su arma tranquilizadora.

-O te mataré- Respondió desenfundando un arma, una de verdad. Judy se congeló, un dardo frente a una bala, a ver cuál llegaría más rápido –Vamos Judy, no quiero matarte, eres una gran compañera de cama, además, seamos realistas, ¿Un zorro policía? Quien pudo haber sido tan estúpido como para creer en este sujeto-

-Yo lo fui, y estoy orgullosa de ello-

La sonrisa en el rostro de Jack se disipó.

-Bien entonces, adiós conejita-

Paralizada por el miedo, Judy no pudo disparar, pero Jack no tenía ese problema, irónicamente algo lo hizo caer, la bala salió del arma, pero no acertó, en vez de ello terminó incrustándose en el muro detrás de Judy. Nick había pateado la parte trasera de la rodilla de Jack, lo hizo perder el equilibrio.

-Infeliz- Dijo al levantarse, no hubo clemencia, disparo a la pierna de Nick, dos balas se incrustaron en ella.

-¡Ahhhhh!- Gritó a todo pulmón, pero no pasó a mayores, la vista del conejo se tornó borrosa y sintió un leve piquete en el cuello, llevó su mano a él, y se topó con un dardo clavado en su piel, miró a Judy, trató de alzar su arma pero su brazo se tambaleaba con el resto de su cuerpo hasta que se desplomó hacia el suelo, dejando ver a Nick, a decir verdad Judy no lo había visto hasta ahora, no había visto todo el daño, todo el dolor que recién había sufrido, la sangre en su uniforme, en su hocico, su ojo rojizo por los golpes, ella lo permitió, ella no lo evitó, no lo defendió, ¡Lo había dejado para morir en una celda!

-¡Nick!- Gritó corriendo hacia él, lloraba, imploraba perdón, imploraba misericordia, pero el zorro no respondía, ella lo abrazaba, manchando de sangre su propio uniforme pero Nick estaba estático, no, no estaba inconsciente, tampoco es como si no pudiese moverse –Nick, perdóname, por favor perdóname, no tenía ni idea de lo que te había hecho, no quise ver lo que te había hecho-

No había respuesta.

-¿Nick?-

Un mirada fría, no había sonrisa, no había palabras, pero la miraba, lograba decir todo con eso "Me abandonaste, me mentiste, me reemplazaste, no creíste en mí" La misma mirada que le dirigió cuando Judy ocasionó la miseria de los depredadores por culpa de Bellwether.

-¿Nick?-

-¡Hopps!-

Judy

Bogó llegó, venía acompañado por un par de policías; me vio dentro de la celda de Nick, abrazándolo, vio a Savage inconsciente en el suelo, solo con ver su rostro era obvio que no entendía lo que estaba pasando; le expliqué todo, todo lo que escuché, seguramente creyó que inventé todo solo para salvar a Nick, así solía ser, solía dar todo por Nick, era algo que no había hecho hacía ya mucho tiempo. No iba a permitir que Jack siguiera lastimando a Nick de ninguna manera, le mostré a Bogo la grabación, se enfureció, no conmigo, no Nick, ni siquiera con Jack, sino consigo mismo, estaba furioso de haber puesto a un desconocido antes que a sus oficiales, estaba molesto por haberle fallado así a su ciudad, tuvo frente a él al secuestrador todo el tiempo, estaba molesto de no haber escuchado a Nick. Hubo gritos todo ese día, para cuando el transporte de la prisión llegó, todo el ZPD era un caos, no se llevaron a Nick, se llevaron a Jack, vi que al llevarlo hasta el vehículo le pusieron una especie de collar, Jack trató de escapar pero esa cosa en su cuello lo detuvo, una descarga eléctrica lo suficiente fuerte como para dejarlo en el suelo ¿Ese era el destino que iba a darle a Nick? ¿Qué clase de amiga había sido estos meses? Ya no puedo llamarme su amiga, ya no soy nada para él, podía verlo en sus ojos, ¿Cómo pedirle perdón después de lo que hice? ¿Cómo siquiera mirarlo a los ojos?

Llevamos a Nick al hospital, todos los policías, no solo yo, todos nos sentíamos como un montón de idiotas, la estación no podía quedarse vacía, solo fuimos Bogo, yo, Lobato y Colmillar, íbamos a mantener a Nick a salvo hasta que saliera, pero ninguno se atrevía a decirle nada, solo decir "Oye Nick sentimos tomarte por un asesino y dejar que te pudrieras con Bellwether"… No hay palabras que basten para disculparse, pero algo debo intentar, él no merecía nada de eso, mientras él iba rumbo al ZPD, esposado, golpeado y humillado, yo estaba acostándome con Jack.

Ha pasado una semana, es de noche y una vez más está lloviendo, empiezo a pensar que cada vez que lluevo algo malo va a pasar, espero que no sea la ocasión, Nick está en el hospital, nosotros lo cuidamos, ¿Qué podría salir mal? Bogo, Lobato y yo estamos en la recepción del hospital, Lobato duerme mientras Bogo lee, Colmillar está frente a la habitación de Nick y yo, no puedo distraerme, no puedo dejar de pensar en él detrás de esa puerta, envuelto en vendas y lleno de aparatos para seguir con vida, todo porque no quisimos escucharlo…

No puedo seguir evitándolo por siempre y no lo voy a hacer.

-Hola Colmillar- Dijo Judy acercándose al gran felino que custodiaba la puerta de la habitación de Nick.

-¿Judy? Aún no termina mi turno-

-No, no vengo por eso… Quiero ver a Nick-

El gran tigre se quedó congelado, nadie había tenido el valor de hacer eso desde que pasó el incidente con Savage, nadie se atrevía si quiera a verlo a los ojos ¿Cómo hacerlo después de lo que pasó?

-Adelante, y Judy, dile que lo sentimos- Dijo Colmillar abriendo la puerta, Judy asintió y entró, lo vio, lleno de vendas, varias agujas atravesando su piel, administrando distintos medicamentos, uno de sus ojos cubierto por más vendajes, su pata envuelta en yeso, habían sacado las balas, pero estas habían alcanzado el hueso, podría caminar bien en un tiempo, eso aseguraron los doctores, solo necesitaría usar un bastón algunos días. Eso no importaba ahora, temerosa Judy se acercó, escuchaba el constante Bip, Bip, que marcaba el palpitar del zorro, Nick estaba despierto, había una televisión en la habitación y tenía el control remoto al alcance, pero no hacía uso de ella, solo miraba hacia la ventana, la noche lluviosa del exterior, las gotas de agua chocando contra el cristal, igual que en la patrulla que lo había llevado hasta el ZPD hace una semana, aun no lo olvidaba, tal vez nunca lo haría.

-¿Nick?-

No hubo respuesta.

-Sé que no quieres hablar conmigo, ni con nadie de la estación, todos te fallamos, no te escuchamos y permitimos que un patán cualquiera nos diera falsas ideas sobre ti, pese a que sabíamos que algo estaba mal, no hicimos nada por detenerlo, y no hicimos nada por ayudarte, solo te cerramos la boca y te encerramos, y sé que fui una pésima amiga- Hacía un par de palabras que las lágrimas habían empezado a brotar de sus ojos, pero el nudo en la garganta lo tenía desde mucho antes –Te dije que sin importar qué, o estaría a tu lado, siempre te apoyaría en todo, pero esto, esto no es lo que prometí, perdóname Nick, perdónanos a todos, aunque sé que tal vez no lo harás, no hay palabras suficientes para expresarte cuanto me arrepiento de lo que te hice, por favor di algo, te lo suplico- Dijo tomando la mano de Nick, éste lentamente giró la cabeza hacia ella, pero su mirada seguía carente de emoción, Judy bajó la cabeza y escuchó la puerta abrirse.

-¿Pasa algo señor Wilde?- Nick había presionado el botón a lado de su cama, servía para llamar a una enfermera si el paciente tenía algún problema, en este caso Judy lo era.

-Quiero que la saquen de aquí- Respondió fríamente, alejando su mano de Judy, ésta lo miró con asombro.

-¿Nick?-

-Y no quiero que nadie entre- Agregó desviando la mirada de regreso a la ventana.

-Lo siento oficial pero debe salir de la habitación- Dijo la leona que Nick había llamado.

-Pero… No… Nick…-

Judy

Juro que nunca lo había visto mirarme de esa manera, con tal indiferencia, con tal odio, nunca olvidaré esa noche, ese momento en el que dejó más que en claro que lo nuestro se había terminado por completo. Aun así no lo abandoné, no lo volvería a hacer, pasó un mes, y me quedé haciendo guardia, iba a casa solo por un cambio de uniforme o a tomar una ducha, nada más que eso. Todos tratamos de acercarnos a Nick, Bogo, Lobato, yo… Pero no se lo permitía a nadie, terminó prohibiéndonos el paso a todos, era más que obvio que no regresaría al ZPD. En cuanto finalmente lo dieron de alta, tuvo que regresar a casa vistiendo el uniforme destrozado con el que había llegado, tratamos de ofrecerle nuestra ayuda, nos rechazó, lo vi caminar por la salida, caminando con un bastón; sus heridas habían sanado, la mayoría de sus huesos se habían recuperado, pero él, él no era el mismo, y todo por nuestra culpa.

Una semana pasé sin verlo, a decir verdad y por más irónico que suene, fue la semana más tranquila jamás vista en el ZPD, a penas y tuvimos que movernos por la ciudad, además yo no tenía ánimo alguno de hacer eso, me la pase en mi cubículo, haciendo trabajo de escritorio, entonces un día mientras iba al almacén, lo vi salir de la oficina de Bogo, llevaba puesta una playera negra, no su alegre y horrible camisa hawaiana, su pantalón era azul oscuro también, no se veía como él mismo vestido, llevaba consigo una mochila vacía y también el bastón. Parecía estar hablando con Bogo, cuando terminaron el jefe extendió su mano hacia él, pero Nick no respondió, solo se dio media vuelta y caminó hacia el almacén, ahí lo entendí, la mochila era para cargar sus cosas, lo que yo llamé basura, lo que estuve a punto de desechar como si no importase.

-Atención todos los oficiales, repórtense en la recepción-

La voz de Bogo resonó por los altavoces ¿Para qué nos quería ahí? Simple, era una despedida para Nick, todos nos formamos en dos filas, dejando un pasillo entre nosotros, cuando Nick finalmente apareció, su mochila estaba llena y su mirada era igual.

-¡Atención!-

Exclamó Bogo, todos saludamos a Nick, las manos en alto en nuestras frentes, una señal de respeto hacia él, no importaba que se fuera, no importaba que ya no estuviera con nosotros, era un policía, y siempre sería bienvenido en esta estación sin importar qué.

Nick nos miró, logró mostrar algo de impresión, pero desapareció rápidamente, caminó entre nosotros sin mirar a nadie, ni siquiera a mí, cuando estaba por llegar a la puerta, su bastón resbaló, terminó en el suelo, tal vez por el peso de la mochila. Algunos tratamos de ayudarlo, pero nos apartó, no nos quería cerca; tomó su mochila y cruzó esa puerta.

-Pueden regresar a sus labores-

Fueron las últimas palabras de Bogo, todos se fueron, yo no, alcancé a ver cómo Nick se alejaba, no pude contener las lágrimas, no podía, solo con verlo lo sabía, jamás iba a regresar, jamás iba a volver a verlo, y ni siquiera pude despedirme, ojalá nunca me hubieras conocido Nick, solo te hice más daño del que ya te habían hecho.

-Perdoname-


Bueno, eso fue todo, espero les haya gustado, entretenido o al menos les haya dado algo qué hacer, cómo siempre, ya lo saben y lo seguiré repitiendo, es un placer escribir para ustedes, sobre todo cosas tan rompe corazones, les dolió leer? Hehe, oigan, dejen un comentario, por favor, quiero saber qué les pareció, si comentan sabré si les gusto, les encantó... Y si quieren que haga la segunda parte. Bueno, me despido por ahora y nos veremos en la actualización de mi fic, hasta otra.

Paz.