Nueva Vida
Capítulo I.- "Covent Garden"
Covent Garden estaba en Londres, en el distrito del Soho. Consistía en un complejo comercial, de tiendas bastante tradicionales, y un estilo que bien podría haber pasado por un segundo Callejón Diagón. La gente que paseaba por los alrededores iba embutida en gabardinas de colores pardos, protegidos por un paraguas, generalmente oscuro.
Hermione Granger entró en un pub que había escondido bajo una escalera de pintura desconchada, se sentó en una de las mesas del final, se quitó el abrigo y echó su cabello castaño hacia atrás.
-¿Qué le pongo- preguntó un camarero, que había abandonado sus tareas detrás de la barra para tomar nota.
-De momento nada, estoy esperando a que venga otra persona.
Se marchó cabizbajo y volvió a sus tareas en la barra, el pub estaba vacío, y lo único que se oía era el fuerte tic-tac del reloj de Hermione y el leve silbido que hacía el camarero. "Qué extraño" pensó "Un hombre inglés silbando la Marsellesa". La puerta del pub volvió a abrirse para mostrar a un individuo, bastante alto, que llevaba puesto una enorme gabardina, y en cuyo rostro destacaban multitud de pecas rojizas y algunos cabellos pelirrojos que caían sobre su cara sin orden aparente. El individuo no se quitó la gabardina, sino que tras reconocer a Hermione, se dirigió a su mesa y se sentó en frente de ella, sin decir nada.
-Ron, cuanto has cambiado...- fue lo único que se le ocurrió decir.
Ron siguió callado, pero esta vez se desabrochó la gabardina y fue observando las facciones de Hermione, una por una, como si las analizara.
-Di algo, por favor- rogó ella.
-¿Qué quieres que diga? – pronunció Ron, con voz quebrada.
Hermione chascó con la lengua y le miró detenidamente a los ojos.
-Joder, Ron, sé que lo que ha pasado te ha afectado, pero la vida sigue, no se detiene, ni se soluciona por estar callado.- dijo ella, a la vez que cogía sus manos frías.
Esta vez tampoco contestó nada, sino que dos lágrimas brotaron de sus ojos, silenciosamente.
-Ey, ey, no llores, vamos- apremió Hermione, a la vez que le secaba las dos lágrimas- Yo estaré aquí siempre para apoyarte, Ron
Siguió sin contestar nada, pero esta vez agarró la nuca de Hermione con una mano y acercaron sus rostros, para fundirse en un apasionado beso.
-Lo... consideraré... un gracias.- dijo ella entrecortadamente.
Sus ojos estaban totalmente cerrados, Hermione los abrió un instante y vio al camarero, que de repente sacaba un revólver de debajo de la barra, ella se separó y con sorprendente rapidez sacó también su arma, del bolsillo trasero del pantalón, y disparó hacia el camarero. No acertó, pero dio a unas copas que estaban al lado de éste, hiriéndole con los fragmentos de cristal, el camarero se echó al suelo a la vez que disparaba.
-¡Maldita sea! ¿Qué de...?- exclamó Ron a la vez que se agachaba y sacaba su varita.
Los disparos del camarero eran extraños, no parecían balas normales, a menos que se fabricaran balas que emitieran luz blanca. La sala se iluminaba a cada disparo suyo, y Hermione y Ron estaba resguardados detrás de los sillones en los que estaban sentados. El camarero se levantó del suelo y saltó encima de la barra, para poder tener a ambos a tiro. Ron, en un intento heroico, también se levantó y apuntó con su varita al hombre a la vez que gritaba: -¡Crucio!
El hombre, que se disponía a disparar, cayó al suelo, retorciéndose de dolor y lanzando alaridos incomprensibles, su arma cayó y Hermione la recogió, a la vez que Ron paró el hechizo. El camarero dejó de gritar poco a poco y se alejó hacia atrás, a la vez que miraba con pánico a ambos.
-Vaya, vaya, con que un revólver de fotones, ¿eh?- dijo Hermione dando con sus uñas en la sólida estructura de la pistola- Está claro que no la has comprado en un mercadillo, eso por descontado.
-Dinos quién eres.- dijo Ron alzando la voz.
La mueca serie del camarero se transformó en un rictus irónico, y Ron frunció el entrecejo.
-¡Rictusempra!.- gritó éste, viendo cómo el hombre saltaba por los aires, hasta darse con la espalda contra la pared del pub.
El camarero cayó al suelo inconsciente, y Hermione se agachó al lado de él, para comprobar si tenía identificación. Extrajo una pequeña tarjeta de acceso, que permitía ver algunos circuitos integrados.
-Este tipo de tarjetas solo las utilizan profesionales, son universales, no hay nada que se les resista, maldita sea, quién será este tip...- dijo Hermione, y se interrumpió, al ver que Ron le daba la vuelta al cartel de "abierto", para poner que estaba cerrado.- ¿Qué haces, Ron?
Él se dio la vuelta, y la miró con ojos pícaros, a la vez que sonreía levemente.
-¿Nunca has soñado con hacerlo en un pub?
-Ron, ¿te has vuelto loco? ¿En un pu-pub? ¿Y si entra alguien aquí y nos ve? No es plan, no es plan...
Ron siguió acercándose lentamente a Hermione. -He cerrado con llave, y los cristales son opacos, no nos verá absolutamente nadie.
Entonces se abalanzó sobre Hermione y ambos se fundieron en otro beso que apenas les dejaba respirar. Se subieron encima de la barra, Ron encima de Hermione, y está le fue desabrochando la camisa botón por botón.
-¿Sabías que tienes ideas muy descabelladas?
-Si, lo sé, no lo puedo evitar.- contestó Ron, sonriendo.
-Sabrás también que lo del camarero significa que estamos en medio del remolino de un conflicto internacional, y que debemos acudir a una reunión de la Orden del Fénix para dentro de veinte minutos, ¿verdad?.- preguntó Hermione, a la vez que se acomodaba para la postura de Ron.
-Tenemos tiempo de sobra.
---
Espero que os haya gustado, hace algo de tiempo que no escribo fics, y me falta práctica. Ya sabía yo que la salida de HP5 en español me inspiraría.
Covent Garden es un lugar que existe, he estado en ese sitio, por eso se me ocurrió ponerlo. Es un sitio precioso, si alguien tiene la oportunidad de ir a Londres, que lo visite.
En el próximo capítulo pondré las cosas un poco más claras, y será más largo, que seguro que éste se os habrá quedado corto a más de uno.
Tonino.
Capítulo I.- "Covent Garden"
Covent Garden estaba en Londres, en el distrito del Soho. Consistía en un complejo comercial, de tiendas bastante tradicionales, y un estilo que bien podría haber pasado por un segundo Callejón Diagón. La gente que paseaba por los alrededores iba embutida en gabardinas de colores pardos, protegidos por un paraguas, generalmente oscuro.
Hermione Granger entró en un pub que había escondido bajo una escalera de pintura desconchada, se sentó en una de las mesas del final, se quitó el abrigo y echó su cabello castaño hacia atrás.
-¿Qué le pongo- preguntó un camarero, que había abandonado sus tareas detrás de la barra para tomar nota.
-De momento nada, estoy esperando a que venga otra persona.
Se marchó cabizbajo y volvió a sus tareas en la barra, el pub estaba vacío, y lo único que se oía era el fuerte tic-tac del reloj de Hermione y el leve silbido que hacía el camarero. "Qué extraño" pensó "Un hombre inglés silbando la Marsellesa". La puerta del pub volvió a abrirse para mostrar a un individuo, bastante alto, que llevaba puesto una enorme gabardina, y en cuyo rostro destacaban multitud de pecas rojizas y algunos cabellos pelirrojos que caían sobre su cara sin orden aparente. El individuo no se quitó la gabardina, sino que tras reconocer a Hermione, se dirigió a su mesa y se sentó en frente de ella, sin decir nada.
-Ron, cuanto has cambiado...- fue lo único que se le ocurrió decir.
Ron siguió callado, pero esta vez se desabrochó la gabardina y fue observando las facciones de Hermione, una por una, como si las analizara.
-Di algo, por favor- rogó ella.
-¿Qué quieres que diga? – pronunció Ron, con voz quebrada.
Hermione chascó con la lengua y le miró detenidamente a los ojos.
-Joder, Ron, sé que lo que ha pasado te ha afectado, pero la vida sigue, no se detiene, ni se soluciona por estar callado.- dijo ella, a la vez que cogía sus manos frías.
Esta vez tampoco contestó nada, sino que dos lágrimas brotaron de sus ojos, silenciosamente.
-Ey, ey, no llores, vamos- apremió Hermione, a la vez que le secaba las dos lágrimas- Yo estaré aquí siempre para apoyarte, Ron
Siguió sin contestar nada, pero esta vez agarró la nuca de Hermione con una mano y acercaron sus rostros, para fundirse en un apasionado beso.
-Lo... consideraré... un gracias.- dijo ella entrecortadamente.
Sus ojos estaban totalmente cerrados, Hermione los abrió un instante y vio al camarero, que de repente sacaba un revólver de debajo de la barra, ella se separó y con sorprendente rapidez sacó también su arma, del bolsillo trasero del pantalón, y disparó hacia el camarero. No acertó, pero dio a unas copas que estaban al lado de éste, hiriéndole con los fragmentos de cristal, el camarero se echó al suelo a la vez que disparaba.
-¡Maldita sea! ¿Qué de...?- exclamó Ron a la vez que se agachaba y sacaba su varita.
Los disparos del camarero eran extraños, no parecían balas normales, a menos que se fabricaran balas que emitieran luz blanca. La sala se iluminaba a cada disparo suyo, y Hermione y Ron estaba resguardados detrás de los sillones en los que estaban sentados. El camarero se levantó del suelo y saltó encima de la barra, para poder tener a ambos a tiro. Ron, en un intento heroico, también se levantó y apuntó con su varita al hombre a la vez que gritaba: -¡Crucio!
El hombre, que se disponía a disparar, cayó al suelo, retorciéndose de dolor y lanzando alaridos incomprensibles, su arma cayó y Hermione la recogió, a la vez que Ron paró el hechizo. El camarero dejó de gritar poco a poco y se alejó hacia atrás, a la vez que miraba con pánico a ambos.
-Vaya, vaya, con que un revólver de fotones, ¿eh?- dijo Hermione dando con sus uñas en la sólida estructura de la pistola- Está claro que no la has comprado en un mercadillo, eso por descontado.
-Dinos quién eres.- dijo Ron alzando la voz.
La mueca serie del camarero se transformó en un rictus irónico, y Ron frunció el entrecejo.
-¡Rictusempra!.- gritó éste, viendo cómo el hombre saltaba por los aires, hasta darse con la espalda contra la pared del pub.
El camarero cayó al suelo inconsciente, y Hermione se agachó al lado de él, para comprobar si tenía identificación. Extrajo una pequeña tarjeta de acceso, que permitía ver algunos circuitos integrados.
-Este tipo de tarjetas solo las utilizan profesionales, son universales, no hay nada que se les resista, maldita sea, quién será este tip...- dijo Hermione, y se interrumpió, al ver que Ron le daba la vuelta al cartel de "abierto", para poner que estaba cerrado.- ¿Qué haces, Ron?
Él se dio la vuelta, y la miró con ojos pícaros, a la vez que sonreía levemente.
-¿Nunca has soñado con hacerlo en un pub?
-Ron, ¿te has vuelto loco? ¿En un pu-pub? ¿Y si entra alguien aquí y nos ve? No es plan, no es plan...
Ron siguió acercándose lentamente a Hermione. -He cerrado con llave, y los cristales son opacos, no nos verá absolutamente nadie.
Entonces se abalanzó sobre Hermione y ambos se fundieron en otro beso que apenas les dejaba respirar. Se subieron encima de la barra, Ron encima de Hermione, y está le fue desabrochando la camisa botón por botón.
-¿Sabías que tienes ideas muy descabelladas?
-Si, lo sé, no lo puedo evitar.- contestó Ron, sonriendo.
-Sabrás también que lo del camarero significa que estamos en medio del remolino de un conflicto internacional, y que debemos acudir a una reunión de la Orden del Fénix para dentro de veinte minutos, ¿verdad?.- preguntó Hermione, a la vez que se acomodaba para la postura de Ron.
-Tenemos tiempo de sobra.
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Espero que os haya gustado, hace algo de tiempo que no escribo fics, y me falta práctica. Ya sabía yo que la salida de HP5 en español me inspiraría.
Covent Garden es un lugar que existe, he estado en ese sitio, por eso se me ocurrió ponerlo. Es un sitio precioso, si alguien tiene la oportunidad de ir a Londres, que lo visite.
En el próximo capítulo pondré las cosas un poco más claras, y será más largo, que seguro que éste se os habrá quedado corto a más de uno.
Tonino.
