Escribí esto hace un tiempo, cuando terminé de ver la 3ª temporada, pero no me había animado a publicarlo hasta ahora. No sé si tiene futuro o si en algún momento me dará por continuarlo, pero espero que guste a quien lo lea.
Si le estás dando una oportunidad, gracias :)
Daenerys Targaryen no era feliz.
Todo el mundo sabía que la Khaleesi del Gran Mar de Hierba, la legítima heredera al trono de Hierro, era bella, fuerte e inteligente y también que tenía un pueblo que crecía más y más cada día. Había empezado solamente con Ser Jorah y un puñado de dothrakis que por algún motivo no se marcharon con el resto del khalasar. Ahora, después de sobrevivir al desierto y a Qarth, tenía 8000 soldados libres de Astapor (los Inmaculados) y, desde hacía unos pocos días, a Ser Barristan Selmy, a Daario Naharis y a los ex-esclavos de la ciudad de Yunkai. Lo que había sentido al ser alzada por ellos había sido tan intenso que no se podía describir con palabras. Y por supuesto, estaban sus dragones.
Pero todo eso no era suficiente. El vacío que había dejado Khal Drogo permanecía dentro de ella, siempre presente. Y últimamente más aún, sobretodo en presencia de Daario, quien no dejaba de sorprenderla con sus atenciones y lo que estas provocaban.
El otro día, por ejemplo, tuvo un sueño muy raro. Soñó que era de noche y se estaba bañando como cualquier otro día. El guerrero rubio había entrado en su tienda sin anunciarse y se había plantado delante de ella. Por suerte esta vez no llevaba una bolsa con dos cabezas. Daario no había hecho nada. Ni agacharse para quedar a su altura, ni tocarla, ni pronunciar una sola palabra. Sólo mirarla durante lo que parecieron horas sobre y a través del agua transparente.
Ella le devolvió la mirada... y despertó. Despertó jadeante, sudorosa y visiblemente excitada. Había tardado un rato en comprender el significado del sueño, y ahora la culpa le reconcomía las entrañas.
Ella ya había tenido y amado a un marido, brusco en un principio pero dulce y tierno en el fondo. ¿Lo había traicionado soñando aquello? ¿Tenía el deber de guardarle fidelidad para siempre? ¿O valía más su derecho a ser una mujer, en todos los sentidos?
Ser Jorah le había dicho que, en Poniente, los maridos y las esposas (sobretodo los maridos) volvían a casarse tras la muerte de su cónyuge, algunos varias veces, y que eso no significaba una deshonra a la memoria del difunto. Dany no las tenía todas consigo. Desde muy pequeña había pensado que el matrimonio era para toda la vida, de ahí su reticencia a casarse con Drogo antes de conocerlo.
¿Qué diría él? ¿La animaría a desarrollar deseo y sentimientos por otro hombre? ¿O le arrancaría la cabeza a dicho pretendiente? Seguramente lo segundo, pensó con una sonrisa. No en vano había "coronado" a su hermano Viserys por mucho menos.
Daenerys levantó la vista de su regazo, saliendo de sus pensamientos, cuando escuchó la risa de unos cuantos niños a su espalda. Miró hacia atrás y los vio pasar raudos y veloces unos detrás de otros, jugando a perseguirse. Sonrió sin poder evitarlo, pero fue una sonrisa triste. Si las cosas hubieran sido diferentes, tal vez habría podido ver jugar a su propio hijo.
- ¿Khaleesi? - preguntó una voz conocida a su izquierda.
Ella giró la cabeza. No se había dado cuenta del momento en el que se había puesto a su lado, pero Daario la observaba entre preocupado y curioso. Dany apartó la mirada y contempló la tierra que se expandía a su alrededor. Llevaban cabalgando casi medio día y pronto tendrían que parar a descansar y pasar la noche.
Y quizás, sólo quizás, no dormiría sola.
