Ro-wei y el fantasma de la isla
¡Hola! Me llamo Ro-wei y os contaré una anécdota…
Yo estaba en la isla como de costumbre intentando conseguir llenar la cesta con escarabajos y tiburones cuando de pronto, apareció un chico vestido con el traje de emperador y su correspondiente corona imperial.
Me sorprendió muchísimo porque yo no había ido a la isla Tórtimer, y sin embargo, allí estaba un chico como cualquiera que me habló…
-Hola.-dijo el chico.
-Hola, ¿quién eres, cómo has llegado aquí si no estamos en la isla Tórtimer?
-He venido a pescar.
El chico no respondió a mi pregunta. Pero a mí no me importaba, siempre y cuando no robase mi escarabajos.
[…]
Cuando acabé, me dirigí hacia dentro para guardar mis últimas presas, y ya me iba a mi pueblo con el botín… Pero el chico me cogió
del brazo y me dijo:
-Quiero ir también.
-Pero… Es mi pueblo… Y… no te conozco.
-Da igual, quiero ir.
Decidí llevármelo porque no parecía ofensivo, además tenía una personalidad serena y siempre estaba muy callado.
Cuando llegamos, pegó un salto y se fue corriendo desde el muelle.
Me preguntaba por qué tanta prisa y me percaté:¡Seguro que era un ladrón! ¡Quería robar mis flores híbridas y frutas! …Aunque, si él tenía esa corona imperial, quería decir que no andaba escaso de bayas.
Pero quizás alguien le había ayudado a duplicarlo.
Corrí y corrí, pero no lo encontré, busqué por todas partes, hasta en las casas de los vecinos, y también en la zona comercial.
Pero él no aparecía.
Era de noche en Pocky y me preguntaba qué había pasado. Tuve miedo de que estuviese haciendo cosas por el pueblo, así que fui a vender a Reciclaje Bártulos y cuando terminé, me dirigí a mi casa, y me fui a dormir.
Al día siguiente, fui otra vez a la isla, a por más escarabajos y tiburones. Estaba intentando pescar un pez espada cuando mi ojos pudieron ver otra vez al chico del día anterior. Casi me morí del susto.
Me alejé un poco y empecé a temblar. ''¿Cómo se habrá ido de mi pueblo ayer?'', pensaba.
Él se percató de mi presencia y me dirigió la misma mirada serena de la del día anterior. Y…desapareció.
Me quedé helada. Tan sólo pude ir hasta el muelle para hablar con el Capitán, para que volviera al pueblo. Pero él no estaba allí. Ni tampoco su mujer, ni su madre. La isla estaba vacía.
Entonces tomé prestado uno de los trajes de buceo del giroide y fui nadando hasta Pocky.
Llegué a tierra firme, sana y salva. Pero algo brillaba cerca de la orilla, y me acerqué a él para ver… Y vi una corona imperial.
Esto también fue aterrador. Me estaba dando un yuyu enorme.
Y de mi boca salió un gemido…
-¡Aaaah…!
Me desperté muy alterada, sudaba como un pollo y temblaba violentamente.
Empezaba a orientarme un poco porque vi a mi osito en la mesilla de noche, y supe que me encontraba en mi habitación. Suspiré durante muuuchos segundos.
Y pensé que el sueño de anoche, no acabaría así.
