Han pasado unos meses después de la Batalla Sangrienta de los Mil Años.
Cap I
Alice Countess aparentemente es una joven con pocas preocupaciones, como la mayoría de su edad está enamorada, pero no del chico que todos piensan. No, su corazón se lo robó un joven que ni siquiera la ve de la misma forma o sabe de su existencia. Pero a pesar de todo ella no se irá de su lado... o eso pensaba hasta que aparecen once capitanes de la SS para llevarla de vuelta al Seireitei quiera o no.
-Así que... está es la famosa Karakura -murmuré al ver la ciudad desde lo alto de un poste de electricidad, vestida con el shikakushō negro de los shinigamis y el haori blanco del viejo... da igual... no lo iba a utilizar más puesto que lo utilicé para escapar. Después de eso me lo quité e hice una bola la prenda para luego incendiarla con mi reiatsu-. Era lo mejor.
Si voy a vivir entre los humanos mejor pasar como una de ellos, pensé.
Os hablaré un poco de mí, para empezar me llamo Alice Countess Bach, y si, algunos les sonará mi apellido. El caso es que después de la guerra entre los quincys y shinigamis pude salir de mi "prisión", la misma donde Aizen Sōsuke estaba en ese preciso momento aunque debo admitir que escuchar sus pensamientos me hizo algo de compañía, de tanto que hablaba de una tal Kurosaki Ichigo me parece que ya lo conozco. En fin, sigamos con lo importante.
¿Qué por que dije de mi "prisión"?
Bueno, prácticamente era eso, mi prisión. De donde el Capitán-Comandante prefería tenerme escondida "por mi seguridad", han pasado siete meses después de la guerra y aún me cuesta creer que el viejo haya muerto.
Él era el único que podía mantener la energía estable del sello, ya que este consume mucho reiatsu pero gracias -o "por desgracia"- a los invasores quincys que mataron al viejo, el sello se debilitó y pude salir no sin antes dejar varios heridos graves por intentar detenerme, entre ellos el capitán Muguruma que debe estar maldiciendo mi existencia.
-Podríamos haber sido amigos... podría haber tenido compañeros... familia con la cual compartir mis días aburridos... -me costaba trabajo contener los sollozos pero mis lágrimas iban por su cuenta, no me percaté de que alguien estaba pasando justo debajo de donde yo estaba-. Podría haber sido feliz...
Tampoco me percaté de otra cosa... no era humano, podía ver, escuchar y sentir mi presencia. Justo cuando una de mis lágrimas caía por su mejilla y él miraba hacía arriba me vio, un instante fugaz.
-Podría haber sido feliz...
El joven de ojos oscuros frunció el ceño al escuchar esas palabras, pero no había nadie detrás suyo y tampoco al otro lado de la calle.
Una gota de lluvia cayó en su mejilla... ¿lluvia? Pero si el día estaba soleado y... Quedo paralizado por una enorme energía ¿acaso era un arrancar? No. No podía ser un arrancar, esa presión espiritual le recordaba a los del Vandenreich pero este era más denso, asfixiante observó hacia arriba... Y... y... ¿una shinigami?
Ella vestía el shikakushō de los shinigamis corto por encima de la mitad de la pierna de color negro, calzada con unas sandalias y unos calcetines tabi largos por encima de la rodilla pero nada más que la identificara como capitana o teniente, ni siquiera una zanpakutō como acostumbraban los shinigamis. Dejó de pensar en el instante que ella desapareció de su vista. ¿Dónde había ido y por qué estaba llorando?
-Yoruichi-san, Urahara-san -salude con una inclinación de cabeza, los dos ex-capitanes me miraban confusos quizás porque yo les conozco-. Soy Alice Countess, y como pueden ver vengo del Seireitei -hablé bajo como si alguien de la SS pudiese estar allí y dar mi localización al nuevo Comandante-. ¡Onengaishimasu, necesito ayuda!
No pude ver sus rostros de asombro ante mi repentina petición ya que estaba muy inclinada -casi de forma exagerada- pidiendo ayuda a dos personas que desconocían mi existencia.
-Oh, ¿qué dices, Yoruichi-san? -preguntó el hombre rubio a la morena de ojos felinos, empezó a sonreír de esa forma tan característica suya y Yoruichi supo que Kisuke la ayudaría.
-Primero que todo, necesitamos cierta información -empezó diciendo la morena que puso su mano en mi cabeza, me tomó con delicadeza para que alzara la vista y los vi sonriendo-. ¿Qué dices, Alice-chan?
No sé porque me sonroje al ver la cara de Yoruichi-san tan cerca de la mía y escuchar a Urahara-san hablando no sé qué cosas de un trabajo para pagar quién sabe qué, me puse a pensar en si hice bien en pedirles ayuda.
Eso ya no importa, no hay marcha atrás -Escorpión me habló tratando de darme ánimos, en eso era muy bueno porque de inmediato me regresó la vitalidad.
-¡Hai! Arigatoo, Urahara-san y Yoruichi-san -estaba tan feliz que no me lo podía creer, ¡voy a quedarme en Karakura!
Tres días después
-¡Oii! Alice-chaaan, llegarás tarde tu primer día de clases -ese es Urahara-san llamándome para que me apresure, por suerte ya estoy lista y solo me falta tomar mi mochila y mi... ¿cómo lo llamó Jinta? Ah, si. Mi chicle y salí de la habitación encontrándome con Tessai en el camino.
-Ohayoo gozaimasu -salude sonriente a ese enorme hombre que se detuvo en el pasillo para saludarme igual.
-Ohayoo, Countess-san.
-Eh, Tessai-san... creí haberle dicho que podía llamarme A o incluso Alice-chan como me llama Urahara-san -le dije algo nerviosa y con una gota en mi cabeza.
-Como gustes, Alice-chan -me contestó sonriente, en ese momento escuché otro grito pero esta vez fue Yoruichi-. Jyaa mata, Alice-chan.
-Bye Tessai-san -grite mientras corría por el pasillo hasta llegar a la entrada donde me esperaban mis... bueno eran una especie de padres así que les llamaré "padres adoptivos" ¿no?
-Procura encajar, mi querida y hermosa Alice-chaan.
-Deja de hablar estupideces, es obvio que lo conseguirá... -decía Yoruichi pero no pude escuchar la respuesta del rubio porque ya estaba lejos.
Hum, ir al instituto puede traerme distracción y quizá sea algo bueno. Aún me cuesta creer que ellos no preguntarán más sobre mi pasado pero aceptaron la versión corta de la historia original.
-Deja de pensar en eso -me digo sacudiendo la cabeza de un lado a otro para despejarme-. Será algo bueno, podré ser alguien más... y con suerte puede que hasta haga nuevos nakamas... -mis ojos están brillantes y llenos de felicidad- pero si nunca tuve nakamas -me recuerdo con una sonrisa de disculpa, sólo tuve uno. Y si, es Aizen Sōsuke de quien hablo. No me importaba en lo absoluto ir hablando conmigo misma por la calle y viendo en todo momento el cielo azul y despejado que hacía esa hermosa mañana. Una calma y paz absolutas... jamás experimenté algo semejante en el Seireitei.
En realidad no experimentamos nada de eso, si podemos ver y conocer todo y a todos fue a través de los recuerdos de Aizen, Ukitake, Shunsui y el mismo Yamamoto -rezongó de mal humor Escorpión en mi cabeza.
-Pero... hum, es verdad -me toqué la barbilla unos segundos y cerré los ojos mientras seguía caminando-. Quizá por eso... ¿pero qué pasa con todo lo relacionado a los dos mil años atrás? ¿Porqué tener todo el pasado del Comandante?
Sabes bien que yo nunca confié en la palabras del viejo, sé que se murió sin decirnos algo importante. Como el porque lo de nuestro cautiverio en la más absoluta clandestinidad, nuestros lazos pasados y el porqué no recordamos nada de nuestros primeros años en la SS -pobre Escorpión, sigue cabreado con el pobre Yamamoto.
Debe de ser por eso que está de tan mal humor.
Autora: Bueno, pues lo dejaré aquí... o,ò
Alice: Pero ¿qué clase de inicio es este? ò,ó
Autora: Bueno, bueno calma u,ù soy nueva en esto de escribir fics y la verdad no sé qué tal está :c
Chico misterioso: ¿Cuándo saldré a la luz? :v
Autora: No te preocupes, sales en el próximo cap c: Por cierto espero que alguien lea este fics que lo comente... y diga que tal está.. etc ^_^
Enemigo desconocido: Yo mejor no pregunto cuándo saldré è_é
Autora: ...
