Aclaraciones: Antiguamente el fic tenía el nombre de La dama dominante.

Este capítulo es una redacción nueva.

Recomendación: Tomen en cuenta las fechas que aparecen para no perderse en el hilo temporal (Mes, día y hora)


Una infractora de reglas:

El tiempo lo controla I

Hay cosas que suceden en los momentos más inesperados, situaciones que arrastran con una fuerza sobrenatural a extraños desenlaces, todo bajo el manto omnipotente del tiempo que indiferente ve como las personas intentan huir de su influjo aun cuando saben que es imposible.

El tiempo es igual para todos, pasa impasible sobre cada persona y por ende se rigen por sus designios, fue en ese instante que esta fuerza llevo la vida de estas personas a juntarse y destruirse, cada segundo perfectamente cronometrado, sin que ellos pudieran hacer algo para evitarlo:

Abril: Lunes, 8:03

Inicio de clases

Kohaku caminaba a su lado, visiblemente más tranquilo que ella, pero sus nervios eran muy justificados, había cambiado de escuela, ahora pertenecía a la matrícula de estudiantes de la Secundaria Hoshio. Su uniforme de un intenso azul marino la hacía ver muy pálida casi enfermiza o tal vez era su nerviosismo, se trataba de una escuela de elite, eso querría decir estudiantes con un alto ego, superficiales y quien sabe que otros defectos. Kohaku también empezaría ese día sus clases, pero él a diferencia no parecía importarle, en su antiguo colegio nunca tuvo amigos e imaginaba que en este ocurriría lo mismo desaparecería entre la multitud y se graduaría con un excelente promedio como siempre.

Ella por otro lado desconocía que iba hacer de su vida cuando pisara aquel lugar. Las razones de su cambio, (aun cuando le rogo a su tía que no lo hiciera) fueron puntualizadas hace tres semanas por Hojo que siempre actuaba como mediador en temas espinosos:

Rin la razón para cambiarte no fue arbitraria― le explicó con paciencia cuando ella ya tenía los ojos humedecidos al pensar en que no vería más a sus amigas ― Kagome lo pensó con detenimiento y tiene muy buenas justificaciones, lo más importante es que el recinto es mucho más seguro, no queremos que te suceda algo si personas malas se llegan a enterar de que eres la heredera del grupo Higurashi― Rin intento no sentirse ofendida por ese trato tan infantil ― Además el colegio está muy cerca, puedes irte caminando si lo deseas y Kohaku también será transferido ¿No quieres dejarlo solo?

Lastimosamente Hojo no menciono en ningún instante el evidente "así podrás moverte en un círculo más adecuado para la posición económica a la que pertenecemos ahora" y el tan temido "puede que consigas un digno esposo para el futuro", eso derrumbo todas sus armas para oponerse a una decisión que ya era firme…

― ¡CUIDADO RIN! ―grito Kohaku atrayéndola a la realidad, le había jalando por el bolso con tanta fuerza que la hizo trastabillar y caer al asfalto. El chirrido de los neumáticos del auto fue lo primero que registro en su estupefacción.

― ¿Rin estas bien? ―interrogó Kohaku nervioso, ella supo vagamente que asintió en respuesta.

―Nadie les enseño a no cruzar con el semáforo en rojo― escuchó que decía la voz de un hombre.

―Lo sentimos señor― se disculpó Kohaku, para cuando levanto el rostro, el vidrio polarizado de la camioneta había subido y ya tomaba velocidad nuevamente perdiéndose en la carretera.

―Rin, ¿Cómo no viste que estaba en rojo el semáforo? ― no supo que responder, daba vergüenza decirle que estaba tan metida en sus pensamientos que olvido lo que hacía, su amigo pensaría que era idiota.

―Yo lo siento, pero no ha pasado nada, gracias por salvarme― le comento con una sonrisa tensa y algo temblorosa se puso en pie con ayuda de Kohaku que se veía turbado.

Esta vez estuvo pendiente de cada paso que daba y todo su entorno, no dejaba de rondarle un pensamiento en la mente "es una advertencia divina, el universo está conspirando para que no vaya a esa escuela"

Desafortunadamente no llegaron más señales del cielo, entro a la Secundaria Hoshio a salvo y cuando se dio cuenta ya se encontraba abriendo la puerta de su nueva aula y despidiéndose de su amigo que empezaría su primer año de preparatoria.

El aula resultaba más iluminada y pulcra que su salón anterior, pero seguía siendo un aula de clases, con mesas de trabajo sin macula. Sus nuevos compañeros de clase, se veían normales, algunos destilaban cierto aire de superioridad, pero nada que no se hubiese encontrado muchas veces con anterioridad. Comprendió que sus prejuicios habían imperado en su mente convirtiendo todo en algo que no existía.

Más tranquila busco un asiento libre cerca de la ventana, le gustaba el bosquecillo que bordaba la construcción, sintió la mirada curiosa de muchos, pero ninguno se acercó para conocerla. Tan solo diez minutos después, entro el profesor al salón, todos se callaron. Era un hombre extraño, con un rostro serio y una extraña cicatriz en el rostro, miro disimuladamente a su alrededor, pero todos parecían tranquilos y desinteresados por el profesor que se presentó como Goryomaru y quien sería el titular del grado.

Les ordeno entonces con una voz ronca que se levantaran cuando los nombrara en la lista de asistencia y se presentaran, con su nombre, apellido, edad y algún interés extracurricular en específico.

Algo nerviosa se puso en pie cuando la nombraron, sintió la mirada inquisidora de todos los presentes, imaginó que hambrientos de saber quién era la chica nueva. ― Mi nombre es Higurashi Rin, tengo catorce años y me interesa la arquería.

―Bienvenida Higurashi― corearon todos, como venían haciendo desde que comenzó la presentación, claro que en los casos de estudiantes regulares incluían algunos comentarios bromistas.

Lunes, 12:56

Termino de cerrar el obento, escuchaba las conversaciones lejanas de sus compañeros de estudio, ya varios se habían acercado a ella y presentado sin formalismos. Recordaba vagamente algunos nombres. Sobre todo cuando los dos profesores que siguieron a Goryomaru les hicieron la misma dinámica.

Se recostó en la madera del pupitre, aún quedaban cinco minutos de receso, podría echar un sueñito, pero para su sorpresa dos minutos después todos los alumnos entraron y se sentaron y el lugar se sumió en un silencio lúgubre, se irguió incomoda. Miro el reloj de la pared, pero aún faltaba un minuto para que diera por finalizada la hora libre.

Con una puntualidad arrolladora, el reloj en la pared marco las trece horas y la puerta se descorrió, en el silencio el sonido fue un sobresalto. El hombre más apuesto que había visto en la vida hizo aparición, tenía una mandíbula perfilada y unos ojos dorados que resultaban sagaces, un largo cabello atado a una cola alta ¿Era su color natural? Imposible se dijo, nadie podría tener ese color plateado. El rostro sin mostrar ninguna emoción. Era intrigante.

El recién llegado dejo su portafolio en el escritorio y los miro a todos con escrutinio. Cuando por fin hablo su voz le sonó familiar, pero no supo ubicarlo en su memoria. Rin estaba segura que de haber conocido a ese hombre nunca lo hubiese olvidado.

―Mi nombre es Sesshomaru Taisho e impartiré sus clases de japonés ― no hubo comentarios jocosos. Todo muy ecuánime. Todos seguían en silencio.

El profesor se dirigió a la pizarra y comenzó a escribir en fluidos movimientos. Con asombro noto que la mitad de lo que escribía no podía leerlo.

―Estos son kanjis antiguos, actualmente la mayoría se encuentran en desuso pero deben dominarlos para comprender la raíz de muchas palabras…― una mano se había alzado temblorosa.

―Profesor Sesshomaru, disculpe pero…yo quería saber… ¿No nos presentaremos, para que nos conozca? Y yo pensaba que… ― interrumpió temblorosa una joven muy guapa. Parecía dispuesta a sobreponer su interés en hacerse notar que el bochorno que evidentemente sentía.

― ¿presentarse dice? ―la joven parecía algo acobardada, al escuchar el tono burlón del profesor― Adelante, si quieren ser tratados como estudiantes de primaria háganlo― todos se quedaron sentados y en silencio. Esta vez el profesor tenía una mirada perversa. ― Se levantaran, comenzando por la columna derecha, dirán su nombre, apellido, edad ¿Qué más preguntan en primaria? Ya, que hicieron estas vacaciones y pronunciaran y dirán el significado de una de las palabras que está escrita en el pizarrón.

Rin junto con veintiocho alumnos más insultaron mentalmente a la joven que ahora tenía el rostro colorado. Especialmente la columna derecha que serían los primeros en caer al abismo, desafortunadamente Rin estaba entre ellos.

La primera que se levanto era una chica bastante fiera al hablar ―Mi nombre es Mayu Ikeda, tengo catorce años, en estas vacaciones fui a esquiar, la primera palabra se pronuncia chinden, lo componen por la palabra hundimiento y poso, fue sustituida por kakikaeada.

Rin se devano los sesos intentando descifrar la palabra que por el orden le correspondía a ella, para su tranquilidad dos estudiantes fallaron en descifrar el significado y el profesor no menciono nada. Podría equivocarse y no recibiría una reprimenda, tampoco la burla del salón.

Se levantó, pero esta vez nadie la miro, todos se encontraban absortos en lo que dirían cuando fuese su turno. ― Mi nombre es Higurashi Rin, tengo catorce años y fui a Sapporo a comer anguila. La palabra dice…

―Sé que no puede leerla ―la detuvo el profesor Sesshomaru con frialdad. No pudo evitar ruborizarse ― Ni siquiera es capaz de entender las señales de tránsito mucho menos lograra leer un kanji de novecientos años de antigüedad.

Se quedó helada, ¡Fue él quien casi la atropella! Jadeo sorprendida. La voz que la regañaba por no saber cruzar la calle esa misma mañana. El apuesto hombre, solo la ignoro y miro al siguiente alumno. Temblorosa tomo asiento.

No quiso mirar a su alrededor, a pesar de todo a ninguno le fue ajeno la burla de Sesshomaru. Avergonzada descubrió que ahí estaba la señal que faltaba, debía irse de este lugar, pero aun cuando la sensación de malestar, se mantuvo en silencio sin poder dejar de mirar al profesor, aun cuando había demostrado que era un ser sin escrúpulos, se sentía profundamente hipnotizada por su persona.


Dos años después

Noviembre: Miércoles, 17:06

Termino de firmar los papeles del divorcio. El bolígrafo le temblaba entre los dedos. Cuatro años de relación, tan solo dos de matrimonio, los primeros dos años llenos de felicidad y los dos siguientes en un declive imparable.

No supo cómo paso, pero un día llego a casa y en su cama había una carta muy emotiva de su esposo, un viaje a África que no deseaba rechazar, una misión humanitaria, su vocación que lo llamaba y una afirmación que le dio escalofríos " Kagome ya no me necesitas, así que es mejor que esto termine" .

Dolía reconocerlo pero Hojo tenía razón, él se había transformado lamentablemente en un inmobiliario de su casa, que le calentaba el lecho y escribía para preguntarle cómo estaba. No le animaban ni sus sorpresas románticas, sus regalos (objetivamente medicamentos) ni sus caricias. Suspiro, y en ese gesto fue su sentencia a la relación con Akitoki. Estaba declarada muerta y no necesitaba de un médico para certificar su defunción, ya ella tenía la hora y el día de ello.

Fue el veinticuatro de diciembre de hace dos años, cuando después de que él planeara por meses una semana romántica para ellos dos solos, ella sin consideración saco debajo de la manga y con toda la intención una junta con inversionistas para ampliar su empresa. Podría haberla programado sin afectar el viaje con su esposo, pero no quería recluirse en algún paramo con él, sin más interacción humana.

La muerte ocurrió allí, en la cena donde él estuvo presente, cuando uno de los accionistas mayoritarios, comento despreocupadamente "me sorprendió que planearas todo esto justamente para estas fechas y tan apresurado Kagome, una semana de anticipación, sabiendo que podía hacerse cuando se terminasen las fechas decembrinas"

Ella vio como la muerte besaba la mejilla de Hojo antes de desgarrarle el corazón, su mirada se ensombreció y su sonrisa cariñosa se helo para siempre. Nada volvió hacer lo mismo.

― ¿Kagome te encuentras bien? ―interrogó Sango entrando a su oficina.

―Por supuesto, las cosas no iban bien con Hojo, no fue una sorpresa realmente ― Sango la miro con suspicacia, pero no dijo nada más, solo tomo los papeles del divorcio y los metió dentro de una carpeta oscura y se la llevo con ella.

―Me quedare hoy en tu casa, podremos beber hasta perder la conciencia ― le dijo al final Sango mirándola con una sonrisa tierna ― Y Kagome, no tienes que fingir conmigo, sé que te duele... ― no comprendió que lloraba sino hasta que la visión se tornó borrosa y sus mejillas húmedas.

―Creo que lo adelantaremos… necesitas urgentemente olvidar todo.

Marzo: Viernes, 16:06

Cuando llego a su casa de la secundaria, lo primero que hizo fue lanzarse entre las sabanas y lanzar un grito de excitación. ¡Lo había hecho! Estaba tan orgullosa de sus acciones, después de un año de intentos infructuosos, por fin lograba que cierto profesor la mirara con algo más que desinterés, lo supo cuando sus ojos brillaron lascivos. Lo tenía en sus manos y hoy podría tenerlo en sus piernas. Grito nuevamente, avergonzada de sus pensamientos tan descarados. Mayu la habría felicitado de haberla escuchado.

Desde el tercer día de clases y luego de que una adorable profesora las uniera en pareja para una evaluación ellas se volvieron inseparables. En su tercer año estudiando juntas, ya no existía nada que no supiera la una a la otra. Y desde que Rin le comento su enamoramiento platónico por su profesor, Mayu lo convirtió en un objetivo a largo plazo, insistiendo con tanto empeño que al parecer todo parecía listo para marchar en la dirección correcta.

Le envió una nota de voz a Mayu sobre su encuentro con el profesor, realmente narro segundo a segundo los cinco minutos de conversación en el aula, donde se retrasó con la excusa de no entender unos kanjis.

y se lo dije, lo de vernos hoy en la noche, no respondió explícitamente, pero su cuerpo me lo dijo ¿me entiendes?

Por cierto con respecto a tu mamá ¿crees que no notara que salga del apartamento en la noche? Estoy emocionada, creo que hoy será el día…

―Rin ¿Con quién hablas? ―con un sobresalto dejo caer el teléfono que fue a caer en la alfombra, Hikaru la miro con recelo.

― ¿Vamos armar el equipaje? ― evadió con una sonrisa deslúmbrate, Hikaru aun parecía recelosa pero no insistió más, solo dejo la maleta que traía consigo en la cama.

―Sí, ¿Ya tienes pensado en lo que llevaras? ―se referiría claro al campamento de una semana que se realizaría en Kyushu. Asintió, lo estuvo meditando por días con Mayu y ya lista, la pulcra pila de ropa estaba en su armario. Hikaru pareció satisfecha y se pusieron manos a la obra. Rin no señalo en ningún momento que en su gaveta le aguardaba otro conjunto de ropa que se iría con ella ese día a casa de Mayu, era sin duda el atuendo más importante.

Marzo: Viernes, 17:26

Olvidar todo. Creía que lo había logrado, casi cumplía cinco meses de divorcio con Hojo y después de una noche de bebidas con Sango creyó superarlo, pero al parecer su amiga que no pensaba lo mismo. ¡No has estado con otro hombre en todo este tiempo! Eso significa que piensas que si lo haces con otro le estas engañando. No pensaba de aquella forma y por más que insistiera a Sango que solo se trataba de que no tenía tiempo de conocer a nadie, ella se hacia la sorda y planeaba las situaciones más descabelladas para sacarla de esa "situación".

Hoy tenia uno de esos retorcidos planes, aunque desconocía los detalles, intentaría por supuesto hacerla desistir aunque no tenía muchas esperanzas de lograrlo.

Cuando el chofer le abrió la puerta de la casa, Hikaru pasaba la aspiradora por debajo de la mesa, al verla apago automáticamente el aparato y se aliso el delantal. Camino hasta el inicio de las escaleras donde se encontraba el closet, guardo el abrigo con cuidado.

―Señora bienvenida a casa―saludo respetuosa la mujer.

―Gracias Hikaru, ¿Cómo ha estado todo? ―preguntó tranquilamente, era solo cortesía de haber alguna complicación ya hubiese sido informada.

―Todo en orden señora, la señorita Rin llego hace unas horas está en su habitación haciendo su tarea.

―Perfecto, por cierto Hikaru encarga al cocinero que haga algún tentempié, Sango vendrá por aquí dentro de media hora ―comentó, aunque sinceramente deseaba que su mejor amiga decidiera no hacer aparición.

― Como ordene señora ¿le gustaría algo especial?

― ¡Oh no! Aunque pensándolo bien, que se aseguren que no tenga demasiado dulce, Sango anda demasiado sensible con lo del peso.

―Si señora.

Marzo: Viernes, 18:18

Se estaba cepillando el cabello cuando Sango entro en la habitación en sus manos llevaba una gran bolsa azul. Por su rostro emocionado, supo que tenía que andarse con cuidado. Dejo el cepillo en la cama y se levantó para darle un abrazo y si tenía suerte ver que el contenido de aquella bolsa, lo primero lo logro, lo segundo ni por asomo Sango al parecer supo sus intenciones porque alejo lo más que pudo la bolsa.

―Siéntate en la cama Sango, ya casi termino.

―Me parece perfecto―comento entusiasta su amiga.

― ¿Qué te diga que te sientes en la cama?

―No, que te estés arreglando el cabello― disimulo su desilusión, Sango no lo había olvidado.

― ¿Por qué? ―preguntó, fingiendo ignorar a que se refería.

― ¡No puede ser que lo olvidaras! ―jadeo indignada Sango.

― ¿Qué cosa? ― siguió fingiendo, ahora ocultando una sonrisa burlona.

― ¡Kamoge, hoy vamos a ir al club! ―le contesto Sango casi gritando, tal vez pensando que si lo hacia ella recordaría más deprisa ―Vamos a buscar chicos.

―Oh, no, no y no― dijo por fin, fingiendo recordar en ese momento, lo que su amiga le había comentado días atrás sobre su plan de cómo olvidar a Hojo. Como si ya no lo hubiese olvidado. Claro que lo extrañaba en algunas oportunidades, ella estaba tan agobiada por el trabajo que cuando llegaba a casa se alegraba que Hojo la estuviese esperando con una sonrisa. Pero se acabó. Él estaba haciendo sus propios sueños que ya no incluían preocuparse por la salud de ella, que tenía su propia empresa, con mil quinientos empleados a su disposición y setecientos trabajadores de empresas adjuntas, además una criada, un médico de cabecera, chofer y al parecer Sango quería sumarle un chico de compañía.

―Por favor vamos inténtalo, te dan dos días de prueba. Si no te gusta puedes cambiarlo. Además hay unos bellísimos― Kagome no evito sorprenderse, parecía que hablaba de que irían alguna tienda y comprar un cachorro. Pero ella ya tenía a Buyo.

―Entonces hazlo tú― le dijo con simpleza.

―Kagome yo vivo con mi hermano menor, ¿Cómo crees que voy a llevar a un hombre a la casa?

―Yo tengo a Rin aquí si es por eso.

―Sabes muy bien que Rin se irá a ese campamento mañana. Y Hikaru le puedes decir que se tome estos días libres―la atajo con seguridad.

―Kohaku también se ira al campamento― pero sus palabras no fueron atendidas por Sango que parecía dispuesta a ignorar sus excusas. ― ¡Oh el campamento!, no hemos armado las maletas.

―Kagome céntrate, ya Hikaru se debe haber encargado de eso.

― ¿Tú crees? ―

―Sí, ahora vamos termínate de arreglar para ir a buscar a ese chico especial.

―Siento que esto no puede terminar bien.

―Vamos Kagome, hasta le podrías dar unos azotes.

― ¡Sango! Yo no podría hacer una cosa como esa― dijo escandalizada.

― ¿A quién le darán unos azotes?

― ¡Rin! a nadie solo Sango se ha vuelto loca―respondió con las mejillas rojas – ¿Y ya has arreglado tus maletas?

―Claro, Hikaru me ayudo apenas llegue de clases―Sango le miro como si quisiera decir "te lo dije"

―Vale, me parece muy bien y a ¿qué hora hay que estar en el colegio?

―Tía, te lo dije ayer que me iba a quedar en casa de Mayu, su mamá nos va a llevar ―Kagome noto cierto nerviosismo en Rin, pero no le presto mucha atención ya estaba preocupada por sus propios planes.

―Cierto, tengo que llamar a su mama para confirmar.

―Por favor tía ya tengo 16 años, ¿crees que te mentiría?

―Sé que no lo harías Rin, la llamare solo para confirmar que ella podrá llevarlas mañana.

―No le creas lo que dice Rin, Kagome solo lo hace para estar segura que te quedaras en la casa de esa amiga tuya y no con algún muchacho― respondió con malicia, ante la mirada asesina de Kagome y el sonrojo de Rin.

―A mí no me gusta ningún compañero de clase Sango―se apresuró aclara su sobrina, pero su rostro gritaba otra cosa.

―Bueno entonces un profesor. –Rin se sonrojo aún más intensamente ― ¡No puede creerlo!, ¿te gusta un profesor?

―No, claro que no. Bueno voy hablar con Mayu para saber a qué hora me pasaran buscando.– respondió casi en un susurro y se escapó antes que alguna de las dos mujeres pudiese decir otra cosa.

―Vaya, el amor prohibido―susurró Sango con mirada soñadora.

―Mientras sea unilateral y temporal no tengo ninguna objeción― comentó sin darle importancia, era claro que desconocía lo que realmente sucedida en la vida amorosa de Rin.

―Por supuesto y no has visto en ese colegio algún profesor guapo.

―No, solo he conocido su profesor guía y la mujer que les da artes plásticas.

―Bueno ya habrá tiempo para interrogarla, en este momento debemos pensar en tu perdida de la virginidad. Después de cinco meses es casi como serlo nuevamente – le lanzo la almohada ante ese comentario pero Sango la esquivo mientras reía a carcajadas.

Kagome suspiro nada de acuerdo con el plan, era retorcido, contratar a un hombre como su esclavo (aunque Sango no dijo textualmente esas palabras, no, ella dijo "sumiso" que le parecía hasta peor que un esclavo) Bueno tendría que ver como terminaría eso, tal vez no fuese un fiasco total.

Marzo: Viernes, 20:00

Dos autos salieron de la residencia principal de los Higurashi, los dos iban con rumbos diferentes aquel día, sin saber que sus vidas iban a colisionar gracias a ese momento, las dos mujeres no conocían su destino aun, pero el tiempo sí que tenía cada segundo medido listo para llevarlo a cabo.


Continuara…

Ufff lo pensé demasiado, medite los comentarios recibidos y cavile sobre mi propia opinión y decidí hacerlo, cambiar tanto el nombre del fic (La dama dominante) y las parejas principales, realmente el cambio es muy leve en cuanto a la trama, seguirá la pareja de Inuyasha y Kagome pero con una relevancia secundaria, claramente Sesshomaru y Rin son nuestros nuevos protagonistas. Espero saber su opinión respecto al cambio y gracias de antemano por leer el fic. Como solo publicare nuevamente los capítulos, no tardare demasiado para retomar en el punto que iba la historia.

Mis agradecimientos especiales a Freakin'love-sesshourin, Floresamaabc, KaKliz, Natity, Kissat, Tara Castillo, Aleliz, Kathrina Larouse, Esmeralda, Luna. Por sus lindos comentarios.