AN: No… no soy J.K.Rowling, Harry Potter no me pertenece, obviamente. Esta historia tampoco es mía. Es una traducción de un fantástico fic de ksomm814, por supuesto con su permiso. Así que el merito es suyo. Yo solo intento traducirla lo mejor que puedo. Si alguien se ofrece a revisarla estaré encantada.

Capítulo 1

Un verano doloroso

Por tercera vez en esa semana un niño muy delgado de pelo azabache estaba regando el jardín de su tía, Petunia Dursley, en el número 4 de Privet Drive. La mayoría de la gente no se fijaba en el adolescente que trabajaba sin importar el dolor que pudiera sentir desde el amanecer hasta al anochecer. Todos ellos sabían que solo causaba problemas.

Que equivocados que estaban.

Harry Potter no era como la mayoría de los niños de su edad. A parte de la cicatriz en su frente que tenía forma de relámpago, Harry era un estudiante del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, un colegio del que la mayoría de los muggles (gente no mágica) nunca habían oído hablar. Ninguno de ellos sabía que era un aprendiz de mago, ni tan solo que las brujas y los magos existían, por esa razón los tíos de Harry mentían sobre el colegio al que Harry iba.

Normalmente Harry estaba orgulloso de su herencia, pero no ese verano. Una semana después de haber empezado sus vacaciones de verano recibió una llamada telefónica de su amigo, Ron Weasley. Desgraciadamente, su tío Vernon contestó el teléfono. Después de gritarle durante casi una hora sobre cómo se atrevían esos "freaks" a llamar y demostrar su "anormalidad", Harry fue castigado… seriamente. Aún tenía moratones de ese castigo.

La noche después del incidente de la llamado telefónica Harry envió a su lechuza, Hedwig, a quedarse a casa de Ron. La última cosa que Harry necesitaba era hacer enfadar a Vernon aún más. Desde entonces, a Harry le daban una interminable lista de tareas y le castigaban si no estaban terminadas al anochecer.

De eso hacía tres semanas y la lista de tareas se hacía cada vez más larga.

Además de las tareas pesadas, Harry también tenía deberes y era castigado seriamente si sus tíos lo pillaban haciéndolos. Esto solo permitía que Harry los hiciera a últimas horas de la noche y primeras horas de la mañana cuando todos estaban durmiendo, tiempo que Harry necesitaba desesperadamente para descansar.

Harry dejó escapar un suspiro cansado mientras se secaba el sudor de su frente con su manga. Hoy, como cada día durante la última semana hacía un calor abrasador. Su tío estaba en el trabajo mientras que su tía y su primo, Dudley, estaban fuera haciendo lo que fuera que solieran hacer durante el día. Nadie se molestaba en tener a Harry informado y a Harry realmente no le importaba. Mientras no le molestaran.

Finalmente acabó el jardín y Harry se sentó en el césped, haciendo una mueca de dolor al sentarse y sacó del bolsillo del pantalón la lista de tareas. Era el atardecer y aún tenía que limpiar el garaje y hacer la cena. Si el mundo mágico pudiera verme ahora, pensó amargamente.

Sabiendo que no podía esperar mucho más, Harry volvió a guardar la lista en su bolsillo y poco a poco se levantó. El garaje iba a tomar por lo menos unas horas, probablemente más considerando el dolor de sus costillas. A Harry le sorprendía con qué rapidez tres personas podían hacer que todo fuera tan difícil. Limpiar el garaje era una tarea semanal.

Harry dejó ir otro suspiro mientras poco a poco limpiaba el garaje, su pierna derecha palpitando de dolor. Estaba seguro que tío Vernon le había roto un hueso y como había sido "culpa de Harry", la atención médica era inadmisible. En el fondo Harry se empezaba a preguntar si era culpa suya. Su tío había sido estricto y duro antes, pero nunca así. ¿Cómo podía una solo llamada telefónica empujar a un hombre hasta ese extremo?

Entrando en el garaje, Harry no se dio cuenta que un par de ojos azules estaban mirando cada movimiento doloroso que hacía, queriendo más que nada correr hasta el niño y decirle todo, pero sabía que necesitaba ser paciente. Este chico no era nada más que un esclavo y tarde o temprano necesitaría ayuda. De eso no cabía duda.

Como cada noche, Harry sirvió la cena para su "familia" y salió afuera para comer un sándwich que había echo para él. Sabía perfectamente que no debía esperar las sobras, especialmente con Dudley comiendo como comía. A pesar de su dieta, Dudley aún estaba tan gordo como siempre y no parecía que fuera a perder peso pronto.

Tumbándose en el césped y mirando las estrellas, Harry se dijo a si mismo que podría ser peor. Sabía que pasaría un mal rato explicando las lesiones. ¿Cuánta gente creería la excusa de "me he caído por las escaleras"?

Harry estaba a punto de morder su sándwich cuando sintió que estaba siendo observado. Ignorando el dolor y sus músculos doloridos, Harry se sentó y miró alrededor. Estaba a punto de apresurarse hacia el interior de la casa cuando el sonido de un animal gimoteando en los arbustos llamó su atención.

Poco a poco y con cuidado, Harry se acercó a los arbustos y se arrodilló. Su cabeza le decía que dejara a la posible peligrosa criatura pero algo en su corazón le decía que ayudara al animal. Necesitaba ayudar a ese animal.

Empujando los arbustos Harry miró hacia abajo y se encontró con un gran perro negro tumbado que lo miraba con unos ojos azules y expresión de dolor. El perro dejó ir otro gemido pero no se movió. Un comportamiento extraño para un perro.

- Eh… hola – dijo Harry nervioso. – ¿Te has perdido? - Una pregunta estúpida, Harry, muy estúpida. Realmente no sabía que hacer o decir a un perro perdido. Moviéndose a una posición más cómoda, Harry partió su sándwich por la mitad y ofreció una parte al perro. – Es pollo – dijo suavemente – a los perros les gusta el pollo¿verdad?

El perro finalmente se movió. Harry miraba como el perro poco a poco tomaba el trozo de comida que le ofrecía y comía. Comiendo su propia porción, Harry vigiló al perro el cual su mirada se mantenía en Harry todo el tiempo. Harry no sabía si el perro estaba intentando averiguar algo o si se estaba debatiendo entre comerlo o no.

Después del tercer mordisco Harry no lo soportó más. – Sabes, esto sería más fácil si no me miraras así - dijo sinceramente. – Sé que tienes hambre pero esto es todo lo que voy a tener para cenar. Puedo intentar traer más comida para ti después de que se hayan ido a la cama pero mi tío no puede saber de ti. ¿Hecho?

El perro se arrastró hacia delante y apoyó su cabeza en el regazo de Harry, miró hacia arriba con "ojos de perrito" que hicieron que Harry hiciera un gemido de frustración. No tenía fuerzas para pelearse con un perro esa noche.

- Mira, lo siento, - dijo sinceramente – pero mi tío… realmente no sé qué le pasa. Está tan enfadado este verano. Yo puedo aguantarlo, pero odiaría que dejara ir su cólera con otra persona.

Sin darse cuenta de lo que estaba haciendo Harry empezó a acariciar al perro. Aunque justo acabara de conocer al perro había una extraña familiaridad que Harry no podía ignorar. No sabía porqué se sentía esto ahora y no antes pero en ese momento a Harry no le importaba en absoluto. Necesitaba hablar con alguien y en ese momento este perro era el único dispuesto a escuchar.

- A veces me pregunto si mi vida fue maldecida la noche en que Voldemort no pudo matarme. – Dijo de repente – Cada año es más y más difícil. Viví en un armario debajo de las escaleras durante diez años, descubrí que soy… eh… diferente, y voy a una escuela donde acabo luchando por mi vida cada año. Quiero decir¿cuántas veces puede Voldemort intentar volver?

El perro miró hacia arriba a Harry con sorpresa pero Harry estaba demasiado absorto en sus pensamientos para notarlo. – Creo que es culpa mía – Harry continuó. – Fui yo quien fue a buscar la piedra y fui yo quien fue a la Cámara Secreta por mi cuenta. Creo que sentía que tenía que ser yo quien le detuviera. Él mató a mis padres. Él es la razón por la que estoy atrapado aquí… con ellos.

Harry dejó ir un suspiro y sacudió la cabeza lentamente. – Esto es muy triste. – dijo más para sí que para el perro. – No tendría que sentir lástima por mí de esta manera. Solo hace que todo parezca peor. Solo estoy asustado. ¿Cómo puedo ocultar esto a mis amigos¿Cómo puedo ocultarlo a Dumbledore? Si supieran cómo es realmente esto…

- POTTER!

El grito de su tío hizo que Harry dejara escapar un gemido frustrado. Rápidamente acabó el resto del sándwich y miró al perro. – Estate escondido – Dijo Harry suavemente. – Traeré lo que pueda cuando se hayan ido a la cama.

Decir que Harry estaba sorprendido al ver que el perro se apresuraba a los arbustos y se escondía habría sido una subestimación. Era como si el perro supiera exactamente lo que se le estaba diciendo pero era imposible. Los perros no podían entender lo que decían los humanos, al menos no frases enteras y razonamientos.

Los gritos de tío Vernon trajeron a Harry de vuelta al presente. Levantándose, Harry fue incapaz de suprimir una mueca de dolor a causa de sus costillas. No queriendo soportar más griterío o castigos, Harry se apresuró hacía la casa donde se pasó la siguiente hora y media limpiando la cocina. A esas alturas ya conocía la rutina. Si la cocina no estaba impecable, lo castigaban. Básicamente, si Harry hacía cualquier cosa que no fuera actuar como un obediente elfo doméstico, era castigado.

Cuando finalmente acabó, escuchó que los Dursleys subían al piso de arriba para dormir. Dejando ir un suspiro de alivio, Harry hizo unos cuantos sándwiches más con el mayor silencio posible. Realmente no sabía cuánto necesitaba comer un perro perdido pero viendo lo delgado que estaba consideró que cuánto más mejor.

Ignorando el cansancio, Harry se escapó por la parte posterior, salió y cojeó hacia donde el perro debía de estar ocultado. El perro se dio cuenta que se acercaba y lentamente salió. Era extraño que una cosa tan simple como un perro perdido pudiera hacer feliz a un adolescente, pero ese perro traía un cierto sentido de normalidad. Para el perro, Harry no era un "anormal" o el-niño-que-vivió. Harry tan solo era Harry.

Se sentaron en silencio mientras el perro comía. Parecía bastante raro que un perro comiera lentamente cuando parecía que estuviera muerto de hambre pero Harry no expresó su opinión. Estaba demasiado asustado de perder a su nuevo amigo.

Dándose cuenta que era demasiado tarde, Harry sabía que si no empezaba sus deberes no haría nada esa noche. Aún tenía que hacer Pociones, Historia y Transfiguración las cuáles eran confusas y estresantes. La Profesora McGonagall era estricta y exigente en Transfiguración, el Profesor Snape era injusto y desagradable en Pociones y el Profesor Binns era molesto y aburrido en Historia de Magia. No animaban a Harry a correr hacia la casa y acabar los deberes.

La sensación de algo húmedo lamiendo su mano sacó a Harrry de sus pensamientos. Rápidamente miró hacia abajo y vio esos ojos azules que lo miraban con preocupación. – Sabes, si vas a estar por aquí tendré que pensar un nombre para ti. – Harry dijo con una sonrisa. - ¿Te gusta Midnight?

El perro ladró feliz, haciendo que Harry mirara rápidamente hacia las ventanas de las habitaciones. Por suerte nadie había escuchado el ruido. Masajeándose su doloroso cuello,Harry devolvió su atención hacia Midnight. - Tenemos que ser silenciosos. - Dijo en voz baja. - No quiero que tío Vernon o tía Petunia te vean. Seguramente me castigarían por el simple hecho de tenerte en su césped.

Midnight dejó escapar un gruñido que hizo que Harry riera. - A mi tampoco me gustan mucho. - dijo sinceramente y entonces se volvió serio. - Es difícil que te caiga bien alguien que te trata como basura. Es en momentos como este que me pregunto como mi madre y mi tía pueden ser de la misma familia. La gente me cuenta lo inteligente y lo amable que era. Me gustaría poder recordarla. Desearía poder recordarlos a los dos. Como mínimo sabría seguro si alguien me ha querido alguna vez.

Harry hizo un suspiro y sacudió su cabeza. Necesitaba parar de pensar en su lamentablevida. Así solo conseguía sentirse peor y en ese momento era lo último que Harry necesitaba. Tenía que descubrir cómo podía pasar otro mes sin demasiados castigos.

Mirando en la distancia Harry no se dio cuenta de la tristezaque se reflejaba en los ojos de Midnight. En ese momento el perro sabía que sus planes habían cambiado. Ya había oído demasiado como para saber que había problemas más urgentes. Haría todo lo que pudiera para asegurarse que ese cretinoDumbledore, descubriera la verdad de lo que estaba pasando en el Número cuatro de Privet Drive.

Durante el resto de la semana era difícil ver a Harry sin su nuevo compañero, Midnight, mientras trabajaba en sus tareas durante el día. Harry llevaba comida al perro siempre que podía y cada momento libre que tenía lo pasaba con el animal. Cada noche Harry soltaba sus frustraciones y le contaba al perro todo por lo que había pasado. Por alguna extraña razón parecía que a Midnight le gustara.

Harry solo tardó dos días en caer en esos "ojos de perrito" y dejar entrar a Midnight en la casa. Desde entonces Midnight dormía en los pies de la cama de Harry. Harry no podía explicarlo pero se sentía más seguro con el largo perro negro allí aunque lo que le preocupaba a Harry en cada momento del día y de la noche era la seguridad del perro. Lo que le dijo a Midnight era cierto. Podía aguantar los castigos pero no podía soportar ver a nadie herido por su culpa.

La creciente lista de tareas no ayudaba. Se estaba convirtiendo en un hábito para Harry adormecerse en cualquier momento y ser despertado por Midnight lamiendo su mano. Sus músculos siempre le dolían, se sentía débil y empezaba a tener flashesde frío y calor muy molestos. Viendo su reflejo cada mañana, Harry sabía que se estaba enfermando. El problema era que a tío Vernon no le importaba. Seguía pidiendo que la lista de tareas fuera completada a tiempo.

El viernes por la noche, profundamente dormido, Harry no notó la sacudida de la cama cuando Midnight salió de ella. Estaba demasiado cansado como para notar nada. Estaba temblando de fiebre, la cual cosa causó que hiciera una mueca de dolor debido a sus costillas. Harry se mordió el labio inferior allloriquear. Los años de negligencia y la experiencia le dijeron que no gritara. Solo haría que tío Vernon se enfadara más.

Una mano apacible tocó la cara de Harry tal y como lo había echo las últimas noches. Se sentía fría con el contraste de su ardiente cara. Se inclinó en busca del frío mientras unos dedos acariciaban su pelo. Si Harry hubiera estado despierto probablemente se hubiera asustado de ver un extraño en su habitación y hubiera estado aún más asustado al ver la condición en qué ese extraño se encontraba.

El hombre, que llevaba una malgastadacapa negra encima de su ropa a rayas desiguales, miraba al adolescente con culpabilidad. Había sido horroroso oír cómo había sido de complicada la vida del niño hasta ahora. Vivir con una familia que lo odiaba, no saber casi nada sobre sus padres, enfrentarse a Voldemort dos veces y matar a un basilisco eran cosas por las que un niño no debería pasar. El hombre quería desesperadamente coger al muchacho y ocultarlo para mantenerlo seguropero sabía que eso no podría pasar nunca. No podía secuestrar al chico por justificado que fuera.

El niño tenía una pierna y como mínimo unas cuantas costillas rotas a parte de incontables moratones y músculos doloridos por las esclavas tareas que tenía quehacer cada día. Se había sorprendido cuando por primera vez vio que el era demasiado bajo para su edad, pero después de unas cuantas "historias" estaba claro que habían abusado del niño (físicamente, verbalmente y emocionalmente) ylo habían descuidado. Le enfadaba ver a alguien comportándose así con un niño, especialmente con este.

Harry Potter era un chico amable, bueno y compasivo que necesitaba que alguien lo quisiera. ¿Por qué nadie se había dado cuenta¿Por qué nadie había comprobado que estuviera bien y sus condiciones de vida? Cualquiera que supiera algo sobre la familia de Lily Potter sabría que Petunia Dursley odiaba cualquier cosa relacionada con la magia. ¿Por qué alguien dejaría a Harry aquí entre todos los lugares?

- No te preocupes chico. - Dijo el hombre en voz baja. - Me encargaré de todo. Lo prometo.