CAPITULO 1: MALOS PRESAGIOS
Era un día como otro cualquiera, Yugi se levantó como todas las mañanas para ir al Instituto (tarde, por cierto). Se vistió atropelladamente y salió disparado de casa saludando a su abuelo con un torpe " ¡Buebof fiaf!" porque aun tenia en la boca la tostada de su desesperado, pero eso no impidió que perdiera el autobús. -Genial - pensó - hoy empiezo bien el día... - En fiin - añadió en voz alta- No me queda mas remedio que caminar...
Mientras corría por la calle de camino al Instituto, se fijó en el Puzzle, que repiqueteaba en su pecho al ritmo de su carrera. - Es extraño, hoy Yami no ha dicho nada aún... Tan sumido en sus pensamientos estaba, que no vio a un niño que se cruzaba en su camino. Sin posibilidad ya de frenar su carrera, lanzó una exclamación e intentó protegerse con los brazos del inminente golpe... que no llegó. Trastabillando torpemente consiguió parar por fin y se volvió hacia el crío desconocido, que le miraba sin inmutarse.
-¡¡L... l... le... le he atravesado!! - fue lo único que pudo pensar Yugi mientras observaba atentamente al chiquillo. Iba extrañamente vestido, con una especie de túnica blanca y se cubría la cabeza y gran parte de la cara con una capa del mismo color. Sólo se distinguían un par de ojos de un profundo color violeta que miraban inquisitivamente a Yugi. La única piel que quedaba a la vista eran sus manos y pies, muy morenos. Iba descalzo, pero alcanzó a ver uno de sus tobillos, adornado con un pesado arete que parecía oro puro. Pero, el detalle que mas llamó su atención fue que portaba al cuello un colgante, también de oro, con el mismo símbolo que su Puzzle, el Ojo de Horus. Mientras seguía con su escrutinio, el niño le hablo con un fuerte acento extranjero:
-El tiempo se acaba.- Fue lo
único que dijo antes de comenzar a desvanecerse.
-¡¡Eh,
EH, ¡¡ESPERA!! - comenzó a decir Yugi
intentando agarrarle de la muñeca; pero su mano solo asió
el aire.
Al esfumarse el chiquillo, Yugi empezó a sentir una extraña debilidad, que hizo que callera de rodillas, temblando como una hoja. Su Puzzle Milenario vibraba y, cuando intentó tocarlo con la mano, la retiró dando un grito de dolor: le había abrasado la palma.
Una
ciclista, vestida con el mismo uniforme de su Instituto, paró
preocupada a su lado:
- ¡Eh, niño!, ¿Te
encuentras bien?, ¿Necesitas ayuda?
Yugi, sin enfadarse
como habitualmente hacia cuando le llamaban "Niño",
sólo atinó a esbozar una poco convincente sonrisa
mientras intentaba torpemente ponerse de pie.
- Eeeh... ¡No,
gracias!. Estoy perfectamente, sólo me he tropezado porque iba
con mucha prisa... ¡Debo irme!. Dicho esto, salió
tambaleándose ligeramente en dirección al Instituto. La
chica le miró extrañada un momento, se encogió
de hombros y siguió su camino.
Yugi siguió
caminando como en sueños; sólo salió de su
trance cuando Joey le sacudió ligeramente cogiéndole de
un hombro.
- ¡Hey!, Yugi, ¡espabila!- ¡Estas
pálido como un fantasma! y, ¿¿¡¡Qué
es lo que te ha pasado en la mano??!!. Yugi, parpadeando un par de
veces, miró a su alrededor; no recordaba haber llegado hasta
la clase... Luego se examinó la mano sin mucho interés
y vio que tenía la palma cubierta de ampollas. Cerró
los ojos un momento intentando ordenar un poco sus ideas y se dirigió
a Joey:
- Acompañame a la azotea - dijo simplemente.
Los dos amigos salieron en esa dirección sin percatarse de que Seto Kaiba les observaba con interés desde su pupitre; tampoco se dieron cuenta cuando subió las escaleras detrás de ellos: Yugi estaba como ido y Yoey muy ocupado intentando evitar que su amigo rodara escaleras abajo.
Una vez allí, Joey
agarró a Yugi de los hombros y le miró a la cara; pudo
fijarse en que los ojos de Yugi tenían las pupilas totalmente
dilatadas.
- ¡Yugi!, ¿¡Qué te ocurre?! ¡
Estas muy raro, me estas asustando!, ¿Es que te ha pasado algo
de camino a clase?
El pequeño miró a su amigo;
cada vez le costaba mas trabajo mantener la consciencia y entender lo
que le decía.
-Joey... el Puzzle... pasa algo raro, no...
¡no puedo hablar con Yami!... me siento mal...
-¿¡Cómo?!,
¡¡Qué es lo que te ha pasado, Yugi?!, ¡¿Qué
le pasa al Puzzle?! - Dijo Joey intentando tocar el colgante. Esto
hizo que Yugi reaccionara violentamente, apartando a su amigo con un
fuerte empujón.
- ¡¡NO!!, ¡¡NO LO
TOQUES!! ¡¡O TE OCURRIRÁ LO MISMO QUE A MI!! -
gritó enseñándole la mano herida a su
amigo
Cuando Joey vio que Yugi se tambaleaba peligrosamente,
sólo pudo sujetarlo para que no se diera un golpe contra el
suelo; cada vez estaba mas asustado.
- ¡¡MIERDA!!,
¡¿QUÉ HAGO?! - se desesperó - ¡AH,
ya se, ¡Debo llevarlo a la enfermería! ¡Si, eso
es!
Cuando intentaba conducir al semiinconsciente Yugi a la
enfermería del centro, se encontró con que Seto Kaiba
les cerraba el paso hacia la escalera.
-¡Aparta, Kaiba!
¡Yugi no se encuentra bien, tengo que llevarlo a la
enfermería!. Seto, sin hacerle caso, examinó a Yugi
levantándole la barbilla.
El pequeño, que cada
vez estaba peor, ni siquiera se dio cuenta.
- Pedazo de burro, es
evidente que lo que tiene no se lo van a arreglar en la enfermería
- dijo Kaiba desabridamente - es mas, creo que nadie debería
verle en este estado; ¿es que no te has fijado lo extraño
que está el Puzzle?
- Entonces, ¡¿qué
sugieres?!, ¿¡Qué hacemos!?, ¡¿DONDE
LE LLEVAMOS!?- Gritó Joey al borde del pánico- Y,¿¿qué
dices del Puzzle??, ¡le ha abrasado la mano a Yugi!
-
¡Mph...! ¡Típico de ti!, ¿Es que no lo
ves?. El Puzzle esta envuelto en una especie de halo verdoso, y tiene
un aspecto bastante desagradable, debo añadir...
- ¿¡Halo
verde?! ¡Pues yo no veo absolutamente nada!
Mientras los
dos discutían de esta forma, Yugi se puso totalmente rígido
y habló con una voz que no era la suya:
- ¡El
tiempo... se acaba...!. Seguidamente se desplomó como
fulminado, con los ojos en blanco.
Seto y Joey se miraron
asustados y se inclinaron sobre Yugi.
- Decididamente, no conviene
que nadie del Instituto lo vea así - dijo mientras le buscaba
el pulso en el cuello; cuando lo encontró, suspiró
aliviado y lo levantó en brazos, dispuesto a llevárselo
- Lo llevaremos a mi casa y allí pensaremos qué
hacer...
Joey, aún en estado de shock, asintió sin
decir palabra, tragando saliva
ruidosamente.
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Mientras,
en un lugar desconocido, Yugi despertó sobre un gélido
suelo de piedra. Se levantó de un salto y comprobó
aterrado que:
1- No tenia su Puzzle.
2-Estaba totalmente solo
en ese lugar a oscuras.
Respirando profundamente para intentar
calmar su miedo, se obligó a quedarse quieto hasta que sus
ojos se acostumbraron a la penumbra.
Conseguido esto, pudo ver como la poca luz que había, la suministraban unas extrañas antorchas, que flotaban en el aire (aparentemente sin ningún rumbo en particular) que brillaban con una luz verdosa. Como eso era mejor que nada, agarró una en pleno vuelo y se dispuso a explorar el lugar. Cual fue su sorpresa al descubrir que estaba... ¡¡dento del Puzzle!! A la luz de su antorcha, pudo ver el ya conocido (y tétrico) lugar, lleno de delirantes caminos, escaleras retorcidas y puertas que no conducían a ninguna parte.
Pero... esta vez había una diferencia... un
extraño gorgoteo hizo que Yugi se diera la vuelta, muerto de
miedo. El sonido provenía de una de las paredes. Cuando, con
toda clase de precauciones, el pequeño se acerco, pudo ver que
era distinta de las demás, de fría piedra. En esta
parecía estar extendiéndose una extraña (no
había otra manera de describirla) "infección".
El fragmento de pared parecía haber "mutado";y ahora
se asemejaba a la carne putrefacta, latía ligeramente y
despedía un hedor espantoso. Yugi se retiró
completamente horrorizado, resbalando con la sangre y los fluidos que
rezumaban de ella.
- ¡¡¿¿QUÉ ESTÁ
PASANDO AQUÍ...??!! - alcanzó a pensar antes de
desmayarse de nuevo
