Personajes de Mizuki e Igarashi.

(Inspirada en una canción de Luis Miguel)

Mientras, Albert miraba por la ventana, no podía dejar de pensar en ella, mirando la luna decía:

―Candy... Sé mi amor, hazme un refugio en ti. Llena el vacío en mí, me haces falta desde el día en que te vi.

Si me dejaras te haría tan feliz... Candy... Átame fuerte a tu corazón, no me dejes nunca, aunque me hunda...tengo tantas ganas de besarte... De amarte... Candy...

Albert, estaba tan ensimismado, que nunca sintió que tocaban la puerta, ella asomó su cabeza, le vio tan pensativo, que quiso jugarle una broma y asustarlo, pero al acercarse cautelosamente le escuchó hablar solo.

Candy, Jamás imaginó que era correspondida, hacía más de un año que había accedido a volver a vivir a la mansión para estar cerca de Él y amarlo en secreto.

Ella estaba en shock : ‹‹no podía ser...será que...Dios!!!›› Se decía a sí misma.

Albert respiró hondo, se giró para retirarse y la vio ahí parada con sus enormes ojos destellando esperanza???...Será que ella... Escuchó!!!!

Candy...ella estaba estática, sólo dio unos pasos hasta quedar frente a frente.

Albert...tú... Él abrió sus ojos, bajó la cabeza y muy ruborizado contestó:

―Lo siento no quise importunarte...por favor, discúlpame― Iba a emprender su retirada cuando ella lo tomó del brazo.

―Espera Albert Yo...yo ...con sus ojos llenos de lágrimas se lanzó sobre él, ambos cayeron sobre el sofá, dándole instancia a la nada para darle un beso en los labios.

Al separarse el con los ojos llenos de lágrimas le expresó su amor:

―Demuéstrame que eres real, que por bien o mal, jamás te perderé... ¡Oh, oh abrázame!

Después de pasar minutos abrazados y tras varios besos nada castos, mirándose a los ojos él interrumpió el silencio y sin dejar de perderse en su mirada le confesó:

―Llegue a creer... que mi destino fue vivir así, en soledad... únicamente amando sin amar, sin saber. Que al mirar tus ojos de mar... Ya nunca más...Yo sería igual... Te propongo la eternidad, ámame siempre... Abrázame... Demuéstrame...que eres real. Que por bien o mal, jamás te perderé... Oh, oh abrázame... Afírmame, que esta vez por fin llegó el amor que yo soñé que tanto esperé. Te necesito...Abrázame. Por fin llegó el amor.

De este modo, Albert y Candy, se rindieron ante el sentimiento más grande que puede sentir un ser humano.

Gracias por leer este reto musical de los años 90, les invito a participar en el grupo Fan fic de Albert y Candy del Facebook , y por su puesto a comentar.

Agradezco a las autoras Mizuki e Igarashi de la novela Candy Candy, por la creación de este bello personaje que nos invita a saber que existe un mañana por su puesto al lado de ese gran hombre que no sólo es su amigo y protector sino también su esposo William Albert Ardlay.

Es mi primera historia, estén atentos a la siguiente publicación estoy segura, que le gustará.

Gracias por sus comentarios motivadores.