Abre sus ojos carmín para encontrarse en medio de la nada misma, un profundo vacío color negro en el cual flotaba como si fuese agua.

"¿Estoy muerto?"

Se pregunta. Obviando la posibilidad de una pesadilla por la simple razón de que ya no podía soñar, se le había dejado de permitir desde hace años por culpa de un recuerdo borroso ahora lejano a su pensamiento.

Mueve su mirada alrededor siendo esto lo único que podía hacer en esos instantes. ¿Debería hacer algo? ¿Estaba ahí por una razón?... ante una pequeña oleada de preguntas que el mismo se hacía se da cuenta de algo.

"Blheeerggggh!!"

No se escucha sonido alguna más este se empieza a quejar tapándose la boca intentando guardar cuanto aire quedará en sus pulmones.

No podía respirar...

.—A-ayudagh!—. Implora ante su último suspiro extendiendo su mano como si algo fuese a tomarla, sin más... cierra sus ojos.

.—¡Spicer! ¡Spicer resiste!... P-Por favor... No... Jack—.

—Jack...—

—¿Cual es tu nombre?—.

—Jack Spicer—.

—¿Quien eres?—

—Soy un joven genio, heredero de la familia Spicer empresa multinacional. No necesito ir a la escuela, no necesito un maestro y paso la mayor parte de mis días desarrollando mis habilidades para tomar el puesto que mi padre me sedera—.

—¿Sabes porque estas aquí?—.

—Joven Spicer... Conteste la pregunta—.

—No... No lo sé...—

El cuarto se queda el silencio mientras el no se atrevía a mirar a la persona ante el; no por miedo, no por tristeza, solo... desorientado.

Juega con sus dedos moviéndolos nerviosamente entre sí al mismo tiempo que mueve sus piernas a un ritmo rápido y ansiosamente.

Las blancas paredes del cuarto en el que se encontraba encerrado solo le daban más escalofríos, el olor neutralizado típico de un hospital le hacían sentir el estómago revolver tanto así que se toma de la barriga de forma disimulada para no preocupar al hombre mayor quien le atendía.

Había despertado acostado en esa camilla y en cuanto lo hizo se le fue dejado con ese doctor haciéndole diferentes preguntas. No podía mentir, no sabía que era lo que estaba pasando.

Lo único que recordaba era el regalo de su padre para que resolviera el puzzle de esa tonta caja como era costumbre de el hombre mandarle ese tipo de regalos, y seguido de eso un brillo encandecedor solo para enterarse que habían pasado 3 años y despertaba de un coma que al parecer fue infundado por un accidente con sus creaciones.

¿Como?

No se lo podía creer, estaba incrédulo de la mala suerte que le seguía desde siempre. Algunas enfermeras y el mismo doctor le aconsejaron que descansara, nadie e molestaría pues era un hospital privado en donde sus padres le habían tenido debido a su "ultra delicadeza".

Antes de que le dejen solo pide que apaguen la luz y así lo hacen, una vez solo se toma la cabeza exasperando. Se sentía como en ese horrible sueño.

—¿Q-que?—. Termina a decir sintiendo lágrimas salir de sus ojos rubí, quería poder manejarlo, quería no tener que hacer un drama ante ello. Se sentía como una maldita niñita llorando por cualquier cosa.

¡No es cualquier cosa!

Piensa intentado justificar su llanto.

Han pasado dos años... Dos años desperdiciados de mi vida.

Cualquier persona que conocía (quienes solo eran su familia y socios de la misma) diría que es bastante normal el llorar, no lo culparían. Por alguna razón se sentía horrible, ¿que tenía de malo demostrar sus emociones? ¿Porque sentía tan errónea cada lágrima que corría por sus mejillas?

¡Deberías dejar de ser un llorón!

-¡Eso es! Tú mismo te lo buscaste como la serpiente rastrera que eres.

*No seas tan dramático, es solo un problema menor.

Escuchaba en su mente, como diferentes tonos de voces hablándole y reprochándole. Por un momento sintió que se volvía loco, pero esto se sentía diferente; eran como un recuerdo lejano el que se negaba a acercar, perdiéndose a lo lejos.

—¿C-Como?... ¿Quien?—.Vuelve a preguntar sin obtener respuesta alguna. Sin notarlo en realidad ya habían pasado 3 horas en la misma posición, mirando a la nada con incredulidad escuchando las voces de diferentes tonos reprochándole y bajándole la moral más de lo que ya estaba, hundiéndole.

No creo que sirva de algo, eres muy infantil y mira que soy menor que tú

Escucha a la más garbosa mofarse de el insertándole un leve sentimiento de ira entre tanta tristeza.

No es su culpa Ray, es un niño mimado. Lo criaron para tener todo lo que quiera cuando quiera.

Eso no era cierto, el ni siquiera fue criado por alguien... El creció solo, en una mansión gigante sin nadie alrededor y mucho menos que le dejasen salir, siempre fue como un maldito prisionero en su propia casa.

- Tan mentiroso, incluso tú mismo sabes que al venado en algún momento se le caen los cuernos. Y luego cuando te quedes sin mentiras, ¿con que te vas a defender?

El no era un mentiroso... ¿verdad?

Aprieta las sábanas y sin quererlo se encajaba las uñas en las palmas a través de la tela. Ya no aguantaba más, no lo soportaba.

Se pone de pie cayendo al instante, aguantando aquel chillido de dolor que de milagro no salió se pone de pie con todas sus fuerzas y abre la ventana.

No mira atrás, no mira a ninguna parte, ni siquiera abajo. El solo está listo para finalizar esa maldita tortura que su mente le estaba brindando.

En cuanto salta escucha algo, lejano, Justo como el sueño; más sabia que esto era la realidad y la gravedad pronto harían su función por lo que cierra sus ojos con fuerza.

—¡Jack, Espera! —