Hikaru no go
Apuesta con el destino
Capitulo I
Preguntas
La lluvia comenzaba ha azotar las calles de Tokio, mientras el ruido de los pasos de las personas poco a poco comenzaba a disiparse, solo el motor de los carros o una que otra maldición en contra del tiempo.
Una joven de cabellos negros sobre los hombros caminaba a paso ligero, sin preocuparse que en entorno que la rodeaba el aguacero arropara los cuerpos que temblaban del frió. Su mirada era de un dorado profundo, como los ojos de un felino que esperaba hallar una presa, no obstante su rostro solo mostraba expresión: sorpresa. Miraba todos los lados sin dar paso a enfado ni tristeza, no, ella solo miraba anonada como la lluvia caía, como tocaba el suelo y como se fundía en un charco.
De repente se detuvo y una sonrisa se dibujo en la comisura de sus labios, muchos de los que la veían creían que estaba loca, pero ella solo miraba un apartamento de color gris. Según sus fuentes, allí encontraría al famoso "Hikaru".
-Vaya sorpresa que te daré- sonrió y siguió su paso.
Quizás fue repentino, Hikaru no creía que esto le pudiese estar pasando. Se encontraban en un evento de Go, cuando sintió un susurro en su oído. Aquello simplemente le dio un escalofrió, giro la vista pero no vio a nadie, por lo menos no cerca de el, entonces sintió un apretón tan fuerte en su pecho que creyó que iba a morir. Su vista se nublo y otro susurro escucho.
-Si-
-¿SI?- repitió Hikaru sin entender que ocurría, solo sentía que el aire abandonaba sus pulmones, pero nadie parecía notarlo -¿Qué…sucede?-
-Es curioso que preguntes eso- respondió y el miro a todos lados pero no había nadie -¿Qué crees que esta pasando?-
-¿Cómo voy a saberlo…mierda mi coraz…-Hikaru doblo las rodillas –Aire…-
-No te preocupes, pronto lo volverás a sentir-
Hikaru había caído en el suelo, mientras el grito de una mujer se escucha en el evento.
-¿Qué sucede?- pregunto Hikaru, sabia que estaba vivo, pero le dolía abrir los ojos – ¿donde estoy?- entonces de nuevo esa voz le respondió.
-Te has desmayado, supongo que iras camino al hospital-
-¿hospital?- repitió -¿Quién eres tú?-
-¿no se te hace irónico este encuentro? Yo recuerdo haber visto una similar-
-Similar….!Sai!- exclamo –La primera vez que vi a Sai me desmaye-
-Me alegra ver que conservas ese recuerdo en tu cabeza-
-¿Cómo voy a olvidarlo?- una sonrisa amarga se dibujo –Yo tuve la culpa que el desapareciera-
-Tienes toda la razón- Hikaru sintió que le dieron un golpe.
-Es la primera vez que alguien me dice eso…siento que he esperado mucho para esto- suspiro –Y bien ¿Quién eres?-
-¿quieres que responda aquello?-
-¡Por supuesto! Por eso pregunto-
-No te gustaría saber…pero bien….lo sabes, la respuesta a esa pregunta-
-¿Cuál pregunta?-
-esa que llevas haciéndote: la respuesta es si-
-¿Cuál pregunta?-
-Hikaru, Hikaru- El joven amante del go abrió sus ojos verdes lentamente -¿hikaru….estas bien?-
-¿Qué…- articulo Hikaru –Sai…-susurro.
-¿Cómo…que dijiste Hikaru?- pregunto su madre preocupada.
-Ie….estoy bien- se levanto para darse cuenta que tenia suero en el brazo izquierdo -¿Dónde…que paso?-
-te desmayaste Hikaru… se que algo anda mal, cuando eras niño también te ocurrió…y los doctores no dan explicación…Hikaru me estas oyendo?- pero el joven ojos verdes solo miraba aturdido a su alrededor. Los doctores jamás darían una explicación a lo que le estaba ocurriendo, porque el lo sabia. Eran espíritus lo que lo perseguían y eso, no tenia medicina alguna.
-no te preocupes…supongo que es el cansancio… estos días no he comido bien y…-la puerta de la habitación se abrió.
-Shindo-
-Toya- contesto el joven al verlo entrar -¿Qué haces aquí?-
-El te trajo junto a otros amigos- en eso entraron Waya, Itsumi –fueron muy amables-
-Ah…gracias- contesto Hikaru sin saber como expresarse.
-¡Mira que nos asustaste!- exclamo Waya.
-¿Cómo te sientes ahora?- pregunto Akira.
-Los médicos dijeron que es un poco de anemia-
-Estoy bien- hablo moviendo las manos –Creo que exageran…¿Qué paso con el evento?-
-No lo sabemos, nos vinimos-
-Pero…-
-Nada de peros Hikaru- regaño su madre –Se que ahora vives solo y todo lo que tu quieras pero tu salud es tu salud-
Después de su salida del hospital, unos cuantos reporteros le abordaron, haciéndole preguntas sobre si esto era una enfermedad e iba perjudicar su carrera: solo es un desmayo. Fue lo único que dijo, no había porque hacer tanto alboroto. Hikaru, aun con las protestas de madre, se fue a su apartamento, uno de un color gris con azul. Muy cómodo para el.
-Joder…- maldijo Hikaru al entrar a su apartamento, dejo el bolso en el suelo y se acostó en el sofá largo de color pastel. –por fin…tranquilidad-
-Tranquilidad- escucho la voz –que palabra tan difícil de definir-
-¿Qué?- Hikaru abrió sus ojos sorprendido y miro a todos lados -¿Dónde estas?-
-Por ahora cerca de ti-
-¿Quién eres? ¿Qué quieres?-
-Algo importante…te respondí a esa pregunta-
-¿Cuál pregunta?-
-Aquella que te haces al acostarte, al despertar, cuando finalizas una partida, cuando miras un partido de go…si…esa pregunta-
-….-
-¿Qué sucede? Sabes ya cual es ¿cierto?-
-Cuando me despierto, cuando hago algo…siempre me pregunto dos cosas-
-¿Dos?- hubo una risa –tienes razón….y te lo digo; la respuesta es si-
-Entonces….-
-Anda dilas- Hikaru aguardo unos minutos en silencio y vio el resplandor en el ventanal, la lluvia había comenzado a azotar. Dos preguntas, las cuales una era buena y otra era mala. Sonrió con melancolía.
-¿voy a volver a ver a Sai?-
-Si- contesto la persona a la primera pregunta. –Y…-
-¿voy a morir?-
-Si-
-……………….- Un silencio abrumador se extendió en todo el pasillo. Hikaru no sabia si sentirse feliz o triste. ¡Iba a ver a Sai! Pero ¿a que precio? Siempre lo había preguntado Si vuelvo a ver a Sai, ¿voy a morir?.
-Si-
-¿Por qué…ahora?- pregunto tras meditarlo –Quiero ver a Sai-
-Lo veras y no creas que tu vida es el precio por ello…solo es tu hora-
-¿mi hora?- pregunto con un dejo de molestia.
-Así es- la luz en el ventanal brillo mas, al principio hikaru creyó que era los baches de los carros pero se dio cuenta que esa luz tenia forma –Pregúntalo-
-Eres… ¿la muerte?- se escucho una risa.
-Así me llaman-
