Fandom: Hawaii Five-0 | Pairing: Steve/Danno
Disclaimer: nada me pertenece
Words: 599 | Rating: M
Spoilers: del 2x02 por cierta primera aparición, pero no creo que cuente como spoiler. xD
Steve se mentiría si no admitiese que había notado algo raro en Danny últimamente. No es que el detective fuese el rey de la simpatía gratuita, ni que tuviese por costumbre repartir amor allá a donde fuese, pero los últimos días estaban siendo demasiado extraños incluso para ellos. Y él no tenía precisamente lagunas (ni charcos siquiera). Tenía muy buena memoria si tenía que ser sincero, así que recordaba perfectamente lo que había sucedido entre ellos. Todo. Cada ínfimo detalle.
Dos semanas durmiendo en el sofá eran prueba suficiente de que no podía olvidar todo lo que se habían hecho el uno al otro en su cama. Por eso no podía entender la aparente obsesión que Danny tenía con empujarle a situaciones absurdas con Lori.
Acababa de decidir que usaría las escaleras, dejándoles "a solas" tras guiñarle un ojo con esa sonrisa de idiota en la cara. ¿Qué intentaba insinuar? McGarret no estaba ciego. Lori era atractiva e inteligente, probablemente un buen partido, pero, ¿qué quería que le dijese? No podía pensar en otra cosa que en la lengua de su compañero moviéndose con urgencia en su boca, en su cuerpo temblando y su ropa esparcida por toda su habitación.
Una relación (esporádica o no) con ella no entraba ni de lejos en sus planes tras haber tenido a Danno cayendo sobre su pecho después de haber agotado juntos todas las fuerzas que les quedaban.
- ¿Le pasa algo a Williams o…?
Steve volvió a la realidad solamente un segundo para suspirar, mirar a la joven y a su caída de ojos a cámara lenta y tener que volver a suspirar. ¿Qué iba a hacer con el cabezota cabeza hueca de Danny si ella ya parecía querer formar parte del plan? (o eso, o su ego había crecido demasiado sin que se diese cuenta)
Por suerte las puertas del ascensor se abrieron antes de que tuviese que responder. Estaba cansado de pensar cómo empezar una conversación con Danny, de pensar cómo sacar el tema sin sonar como una colegiala asustadiza, de esas que temen resultar patéticas ante el chico que se las tiró y no quiere nada con ellas. No quería dar esa imagen, no quería parecer desesperado por llamar la atención del detective y arrastrarlo de nuevo a su cama, de forma que fuera real y no un error que olvidar huyendo descalzo a la mañana siguiente.
No que no hubiese sido real para él. Lo había sido tanto como la pared contra la que quería chocarse en ese momento.
No sabía qué había significado aquella noche para Danny, porque el rubio era escurridizo y él seguía siendo una niñita acojonada, pero tenía claro lo que había supuesto para él. Le había dado la vuelta a su vida. Darse cuenta al fin de lo que sentía por su compañero, poder demostrárselo, sentir que era correspondido y poder dejarse llevar de aquella forma lo habían cambiado. No quería volver al principio. No más preguntar por cómo están las cosas con Rachel, ni más excusas para tomar algo con él, ni más maldito autocontrol.
Cuando descubrió al detective sonriendo otra vez con esa cara de idiota al verles salir del ascensor juntos, y vio de reojo la forma en la que ella lo miraba, lo tuvo claro. Se desharía de Lori si hiciera falta y sometería a Danny al tercer grado si así consiguiese un poco de sinceridad por su parte, pero no seguiría durmiendo en su sofá para no torturarse con recuerdos de una noche que había sido perfecta para él y, al menos, lo había parecido para Danno.
