Sin alternativa

Sabe que está mal y que si alguien más lo supiera (además de Isabelle y Alec) lo creerían un enfermo, aunque él se sentía maravilloso.

Clary Fray. La simple mención de su nombre causaba en él un cosquilleo, pero al mismo tiempo una frustración al saber que compartían los mismos genes, que la sangre que corría por sus venas era la misma que la de aquella hermosa chica pelirroja que le había robado el corazón. Ahora todo era como una pesadilla, porque ambos eran hermanos, el tan solo pensarlo le creaba un dolor en el pecho, el no poder besar aquellos suaves y deliciosos labios era tortuoso.

Sin poder contenerse salió de su habitación y camino por los pasillos del instituto hasta llegar a la biblioteca.

-¿Dónde esta Clary?-le pregunto el rubio a Iglesia que ronroneaba, feliz de verlo.

Iglesia hizo un movimiento con su cabeza indicándole que dentro de la biblioteca.

Jace espero que no lo haya escuchado. Abrió la puerta suavemente y entró, en la biblioteca, Clary se encontraba mirando los enormes libreros, asombrada. La luz que se filtraba por las ventanas hacía que su cabello rojizo brillara como si fuera fuego, su rostro era como si brillara y sus ojos verdes se veían más hermosos que nunca. Jace se acercó sigilosamente y se colocó a espaldas de ella, ya no podía soportarlo, lo que iba a hacer era quizá estúpido pero solo necesitaba besarla de nuevo para así poder sentirse vivo, solo una vez más.

Solo un beso más, pensó y posó sus manos sobre la estrecha cintura de su hermana.

Clary sintió unas cálidas manos tomándola de la cintura y se estremeció al girar y encontrarse con Jace a pocos centímetros de distancia entre los labios de ella y los de él.

-Jace-murmuró, estupefacta-¿Qué haces?

-Lo siento, Clary pero no puedo más.

Jace pegó sus labios a los de ella, desesperado.

Clary se quedo sorprendida pero correspondió al beso de manera apasionada; llevó sus manos al cabello rubio que tanto le gustaba cuando el sol lo iluminaba, lo masajeo y sintió lo sedoso que era. Jace le acariciaba la espalda baja con una mano mientras que con la otra la tomaba de la nuca y la pegaba más a él.

-Jace-gimió entre besos.

El aludido pidió permiso para que su lengua entrara y Clary lo recibió gustosa; alientos entremezclados, lenguas que se movían de manera sincronizada, caricias urgentes, manos que paseaban por el cuerpo del otro. Todo era perfecto.

Jace abandono su boca y bajo hacia su cuello.

-No, no puedo-balbuceó Clary separándose de el cazador de sombras con dificultad y sintiendo las lágrimas en sus ojos-. Somos hermanos, está mal.

Jace se quedó quieto en su lugar y sin pensarlo gritó:

-Te amo. No puedo soportar verte como mi hermana, te quiero para mí y no de la manera que todos esperan que lo haga. Te quiero para mí, te amo-repitió acercándose y tomándole el rostro.

Se acercó de nuevo y la beso, esta vez de manera tierna expresando todo el amor que sentía por él.

Clary devolvió el beso, aunque sabía que estaba mal, su corazón dictaba todo lo contrario; olvidó todo pensamiento racional y continuó besando a lo que probablemente era el amor de su vida y, al mismo tiempo su hermano. Pero ya no había alternativa, no había escapatoria; ya no podía dejar de amar a Jace Wayland, lo había intentado y fue en vano.


¡aaw! bueno tiene meses que no escribo sobre Mortal Instruments, pero hoy se me ocurrió este Drabble.

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