SHAMAN KING NO ME PERTENECE.

EL INQUILINO

1. Bienvenido a casa.

—Anna, en verdad lo siento —decía cierto inglés acostada en su cama mientras veía a la rubia ponerse su ropa— no quise que esto pasara.

La rubia terminó de ponerse su pantalón y recorrió la habitación tratando de localizar su camisa.

—No te preocupes, además… no es la primera vez que te pasa Lyserg.

Se sentó en la cama aún desnudo bastante triste y tratando de asimilar todo lo que había pasado, o mejor aún, lo que no había pasado.

—No sé qué me pasa, simplemente no puedo controlarlo, prometo que será diferente la próxima vez.

Anna estaba bastante molesta y mentalmente juró que no habría próxima, sin embargo, no podía mostrar su enojo frente a él, no quería bajar aun más la casi inexistente autoestima de su novio.

—Lyserg, tal vez sea el exceso de trabajo, o los problemas que tienes en Inglaterra, y si te sirve de consuelo, no eres el único hombre que sufra de estas cosas, ya sabes, impotencia… o en el caso de hoy… la rapidez para acabar ciertos asuntos… —no quería sonar tan directa.

Lyserg se levantó de la cama y puso su mano en la boca de Anna buscando detener lo que iba a decir.

—¡Shhhh!… no digas esas cosas, las paredes tienen oídos, soy muy joven para tener ese tipo de problemas.

Anna quitó bruscamente de su rostro la mano de él, le dio la espalda y terminó de abotonarse su camisa

—Y lastimosamente la que sufre soy yo, vístete —Su tono de voz delató su enojo.

Lyserg se sentía avergonzado y humillado, se agachó y recogió sus bóxer; cuando se los puso vio a Anna completamente vestida y saliendo del cuarto.

—Dame cinco minutos y te llevaré a casa.

Anna no quería estar cerca de él, al menos no por esa noche, le dio un beso en la mejilla y se despidió.

—Tengo mi propio auto, nos vemos mañana.

.

.

.

-¿Frustración? ¿Enojo? ¿Rabia? ¿Ira? Eso era poco para todas las sensaciones que experimentaba, y para su desgracia, tenía que manejar moderadamente: el mundo no tenía la culpa de su relación con el inglés. Era la cuarta vez en el mes que intentaban y siempre era lo mismo, la única que se quedaba con las ganas era ella.

Llegó a su departamento, tiró sus cosas al sofá y dejó sus sandalias a mitad de la sala, mañana tendría tiempo para organizar ese desorden. Entró a la cocina en busca de su café nocturno y así poder dormir para tratar de olvidar esa estúpida noche, pero la vida odiaba a Anna y sus planes no se cumplirían, la puerta de su departamento se abrió y su peculiar vecina era todo lo que la rubia no necesitaba en esos momentos.

—Déjame adivinar, por tu cara supongo que hoy Lyserg tampoco pudo ¿cuál fue el problema esta vez? ¿Ni siquiera empezó o terminó antes de lo debido? —su risa ocupó todo el lugar.

Anna volteó y la miró con ganas de matarla.

—Si vienes a joderme o burlarte puedes irte, créeme, no estoy de humor para tus bromas, y además mañana tienes clase temprano.

—Eres tan predecible Anna, ¿quién lo diría? Lyserg, el inglés más deseado de toda la universidad con problemitas, y ¡vaya! Qué terribles problemas, ¿y lo peor de todo sabes qué es? La mayor perjudicada es su amada novia. Este caso es digno para un talk show ¿no lo crees?

Si Pilika no fuera su mejor amiga le hubiera estallado un florero en la cabeza.

—Está bien, síguete burlando, no me interesa, amo a Lyserg y eso incluye sus problemas, ¿y quién te dijo que necesito sexo para ser feliz con él?

Esta vez no fue una risa, fue una carcajada.

—Ajá, sí claro, obvio, si tú estás conforme con esa relación entonces yo soy novia del hombre desnudo que está en mi cama ahora —intentó calmarse al ver lo irritable que estaba su amiga— Anna por favor, no quieras engañarte, admítelo, no tienes el valor suficiente para terminarle, hace mucho su relación se estancó y sabes que esto va mucho más allá de lo sexual.

Pilika no mentía, si algo agradecía Anna, era esa sinceridad y franqueza de su amiga.

—Bien ya es tarde, vete de mi casa. No quiero que tu hermano venga y me haga un interrogatorio.

Si Pilika era su mejor amiga, Horo-Horo no estaba muy lejos de ser prácticamente un hermano mayor.

—¿Estás insatisfecha o sorda?

—¿Eh?

—Te lo dije, hay un hombre desnudo en mi cama.

—¿Ren?

—No Anna, el príncipe Felipe, por supuesto es el Tao, solo me acuesto con él, ya sabes, el aparato reproductor del joven empresario funciona perfectamente.

—Pilika ¿hasta cuándo van a seguir ustedes dos así? Es una estupidez lo que hacen, es obvio para todos que entre ustedes hay algo más que solo sexo ¿Por qué no maduran y tienen relación como los adultos que supuestamente son?

—Anna, esto lo hemos hablado muchas veces, así estamos bien, ninguno de los dos quiere compromisos y… es mejor así —Sus últimas tres palabras tenían un tono triste.

—¿Por qué no admites que te enamoraste de él? El mundo no se acabará, créeme.

Pilika no quería seguir hablando de ese tema, y sabía cómo cambiarlo.

—Tus padres llamaron en la tarde, dijeron que no contestabas y querían saber cómo estabas.

—La próxima vez que te llamen, les cuelgas, no quiero nada de ellos.

Maldito orgullo de la rubia. Pilika fue al comedor y le mostró unas facturas y recibos.

—¿Y es que tus deudas se pagarán solas? Anna deja tu soberbia a un lado, necesitas dinero y tus padres pueden dártelo.

—¿Estás bromeando? Hace más dos años que no vivo con ellos, salí de casa con mis maletas y gritando que estaría mejor, y hasta el momento es así; es cierto, tengo unas deudas, aún no consigo quien rente el cuarto libre y eso me tiene un poco limitada, pero no, ni hablar, no volveré con ellos, ni les pediré dinero —Pilika iba a rechistar pero Anna siguió hablando— y tampoco quiero el tuyo o el de tu hermano.

Fin de la discusión. La mujer de cabello azul suspiró derrotada, lo mejor era descansar.

—Eres imposible, que descanses, nos vemos en la mañana.

Odiaba discutir con Pilika, pero la situación se le salía de las manos.

—Tú igual.

… … …

Estaba desesperado, ¿Qué karma era el que pagaba? ¿Había matado a alguien en sus vidas pasadas? En sus años juveniles se le inflaba el ego después de sus encuentros con cualquier mujer que conocía en alguna fiesta…entonces ¡¿Por qué no podía complacer a la mujer que supuestamente amaba?!

Su celular vibró, lo sacó de su bolsillo y contestó de mala gana, ¡maldición! Lo que le faltaba, más problemas. Lo que menos quería era viajar a Inglaterra y precisamente ahora que su relación con la rubia pendía de un hilo.

… … …

—Creí que ya estabas vestido —Pilika se recostó en el marco de la puerta de su habitación.

—Y yo que creí que lo haríamos de nuevo ¿Tan mal fue esta vez que me estás sacando de tu casa?

Ren nunca estaba mal, pero obvio no lo admitiría. Entró a la habitación y empezó a recoger la ropa de su amante.

—Mi hermano llegará en cualquier momento, y créeme, por el bien de todos, es mejor que no te vea aquí y mucho menos a esta hora, y peor aún, desnudo y en mi cuarto.

—¿Aún piensa que eres virgen? —le dijo en un tono algo burlón cosa que molestó a la dueña del cuarto.

—Muy chistosito, Tao —le dijo ofendida mientras le lanzaba la ropa por la cara— tienes cinco minutos para irte de mi casa.

—¿Sabes Pilika? —La ainu se quedó en el marco esperando a que Ren hablara— No cambiaría mi vida por nada del mundo— ella salió del cuarto y Ren comenzó a vestirse.

… … …

Anna había despertado de buen humor, al parecer su cama había amortiguado sus problemas.

Salió de su cuarto ya vestida para irse a trabajar y cuando pasó por el comedor, Pilika estaba leyendo el periódico.

Uno, dos tres…

—¿Qué haces acá, Usui?

—Tengo hambre —respondió con simpleza sin despegar los ojos de lo que leía.

No tenía caso irritarse, no era la primera vez que eso pasaba y honestamente, lo que menos quería, era empezar el día de mal humor.

—Ya te traigo café.

Entró a la cocina dispuesta a hacer desayuno para dos. Todo transcurría con normalidad, comieron juntas y mientras Anna lavaba los platos el timbre sonó, eso sí era raro, no eran ni las 7 ¿quién sería a esta hora?

—¡Annaa!, te busca tu novio —dijo la Usui mientras veía con desprecio al inglés, algo en él nunca le gustó, pero era el príncipe azul de su mejor amiga, tenía que aceptarlo.

Anna salió de la cocina extrañada, Lyserg nunca llegaba sin avisar y menos tan temprano, no obstante, lo primero que notó fueron las maletas.

—No pensaras vivir aquí, ¿o sí?

—También te amo Anna ¿Cómo amaneciste hoy? —no se molestó en disimular su sarcasmo.

—¿Cómo esperas que amanezca? Tiene un novio que no la complace sexualmente —intervino Pilika mientras se dirigía de nuevo a la mesa, sin importarle la mirada fulminante de Anna; la palabra prudencia no existía en su vocabulario.

Lyserg trató de ignorar el comentario y carraspeó para llamar la atención de Anna que aún seguía mirando a la Usui

—Anna ¿recuerdas la carpeta que te di para que guardaras?

—Si está en mi cuarto —respondió aún sin mirarlo— Pilika ve y dile a Lyserg donde los guardé, no quiero llegar tarde a mi trabajo, seguiré lavando los platos.

—Con ese imbécil ni a la puerta.

—No te preocupes tampoco me agradas, Pilika.

—¡¿Quieren dejar de pelear?! ¿Pilika puedes hacerme ese insignificante favor? Y tú inglés, deja que pelee sola.

Pilika se levantó de la mesa y Lyserg la siguió. Ella, entró primero al cuarto y el peli verde aprovechó para cerrar la puerta.

—¿Por qué cierras la pu… —Pilika no pudo terminar, el inglés se había lanzado sobre ella y juntos cayeron en la cama de la rubia— ¿Qué crees que ha…

El inglés la estaba besando como si su vida dependiera de eso.

… … …

—¡Profesor Usui!

Horo-Horo reconoció esa voz y automáticamente una sonrisa adornó su rostro.

—¿Qué se te ofrece Tamiko?

—Solo quería preguntarle algunas cosas para mi tesis, usted dijo que le pidiera ayuda si tenía problemas.

El Usui estaba como en trance, simplemente no daba más, sus sentimientos hacia la joven estudiante eran muy grandes.

—Claro, con gusto, eres mi asistente en el laboratorio ¿por qué no te ayudaría?

Hubo un silencio incómodo que la estudiante supo finalizar.

—Entonces… ¿le parece si nos vemos el viernes?

—Perfecto, te espero en el laboratorio el viernes Tamiko.

—Damuko.

—¿Ah?

—Que me diga Damuko, somos amigos ¿no? Digo, eso creo.

—Sí, claro, somos amigos, entonces hasta el viernes.

Horo-Horo vio cómo su estudiante se perdía entre la masa de gente, y cuando la perdió de vista retomó su camino.

Cruzó un par de pasillos, subió unos pisos y llegó a su oficina, entró y se asustó al ver a Ren en su silla.

—¿Ahora coqueteas con estudiantes? Esa no me la sabía profesor

—No estoy para chistes Ren, y quítate, esa es mi silla.

—Vamos Horo, cuenta, ¿quién es?

No tenía otra escapatoria, el Tao era demasiado persistente y ninguna excusa sería suficiente.

—Se llama Tamiko Kurobe, fui su profesor en algunas materias y desde hace dos años es mi asistente en el laboratorio, eso es todo lo que necesitas saber.

—Y por esa razón desde hace dos años no sales con nadie —Horo se sonrojó— Bien, esa tal Tamiko tiene mi aprobación.

—¿Aprobación?

—Sí, eres mi mejor amigo, no dejaré que salgas con cualquiera.

El Usui sonrió y eso alivianó el ambiente.

—Gracias Ren.

Ambos se sonrieron cómplices.

… … …

Pilika se sentía asqueada ¿cómo ese imbécil podía ser tan canalla? Cuando pudo mover sus piernas lo primero que hizo fue darle un rodillazo donde más le dolía, si era impotente, con ese golpe sin duda se había quedado estéril.

—¿¡Qué te pasa idiota!? —dijo lo suficientemente fuerte para mostrar su enojo pero lo necesario para que Anna no sospechara.

Lyserg se seguía revolcando en el piso con la mano en su entre pierna tratando —inutilmente— de calmar su dolor

—Solo quería comprobar una cosa, además no te hagas la santa, tú y yo nos acostamos muchas veces.

—¡¿Me estás jodiendo?! Soy la mejor amiga de tu novia, estúpido.

—Hace tres años no te importó eso y pasamos una noche excelente en mi sofá, en mi cama, en mi coci…

—Estábamos borrachos Lyserg —lo interrumpió, no quería recordar los detalles de esa noche—, y si mal no recuerdo dijimos que lo olvidaríamos.

—Entonces ayúdame —el inglés sonaba desesperado— explícame, ¿Por qué contigo no tuve los problemas que tengo con Anna?

—¿Por qué me preguntas a mí? No soy médico y su vida sexual no me importa, ahora levántate, Anna no puede sospechar nada de lo que pasó aquí.

Pilika se levantó de la cama y de mala gana abrió uno de los cajones del tocador de Anna, sacó una carpeta y se la tiró al inglés

—Ahí están ya cumplí —rio al ver que Lyserg seguía en el piso— y deja de quejarte, sé hombre.

Salió de la alcoba directo a la sala, no quería estar compartiendo oxígeno con el inglés, recogió sus cosas y prácticamente, huyó del apartamento.

—Adiós Anna.

—Espera ¿no nos iremos juntas? —demasiado tarde, Pilika ya había cerrado la puerta, no había duda, esos dos se odiaban.

—Tu amiga me desespera —ignoró el comentario de Lyserg, no tenía ánimos de comenzar una discusión con él, además, aún no entendía el detalle de las maletas.

—Explícame el equipaje, ya te dije, no estoy preparada para que vivamos juntos.

—Tampoco es mi propósito… por ahora —esperó que Anna hablara o se moviera pero no pasó— Como sea, debo viajar a Inglaterra lo más rápido posible, hay problemas y Morphin no pudo sola.

Eso era malo.

—¿Cuánto tiempo te vas?

—No creo demorarme, tal vez dos o tres semanas, además también iré al médico.

—¿Para qué quieres un doctor? ¿Estás enfermo? —A pesar de todo, Lyserg seguía siendo su novio y le preocupaba todo lo que pudiera ocurrirle.

—Estoy bien, pero ya sabes —bajó la voz— iré a tratar mi… problemilla.

Anna no pudo disimular su cara de sorpresa, jamás pensó que Lyserg buscaría ayuda profesional.

—¡Vaya! Esto es un gran paso sin duda.

—Anna lo hago por ti, quiero hacerte feliz, y haré lo que sea para hacerlo.

Eso la dejó sin habla, además los vivaces ojos verdes de él la miraban con extrema ternura ¿cómo iba a terminarle? Ese hombre era el de ensueños, pero ella ya no lo amaba, ya no como antes, pero no tenía otra alternativa.

—Te amo Lyserg —Una mentira muy grande que no sabía por cuánto tiempo mantendría.

—Te amo más —el inglés la besó lentamente disfrutando la sensación, caso contrario a Anna, que simplemente se limitó a responder.

… … …

No podía más, llegó a su casa agotada y con mucho sueño, eso de estudiar y trabajar horas extras la estaba acabando mentalmente, para su fortuna Horo-Horo la había invitado a comer, y lo único que quería era dormir, pero como siempre, Pilika le dañó su momento de felicidad.

—Tienes veinte minutos para arreglarte, te llevaré a un lugar que te encantará.

—Recuérdame por qué decidí darte copia de mis llaves.

La Usui se levantó del sofá y entró a la cocina.

—Anna, hoy es sábado, deja de comportarte como si tuvieras ochenta, sal de casa y diviértete, aprovecha que no está Lyserg, quizá te consigas algo mejor.

—Pilika, en verdad aprecio tu ayuda y tu espíritu aventurero, pero no, solo quiero dormir y olvidar mis deudas, además no puedo tener gastos extras.

—¿Nadie ha venido por el cuarto?

—No, ya son tres meses, a este paso tendré que pedir otro préstamo.

—O buscar a tus padres —Anna la miró con ganas de matarla— solo era una broma.

Pilika la conocía muy bien y sabía de antemano que nada le haría cambiar de opinión, no le quedaba de otra, llamaría a Ren, ese idiota no se negaría.

—¿Segura que no quieres ni salir a caminar?

La respuesta de Anna se había quedado en el aire, el citófono de su apartamento estaba sonando.

—¿Esperas a alguien?

Anna miró su reloj de pulso, eran casi las 21:00 nadie —excepto Pilika o Lyserg— le hacía visita a esa hora.

—No, pero quizá el portero necesite algo, contesta por favor.

—Aló, ehmm… sí, no veo por qué no, sí, dígale que suba, gracias.

Anna salió de la cocina con una taza de té en las manos.

—¿Y? ¿Qué quería? ¿Recordarme que aún debo la cuota de la administración? Pues que se joda, me pagan hasta el lunes.

—No. Alguien viene por el cuarto.

Anna escupió el pequeño sorbo de té que había bebido

—¡¿Qué?! ¡¿Enloqueciste?! Pilika, es muy tarde, ¿quién quiere mirar un cuarto a esta hora? No, ni en broma, no le abriré la puerta de mi casa a un extraño.

—¿Necesitas el dinero? no me respondas, sé la respuesta, así que, sé amable y cordial, si cuentas con suerte tendrás la solución a tus deudas durmiendo esta noche en ese cuarto vacío.

—Está bien, solo por eso, pero tú recibirás a esa persona, quiero beber mi té tranquila en mi cuarto.

Pilika no contestó, sabía que más que un favor, era prácticamente una orden.

No pasaron 5 minutos cuando el timbre del apartamento de Anna sonó y la Usui corrió a abrir, pero lo que se encontró tras la puerta la dejó sin habla, sin duda sería un gran tormento para Anna.

—Perdón, sé que no son horas para venir por el cuarto, pero en la tarde no había nadie y hasta ahora pude venir ¿interrumpí algo importante?

Pilika estaba como en shock, ¿ella cogiendo con Ren cada vez que podía cuando había un tipo como él suelto en la ciudad? Sin duda, tenía que salir de fiesta más seguido, maldecía la suerte de Anna.

—¿Pilika quién es? ¿Está borracho? ¿Drogado? —Anna iba saliendo del cuarto y se quedó de piedra al ver al sujeto.

—Lo siento, no he dicho mi nombre, mucho gusto soy Yoh Asakura y vengo por el cuarto, no importa el dinero yo lo pago y si se paga por adelantado tampoco tengo problema, me urge tener un techo por los siguientes seis meses y un baño para… ya.

Anna tenía toda su atención puesta en el extraño sujeto, maldecía la situación, sería muy difícil compartir techo con alguien así.

—No creo que haya mucho qué discutir, el cuarto es tuyo ¿Verdad Anna? ¿Anna?

La rubia presentía que ese tal Yoh le traería problemas ¿sería capaz de resistir tanta tentación?

—Creo que tendré que pensarlo. No meteré a cualquier persona a mi casa.

—¿Pensar? —Pilika no entendía ¿qué tenía que pensar Anna?

—Mire, tómese el tiempo que necesite, haga cualquier pregunta, no importa, pero en serio necesito un baño.

—Eso es, usa el baño mientras Anna y yo discutimos tu situación, ¿te parece, rubia?

Pilika no esperó que Anna respondiera, le indicó a Yoh dónde quedaba el baño, mientras ellas se metían a la cocina.

—¿Qué carajos? ¿En serio vas a pensar? Yo pensando que necesitabas salir para distraerte y tu mayor distracción estará aquí.

—Eso no quita que sea un extraño.

—Tienes seis meses para conocerlo, además, Horo y yo vivimos al lado, estaremos pendientes si notamos algo raro, Anna no seas tonta, dale el cuarto.

—Le haré unas cuantas preguntas personales, nada del otro mundo.

—¿Por qué no admites que tienes miedo? Anna por favor, solo te lo quieres coger, no hay de malo en eso —Pilika había dado en el clavo y sacaría el mayor provecho de eso— y estoy segura que no aguantarás, en menos de un mes habrás caído.

—¿Me estás retando? —Pilika cantó bingo en su cabeza.

—Lo llamaría apuesta, pero reto no suena nada mal. Un mes Anna, aguanta 30 días a partir de mañana y seré tu esclava por el resto del año.

Seis meses con Pilika aseando su casa y cocinando no sonaba nada mal.

—Acepto.

Estrecharon sus manos pactando la apuesta.

Cuando salieron de la cocina, Yoh ya estaba en la sala con su equipaje. Anna maldijo a Pilika mil veces en su cabeza.

—Un mes Anna, solo será un mes —se repetía la rubia internamente, ¿en verdad aguantaría tanto?

CONTINUARÁ

Hola (:

Sí, ¿lo recuerdan? :D a petición de mi querido público (?) lo re-subí y si lo notaron, está editado :B en verdad no puedo creer lo horrible que escribía hace dos años.

Muchas gracias a todos/as los que me han acompañado en estos más de dos años en FF :3 Este Fic tendrá actualización continua apenas acabe "El heredero" el cual, ya se encuentra en su recta final.

Espero sus review, tanto como espero otra semana santa porque en esta no hice nada :c

En mi perfil están mis redes sociales para que estén al tanto de mis historias ;) tanto fics como originales :D

Para finalizar, el fic va dedicado a dos personas que quiero mucho: a Tati, y mi beta Abril.

GRACIAS CHICAS :'D

Chaos *peace and love*