Disclaimer: los personajes de Matantei Loki Ragnarok así como su historia no me pertenecen, sino a la gran Sakura Kinoshita. Solo esta historia es de mi propiedad ademas de unos cuantos personajes creados por mi imaginación.
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The divine angel
Por: Brandy moon
Capitulo 1: Un nuevo compañero
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─ donde estoy ─ ¿en donde se encontraba? ¿qué lugar era ese?. Estas eran las interrogantes que se empezaban a acumular en su mente.
Se encontraba perdida en medio de la nada. Si, solo se vislumbraban algunos cuantos árboles a la distancia en aquel sombrío lugar. Una repentina ventisca la hizo cerrar los ojos por el polvo que se levantaba y sus largos cabellos ondeaban violentamente sobre su cabeza.
Aquella ventisca no duró más de unos cuantos segundos. Y ahora… ¿dónde estaba?.
El lugar había cambiado drásticamente. Ahora parecía estar en un hermoso bosque, repleto de verdes pastos y grandes arboledas. Unas pequeñas aves de color rojo carmín llamaron su atención; cantaban. Se escuchaba tan armónico aquel canto.
Se encontraba ensimismada en el cantar de las aves, tomó asiento debajo del frondoso árbol donde se encontraban tan talentosas criaturas.
Una dulce voz la sacó del trance en el que se había sumido.
Una mujer; al parecer adulta llevaba un hermoso vestido blanco que apenas sobrepasaba sus rodillas, de cabello largo y color avellana, tenía unos rubíes por ojos y mostraba una cálida sonrisa, al mismo tiempo que alzaba sus brazos en dirección a la chica pidiéndole mudamente un abrazo.
─mamá ─ solo eso pudo articular al ver claramente a la hermosa mujer que esperaba ansiosamente un abrazo. Se levantó tambaleante de aquel frondoso árbol. No necesitó más insistencia departe de la mujer, corrió tan rápido como sus piernas se lo permitieron para encontrarse rodeada por ese cálido y dulce abrazo que le ofrecían.
Apretaba fuertemente el agarre temiendo que su madre pudiera desaparecer.
Si esto era un sueño, no quería despertar.
─ hola cariño, veo que me extrañas mucho ─ empezó a propiciarle tiernas caricias en su cabello. La jovencita que tenía en frente se veía tan frágil en ese momento, siempre la había visto con una sonrisa en su lindo rostro como se lo había prometido antes de morir. En verdad que le hacía mucha falta al igual que a ella le hacía falta mayura.
─ no sabes cuánto, me haces mucha falta ─ lagrimas empezaron a brotar por sus ojos ─ ¿por qué?... ¿por qué tuviste que irte tan pronto? ─ En verdad que le hacía tanta falta, la necesitaba tanto, necesitaba sus reconfortantes caricias y escuchar su dulce voz, necesitaba de sus consejos, de sus regaños, necesitaba su cariño y amor. ¡No era justo! Porque se la habían arrebatado tan pronto. Ella era tan solo una niña, que ni si quiera entendía la muerte. Si, por esa razón no creía en los dioses.
─ eso ya no importa, todos tenemos que morir en algún momento…─ detuvo las caricias y levantó el rostro de mayura para verla ─ no somos eternos… por eso tenemos que vivir cada día como si fuera el ultimo.
─ Aun así ─ intentó hablar la chica.
─ aun así, no podemos quedarnos en el pasado, hay que seguir mirando al frente─ la cortó su madre.
─ mamá… quiero irme… quiero estar siempre a tu lado ─ esto la sorprendió, ¿acaso su hija quería morir?
─ escúchame, mayura ─ la abrazó protectoramente ─ no puedes venir con migo… sabes por qué? ─ La chica le miro inquisidora esperando la respuesta ─ Porque tu padre se pondría a llorar e inundaría todo el templo ─ le arrancó una leve risita a su hija, su madre siempre era así, trataba de aligerar las cosas con pequeñas bromas ─ además, no es el único que podría derramar lagrimas por ti.
La muchacha se separó sorprendida por las palabras de su progenitora. Que no era el único, ¿acaso alguien más lloraría su muerte? En ese momento empezaron a llegar a su cabeza infinidad de recuerdos. Todos esos recuerdos incluían a sus grandes amigos, ¿Cómo pudo olvidarlos? Narugami, Yamino, kotaro, Kaitou, Reiya y por supuesto Loki. Claro que ellos también llorarían su muerte. Que tonta era, estaba rodeada de personas que la amaban.
─ tienes razón, no puedo morir aun ─ le mostró una extensa sonrisa a su madre ─ creo que me golpearían solo por pensarlo.
─ así es… Mayura de ahora en adelante, se te presentaran pruebas muy difíciles. Tienes que escuchar a tu corazón para poder aprobar cada una de ellas ─ cambió su semblante por uno serio, para después regalarle una conciliadora sonrisa.
─ ¿qué tipo de pruebas? ─ no tenía ni la remota idea de a lo que se refería su madre.
─ Mayura todos cometemos errores a lo largo de nuestras vidas, no podemos quedarnos estancados en ellos hay que superarlos y seguir adelante. Hay que saber perdonar, para también ser perdonados, nunca olvides esto.
─ Pero de que estás hablando mamá ─ por alguna razón estas palabras de su madre le daban un mal presentimiento.
─ recuerda que no estás sola mi niña; tienes a un maravilloso padre y unos maravillosos amigos que siempre te ayudarán cuando lo necesites ─ deslizó sus dedos por la mejilla de su hija, limpiando el rio de lágrimas que se había formado a su paso.
─ Si, eso lo sé muy bien ─ su madre terminó la caricia en su rostro y parecía retroceder. Esto le provocó una punzada en el pecho… ¿acaso ya tendría que marcharse?
─ nunca olvides que yo siempre estaré contigo para ayudarte al igual que tus amigos, y tu padre… cuídalo mucho ─ la imagen de la mujer empezaba a desvanecerse a la distancia al mismo tiempo que todo se tornaba obscuro.
─ ¡mamá!, espera ¡no te vayas! ─ trataba de alcanzar la figura de su difunta madre pero esta solo se desvanecía entre sus dedos.
─ tienes que ser fuerte mayura… para proteger a los que amas ─ estas fueron las últimas palabras que se alcanzaron a escuchar en un susurro débil de parte de la mujer, mientras mayura parecía caer a un abismo gritando incansablemente el nombre de su madre.
Despertó.
Todo había sido un sueño.
No, no parecía un sueño, todo había sido tan real. Se levantó de su cama aun muy confundida y se dirigió al baño, se detuvo en el lava manos y empezó a lavar su rostro. Vio su imagen reflejada en el espejo sobre la pared, eso había sido tan… misterioso estaba casi segura que no había sido un simple sueño. Tal parecía que su madre le estaba advirtiendo de algo, según sus palabras tendría que aprobar diferentes pruebas que se le presentarían. Pero… como sabría que hacer si las pruebas no eran su fuerte, aunque estaba casi segura que no tendrían relación con la escuela, ¡Agh! Que tonta. Se dio mentalmente un golpe-cito en su cabeza. ¿Acaso debería contare a alguien sobre ese sueño? A su padre tal vez… a Loki… No, como iba a contarle a loki ese tipo de cosas, de seguro carecían de importancia para él, y su padre, si, a él si podía contarle pero sería luego.
Un sonido proveniente de su habitación la sacó de sus pensamientos.
El despertador. Ya eran las 6:30. Tenía que alistarse para la escuela, ya dejaría sus sueños para otro día, hoy era un día muy especial. Si, hoy cumplía sus dieciocho años, ya era toda una mujer adulta claro que sí.
Se vistió con su mismo uniforme, cepillo su larga cabellera que por cierto le había crecido más. Ya lista se miró en su espejo. Muy pronto tendría que dejar de usar ese lindo uniforme, así que tenía que disfrutar lo que quedaba de tiempo para usarlo antes de salir de su escuela.
─ Bien. Ya es hora ─ tomó su maletín y salió rumbo a la cocina; su estomago gruñía reclamando el desayuno.
Se encontraba caminando en círculos, una de sus manos tomaba su mentón en señal de preocupación y vaya que tendría que estarlo, hoy le diría toda la verdad a su hija, ya no podía seguir ocultándole sobre el y su esposa era hora; mayura cumplía sus dieciocho años, la edad acordada por él y su esposa para contarle le verdad sobre su procedencia, ya no había marcha atrás ya no podía seguir evadiéndolo hoy mismo se lo diría.
─ ¡buenos días papá! ─ habló alegremente haciendo estremecer a su padre por su fortuita aparición─ ¿estás bien?
─ s-si hija estoy bien, vamos siéntate para desayunar hoy es un día especial, así que te prepare tu desayuno favorito ─ le sonrió extendiéndole su plato ─ feliz cumpleaños hija
─ muchas gracias papá ─tomó con entusiasmo su desayuno.
Comenzaron a disfrutar de un ameno desayuno, cada uno parecía estar en su propio mundo. Mayura aun seguía pensando en su madre cuanto la extrañaba ojala y siguiera soñando así con ella aunque solo durara poco tiempo su encuentro. Que feliz se sintió al verla de nuevo. Empezó a divagar en el pasado cuando su madre estaba con vida, como le encantaría volver a aquella época.
Mientras tanto Misao estaba sumido en sus propios pensamientos. ¿Cómo le diría todo a su hija? Era la principal interrogante del hombre. Es que era todo tan complicado que se le hacía difícil pensar en cómo hacerlo. Por dónde empezar a relatarle tal historia. Y lo más importante ¿cómo iba a tomar su hija tan enigmática confesión? No… no estaba seguro de cuál sería su reacción, tal vez podía caer en una depresión, o tal vez nunca volvería a hablarle, o tal vez se pondría a saltar de alegría diciendo que era un misterio, si, esa podría ser una opción aceptable, conociendo sus gustos por lo misterioso seguro que le agradaría la noticia, pero de todos modos tendría que ser precavido al contarle.
…
Comió un tanto extrañada sus alimentos, su padre la había estado distrayendo durante todo el desayuno y eso que ya no le había hablado, pero no podía dejar de ver como la cara de su padre pasaba rápidamente por diferentes gestos, parecía que algo le preocupaba. Terminó de desayunar, se levantó de su asiento, tomó los recipientes vacíos dejándolos en el fregadero, se encaminaba a la salida, ya tendría tiempo para preguntarle a su padre de sus preocupaciones, por ahora tenía que encargarse de las suyas.
Salió de sus pensamientos al ver a su hija salir de la habitación y dirigirse a la salida con rapidez, se puso de pie rápidamente dispuesto a alcanzarla antes de que dejara el templo, tenía que decirle que necesitaba hablar con ella y regresara a casa cuanto antes.
─ ¡Mayura espera! ─ la alcanzo a detener en la entrada del templo, la chica respondió al llamado de su padre y detuvo sus pasos para esperarle
─ que pasa papá, se me hará tarde
─ escúchame hija, necesito que llegues temprano hoy, tengo algo sumamente importante que decirte
Pudo notar que su padre se encontraba algo tenso. Al parecer si era algo importante, lo podía ver en su rostro.
─ si claro, pero antes iré a casa de loki─ salió corriendo del lugar con una sonrisa en su rostro, podía alcanzar a escuchar como su padre se quejaba de su amigo con sonoras palabras. ─ Porqué será que no lo soporta ─ era una de las constante preguntas que rondaban su mente.
...
Llegó a la escuela justo al sonar el timbre de entrada. Pero al parecer no era la única, un chico de cabello y ojos color chocolate se acercaba a ella rápidamente. Le pareció algo gracioso ver al chico frente a ella inclinado con sus manos sobre sus rodillas y su respiración entre cortada por la carrera para llegar a tiempo.
─ vamos Narugami, hay que entrar al salón o si no si que llegaremos tarde ─ se adelantó a entrar seguida del chico que parecía aun no poder hablar.
Se sorprendieron al ver cerca de su salón un montón de chicas que parecían rodear algo, o mejor dicho alguien, por la atmósfera que se podía sentir entre ellas y los corazones que literalmente flotaban en el aire se podía deducir que era un chico. Solo lo ignoraron, de seguro era kotaro, además se les hacia tarde.
Entraron al salón y vieron otro montón de chicas igual al anterior al parecer hablaban de un chico sumamente apuesto, pero al parecer no se trataba de kotaro, este se encontraba sentado en su respectivo pupitre cruzado de brazos y con el seño levemente fruncido.
Se acercaron a él para preguntar la razón de estos acontecimientos.
Aunque tal vez no fuese una buena idea ya que kotaro intensificaba su molestia cada minuto.
─ oye kotaro, tu sabes que está pasando─ se adelantó a preguntar Mayura
─ si, al parecer todas─ hizo una pausa mientras se rascaba su mejilla izquierda ─ están enloqueciendo por el chico nuevo
─ ¿chico nuevo? ─ contestaron al uní solo Mayura y Narugami.
─ si, será un nuevo compañero en nuestro salón, a todas las chicas les parece muy atractivo. No sé que le ven, no parece ser una persona con clase. Además yo seguiré siendo el más apuesto.
─ah! De seguro estas celoso ya que al parecer te han cambiado por algo mejor ─ objetó con burla el dios del trueno.
─ bueno eso es algo que no me importa ─ removió sus cabellos con su mano derecha y dejó su asiento para salir del salón.
─ ¿me preguntó cómo será ese chico ?─ meditaba Mayura en voz alta con el dedo índice en su mentón.
─ ya lo conocerás, estará con nosotros después de todo ─ el dios del trueno tomo asiento en su pupitre dando por terminada la conversación.
En ese momento hizo su aparición el nuevo profesor de la clase, al parecer se trataba de una persona amable según las facciones de su rostro. Era un hombre alto de tez morena, su cabello era corto y al igual que sus ojos era de un negro pardo. Se acercó a su escritorio y observó por unos momentos a su nueva clase, al parecer todos lo veían expectantes por sus siguientes movimientos, tomó un marcador y girándose sobre sus talones se puso a escribir en el blanco pizarrón.
─ mi nombre es Akira Aida y seré su profesor por todo este año ─ se hizo a un lado para que pudieran ver lo escrito por su mano, era simplemente su nombre y el primer tema a ver. ─ si tienen alguna pregunta no duden en hacerla que la responderé con gusto ─ tenía la sensación que los alumnos no lo darían problemas. ─ bueno como algunos de ustedes ya se dieron cuenta, tenemos un nuevo compañero en este año ─ miró hacia la puerta y con un ademan de su mano indicó que entrara.
Todos se giraron hacia la puerta esperando ver a su nuevo compañero de clase, las chicas que ya lo habían visto, solo despedían corazoncitos por todos lados esperando verlo entrar, mientras otros mostraban gestos de desagrado; sobre todo los chicos, y otros simplemente se podía ver la curiosidad en sus orbes.
Caminó hacia el frente junto al profesor y se detuvo a su costado.
Los suspiros no tardaron en hacerse presentes. Todas las chicas lo miraban embelesadas.
Frente a ellos se encontraba un atractivo muchacho con su uniforme debidamente portado. Era alto, de complexión media, al parecer hacia ejercicio, su piel como porcelana de un tono casi blanco, su rostro; era enmarcado por su lacio cabello que no sobre pasaba la mitad de su cuello de un negro azulado y las ventanas a su alma de un enigmático color celeste.
Mostró una cálida sonrisa que hizo derretir a varias chicas en el acto.
─ hola ─ hizo una leve inclinación a modo de saludo ─ mi nombre es Vidar, espero llevarme bien con todos ustedes ─ dio una rápida inspección con la mirada a todos sus compañeros deteniéndose en una chica con un extraño cabello de color rosa y unos chispeantes ojos color rubí ─ al fin te encontré ─ se dijo para sí mismo ─ oh rayos que hace el aquí ─ su mirada se había encontrado con una color chocolate que se la devolvía con asco. Solo lo ignoró, no tenía tiempo para lidiar con ese idiota.
─ Vidar, toma asiento donde gustes… la clase dará comienzo.
─ si, con su permiso ─ se dirigió cortésmente a su profesor en una leve inclinación para retirarse.
Se dirigía a pasos cortos y elegantes adentrándose en las filas de bancos. Ya había elegido su lugar; justo detrás de mayura.
─ hola, te molesta que tome asiento aquí ─ la chica movió frenéticamente su rostro algo sonrojado en una negación, claro que no le molestaba tener a un chico tan apuesto a sus espaldas ─ y dime ¿cuál es tu nombre? ─ comenzó a jugar con un mechón de cabello rosa que yacía en la paleta de su banco.
─ m-me ya…
─ Su nombre es Mayura ─ la interrumpió groseramente el dios Thor ─ y es mi amiga ─ le hablo en un tono irritado arrebatándole de los dedos los cabellos de Mayura.
Tanto Mayura como Vidar se sorprendieron por la actitud del chico mas no le dieron mucha importancia y siguieron con las presentaciones.
─ d-disculpa, el es Narugami ─ dijo señalándolo con nerviosismo ─ y yo soy Mayura Daidouji ─ le dedicó una sonrisa a modo de disculpa por lo sucedido.
─ mucho gusto, Mayura-chan ¿te puedo llamar así?
─ ¿Mayura-chan? , ¿qué le pasa a este idiota? y más importante ¿qué hace aquí? ─ eran las preguntas que abordaban su mente e intentaba resolver en un vano intento.
─ s-si, no hay problema ─ le contestó algo apenada.
─ tu solo dime Vidar ─ vio de reojo a Narugami que le regresaba la mirada retadoramente.
─ muchachos pongan atención por favor ─ hablo el profesor dirigiéndose a ellos. ─ si no habrá serias consecuencias ─ les mostró una sonrisa despreocupada.
…
─ vaya, al fin el descanso… ¿eh? ─ Narugami se había levantado rápidamente asiendo que su silla rechinara por el movimiento y salió con la misma velocidad del salón.
─ me pregunto que le sucede…
─ no… no eh encontrado a una chica que sea capaz de entrar en mi corazón ─ les contestó a un par de chicas curvando sus labios en una leve sonrisa.
─ ¿eh?... ¿de qué están hablando? ─ se acercó Mayura a ellos con un signo de interrogación sobre su cabeza.
─ ah, veras, las señoritas aquí presentes me preguntaban si tengo novia ─ volteo a verlas regalándoles una sonrisa que las derritió como mantequilla puesta al sol ─ hablando de novios… ─ giró su rostro a ella y viéndola inquisidora mente ─ ¿tú tienes novio Mayura-chan?
─ ¡que! ─ La pregunta la impactó por unos segundos, bajo su mirar con pesar el tema del amor no era uno de sus favoritos ─ bueno yo… la verdad no tengo… no creo que a un chico le guste alguien como yo, que solo se interesa por los misterios además que no soy muy bonita que digamos y todos dicen que soy muy extraña ─ esa era la verdad, lo que pensaba y sin querer se lo había confesado, ella era una chica rara, nada bonita y con falta de inteligencia. ¿Quien se podría fijar en alguien así?... nadie, además solo en su salón había muchas chicas que si eran muy lindas y ella no era nada en comparación con ellas. Así se sentía, ella no era más que la niña loca por los misterios y con falta de inteligencia al igual que belleza.
─ yo no creo eso ─ tomó delicadamente el mentón de la chica y lo levanto hasta que sus ojos dieran con los suyos ─ sabes, para empezar nunca te degrades a ti misma, siempre debes decir "soy hermosa", si quieres que te amen primero debes amarte a ti misma ─ Mayura escuchaba con atención las palabras de Vidar sin apartar su mirada de el ─ además lo exterior no importa tanto ─ soltó su mentón y apoyo con delicadeza su dedo índice sobre su pecho, donde debería estar su corazón ─ lo que verdaderamente importa es esto.
Mayura aun seguía algo impresionada por las palabras que acababa de escuchar. Había sido la primera vez que alguien le decía algo tan lindo, era reconfortante escuchar tan dulces palabras.
Se separo a una distancia prudente del chico frente a ella ya que algunas de sus compañeras empezaban a arder literalmente por su cercanía para con el apuesto chico, con una sincera sonrisa formándose en su rostro le dio las gracias.
─ oye Mayura-chan, tengo que pedirte un favor ─ hablo olvidando por completo el tema anterior. Y las miradas recelosas.
─ si, dime ¿qué clase de favor? ─ Preguntó Mayura inclinando un poco su cabeza en señal de desconcierto.
─ bueno, me gustaría que me mostraras la escuela, ni si quiera sé donde se encuentran los baños y sería algo vergonzoso andar preguntando.
─ ¿eh? ¿Era eso? ¡Claro! Empecemos con el tour por toda la escuela ¡Vamos! ─ tomo la mano derecha de Vidar arrastrándolo ─ literalmente ─ por el pasillo para comenzar con el recorrido. Si ya se había recuperado por lo anterior, era una de las ventajas que conlleva ser mayura.
…
─ y bien… ¿Qué te pareció el recorrido? ─ se habían detenido a descansar en una banca en frente de la cancha de fut bol.
─ pero mayura ni siquiera me has mostrado bien la escuela, solo me has estado enseñando los lugares según tú, misteriosos en la escuela ─ hablaba con pesadez como si sus labios pesaran toneladas al intentar moverlos.
─ bueno conocer las cosas misteriosas es más importante que conocer una escuela aburrida ¿no crees?
El chico junto a ella solo suspiro con cansancio. Esta chica cada vez era más rara. Una presencia captó su atención…
─ Mayura-chan, lo siento pero tengo que hablar con alguien… ─ se puso de pie y girando su rostro solo un poco para alcanzar a verla por el rabillo del ojo ─ te veo más tarde en el salón.
─ si, claro ─ le respondió siguiéndolo con sus ojos hasta verlo perderse de nuevo en los pasillos.
…
Las clases habían terminado por suerte para dos adolescentes que se encaminaban en una dirección bastante conocida por ellos. Recorrían las calles en silencio, tal parecía que Narugami seguía de mal humor, tal vez por algo relacionado con Vidar. Eso era lo que pasaba por su mente en ese instante, mientras a su lado el chico también parcia haberse perdido en sus pensamientos…
─ sigo sin entender a que vino… ─ se preguntaba el dios ─ y por alguna razón lo veo muy interesado en Daidouji… el no suele comportarse así, algo están tramando ─ miró de reojo a su acompañante ─ ¿será que piensan utilizarla para hacerle daño a loki?, bueno ya lo han intentado pero… según sus palabras…
…
─ y bien, aquí me tienes ─ se recargo en la pared y cruzó sus brazos sobre su pecho ─ de que quieres hablar… "hermano" ─ habló con un tono burlesco.
El dios Thor ni se inmutó por su tono de vos y siguió en la misma posición, recargado también en la pared al igual que sus brazos cruzados pero sus ojos eran cubiertos por sus parpados
─ sabes exactamente de lo que quiero hablar ─ seguía sin abrir sus ojos ─ pero primero dime, ¿Por qué estas tan interesado en ella?
─ ¿a caso estas celoso? ─ soltó una leve carcajada que molesto al mayor captando su atención ─ solo es una simple niña ignorante, no sé que le hayan de interesante.
─ eso no responde a mi pregunta ─ hablo cortante el dios.
─ solo quería conocer a la chica que trae a loki como un idiota. ─ miró hacia el cielo unos segundos y volvió su rostro al de Thor ─ No volver a Asgard… ¡solo por una niña como ella!... ¡Es tan gracioso! ─ dijo sin evitar soltar una carcajada más fuerte que la anterior.
Mientras tanto Thor solo lo observaba, el tampoco se arrepentía de eso, volver a Asgard ¿para qué? si su felicidad la había encontrado en Midgar, no podía abandonarla. Si, al igual que los demás dioses habían encontrado su felicidad en ese lugar, con los mortales… ¿Qué tenía eso de gracioso? Nada, para él, Loki o los demás dioses no era gracioso ni absurdo permanecer en ese mundo.
─ entonces dime… ¿a qué has venido? ¿Cuál es tu verdadero propósito aquí?
─ bien, eso es algo que no le puedo contar a traidores como tu ─ le habló de una extraña forma venenosa el dios del silencio y la justicia.
─ ¿qué es lo que dices? ¿a caso por no regresar a Asgard se nos considera traidores? ─ decía con clara molestia en sus palabras.
─ ¿Qué no es obvio? ─ entrecerró sus ojos ─Todos ustedes no pudieron cumplir una orden tan simple y además, se unieron al enemigo.
─ enemigo, dices ─ golpeo fuertemente la pared con su puño ─ ¡Loki no es nuestro enemigo! Todo esto es culpa de Odín, todo por su estúpido miedo a que suceda el ragnarok ─ levantó su rostro crispado hacia el ─ ¿que no lo entienden?, tu mas que nadie debería entenderlo, desde el momento en que Loki decidió quedarse aquí, las probabilidades que pudieron haber existido de que empezara el ragnarok, desaparecieron. ─ habló con firmeza el chico.
─ eso no basta ─ caminó hasta quedar a su lado ─ para que desaparezca toda posibilidad… ─ comenzó a caminar dejándolo a su espalda ─ el debe morir…
…
─ bien, tengo que contarle todo esto a Loki cuanto antes ─ asió fuertemente su espada de madera.
─ ¿sucede algo Narugami? ─ preguntó la chica algo nerviosa por la expresión de molestia en el rostro de su amigo.
─ ¿ah? ─ dijo saliendo de sus divagaciones ─ ¡mira ya llegamos! ─ exclamo al ver el gran portón negro de la mansión a la vista de su alcance.
─ creo que Yamino no está por aquí ─ dijo asomándose por las varillas del portón ─ ¿entramos? ─ giró su rostro dirigiéndose a su acompañante ─ ¡¿Qué?!, Narugami… ¿a dónde te fuiste?. Bien de seguro olvidó que tenía un trabajo de medio tiempo o algo así ─ se dijo en voz alta la peli rosada.
Deslizó las grandes puertas para darse paso al jardín principal, caminaba a pasos decididos hacia la puerta de entrada, giró lentamente la perilla mientras empujaba la pesada puerta provocando un rechinido.
Nadie. De seguro se encontraban en el despacho.
Subió igual de lento cada escalón haciendo crujir cada uno de ellos. No le importo. Pero quería ver nuevamente a su amigo así que aceleró el paso llegando a la puerta de la dichosa habitación.
Sintió una horrible punzada en su pecho, la habitación se encontraba totalmente desierta. Un sentimiento de soledad la empezó a invadir cuando vio los muebles de la habitación con una ligera capa de polvo, parecía que Yamino no había cumplido con sus labores del día.
─ Loki… ─ dejo escapar su nombre en un susurro para el viento, su garganta comenzaba a cerrarse. ─ ¡LOKI! ─ esta vez gritó con todas sus fuerzas, estaba asustada, muy asustada ¿acaso se había ido? Y si lo había hecho ¿Qué aria? No, no lo soportaría.
Sus piernas temblorosas no la pudieron sostener por más tiempo y cayó al suelo sobre sus rodillas. Sintió el frio piso de madera bajo sus piernas, estaba absorta. En ese momento su mente se vació por completo y su cuerpo comenzó a temblar de manera alarmante, se rodeo fuertemente con ambos brazos en un vago intento de tranquilizarse. No lo podía creer… de nuevo estaba sola…
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¿que les pareció? ¿es lo suficientemente buena como para continuar? espero que si, por que aun tengo mucho que dar. Solo espero no haberlos aburrido, yo me divierto mucho al escribir algo para ustedes y al menos entretenerlos un rato y que olviden sus problemas, porque eso pasa con migo cuando leo uno de los maravillosos fanfics que hacen.
bueno si quieren que continué, no sean tímidos y dejen su comentario, por que si no lo hacen pensaré que no ha gustado y tendré que abandonar mis sueños snif snif.
Trataré de actualizar seguido, no se, tal vez cada semana dependiendo de como ande con la escuela que me quita mucho tiempo ademas de los club donde estoy inscrita, pero en fin hablando de mi historia no se tal vez este capi ha sido algo sencillo y sin mucha emoción pero descuiden esto se pondrá mejor ya que pasará de todo en esta loca historia.
¡mil gracias por leer! y nos vemos en el sig episodio
