Hola, hola. He regresado de mi larga ausencia y estén seguras que no se desharán de mí mientras no termine con el fic.

Quiero agradecer hoy especialmente a una muy atenta chica Paddly, quien me mandó un review muy lindo que me sacó todos los colores de la cara pero que me recordó que aún tenía fics sin escribir y que tenía que hacerlo ya.

Si a alguien le interesa saber el porqué de mi ausencia, fue por qué entré a la universidad (Licenciatura en Letras Hispánicas) y me fue muy difícil acostumbrarme al horario vespertino, así que por el sueño y la flojera y las tareas mi musa huyó, pero en estas vacaciones pareció regresar de poco a poco hasta que terminó de hacerlo con este primer capítulo de Primavera.

Bueno, sin más preámbulos los dejo con el primer capítulo.

Advertencia, este fanfiction es Flash Harry/Draco. Nada de esto me pertenece, todo es de J. K. Rowling y asociados.

Primavera
Por: Galasu

Y un día más

¿Por qué no hacían del mirar motas de polvo danzar en el viento un deporte nacional? Podrían ser unos concursos realmente reñidos, sobre todo por que todo mago, desde su infancia, se había entrenado en esta arte durante las clases de Historia de la Magia. Era justo.

Se quitó los lentes y se talló fuertemente los ojos. Había decidido hacía casi tres meses, cuando comenzó su relación con Draco, que su propósito de año nuevo era durar la mayor cantidad de clases de Historia despierto. Lo había cumplido bastante bien hasta la fecha y no quería dejar de hacerlo por que seguramente se sentiría mal, aunque cada vez que pensaba en eso sonaba una vocecita en su cabeza que le recordaba que siempre podía pedirle sus apuntes a Hermione, que a fin de cuentas probablemente sería lo que terminara haciendo por que los de ella eran tan completos y limpios y los suyos eran, sencillamente, un desastre.

Volteó a ver a su amiga y la vio anotando una fecha junto con unos datos en tinta rosa y azul. Últimamente se había vuelto tan… femenina, a veces le asustaba que se fuera a perder y terminara siendo igual que Parvati y Lavender y dejara de ser la que él conocía, pero hasta el momento no había pasado y hasta le sorprendía ver como su amiga manejaba con absoluta desenvoltura su nueva y creciente vida social junto con su trabajo escolar diario. Por su lado Ron no estaba tan sorprendido, si se podía decir estaba hasta celoso, pero no de Hermione, sino de todos los hombres que ahora se le acercaban pidiendo ayuda "para estudiar" y que según Ron (y en esto Harry estaba de acuerdo con él aunque no quisiera aceptarlo) le habrían hecho tanto caso como se le hace a un mueble cuando "ella aún era fea".

Volvió a buscar su mota de polvo pero ya no la encontró. Lástima. Pero había muchas otras y eso lo hizo sentirse feliz de nuevo, aunque no tanto como se sintió cuando sonó el timbre que anunciaba el final de la última (y más monótona) clase del día. Salieron del salón, tenían aún tiempo para ir a dejar sus mochilas a su habitación y luego bajar al Gran Salón para cenar, claro que también podían pasar directamente al Gran Salón, pero luego tendrían que cargar con sus mochilas y sus estómagos llenos, lo cual era peor que caminar lo doble.

De ida a su sala común fueron sacudiéndose los tres de la pesadez de la clase y para cuando iban llegando al retrato de la Señora Gorda, ya estaban platicando animadamente. Ron aún seguía sacando el tema de los aparatos que había conocido durante su estancia en las montañas en una cabaña muggle durante el invierno, Hermione, bueno, era un poco claro el efecto que las vacaciones habían tenido en ella, pero Harry intentaba mantenerse lo más alejado del tema posible. Por supuesto que sus amigos se habían enterado de la tregua con Malfoy y, sobre todo Ron, se habían enojado y le habían llamado traidor; le retiraron la palabra por un día hasta que los hizo entender que había sido algo pasajero y que todo había vuelto a la normalidad. Se lo terminaron de creer cuando, tres días después de regresar de vacaciones, se encontraron los tres con Malfoy, Crabbe y Goyle en un pasillo y se insultaron. Lo que ni ron ni Hermione vieron fueron las sonrisas entre Harry y Draco en cuanto se vieron y menos aún que cuando el rubio se fue enojado y golpeando a propósito el hombro de Harry, sus manos se rozaron y por un momento se sostuvieron para recordarse uno al otro que todo era parte del plan, que eran solo apariencias y que nada de lo que se habían dicho era cierto.

Llegaron a la sala común y dejaron sus cosas sin distraerse en otra cosa pues a los tres les urgía bajar a cenar. En el Gran Salón se sentaron en tres lugares (tuvieron que pedirle a un alumno de segundo que se moviera para que les tocara a ellos tres juntos) y rato más tarde bajaron Parvati y Lavender y se sentaron junto a Hermione, quien comenzó a platicar con ellas y de vez en cuando criticaban a alguna mujer que pasaba ( Pero mira que horrible lleva el cabello hoy ) y contándose chismes ( Me enteré de que Joana Hammersmith regresó con su novio, el que la engañó ), por lo que los dos chicos se sintieron automáticamente excluidos de la conversación. Cada vez que pasaba esto, que era bastante seguido, Ron se enfurruñaba pero después de un rato fingía que se le pasaba y guardaba todo su rencor, probablemente en una semana o dos volverían a tener una pelea.

Volteó a ver la mesa de los maestros, Hagrid se estaba yendo, Flitwick platicaba con Dumbledore y Snape recorría el salón con la vista y se detuvo en él. Lo vio fijamente, hizo una mueca de desagrado y volvió a su comida. ¿Si tanto asco le daba verlo a él por qué comía y comía en vez de irse de ahí, a Harry le ponía nervioso la actitud de Snape a él últimamente, claro que lo seguía odiando y seguía haciendo de su vida un infierno pero notaba algo extraño en él, como si lo vigilara más, como si pensara que podría hacer algo peligroso, casi como una anciana amargada vería a un niño que está jugando con su colección de gatos de porcelana.

Esa noche se fue a dormir temprano, junto con Ron y cuando estuvo seguro que su amigo ya estaba dormido, sacó su capa invisible (que le había devuelto Draco después de su huída el día que todos regresaron), se la puso y bajó a la sala común y luego salió por el retrato hacia los pasillos. Caminó un poco y bajó unas escaleras, atravesó un pasillo en el que se encontró a Hermione caminando plácidamente con un chico que parecía ser de Ravenclaw y platicando de cosas que en realidad no le importaban a Harry. Dobló a la izquierda y contó cinco ventanas y entre el espacio entre la quinta y la sexta se dirigió contra la pared, pero en vez de romperse la nariz como es esperado, la atravesó y se encontró frente a un espacio vacío con una puerta, susurró la contraseña (no fuera que alguien pasara por ahí y lo escuchara) y entró. Adentro estaba Draco leyendo un libro sentado en un sillón y Hera, la perrita negra que le había regalado en navidad, estaba dormida frente a la chimenea y en cuanto lo escuchó entrar se levantó y moviendo la cola corrió a saludarlo. Era exactamente por eso que siempre mantenían durante el día a la perra lo más lejos de Harry posible, cómo explicar que se siente tan encariñada a él como a su dueño mientras que a la demás gente ni le hace caso.

-Hola, hola. Sí, que bonita estás. Hay tienes el lomo bien caliente. Creo que no es buena idea que duerma tan cerca de la chimenea, se puede incendiar.

-Dudo mucho que se incendie- contestó Draco mientras cerraba el libro.

-Bueno, mínimo los cambios de temperatura sí le hacen daño.

-Por eso es que le compré esta túnica para perro- Dijo levantando un bulto que había estado en una silla. Era larga y muy elegante. Algunas cosas nunca cambian, pensó, y en realidad se alegraba, no le hubiera gustado que el chico cambiara, a final de cuenta eran todas esas capas en su personalidad que lo hacían tan interesante y misterioso, algo que mantenía cautivado hasta la fecha a Harry. Se saludaron con un corto beso y un muy largo abrazo y luego se acomodaron en un sillón los dos muy juntos y frente al la chimenea para contarse lo que había pasado en el día.

A veces utilizaban ese lugar para verse, otros días salían a escondidas a algún otro lado y un par de veces habían escapado en escoba al pueblo más cercano donde podían andar a gusto juntos sin temor a que los vieran, esas veces Harry se había visto obligado a prestarle ropa muggle a Draco para que su plan pudiera llevarse a cabo. Intentaban que sus secretas reuniones no duraran hasta más tarde de la 1:00 a.m. para que no los fueran a descubrir y para poder descansar sobre todo entre semana. Siempre Harry acompañaba a Draco, cubiertos por la capa invisible hasta la puerta de las mazmorras y luego él se iba a su torre. Ese día no fue la excepción. A las 12:40 de la noche Harry estaba quedándose dormido en los brazos de Draco, por lo que dieron terminado el día y comenzaron a recoger sus cosas para irse. Hera seguía siendo una cachorrita, aunque de buen tamaño ya, y aún podían cargarla, probablemente en otros dos meses les sería imposible llevársela sólo con un hechizo insonorizador, probablemente tendrían que hacerla más ligera o algo, pero fuera lo que fuera que tuvieran que hacer con ella tenía que ser bien estudiado, no fuera a ser que terminara muda por siempre y del tamaño de un French Poodle… en el mejor de los casos.

Recorrieron el camino ya tan conocido hacia las mazmorras, se despidieron con un largo beso y Draco se salió del escondite invisible ambulante. Dijo la contraseña y entró. Siempre Harry sólo alcanzaba a ver una parte de la sala común que normalmente estaba desierta, sólo que esta vez no lo estaba.

-¿Dónde estabas?- Demandó Snape en cuanto lo vio entrar. La puerta se cerró tras de él y Harry ya no pudo saber nada más de lo que pasaba, aunque se quedó con las ganas de abrir de nuevo la pared que hacía de entrada pero sabía que si lo hacía podría echar a perder cualquier historia que se hubiera inventado Draco en ese momento.

Con los nervios a flor de piel regresó a su habitación y encontró a Ron dormido, cosa que él no pudo hacer hasta mucho tiempo después.


Hola. Este fue el capítulo de presentación para que más o menos recordar cosas del pasado Invierno

Nos vemos

Un beso

Galasu