VIVIENDO ENTRE MENTIRAS
En ocasiones la vida puede ser un hermoso y maravilloso arcoíris donde todo pinta de lo mejor, estamos en el mejor punto de nuestras vidas cuando de pronto….
Las mentiras que llegan a decir para protegernos ¿supuestamente protegernos de que? ¿Qué pasa cuando has vivido entre mentiras y un día te das cuenta de todo? ¿Qué es lo que pasa cuando te das cuenta de la vil trampa que habían puesto? Una trampa que fue cómplice del destino, trampa que te mantuvo tanto tiempo lejos de la persona amada, trampa que fue propiciada por la vida y que tus seres que tanto quieres fueron cómplices de la misma…. ¿Qué hacer entonces?
A.B.A
Era una dulce mañana de primavera en Lakewood, como todas las mañanas para cierto chico rubio desde hace ya 2 años cuando perdió toda conciencia y recuerdos, tenía una gran nube blanca obstruyéndole en su mente, no recordaba bien todo su pasado, pero sabía que debía encontrarla que al encontrarla tal vez todo se aclararía por fin en su mente.
-Buenos días Charlie –Saludo la mucama quien como siempre ingresaba con una bandeja de comida para él. Una joven pelinegra de ojos azules intensos como los suyos.
-Buenos días ¿Dónde está mi padre?
-En el estudio, tiene una visita
-¿Visita? –Aquello era extraño pues su padre no recibía a nadie, al menos no desde que el despertó de aquel terrible accidente que según su padre casi lo mata.
-Así es joven, con permiso
-Gracias –Dijo sonriéndole a aquella joven que se había convertido en realidad su única compañía y amiga, de vez en cuando platicaban y ella le enseñaba y decía quién era quien de aquella familia que anteriormente había habitado en aquella pequeña finca cerca del rio en medio del bosque, lejanamente recordaba a dos jóvenes más o menos de su edad, sus nombres eran Archibald y Stear.
Suspiro profundamente antes de dar media vuelta y ver con molestia aquella bandeja de comida, las atenciones exageradas de su padre lo estaban ahogando, no podía salir a cabalgar lo cual no comprendía, no podía ni siquiera pasear por el pequeño bosque sin ser acompañado, ni siquiera en la misma casa podía estar libre siempre necesitaba avisar si deseaba pasear por ahí.
-Demonios –Dijo molesto y salió de su habitación, ya era momento de que todo esto terminara, se estaba volviendo loco estando encerrado y más con aquella imagen de esa rubia apareciendo constantemente en su cabeza, necesitaba aclaraciones y no las obtendría encerrado en esa casa.
Camino por los pasillos hasta llegar al pequeño estudio donde supuestamente estaba su padre con algún desconocido, estaba a punto de tocar cuando….
-Creo que ya es hora de decir la verdad, James
-Anthony aún no está preparado para recibir semejante noticia, señora Elroy
-Yo ya…ya no puedo seguir con esta maraña de mentiras, además…ya no hay peligro alguno y…Candy huyo…yo ya no puedo más –Sollozo un poco aquella mujer
"¿Anthony?" el rubio abrió abruptamente los ojos ante lo que escucho de pronto un fuerte dolor de cabeza vino y tuvo que sostenerse en la pared….aquello ¿Qué significaba? Entonces el….entonces…. ¿Candy? Todo se tornó oscuridad para el nuevamente.
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Aquella mañana de invierno cruel…invierno que había traído consigo su dolor, tanto dolor después de la separación de Terry y ella, tanto dolor que había sentido en su corazón al saber que nunca más volvería a verlo y más aún, tanto dolor al saber que Stear estaba en la guerra en Europa.
"Todo estaba mal….ella estaba mal y….Albert estaba cada día más extraño y ausente" pensaba mientras caminaba distraídamente de vuelta a su departamento, la señora Elroy había permitido que se quedara unos días para descansar pero ella no se sentía nada cómoda, además necesitaba un tiempo a solas, un tiempo consigo misma para pensar ¿Qué haría? Para pensar ¿Por qué tuvo que terminar así todo con Terrence?
Al volver a su departamento vio a Albert ahí cocinando, se sentó dejándose caer por fin, con Albert no tenía por qué fingir ni hacerse la fuerte.
El rubio la miro con preocupación -¿Candy?
Ella comenzó a sollozar –Ay Albert –Él la tomó de los hombros para abrazarla y consolarla, ya después le platicaría ¿Qué había pasado entre ella y Terrence? Aunque ahora le preocupaba más lo que pasaría…."Si Candy supiera" pensó el rubio tratando de serenarse.
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-Dr. Charles –Saludo una joven pelirroja coquetamente al rubio que estaba frente a él.
Este le sonrió solo por cortesía -¿Qué tal señorita Leagan? ¿Qué puedo hacer por usted?
-Sabe muy bien que quedamos en salir hoy
El rubio rodo los ojos –Si…pero creo que nadie me aviso y como no tengo tiempo ahora le ruego me perdone pero tengo que atender a mis pacientes
-¡Oh vamos! ¿Por qué siempre estas evadiéndome? –Pregunto Eliza sujetándolo fuertemente
-Creo que eso es más que obvio ¿No?
-Ya fue hace mucho pero mucho tiempo y tú ahora estas…
-Discúlpeme pero no tengo tiempo, con permiso –Se soltó bruscamente del agarre de la pelirroja quien casi pierde el equilibrio pero no le importo después de todo aquellos días fueron los más terribles de su vida, al descubrir que había vivido tras mentiras y lo peor de todo es que aún no comprendía bien del todo pero de algo estuvo seguro desde entonces, no se podía confiar en nadie y sobretodo no podía seguir viviendo con las personas que le mintieron vilmente a todos.
"Aquellos días…." Pensó suspirando una vez en su consultorio recordando ese episodio amargo de su vida.
FLASH BACK
Habían pasado unos días después de lo que había escuchado, mi padre parecía no preocuparse por nada pues pensaba que mi desmayo se debía a algo diferente pero yo sabía la verdad, mi desmayo se debía a que había descubierto que me habían mentido con lo poco que escuche era obvio que si hablaban de mi….pues era el único hijo de él, además algo me decía por dentro que era yo, entonces mi nombre era…pero era tan cobarde como para enfrentarle a mi padre ¿Por qué?
-Buenos días Charles
-Amy si hubiera algo…un secreto ¿Me lo dirías?
Observe como la mucama se puso nerviosa ante mi pregunta pero trato de recuperarse -¿Por qué…porque pregunta eso?
-¿Lo harías?
Ella pareció pensarlo por unos minutos –Tal vez
-Bien entonces dime…. ¿quién es Anthony?
Amy se paralizo al escucharlo y de pronto dejo caer unas lágrimas que recorrieron sus mejillas –Lo siento…yo…perdón con permiso
Aquello dejo más confuso al rubio quien decidió tratar de averiguar la verdad, algo ahí no estaba bien y estaba viviendo entre mentiras que poco a poco salían a la luz.
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Aquella mañana…aquella mañana en que descubrió parte de la verdad es la que menos olvidara, la ambición y la envidia de la gente puede llegar muy pero muy lejos, observo a la pelirroja que tenía ya varios días de estar yendo a la casa donde estaban su padre y el, no sabía porque pero esa joven le recordaba algo y en su interior le indicaba mantenerse muy pero muy lejos de ella.
Se acercó sigilosamente a la ventana y entonces noto que ella no estaba sola, había un joven de cabello castaño quien sonreía maliciosamente a la joven.
-Entonces –Escucho que hablaban, se acercó con más cuidado para que nadie se percatara de su presencia
-El señor Brown dará su consentimiento para que nos casemos lo más pronto posible y nos vayamos a Europa
-¿Por qué de pronto el señor Brown accedió?
-Me parece que es porque Anthony recordó algo de sí mismo –Dijo riendo suavemente –Es una suerte que no recuerde todo porque si no, esto no sería posible
-Si vaya que fue una suerte esa caída de caballo ¿Verdad? –Dijo riéndose fuertemente –Tendrías que agradecérmelo hermanita
-Cállate, aun no puedo creer que no me dijeras que tu planeaste eso
-Bueno nunca pensé que el caballo se lastimara tanto, en realidad yo solo quería que se cayera del caballo un poco por eso le había cortado parte de la silla –Sonrió –Pero lo demás fue por casualidad
-Pudiste matarlo
-Pero no fue así y ahora te casaras con el como siempre quisiste y sin una huérfana llamada Candy en tu camino
-¡Malditos! –Grite sin poderme contener al escuchar sus risas estruendosas colándose fríamente como el viento por la ventana.
-¡Charles! –Grito mi padre pero me aleje de él, colérico al escuchar lo que aquellos dos me habían hecho, ya no había dudas….
-¡No me llamo así!
-Anthony –Murmuro suavemente mientras yo le miraba con ganas de matarlo
-¿Por qué?
-Era por tu bien hijo….
-¡No….no lo entenderé nunca y no me interesan tus razones…desde hoy prefiero estar solo que vivir en tus mentiras! –Salí corriendo sin querer escuchar razones, vi a una anciana quien iba ingresando a la casa, la cual también comenzó a gritarme pero no escuche, corrí y corrí hasta que ya no pude más y me deje caer cerca de una colina, donde deje que el agotamiento y el dolor me vencieran.
END FLASH BACK
Estrelle mi puño contra el escritorio de mi consultorio, estaba harto….no podía recordar todo y tampoco podía quejarme mucho de cualquier forma con ello no solucionaría nada, debía encontrar más respuestas y mi pasado, sabía que era un Ardley, una familia a dineralada y con poder….recordaba a mi madre y mi padre, una tía abuela que ahora era más presente en mis imágenes de cuando era niño, esa misma anciana que yo quise con toda el alma, también fue cómplice de la vil mentira y recordaba a cierta niña rubia pero no podía recordar más que su rostro dulce y angelical.
-Mejor me voy –Murmure antes de salir hacia la colina que me acogió aquel día que tan solo y frio estaba mi alma vagando por el bosque.
Camine hacia la casa pequeña que se encontraba en esa colina, hace mucho que no los visitaba y les debía realmente tanto que no podía dejar de ir de vez en cuando a aquel hogar que es para los pequeños que no tienen padre, como yo, pese a que si tengo para mí es como estar solo en el mundo y lo prefiero mil veces que estar viviendo una gran mentira.
-Buenas noches hermana Maria
-¡Oh! Querido Charles, hace mucho que no venias –Le abrazo cariñosamente como una madre –Ven pasa, señorita Pony mire quien nos vino a ver.
-¡Charles! –Saludo sonriente la señorita Pony –Ven pasa que seguramente estaba haciendo mucho frio allá afuera, vamos a tomar chocolate pequeño
-Gracias
-También tenemos otra visita, Charles mira ella es Annie Britter –Dijo la hermana Maria presentándole a la pelinegra quien le sonrió dulcemente al rubio
-Un placer señorita Britter, soy Charles Brown
-Un placer –Dijo la pelinegra sonriéndole amablemente pero tratando de recordar donde había visto aquella persona pues se le hacía conocido, ¿en qué lado lo había visto?
