Iossu! Bueno, estuve varios días pensando en este fic. Aquí os lo traigo. Creo que intentaré actualizar después de cada capítulo de La Isla de Master Hand, así que el primer capítulo vendrá cuando termine el 6º del otro fic. Hala, a leer. Probablemente este sea mi fic más currado, o este, o la isla de master hand. Se supone que es AU.


Prólogo

"¿Qué harías si te dijera que soy un asesino?"

Aquellas fueron las últimas palabras que le escuché decir antes de que desapareciera. A la mañana siguiente, la cama estaba vacía. Me levanté y busqué por toda la casa, pero él no estaba. Cogí su tiara, objeto al cual él tenía mucho aprecio y guardaba cuidadosamente en un estante, la dejé sobre la mesa y salí de casa, hacia el trabajo, pensando que habría ido a dar un paseo, ya que era su día libre. Pero no pude concentrarme. Aquella pregunta me daba mala espina.

No era la primera vez que decía algo así. Me hizo varias preguntas como esa desde el año y medio que llevamos juntos; siempre de forma sombría, como si fuera una persona totalmente distinta.

Anoche me hizo esa pregunta en la cama, justo antes de dormirnos. Y yo no le contesté. Simplemente le abracé con fuerza.

Por lo general, siempre sonreía y era una persona maravillosa... pero en esos momentos, cuando su voz temblaba ligeramente y sus ojos se hacían transparentes para mí, veía en ellos verdadero odio, miedo y desesperación. Era entonces cuando susurraba esas preguntas tan sombrías. Era entonces cuando yo no sabía que hacer, y le abrazaba. Y siempre, al poco tiempo, volvía a la normalidad, como si nada hubiera pasado.

Pero, aquella tarde, cuando yo volví del trabajo, no había llegado a casa. ¿Que cómo lo sé? Pues porque la tiara seguía sobre la mesa, y a mí no me había caído la bronca del siglo. Le llamé al móvil pero, como tantas veces aquel día, saltó el contestador. Si no estaba ya suficientemente preocupado, ahora lo estaba aún más.

Me puse el abrigo de nuevo y salí a la calle. Ya estaba anocheciendo y hacía frío. Para colmo, había empezado a llover, por lo que tuve que apañarme con la capucha del abrigo que, para mi mala suerte, no era muy impermeable.

"¿A dónde demonios podrá haber ido con este tiempo?".

Decidí buscar a nuestros amigos para preguntarles si le habían visto. Probablemente estarían en el bar de siempre.

Me metí por un callejón, para atajar, y salí a la calle principal. Ya había anochecido y las farolas iluminaban con luz anaranjada la ciudad. Entonces entendí lo que quería decir uno de nuestros amigos, Pit, cuando murmuraba cosas como "Smash Ville parece una ciudad sacada de una peli de miedo". Con las casas de piedra, las luces anaranjadas difuminadas por la lluvia, el cielo negro, algún que otro ladrido de un perro y poca gente en la calle, parecía una verdadera ciudad fantasma.

Pero yo no tengo miedo. Voy a encontrar a Marth aunque tenga que bajar al mismísimo infierno para conseguirlo.