Prólogo
Los resplandecientes rayos de sol se colaban entre las persianas beige que adornaban la espaciosa y bien decorada sala de juntas en el vigésimo segundo piso del Hotel Riot, en la ciudad de Odaiba.
Uno de los doce hombres que se hallaban sentados alrededor de la enorme mesa al centro del lugar tuvo que moverse un poco hacia la izquierda pues la luz comenzaba a molestarle en los ojos, el ruido que hizo al chocar las patas de la silla contra el piso de mármol provocó que unos cuantos se sobresaltaran pues aparentemente el discurso que les daba su jefe, Susumo Yagami, parecía ser muy interesante.
Hacía un par de horas que la reunión había dado inicio y ahora pasaba de mediodía y algunos rostros se veían impacientes por salir a tomar su almuerzo, probablemente a cualquiera de los elegantes restaurantes de la zona.
-Y es por eso, caballeros, que he decidido invertir en los hoteles Bonga ahora que se han venido a la quiebra.- terminó diciendo Susumo a lo que los hombres asintieron mientras se veían unos a otros. Probablemente no muy convencidos de que fuese una gran idea pero conocían a su jefe, le gustaba hacer ese tipo de tratos y contaba con una suerte tal que en cuestión de semanas terminaría recuperando su inversión.
Minutos luego ya todos se estaban poniendo de pie y estrechándose de las manos, la mayoría con una sonrisa falsa en el rostro y dispuestos a abandonar el lugar cuanto antes. Aunque eran colegas y suponían un equipo de trabajo, realmente todo se trataba de una competencia en la que cada mes se elegía al mejor de ellos y para final de año se le ascendía de puesto otorgándole mejores privilegios.
-Señor Yagami.- dijo un hombre, de traje negro y corbata gris, que torpemente se acercó hacia su jefe tropezándose con la pata de una silla. Se trataba de Steve, uno de los mejores trabajadores que tenía pero era descuidado por naturaleza y exageradamente nervioso. El otro se volteó escrutándolo con sus ojos almendrados y contuvo una sonrisa burlona al verlo.
-¿Qué pasa, Steve?- preguntó estrechándole la mano sudorosa a su empleado.
-Me parece que éste proyecto es una gran idea, señor. Lo felicito, señor.- farfulló rápidamente.
-Eso ya lo sé, Steve. De otra manera no lo habría hecho.
-Claro, señor. Tiene razón.- el hombre de ojos color miel se mordió el labio sintiéndose torpe, realmente sólo pretendía hacerle un buen cumplido a su jefe y persona a la que más admiraba en su vida.
Susumo caminó hacia los elevadores acompañado por su súbdito quien se acomodó detrás de él mientras descendían a la planta baja en donde una de sus limusinas lo esperaba para transportarlo hacia las oficinas centrales de los hoteles Bongo.
-Señor, ¿puedo hacerle una pregunta?- comentó Steve cuando iban por el quinceavo piso.
-Ya lo has hecho.- respondió Yagami altaneramente. Años atrás, cuando su carrera culminó en un éxito rotundo y logró conseguir fama mundial, perdió ese toque humanista que lo caracterizaba consiguiendo que su matrimonio se convirtiera en una apariencia feliz que carecía de amor y sentimientos.
-Eh… sí… ¿cómo se encuentran sus hijos, señor?- Susumo se volteó para verlo de reojo y esbozó una media sonrisa. Si algo le gustaba de Steve era precisamente que él no sólo se interesaba en las cosas laborales sino también en las personales.
-¿Cómo pueden estarlo? Gozando de su juventud.- respondió jactándose.- Taichi vive en Australia siguiendo los mismos pasos que yo como gerente de las sucursales allá y Hikari en Nueva York estudiando arquitectura.
-Me alegra mucho, señor. Sería un placer poder verlos en verano por acá.
-Te aseguró que los traeré si eso sucede para que personalmente los saludes.
-¡Oh, señor! ¡Gracias!- exclamó el hombre con emoción.
Las puertas del ascensor se abrieron de par en par y los dos se bajaron. Susumo fue escoltado por Steve hasta la entrada del hotel en donde se despidió de él con un apretón de manos. Subió luego a su limusina sin tener que indicarle a su chofer a dónde lo llevara pues éste contaba con el itinerario de su jefe desde la noche anterior.
En el camino Yagami se sirvió una copa de whiskey y sacó su celular del bolsillo del saco marcando inmediatamente a otro de sus empleados. Dos timbres fueron necesarios antes de que escuchara su voz.
-Señor Yagami, esperaba su llamada.- se dejó oír la gruesa voz de Robert al otro lado de la línea.
-Al grano, Robert. Dame lo que tienes.
-La señorita Yagami ha asistido a todas sus clases, como de costumbre. Incluso fue elogiada en Diseño moderno pues tuvo el atrevimiento de corregir a su maestra. Ésta noche planea quedarse despierta estudiando en la biblioteca pues dentro de un par de días presentará su examen de italiano.
-Te lo agradezco Robert. Avísame si hay algún cambio de planes en su agenda o cualquier cosa que necesite…
-Oh, pues… hablando de eso, señor…
-¿Si?- inquirió Yagami curiosamente.
-La escuché decir que requiere dinero para comprar material que ocupa en su clase de Construcción pero no quería molestarlo con…
-Con eso es suficiente. Haré una transferencia por diez mil dólares a su cuenta ahora mismo.
-Sí, señor.
Tras escuchar esto último Susumo colgó la llamada y bastó con un par de movimientos desde su celular para hacer que su hija recibiera esa cantidad de dinero. Adoraba a su pequeña, era uno de sus mayores tesoros y daría lo que fuera porque nada le faltara y verla feliz siempre.
Me prometí a mí misma no publicar esta historia hasta marzo ya que la siguiente semana presento un examen muy importante (de vida o muerte) y me la he pasado estudiando para tal.
Pero si hay algo digno y válido para romper una promesa eso es la familia. Quiero dedicar ésta historia a una de mis hermanitas (no de sangre pero como si lo fuera) que además es de mis mejores amigas: N, esto va para ti, preciosa! Quizás estoy siendo hipócrita ya que yo misma no me hallo en posición de dar un consejo y decirte que las cosas van a mejorar y realmente no sé qué hacer pero quiero que sepas que te quiero mucho y que haré de ésta historia una de las MEJORES historias que he escrito. Va mi corazón en ella junto con ese 10% que tenemos :D
A los lectores que pasen por aquí: puede que en éste prólogo no se sepa mucho de la trama y queden medio confundidos. Actualizaré hasta la siguiente semana ya que el cargador de mi laptop se descompuso y hasta el lunes compraré otro :p jajaja mientras disfrútenlo! :D
