Para que vean que no soy mala, en lo que termino el cap de Confidencial que les debo, les traigo por mientras éste que ya está terminado. Espero poder subir Confidencial antes del Sábado. Mil gracias por su paciencia.
Y pues bueno, ahí va:
Ladrona Fantasma
Categoría: HTTYD
Genero: Romance, Humor
Clasificación: K
Paring: Hiccstrid
Viñetas (3)
Resumen: Victorian AU: Es el año 1854 y aquella debió haber sido una noche como cualquier otra en el museo de historia y arte de Berk, pero no lo fue. La ladrona Fantasma actúa otra vez y es el deber del detective Haddock traer la justicia perdida para las piezas de arte robadas.
Viñeta 1: Robo sorpresa
Era el año 1854 y aquella debió haber sido una noche como cualquier otra en el museo de historia y arte de Berk, una pequeña isla perteneciente a las Islas Británicas, pero no lo fue.
El cuerpo de policía y el de investigación yacía atrapado en su propia trampa de redes en el suelo del salón de exhibiciones, incluido su jefe, que refunfuñaba rojo de ira al verse superado en astucia y rapidez.
Una risa cantarina claramente femenina se hacía cada vez más débil conforme avanzaba por los pasillos alejándose cada vez más y cuya dueña se escurría por entre las manos de la justicia como si fuera agua de un río. El jefe, un hombre de mediana edad y patriarca de una familia acomodada e influyente, tenía una herida en la frente de la que no dejaba de manar sangre y eso lo ponía aún de más mal humor. El hecho de que algún idiota que también había quedado atrapado con él en la bola de piernas y brazos debajo de la red le estuviera encajando el talón en las costillas no contribuía a mejorar la situación en lo más mínimo.
Su mano derecha, el detective Hiccup Haddock, que era el principal responsable de éste caso debido a su gran capacidad de análisis, había logrado saltar a tiempo para no quedar atrapado – él había diseñado la trampa, después de todo – y sacudía la cabeza y se la frotaba en un intento de aclararse las ideas.
— ¡Síguela! — exclamó su jefe, desesperado y furioso. Ésta era la quinta vez que se les escapaba — ¡Síguela y que no se escape!
El detective se puso de pie y corrió hacia la puerta por la que se salía de la sala de exhibición y por la que la ágil ladrona había desaparecido momentos antes. No era muy rápido corriendo, pero el sonido de las botas de la fugitiva le indicaron en qué esquinas girar y aunque siempre un pasillo detrás, logró continuar con la persecución.
La alcanzó en un balcón del quinto piso. Estaba asegurando una soga al grueso barandal de roca que los separaba del vacío. Se giró para encararlo, la trenza rubia golpeándole la espalda. Sonrió.
Hiccup tragó pesado. No traía ningún arma, había perdido su revolver en la sala de exhibiciones. No era muy bueno peleando - lo noquearía con un solo golpe, estaba seguro - y la verdad no creía que la alcanzaría en primer lugar, por lo que no tenía ni idea de qué hacer. Sabía que si se le acercaba sin ningún plan, la hábil ladrona lo dejaría fuera de combate y escaparía. Su mejor opción era hacer tiempo hasta que llegaran refuerzos.
— Ríndete. No tienes escapatoria. — dijo con la voz más firme que pudo manejar. Ella volvió a soltar una risa cantarina que se le grabó en la memoria.
Una mascara cubría la mitad superior de su rostro y vestía completamente de negro con una camisa de botones y manga larga fajada en un corsé y un cinturón del que colgaban una gran cantidad de herramientas, mientras que un pantalón ajustado le delineaba las piernas de una manera que ningún vestido propio de la época permitiría y estaba haciendo que el detective se sonrojara, más aún después de que ella misma lo barriera con la mirada de la forma en que hubiera inspeccionado una pieza de arte considerando si valía la pena hacerse con ella. Al parecer, pasó la prueba porque ella sonrió de lado.
— No esté tan seguro, detective. Hay más de una manera de salir de éste museo. — dijo con bastante confianza poniéndose una mano en la cadera, resaltando todavía más su figura — Y usted está a punto de atestiguarlo.
¿Dónde demonios estaban los refuerzos? Pensó Hiccup, si no llegaban rápido, la Ladrona Fantasma se escaparía.
— Incluso el más hábil ladrón cae a manos de la justicia. — rebatió él con seguridad.
Ella se rió como si le hubiera contado un muy buen chiste. La joven delincuente estaba a unos seis pasos de distancia y buscaba acercársele sin que él lo notara poco a poco distrayéndolo con su sonrisa. Estaba funcionando.
— Ah, pero yo no soy sólo la más hábil. — aseguró sin dudar — Soy la mejor en asalto que pueda existir.
Para remarcar sus palabras, tomó el alhajero que acababa de hurtar y colgaba de su corsé para después hacerlo girar entre sus dedos con facilidad, como si se tratara de una manzana. Seguramente la realeza rusa estaría ofendida de que su tesoro fuera tratado como juguete.
— Y para probarlo — siguió — robaré algo más que ésta joya. — dijo volviendo a asegurar el alhajero a su ropa.
— No podrás, el perímetro está rodeado y los refuerzos no tardan en llega… — sus palabras murieron amortiguadas cuando la joven kaito atravesó la distancia restante que los separaba en dos pasos y lo tomó por el saco para jalarlo hacía sí y robarle efectivamente un beso.
No fue precisamente romántico, pero vaya que le quitó el aliento. Ninguno de los dos cerró los ojos. Él, debido a la sorpresa y ella, porque quería ver el asombro pintado en el verde bosque cuando consumara el acto. Sus ojos azules sonreían con un brillo malicioso y astuto mientras que su perfume le inundaba la nariz.
La ingeniosa ladrona cayó nuevamente sobre sus talones y después corrió por el balcón para saltar segundos después soltando un divertido "¡Adiós!"
Hiccup salió de su trance y corrió hacia el barandal sólo para verla caer sobre sus pies con la habilidad de un gato usando la cuerda y posteriormente correr y perderse en la oscuridad de la noche, logrando una vez más un escape perfecto.
Hiccup suspiró, sintiéndose ridículo al haber caído en su trampa de distracción. De cualquier modo, aún sentía la cara caliente y un cosquilleo en los labios cuando los refuerzos llegaron momentos después, demasiado tarde como para hacer algo o retomar la persecución.
A la mañana siguiente, Hiccup estaba en la oficina de su aturdido jefe dándole el reporte de lo que había sucedido la noche anterior. Omitiendo su desliz, desde luego. Su jefe suspiró cansinamente.
— No se preocupe, detective — dijo para calmarlo mientras sostenía una bolsa con hielo sobre los puntos que le habían dado a la herida de la cabeza — Esa Ladrona Fantasma es escurridiza, nadie pudo hacer nada. Además, de no ser por su capacidad de deducción, nunca hubiéramos estado tan cerca de atraparla de todos modos.
— Se lo agradezco, comandante. Pero aun así creo que … — una llamada en la puerta lo interrumpió y momentos después una muchacha asomó la cabeza por el marco sin esperar respuesta.
— ¿Papi? — preguntó para después entrar — ¿Cómo sigues? ¿Te sigue doliendo la cabeza? Oh, disculpa — añadió reparando en Hiccup — No sabía que estabas con alguien.
— Está bien, Astrid. No hay inconveniente.
La muchacha caminó hasta posicionarse al lado de su padre y le dedicó a Hiccup una encantadora sonrisa. Él parpadeó varias veces, reparando en que su voz se le hacía terriblemente familiar.
— Ésta de aquí es mi hija, Astrid. — dijo con orgullo el comandante. — Creo que no se conocían.
— No, no tenía el placer. — dijo ella esbozando una sonrisa y haciendo la recatada reverencia que dictaba la etiqueta. Sus ojos azules brillaban astutos y su sonrisa denotaba que se reía internamente de un chiste que sólo ella conocía.
— Cariño, él es el detective Haddock. — Hiccup le respondió la reverencia levantando su sombrero sin quitarle la atónita mirada de encima — Él es quien está a cargo de la investigación de la Ladrona Fantasma.
— Impresionante. Su capacidad de raciocinio debe ser destacable por decir lo de menos. — continuó sonriendo, haciéndolo palidecer. Esto no podía ser cierto. —Espero que puedan atraparla pronto — continuó la joven — Pero por favor, tenga cuidado, detective. No vaya a ser que sufra algún percance como mi padre.
Hiccup asintió, mudo de asombro y enumerando mentalmente todas las coincidencias. Su voz, su sonrisa, el brillo astuto e inconfundible de sus ojos. Por favor, incluso su perfume. Sintió como la sangre, la noche anterior acumulada en su rostro, se le helaba en las venas. La encantadora hija del comandante Hofferson, era la Ladrona Fantasma.
¡Listo! Espero que lo disfruten, tómenlo como un pequeño tentempié mientras acabo el otro :P
Por cierto, actualicé mi perfil con más avisos y les pido su opinion en cuanto a mis prçoximos proyectos, por si acaso les interesa pasarse por ahí y decirme que opinan.
De nuevo, millones de gracias y nos seguimos leyendo.
