De esta historia solo me pertenece la imaginación. No los nombres ni personajes de The Walking Dead, de hecho nada referente.

Carol

A veces me arrepiento de mi vida, me pregunto porque no pude ser más valiente y porque deje que Ed me tratara como lo hizo. No puedo culpar a mis padres, ni mi educación, es más, no puedo culpar a Ed.

Solo a mí, al principio recibía los insultos de Ed porque pensaba que tenían cierta razón y yo merecía un castigo pero después: ya no sentía nada no tenía esperanza, no tenía amor pero si miedo.

Cuando mi esposo se ponía mal yo sentía terror pero era lo único que sentía en mi vida: miedo de no ser una persona fuerte, alguien que no puede estar sola y con cada golpe que se marcaba en mi piel la idea se plasmaba más fuerte como si atravesara la piel, los nervios y los huesos hasta llegar a lo más profundo de mi alma.

Pero cuando los muertos se levantaron de la tierra el temor de un esposo fue solo una fantasía, algo de lo que me aferraba a pesar de que los otros miembros del grupo me señalaban con el dedo. Era lo que conocía en medio de la adversidad.

Entonces quería ser una niña de nuevo para que me protegieran ¡Qué tonta era! ¿No?, porque no importó cuanto soportara a mi esposo este al final murió y yo quedé desamparada o eso pensaba porque pronto recibí el cariño de Lori y Rick ¿O quizá era su lastima?

No estoy segura, a veces me muestran cariño y otras como ahora. Lori me mira como si fuera basura, yo me había sincerado al ver esa blusa roja: Ed nunca me dejaba usar cosas tan bonitas. Y los ojos de Lori no se borran de mi mente pero no puedo hacer mucho al respecto.

De pronto aparece la manada, cientos de cadáveres que arrastran los pies sobre el pavimento mientras nosotros permanecemos debajo de los coches pidiendo no ser descubiertos. Los gemidos de los muertos me taladran los oídos mientras veo los ojos asustados de mi niñita.

Sofia, ella es lo único bueno de mi vida pero ella estada asustada, toda su vida ha sido así y en estos momentos, de pensar que puede ser la última vez que la vea quiero pedirle perdón por dejar que su inocencia fuera destrozada mucho antes de que los caminantes se levantaran de la tumba.

Quiero pedirle perdón por amarla tan enfermamente y enseñarle a ser cobarde, la respiración se me acaba a momentos mientras el sabor salado de la mano de Lori me recuerda que en situaciones débiles necesito el soporte de alguien más.

El olor a muerte se mete hasta mis fosas nasales, tengo ganas de vomitar en serio pero consigo controlarme lo suficiente para que los andadores sigan su camino. De pronto mi nena se mueve del auto y un cadáver intenta comerla: sus zapatos se alejan y yo me quedo con el corazón detenido al pensar en lo peor.

Escapó de los brazos de Lori corro desesperada hasta donde mi pequeña ha escapado, mi mente galopa en frenesí: este es el momento definitivo, puedo seguir siendo cobarde, esconderme tras alguien más en la espera de que alguien la salve.

¡No! Ella es mi hija, no de nadie más y lo único bueno en mi vida. Sin esperar saltó la parte metálica con Rick detrás de mí. Hace unos momentos estaba en todas las cosas por las que debería pedirle perdón pero ¿Y si no la vuelvo a ver? Es mi mundo. Alcanzó a tomarla en mis brazos mientras Rick esta ahuyentado a los cadáveres.

Mis manos se aferran a los delgados brazos de mi hija mientras mis lágrimas surcan por mi rostro, entonces caminamos de vuelta a la carretera y vemos un cadáver salir de entre la hierba y Sofía quiere correr en otra dirección del camino pero yo la sujeto con fuerza. Si ella da un paso más puede perderse ¿Y qué sería de una niña en el bosque? La muerte eso es todo.

Cargo entre mis manos una piedra y la azotó contra ese repulsivo ser y la sangre coagulada me mancha la cara, estoy peleando por vivir pero una parte de mí parece perder la cordura porque estoy gritando como loca y estrelló la piedra una y otra vez: el sonido de la carne y los huesos crujir mientras el olor a podrido nos envuelve.

Mis brazos tiemblan por la adrenalina y todos los líquidos saltan sin control sobre mi cuerpo. Yo solo puedo pensar en Sofía, en que no merece una madre como yo pero es la única que tiene y que por lo menos va a tratar de mantenerla con vida para que pueda aprender la fortaleza de alguien más.

Cuando termino me doy cuenta que mi hija me mira impactada, no parece asustada de mí sino sorprendida de que yo pueda tener esta valentía. Rick también está contemplando con cierto orgullo, el sí comprende que es darlo todo por un hijo. Los tres volvemos con una nueva versión de mí: una que está dispuesta a todo.

Sí alguien me hubiese dicho que me quedé esperando a mi niña, a que alguien la salvara y por esa causa murió, que por buscarla Carl recibiría un disparo y terminaríamos en una granja donde todo se habría descompuesto lentamente. Yo simplemente me reiría, eso nunca iba a pasar.

Yo puedo ser una mala madre, una pésima persona y una horrible mujer pero aprecio la vida de mi hija por encima de todo. Aún tengo momentos en los que me arrepiento de mi vida pero correr tras la seguridad de mi Sofía no está en la lista.

Esta vez estoy presentando una historia un poco seria pero es algo menos extensa. Gracias por leer y comentar.