Disclaimer para todo el fanfic: Bleach no me pertenece, es todo obra de Tite Kubo, yo solo juego con sus personajes a mi antojo xD Tampoco las canciones usadas me pertenecen.

Nota: ¿Qué tal? Yo aquí con un nuevo fanfic para Bleach, bueno, ni fanfic porque son puros drabbles basados en mis canciones favoritas, las cuales las relaciono con mis parejas favoritas dependiendo de la situación xDD espero que les guste el primero, y, para cambiar, por primera vez no es IchiRuki, sino GinRan. ¡Espero que les guste!

P.D. Es recomendable escuchar la canción al leer el drabble

Canción: "No me enseñaste" de Thalía

Summary: porque nunca le enseñó a vivir sin él y ahora tendría que soportar las consecuencias.

Tiempo: Fin de la saga de la batalla de Karakura

Pareja: GinRan

Género: Romance/Drama

Palabras: 440

No me enseñaste, Gin

Estaba acostada en su futón, sintiéndose atrapada entre las cuatro paredes de su habitación; se sentía tan sola y dolida, tan solo de pensar que él ya no estaba con ella para hacerla sentir mejor. El hecho de saber que nunca más estaría con ella, le dolía en lo más profundo de su corazón, todo lo percibía gris y melancólico. Quizás se sentiría mejor si hubiera dejado ir su recuerdo el día en que se fue por siempre, pero se aferró a él con todo lo que tenía…

Nunca pensó verse a sí misma tan sola, derrotada y frágil; era como estar atrapada en un mundo donde todos están decididos a salir adelante, menos ella, porque Matsumoto Rangiku se encontraba totalmente perdida, sin saber qué hacer, qué sentir, pues pensaba que ya no le quedaba nada por lo que luchar, por lo que vivir.

Aquella mujer fuerte que algún día fue, terminó yéndose junto con él y su memoria, no quedaba ya nada de la antigua teniente del décimo escuadrón. No, ahora era una mujer triste y solitaria que tenía una obsesión por esperar a aquel que robó su corazón, ya ni el sake le servía para sentirse mejor; lo único que le parecía funcionar era aferrar con fuerza las memorias de su antigua vida con él, lo que le hacía sentir, todo lo que vivieron juntos…

Y, ¡demonios! Cómo lo amaba…tanto, que hubiera sido capaz de dar su vida por él…pero nunca tuvo la oportunidad de probarlo. Lo peor era extrañar su presencia en las noches, pues cada maldita célula de su cuerpo parecía pedirle a gritos su regreso, cosa que nunca iba a pasar; perdía el control, gritaba y lloraba, pero por más que rogara porque regresara, nadie respondía a su llamado y se quedaba sola en su cuarto, sintiéndose completamente vacía, porque no había nadie ni nada que la volviera a hacer feliz.

El único culpable de su situación, era aquel capitán que le había robado el corazón, la había hecho sentir suya para luego pisotearla y traicionarla y, ya que lo odiaba, se volvía a ganar su cariño revelando que todo y absolutamente todo lo que había hecho había sido por ella y nadie más…y, con todo esto, terminó desapareciendo de su vida una vez más. Rangiku sabía que él lo sabía, pero aun así, el nunca intentó enseñarle a estar sola, aun sabiendo que, para ella, él lo era todo. ¿Cómo volver a la normalidad? ¿Cómo recuperar todo lo que había perdido? ¿Cómo empezar de nuevo? ¿Cómo olvidarlo si no sabía cómo?

- Ay, cómo olvidarte si nunca me enseñaste, Gin…