NOTA:Dragon Ball Z y sus personajes son propiedad de Akira Toriyama. Todos los derechos reservados. Este fic ha sido creado sin fines de lucro, sólo para divertirse y pasar un buen rato.

Hola!! Después del disclaimer que me sé de memoria XD, les contaré que este es un fic que se nos ocurrió junto con Chispeg para hacerlo juntos. Trabajar en equipo es complicado pero nos parece que será una buena experiencia (sino nos matamos antes xD). Ah y por supuesto esperamos que les guste el resultado de esta curiosa fusión ^^

P.D. No tomamos en cuenta para nada Dragon Ball GT ya que a ambos, como a muchos fans, nos desagrada esa serie. Además,en este fic Bra en algo mayor que en la serie,aun asi,esperamos que os guste.

La muerte de Vegeta.

Capítulo 1: "Seis meses después"

"Mujer... Bulma… ¿sabes que te quiero,verdad? Sí, seguro que lo sabes, siempre fuiste muy lista... quiero que te grabes esto en la memoria para siempre: te amo, y lo seguiré haciendo allá donde vaya. Pero también quiero que seas feliz... debes seguir adelante y ser la mujer fuerte de la que me enamoré...sé feliz Bulma... sé feliz..."

¿Feliz? ¿¡cómo!?, no había un solo día que Bulma no recordase las últimas palabras que le había dedicado su esposo. Ya habían pasado seis meses desde que Vegeta falleciera por culpa de aquella terrible enfermedad, y ella seguía con el corazón destrozado y con las mismas ganas de suicidarse para poder reunirse con el amor de su vida cuanto antes.

Lo único que la retenía en este mundo era la promesa que le había hecho al príncipe de ser fuerte y cuidar de sus hijos.

¡Estúpidos sayans! ¿No se suponía que eran la raza más fuerte del universo? ¿Cómo pudo dejarla sola? ¿Y por qué si ella era tan inteligente no pudo hacer nada para remediarlo? ¿De qué le servían todos sus grandes inventos y su fortuna si no podía ser feliz con el hombre que amaba? ¿De qué servían las malditas esferas sino podían revivir a su esposo?

La científica no era capaz de pensar en otra cosa desde que se levantaba por la mañana hasta que se acostaba por la noche, y en sus sueños volvía a recordar una y otra vez los últimos momentos que pasaron juntos antes de verlo partir hacia la otra vida.

-Mamá... siento interrumpir, pero la comida ya está servida- anunció una voz insegura desde la puerta.

Fue Trunks el que, al entrar en el que se había convertido en su nuevo laboratorio y guarida, interrumpió sus tristes pensamientos.

Poco tiempo después de la tragedia, Bulma decidió transformar la cámara de gravedad en su refugio particular, allí todo le recordaba a Vegeta y eso tranquilizaba su alma y la hacía sentirse más unida a él.

-Si, está bien Trunks, ya voy- respondió con la voz apagada por las lágrimas derramadas pocos segundos atrás, mientras recogía las herramientas de trabajo.

Trunks ya no sabía que hacer para que su alegre madre reaccionase y volviese con ellos, no es que se hubiese desocupado de todo, pero cada vez estaba más y más retraída en si misma. La muerte de Vegeta los había afectado muchísimo a todos, tanto que durante mucho tiempo no pudieron levantar cabeza. Pero él había empezado a trabajar en la empresa familiar y el abundante trabajo lo distraía mucho; también contaba con Goten, que lo animaba a salir siempre que tenía tiempo libre.

Bra, entretanto, estaba a punto de terminar el instituto; eso le daba la excusa perfecta para pasarse gran parte del día estudiando, y en cuanto se descuidaba siempre aparecía una de sus amigas (o todas ellas) para amenizar su vida. Sin embargo, cuando estaba sola la tristeza conquistaba su alma al igual como lo hacía con su madre… pero no podía darse el lujo de caer en depresión ella también… tenía que sacar fuerzas para demostrarle a su madre que no había que dejarse vencer. Si ella se deprimía solamente lograría que la mujer que le dió la vida se entristeciera aún más y no podía dejar que algo así sucediera. Ella la crió, cuidó y protegió durante toda su vida, y esta vez era el momento de devolverle la mano, de corresponderle todo lo que Bulma hizo por ella; debía ser fuerte para ayudar a su madre.

Bulma ni siquiera quería ver a sus amigos, cuando alguno de ellos venía a visitarla ella se excusaba con que tenía mucho trabajo y a causa de ello no podía atenderles. Yamcha hasta se había ofrecido a llevarla de compras durante un día entero, pero la oferta no obtuvo la menor reacción por parte de ella.

-Mamá, ¿estás bien?- preguntó Trunks preocupado al ver como su madre seguía recogiendo las herramientas con un semblante demasiado opaco.

-¡Pues claro! ¿por qué iba a estar mal? ¡Si hoy hace un día estupendo! ¿No piensas salir a dar una vuelta?- le replicó con esa falsa sonrisa que tanto lo irritaba.

-Puede, aunque no tengo nada planeado todavía.

-¿En serio? Bueno,no importa, ya se te ocurrirá algún plan...-se hizo un silencio incómodo- bueno... ¿nos vamos? Tu hermana se debe estar preocupando.

Durante la cena se mantuvo un silencio sepulcral como era costumbre desde hacía seis meses. Una vez que todos terminaron de comer, Bulma se retiró a su habitación para estar sola.

-Oye Trunks... ¿crees que deberíamos contratar a un psiquiatra para que hable con mamá? Quizás eso ayude...

-Lo dudo mucho Bra, no digo que sea mala idea, pero no habrá quien convenza a mamá para que lo acepte, posiblemente despediría al psiquiatra de la casa con un patada en el culo.

La muchacha no pudo evitar reírse aunque no tuviese ningunas ganas de hacerlo.

-Sí... al menos así podríamos volver a ver a nuestra verdadera madre y a su agresivo carácter.

-Jejeje...sí, sería estupendo- ambos hermanos compartieron una nostálgica sonrisa antes de despedirse para ocuparse de sus respectivos deberes.

Al dar las dos de la tarde Trunks hizo un alto en su trabajo para comer, pero antes se dispuso a hacer una llamada a la Montaña Paos, no le apetecía comer sólo ese día.

-¿Entonces es cierto? ¿Bulma todavía no se recobra?- preguntó angustiado Goten, que quería a Bulma como a una tía y sufría por ella tanto como su mejor amigo.

-Nada, no hay forma, se comporta como si le hubiesen quitado el alma y no quisiese seguir viviendo.

Los dos se quedaron mudos un buen rato pensando en una solución.

-Bueno... se me ocurre una idea, pero no sé si resultará- empezó el moreno.

Trunks, que se encontraba al límite de la desesperación, estaba dispuesto a aceptar lo que fuera con tal de recuperar a su madre.

-¡Dilo! ¡Ya da igual que sea una locura! -exclamó el mayor.

-¡Está bien, pero tranquilízate! -se defendió Goten haciendo un gesto para que el otro se calmara; no se tomó a mal el sobresalto de su colega, en las mismas circunstancias él estaría aún más insoportable- ¿qué te parece si llamamos a mi padre?

-¿Cómo?

-Sí, verás, según tengo entendido tu madre y mi padre son grandes amigos, de hecho, creo que se tienen un gran cariño, estoy casi seguro de que mi padre podría animarla y ayudarla a volver en sí.

-Si, podría funcionar- Trunks expresó su conformidad casi inmediatamente, aunque enseguida dudó- pero Goten... hace un año que Goku no se pone en contacto con nadie, ¿cómo sabrás dónde encontrarlo?

-No te preocupes por eso, todos los años mi padre viene a visitarnos a casa más o menos en la misma fecha, y según mis cálculos... quedan tres días para que aparezca. Supongo que mi madre se encargará de ponerlo al corriente, pero por si acaso yo me ocuparé de decirle lo que le pasa a Bulma.

-¡Estupendo! No sabes la alegría que me das amigo- confesó el nuevo dueño de la Corporación Cápsula, chocó la mano de su compañero y acto seguido se despidió para terminar el trabajo lo antes posible.

Tres horas más tarde se dirigía a casa con una gran sonrisa dibujada en el rostro, por primera vez desde la muerte de su padre sentía que se quitaba un gran peso de encima.

Y así, los tres días esperando a Goku pasaron casi volando.

Continuará.