Reto Reyes de la Noche de 5 días, del foro ¡Siéntate!

Inuyasha es propiedad de Rumiko.


Hangover

(Día Uno: Sangre)


Era su quinto vaso de vodka en lo que iba de la noche, que no era mucho.

Apenas eran las 2am, y ella ya estaba bastante pasada de alcohol.

La música inundaba sus oídos, y parecía cosquillearle en las venas, obligándola a moverse.

Creyó sentir una penetrante mirada recorriendo su cuerpo, pero no le prestó atención.

Sango se acercó a ella, su rostro denotando cansancio

- Kagome, Ayumi y yo ya nos vamos, ¿Vienes?

La azabache la miró, sus ojos caprichosamente cristalizados por la neblina de la ebriedad

- ¿Qué? ¡Pero si es temprano! ¡Vamos, Sango, después de todo tú me arrastraste aquí!

Sango suspiró. Era la primera vez que lidiaba con su amiga estando borracha, y no tenía exactamente la paciencia necesaria para hacerlo en ese momento

- Kagome, rindo un exámen mañana, necesito dormir – dijo a modo de disculpa. No le gustaba la idea de dejarla sola en ese lugar, rodeada de desconocidos

Su amiga bufó, molesta

- Bueno, ve a hacer tus cosas de estudiante responsable. Yo me quedaré un poco más – gritó sobre su hombro mientras se acercaba a la barra

Sango se llevó la mano a la frente, frustrada

- Yura – llamó a su amiga, que se encontraba en los sillones acomodada entre dos tipos que no tenían mucha pinta de decentes.

- ¿Si, Sango? – Preguntó sin mirarla, sus ojos posados en el muchacho de largo cabello negro a su lado, mientras le acariciaba la pierna

- Necesito que cuides de Kagome, nosotras ya nos vamos.

- Ahá, claro, ve – le dijo con un vago movimiento de su muñeca

Sango rodó los ojos, se acercó a ella y, tomándola de la mano, la quitó de en medio de los dos hombres.

- Escúchame – demandó, mirándola amenazante – Kagome está ebria. No puedo dejarla sola así. Cuidarás de ella, porque si algo le pasa, me encargaré de cortar ese hermoso cabello tuyo y venderlo en el mercado negro

Yura abrió los ojos mientras acariciaba sus preciosos mechones azabache, aterrorizada por la veracidad en los ojos de la castaña

Con un bufido, rodó los ojos.

- Bien, bien. Lo prometo. Mantendré un ojo en la borrachina. Ve – le aseguró, para luego comenzar a buscar a Kagome, despidiéndose de los tipos que la miraron con decepción.

No esta noche, bobos

De todos modos, se había acercado porque necesitaba un aventón a su casa, y uno de los idiotas había mencionado que tenía un increíble descapotable estacionado afuera

Luego de recorrer casi medio club en busca de la azabache, comenzando a fastidiarse, la encontró en la barra. Estaba por acercarse a ella, cuando notó cómo un apuesto joven con el cabello plateado más hermoso que hubiese visto nunca se sentaba a su lado.

Bueno, al menos alquien va a tener diversión hoy

Yura sonrió, en parte sarcástica por la envidia de ver a la amiga de Sango filtreando con semejante espécimen, y en parte alegre por ella.

Supongo que está en buenas manos. Veré si esos imbéciles todavía están por ahí pensó mientras se alejaba hacia los sillones de nuevo.


- Así que, Kagome – habló el peliplateado a su lado, sus ojos dorados absorbiendo por completo toda su atención - ¿Qué haces sola aquí?

Kagome rodó los ojos mientras tomaba un sorbo de su - ¿Séptimo? ¿Octavo? Bah, ya había perdido la cuenta – trago

- No lo estaba. Pero mis amigas son unas responsables y estudiosas muchachitas, y decidieron irse temprano

No estaba enojada. Después de todo, gracias a que su amiga se fue se encontraba hablando con…

- ¿Cuál es tu nombre, por cierto? – Preguntó

Él sonrió y, por un momento, le pareció apreciar entre los labios de él un colmillo un poco demasiado largo

No le prestó atención. Después de todo, ebria como estaba, no podía confiar en su propio juicio.

- Inuyasha – dijo el chico - ¿Tienes algo que hacer a la salida de este lugar?

Kagome le sonrió de vuelta, captando la indirecta

- Bueno, tenía pensado pasar el resto de la noche bebiendo hasta desmayarme. Pero estoy abierta a otro tipo de planes menos deprimentes – se volteó hacia él, cruzando sus piernas - ¿Qué hay de ti, Inuyasha?

La mirada del peli plateado se tornó, por un momento, casi hambrienta

- Estoy a punto de volver a mi departamento. ¿Estás con ganas de acompañarme? – preguntó en el oído de la muchacha, posando su mano en la pierna de ella

Kagome sintió un escalofrío. La temperatura del cuerpo del chico era extrañamente baja, o la suya, demasiado alta

No le prestó atención mientras le contestaba con una sonrisa al oído

- Estaba esperando que lo preguntaras.


Lo que prosiguió a eso se había convertido en un gran borrón.

Lo último que recordaba, era estar entre los brazos de Inuyasha, en su cama, tratando de contener sus gemidos

Ebria de alcohol y de placer como estaba, no notó la leve punzada de dolor en su cuello, ni la sangre correr por el mismo

Luego, todo se volvió negro.


Bueeeeno, acá está, el primero de la serie de cinco.

Espero que les haya gustado

¡Nos vemos en el próximo!

K-trasca