Naruto no estaba celoso.
Realmente no lo estaba.
No tenía razones para estarlo cuando sabía que Hinata lo quería a él y sólo a él, desde que eran pequeños se lo decía, y Naruto confiaba en su hermosa novia. En los que no confiaba era en esos babosos roba novias que seguramente sólo querían llevarse a Hinata lejos de él. O bueno, sólo querían llevarse a Hinata porque nadie de la escuela sabía que el gran Naruto Uzumaki y la linda Hinata Hyuga salían.
Simple, nadie les había preguntado nunca y ellos no iban por ahí contándolo aunque había costado bastante contener a Naruto para no decirlo.
Hinata pensaba que era mejor si ambos lo mantenían secreto, puesto que Naruto siendo uno de los más populares no debía "exponerse" así.
—Pura mierda.—dijo, arrancando una hoja de su cuaderno con algo de fuerza por el enojo. Ojo, la situación, no su preciada Hinata. Suspiró tomando sus cosas cuando la profesora anunció que podrían irse pero obviamente, por su suerte, la mujer lo detuvo a mitad de camino y le pidió que se quedará un momento. Un momento se convirtieron en horas, y al final Naruto salió allí tan tarde que estaba seguro sólo quedaban los conserjes. La profesora lo llamó una charla exhaustiva para mejorar su comportamiento, para Naruto era una estupidez puesto que desde que había empezado a salir con Hinata, no se metía en tantos problemas como solía hacer antes. Bufó, pateando una piedra y metió las manos en sus bolsillos, buscando alguna manera de calentarlas contra el frío que hacía ese día.
No contó con la presencia de la chica de ojos claros que tanto le gustaba parada en la entrada de la escuela.
—Naruto-kun.—soltó, con esa voz suave como siempre y el rubio no pudo evitar dejar escapar una sonrisa idiota.
—¡Hola, Hinata!—gritó, tan ruidoso como siempre y no tardó en envolverla con sus brazos.
La escuchó reír y se le oprimió el corazón, recordando las cosas (Algunas hasta obscenas) que había escuchado decir a sus compañeros de clase. Respiró el aroma de su shampoo y dejó su cabeza en el hombro de Hinata. Esta lo miró extrañada.
—¿Pasó algo Naruto-kun?—Naruto negó con la cabeza y apretó su agarre en la pequeña cintura de la Hyuga.
—Nada.—susurró.—Es sólo que te quiero.
Las mejillas de la chica se tiñeron de un suave color rosa y sonrió.
—Yo también te quiero.
(...)
El día siguiente no se hizo esperar y Naruto realmente disfrutó las caras perplejas de todos al ver a la Hyuga caminando junto a él en el pasillo tomando de su mano. Naruto no se despegó en todo el día de ella, propinándole besos y caricias sabiendo que eran observados.
Sí, Hinata era su tesoro más preciado.
Y no estaba dispuesto a dejarla ir.
N/A:
He vuelto luego de 84 años y espero no volver a irme ;)
Para los que no me conocen, soy Rosa y soy la chica que escribió sobre Blossom y Buttercup de las chicas superpoderosas enamorándose ladbfkdl?
Como sea, espero que hayan disfrutado esta pequeña historia
¡Nos leemos!
—Rose.
