Capítulo único: Solo…
Sintió un fuerte cosquilleo en el hombro, como si alguien jugueteara con su piel para llamar la atención.
Levantó la mano izquierda con lentitud, frotó la zona que le molestaba e intentó seguir leyendo.
Alguien susurraba junto a su oído.
Levantó la vista extrañado encontrando un hermoso par de ojos verdes esmeralda.
-que sucede amor?
-no lo se…- dijo el hombre sentándose a su derecha.
-entonces porque llamaste mi atención?-
-no lo se…-dijo bajando la vista apenado.- hacía tres días que había salido de Azkaban y no podía dejar de pensar que las cosas entre Draco y él habían cambiado. Su cuerpo comenzaba a arder silenciosamente por la falta de las caricias tantas veces recibidas…extrañaba al hombre del que se había enamorado, y todo esto en apenas un mes…
Lo habían encerrado en la cárcel para brujos al ser acusado de acecinar un muggle, todo había sido una trampa de los antiguos seguidores de Voldemort.
Siguió observando al hombre junto a él, la expresión seria, las cejas levemente inclinadas en una expresión de concentración. Sus ojos ya no eran los mismos de antes, Harry lo sabía, allí ya no había rastro alguno de la dulzura y el misterio que lo habían seducido.
Se levantó resignado, no había nada que hacer, Draco no lo consideraba desde que había vuelto, y él era demasiado cobarde para preguntar que había sucedido.
Se dejó caer sobre la alfombra frente al tenue fuego de la chimenea, observando las llamas danzar, imaginando el fuego sobre su piel, quemando, ardiendo, limpiando. Porque fuese lo que fuese que sucedía con Draco era su culpa, lo sabía, no existía otra posibilidad.
Aproximó una mano al fuego, tan conciente como inconsciente de lo que hacía dejó que el calor la cubriera, sintiendo el suave cosquilleo que deja el cambio de temperatura.
Y la aproximó un poco más, hasta tocar las llamas…
No era como imaginaba, no dolía, no quemaba, era simplemente como el agua, algo demasiado suave como para sentirlo realmente..demasiado puro para limpiar sus impurezas.
Un par de lágrimas traicioneras cayeron desde sus ojos para recorrer su rostro en silencio, no porque dolía, al contrario, porque ni siquiera el fuego era capaz de castigarlo, no con el mismo dolor que le causaba la ausencia de Draco.
Dejó caer la cabeza a un lado, apoyándola en el hombro, dejando que las llamas se reflejaran en sus ojos cansados.
…tanto dolor…tanto temor…
Es que a veces no es le amor el que te daña, si no el silencio y la resignación por este.
Sintió los parpados pesados, un leve mareo, y de un momento a otro estaba tumbado de espaldas al suelo, las lágrimas cayendo sin control de sus ojos lastimeros.
Y aquel hombre seguía leyendo…sin percatarse que un tesoro se perdía entre las sombras…se esfumaba, y jamás podría ser recuperado…
Hay veces en que todos estamos mal, tanto el que cometió el error como los demás, todos se ahogan en un circulo incesante de confusión, no por eso hay que rendirse……este fic lo escribí mientras escuchaba una canción, every you and every me, extrañamente me trajo melancolía…solo espero que les hay gustado-
