Regulus no me pertenece. Nora sí.
Ella siempre se resistió a que tuvieran una relación tío-sobrina. Porque para ella, él no era un familiar. No lo fue cuando lo conoció y no lo será nunca. Se niega a creer que llevan el mismo apellido. Sigue llamándolo Reg y no será de otra forma.
Porque desde ese día se chocaron en Hogsmeade y ella le reprimió a voces, y él le tapó la boca con la mano y le ordenó que dejara de gritar; hasta el día que le dijo que debía irse y dejarla, le llamó Reg. Y lo iba a llamar así.
Pasaron por la cama y por los besos furtivos, y por la revelación de él y el embarazo de ella. Pero todo tiene un final y el de su historia fue la muerte. La de ambos.
Él a manos de un mortífago y ella a manos del cansancio, pena o una combinación de ambos.
Momentos de pasión y momentos de furia, de tristeza y alegría.
Y ella se negó a llamarlo de otra forma.
Y el la llamó Nora y ella le llamó Reg.
Simplemente Reg.
