La realidad es que me gustaría que todo hubiera seguido así hasta el final, pero pasarán muchas cosas más esta temporada. Espero que a pesar de que las cosas cambien en el segundo capítulo de este fic, igual puedan disfrutarlo! (si, hay segundo capítulo)
Quiero dedicar este fic a todos mis nuevos amigos aquí, que como ya dije, disfrutan leyendo mis locuras y encima tengo el lujo de recibir una buena crítica de ellos. Gracias por el apoyo!
303- Under The Gun
Kate se sorprendió cuando escuchó golpes en la puerta de su habitación de hotel. Estaba tratando de ordenar sus cosas porque había conseguido un buen lugar para mudarse. Era increíble que hubieran pasado tantos meses y recién ahora se pudiera ocupar de eso, pero por suerte se había encaminado todo y ahora tendría su propio hogar.
Cuando se acercó a la puerta, se dio cuenta de que tenía los ojos mojados, si había llorado, no lo había notado, pero ahí estaba…
-Hey… Castle…- dijo con timidez y sonrió.
-Hey…- dijo él y se quedó ahí, sin moverse, contemplándola.
-Quieres pasar?- le dijo y le dio la espalda, volviendo a lo que hacía.
-Si… bueno…- dijo él con nerviosismo y cerró la puerta tras él.
-Dime…- dijo ella e hizo una pausa en lo que hacía para mirarlo.
-Solo… quería saber como estabas…- dijo él con seriedad, el detalle de las lágrimas en los ojos no se le había pasado por alto.
-Bien… estoy bien… un poco desilusionada… es todo…- dijo ella y miró hacia el suelo, ocultándole su mirada.
-No parece…- dijo él y la tomó del brazo, haciéndola mirarlo a los ojos- ven aquí…- le dijo y la abrazó con ternura.
Kate se entregó al abrazo y a pesar de que no sentía ese nudo en la garganta característico que la obligaba a descargar su llanto, lloró… y él la sostuvo, pasaron largos minutos sin hablar, solo abrazados y sin otro sonido que el de la respiración de él y el llanto ahogado de ella…
Cuando por fin pudo reponerse, lo miró a los ojos y él secó sus lágrimas con los dedos, besó su frente y sonrió.
-Sabes que siempre voy a estar a tu lado no?- le dijo y ella vio, de ser posible, más intensidad en su mirada que en sus palabras.
-Lo se…- dijo ella y sonrió.
-Te estás mudando?- le dijo él y sin soltarla, observó a su alrededor.
-Casi…- dijo ella y sonrió, casi se había olvidado de su tristeza.
-Te ayudo?- le dijo él y ella negó con la cabeza.
-No hace falta… tengo todo controlado…- le dijo y él la soltó muy a su pesar.
-Entonces, te invito a comer pizza… qué me dices?- le dijo y sonrió.
-Castle…- comenzó a decir ella, pero supo que no podía ni quería negarse, él le hacía demasiado bien como para seguir alejándolo.
Salieron caminando del hotel de la mano, con los dedos entrelazados. Kate no quería pensar, y Castle simplemente no podía creer que todo eso estuviera sucediendo…
Caminaron un par de calles y entraron a un lugar sencillo pero bien arreglado. Pidieron pizza y compartieron la cerveza. Kate sonreía y lo miraba de una manera en que él sintió por fin, que estaba cerca, tan cerca como podía estar de ella.
Kate disfrutó cada segundo, charlaron de temas relacionados con el trabajo… del tesoro que finalmente habían encontrado. Castle le contó algunos chistes que le hicieron doler las costillas de tanto reír y finalmente, tal como hicieron a la ida, caminaron hacia el hotel, pero esta vez, él se atrevió a tomarla del hombro y ella lo abrazó, sintiendo el calor de su cuerpo tan cerca que a pesar de ser una noche fría, ella casi no lo notó…
-Gracias, Castle… realmente te necesitaba… quiero decir… necesitaba tu compañía…- le dijo y ambos sonrieron, había sido una equivocación bastante significativa y ninguno de los dos quería aclarar lo que ya estaba claro.
-Siempre…- le dijo él y sintió un nudo en la garganta cuando ella lo miró y su sonrisa se desvaneció, para dar paso a… qué era? Emoción? Amor? Gratitud? No estaba seguro, solo sabía que quería quedarse y perderse en esos ojos verdosos el resto de sus días…
-Quieres pasar un momento?- le dijo ella con seriedad, sabía que él le debía una respuesta, había estado esquivo esos días desde que ella le había propuesto relajarse y aprovechar el momento que vivían sin compromisos.
-Mmm… no lo se…- Castle sacudió la cabeza y ella sonrió- no creo que puedas descansar si estoy aquí…
-Anda… pasa… te haré un café…- le dijo ella y él trató de dominar sus nervios y la siguió hasta adentro, cerrando la puerta mientras ella preparaba un café para cada uno.
Mientras ella se ocupaba del café, Castle recorrió el escaso lugar y encontró sus libros, apilados en una caja, todos en perfecto estado y abrió la copia que él mismo le había firmado y sonrió mientras la leía…
-Arrepentido de lo que escribiste ahí?- le dijo ella con ambas tazas en la mano.
-Sorprendido de haberte podido decir tan rápido lo bella que eres no solo por fuera, cosa que está a la vista- dijo y sonrió, haciéndola ruborizar- sino también por dentro…- agregó y cerró el libro.
-Castle…- dijo ella cuando sus manos se rozaron suavemente en el momento de entregarle la taza de café.
-Si? – dijo él y la miró a los ojos.
-Te quedarás conmigo esta noche?- le dijo en un tono que él no pudo descifrar. No había solo deseo, pasión, sino también necesidad, pero no física, sino emocional…
-Kate…- dijo y estiró su mano, tocando suavemente su mejilla, casi turbado por la forma en que ella le hablaba.
-Tienes planes con Gina?- dijo mordiéndose el labio, no quería demostrarle lo celosa que eso la ponía.
-Gina?- dijo él que por un momento se había olvidado de Gina y de lo que se suponía estaba pasando entre ellos- no…
-Por favor, Rick…- dijo ella en tono bajo, casi avergonzada, realmente lo necesitaba cerca…
-Kate…- dijo y ella se acercó, besando sus labios en pequeños intervalos, sin permitirle seguir hablando- yo…
-Shhh… Castle… - le susurró ella sobre sus labios- no hablemos mas…- le dijo mientras desabotonaba su camisa y lo empujaba hacia su cama, sus manos acariciando su torso con tanta intensidad que él pensó que le quedarían marcas….
Cuando él se recostó en su cama, ella colocó ambas piernas a los costados de él y se quitó la parte de arriba de su conjunto. Él se quedó observándola casi hipnotizado y ella sonrió, buscando otra vez sus labios con los de ella.
Ya se conocían suficiente, el juego previo no duró tanto como las otras veces, ella se colocó encima de él y juntos se movieron estableciendo su ritmo…
Minutos más tarde, él la sostuvo mientras se perdía en sus ojos nublados por el placer y la escuchaba gritar su nombre, que nunca le había sonado tan increíble…
Aún agitada y con el cabello lloviéndole sobre la cara de él, ella le sonrió y se acomodó en sus brazos.
Castle la abrazó y se acomodaron bajo las sábanas, ella con la cabeza apoyada en su pecho y la mano en su abdomen, él sosteniéndola como si fuese a romperse, y la nariz apoyada en su cabeza, sintiendo el aroma a cerezas que tanto adoraba…
