Una inspiración repentina me llevo a escribir esta historia

Una inspiración repentina me llevo a escribir esta historia. Dedicada a todos aquellos que, como yo, consideran a Sirius Black un personaje importante en Harry Potter, sé que debería actualizar mis otras historias, pero no me resistí xD

Rating: K+

Advertencias: Ninguna.

Género: Drama.

Recomendación Musical: The Cage – Sonata Arctica.


Risas.

Ese momento de falsa gloria resonaba en su cabeza distante, atormentándolo. Había estado tan seguro de haber vencido, de haberse vengado, pero estaba equivocado y ahora hasta en lo más profundo de su ser sentía cómo se burlaba de él una risa macabra, la misma que se había oído aquél día…

La suya propia.

Aún cuando llevaba casi doce años encerrado en ese lugar, Sirius Black no había perdido la cordura, o por lo menos eso creía hasta el día en que a sus manos había llegado el periódico mágico El Profeta, mostrándole a un fantasma de su pasado. Se había equivocado al subestimar la astucia de Peter Pettigrew, había considerado un tonto a aquél que en realidad lo había vencido y por él se encontraba ahí. Y aún peor era, que por él habían muerto James y Lily.

"Harry" —pensó en su ahijado, huérfano por culpa de la traición y, sin embargo, se sentía más culpable él.

¿Por qué había convencido a su mejor amigo de poner a Peter? ¿Por qué había confiado? Quizás, si hubiera sido él el guardián verdaderamente, nada de eso habría pasado. Ya era muy tarde para lamentarse, eso lo sabía, por ello había aceptado su condena, ¿qué más daba? Por lo menos se había vengado del traidor.

O eso había creído.

Y nuevamente recordaba esa risa macabra que había salido de él, mientras pensaba —El que ríe al último, ríe mejor —tras haber asesinado a aquél a quien consideraba su "amigo".

Asesinado no era la palabra correcta, lo sabía, en realidad el desgraciado le había visto la cara de tonto.

Rió a carcajadas evocando ese momento, como si la locura se hubiese apoderado de él repentinamente, a no ser que de verdad lo hubiese hecho ya.

Una sombra pasó frente a él, un dementor que vigilaba el pasillo, sintió una mirada gélida sobre él que le recordó el día en que había sido encerrado en Azkaban, el día en que había descubierto cuán preciada era la libertad para él.

Por otro lado, debía de admitir que se había equivocado al juzgar a Remus como un traidor por el simple hecho de ser un licántropo. Quizás en esos momentos debió darle el beneficio de la duda al hombre lobo.

Pero lo hecho, hecho estaba.

Remus. Su fiel amigo. ¿Qué sería de él? ¿Qué estaría haciendo en esos momentos? ¿Recordaría aquéllos días (que parecían cada vez más lejanos en su memoria) en los que habían sido Los Merodeadores? Esos días en los que habían sido cuatro amigos, cuatro cómplices de bromas.

"Cuatro…" —pensó— "Peter" —una mueca de rabia deformó su cara por un instante. De haber estado alguien más en la celda habría temido que Sirius se convirtiese en un perro rabioso—. "Ese maldito traidor"

Deseó tener en sus manos a esa rata mugrienta y desvió su mirada hacia el periódico.

—Está en Hogwarts —pronunció casi inconcientemente—. ¡Está en Hogwarts! —repitió con un tono más tétrico y mirando fijamente la rata que se encontraba sobre el hombro de uno de los muchachos.

Nuevamente las carcajadas de Sirius Black resonaron en la celda.

Ya estaba decidido…

Esa misma noche sería libre, para buscar a esa maldita rata y vengarse.

Y rió.


¡Y eso es todo, amigos!

Un gusto escribir para un público tan bueno como ustedes :)

Se les quiere.

Att: Anne Marie Wilson, Gama Iris Jewell Strat, Angela Alissa Black, Gaby-ota o como mejor les parezca.

P.D: Nos vemos en el infierno ;)