ACLARACIÓN 1: Fic corregido en base a las críticas recibidas en un review y al foro de "los malos fics".

ACLARACIÓN 2: He reeditado el capítulo cero porque no estaba conforme con él. Digamos que ahora me estoy exigiendo más que antes.

AVISO IMPORTANTE: Escenas adicionales (Omakes) a partir del capítulo siguiente. Si te gustan, coméntalas, y si no, critícalas.


"Todos estamos predestinados desde que nacemos, tenemos nuestro destino escrito. Unos nacemos como genios innatos mientras que otros simplemente son fracasados desde su nacimiento y por más que se esfuercen, nunca podrán ser mejores. Unos nacen en la rama principal y tienen como destino el liderazgo del clan, mientras que otros nacemos en la rama secundaria y estamos predestinados a servir a la rama principal y a dar nuestras vidas por ellos. Nuestras vidas, ¿Acaso nuestras vidas no valen nada? la respuesta a esta pregunta no tiene importancia para mí, está en nuestro destino dar la vida por ellos. ¿Quien podría cambiar las leyes del mundo en que vivimos para poder formar su propio destino?"

Neji Hyuga, 13 años.


"Quiero ser mejor para que él me vea, quiero que este orgulloso de mi y que cuando me mire sea capaz de notar todo lo que valgo. Por eso entreno tan duro, por eso me esfuerzo cada día al máximo, para lograr alcanzar su respeto y tu admiración…

Y no, no me refiero a otousan."

Hinata Hyuuga, 12 años.


Todos los personajes de Naruto le pertenecen a Masashi Kishimoto

INTRODUCCION

Döjo de la mansión Hyuuga.

Dos jóvenes y ágiles figuras se movían con gracia y elegancia al compás de su propio ritmo, marcando tanto con sus manos como con sus pies trazos finos y definidos que denotaban tanto su sorprendente habilidad para el combate, como su propia elegancia natural. Y es que… de eso se trataba el juuken.

Neji y Hinata Hyuuga habían compartido muchas vivencias desde su más tierna infancia, tanto agradables como desagradables. De hecho, muchas de ellas habían sido tan desagradables, que en el fondo deseaban nunca haber tenido que vivir. Pero todas ellas los habían hecho crecer y convertirse en las personas que eran en ese momento.

Si, desde aquel examen chunnin en el que Neji estuvo a punto de acabar con la vida de Hinata, y luego de haber madurado como persona en el combate que perdió ante Naruto, la relación entre ellos había cambiado dramáticamente.

Pero aún les faltaba mucho por vivir…

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Capitulo 0 — ¿De misión con Naruto Uzumaki?

Konoha se estaba recuperando de la terrible guerra que había tenido con los ninjas de la aldea oculta en el desierto. La ciudad estaba en proceso de reconstrucción, y a pesar de que muchos habían perdido a sus seres queridos, todos estaban dispuestos a poner lo mejor de sí para poder salir adelante. La pérdida más significativa que habían sufrido era la muerte de Sarutobi, el 3ro Hokage, pero ya se había nombrado a alguien idóneo para el puesto.

¿Idóneo?

Una mujer de cabellos rubios, enormes pechos y terrible aliento a sake se tambaleaba entre los muebles del despacho de principal de la mansión del Hokage.

—¡Shizune!— Gritó a voces la mujer, totalmente ebria —¡¡Donde rayos estás!! — Apenas si podía pronunciar más de cinco palabras seguidas, producto del alcohol.

Sí, aquella mujer era la nueva Hokage: Tsunade-sama.

La rubia de enormes pechos acababa de llegar a su oficina luego de haber estado emborrachándose en una taberna local por más de dos horas con su gran amigo Jirayra, celebrando algo de lo que ya se había olvidado. Estuvieron tomando por largas horas, hasta que entre ambos se terminaron con todo el licor del establecimiento. Y viendo que ya no quedaba más para beber, decidió partir por su propia cuenta hacia su oficina de trabajo para buscar sus secretas reservas de sake (luego de verificar que su excompañero de equipo estuviera lo suficientemente borracho como para no seguirla).

Pero cuando volvió a su oficina, se encontró con una desagradable sorpresa.

—¡Shizune! — Volvió a gritar — ¡¡Por qué me escondes mi sake!!

Ante el grito de la sannin, la puerta de su despacho se abrió lentamente, y por ella entró la mencionada a la habitación, quien al ver la escena que estaba protagonizando su maestra no pudo evitar soltar una sonrisa pícara. Lucía demasiado cómica tropezándose por todos lados y buscando con desesperación su tan preciado líquido elemento.

Pero ese no era momento para reírse ni para relajarse.

—Tsunade—sama. — tomó la palabra la menor, en tono de reprimenda. — usted tiene que trabajar. Tenemos muchas misiones que cumplir, y estamos escasos de personal para poder cubrirlas todas.

—Si si, eso lo veremos luego. ¿Dónde has metido mi sake? — continuó con su búsqueda la experta en medicina.

Shizune resopló decepcionada. Solo le quedaba una alternativa para llamar la atención de su maestr.

—¿Sabe? Si seguimos así hasta usted va a tener que comenzar a ir a las misiones.

—¡¿Que has dicho!? — de pronto, la Hokage parando en seco, y puso los ojos en blanco.

Y eso fue la mejor cura que le encontró la alumna para combatir la borrachera de su sensei.

Tsunade sacudió la cabeza, un tanto aturdida, y luego tomó asiento en su escritorio para disponerse a… trabajar.

Al verla tan dispuesta, Shizune se le acercó con una enorme sonrisa en el rostro, y luego le entregó una enorme carpeta repleta de documentos, todos referentes a las misiones que habían sido solicitadas a aldea de la Hoja durante la última semana. La sannin se quedó boquiabierta al ver la gran cantidad de misiones que tenían.

Si lo anterior no le había quitado la borrachera, esto definitivamente si lo haría.

—¿Todas esas misiones han sido solicitadas en una semana? — le preguntó sorprendida mientras abría con temor la carpeta.

—No — Afirmó sonriente su alumna.

—¿No?, ¡Uf! — suspiró al Hokage, casi aliviada, hasta que…

—Aun faltan otras cinco carpetas que dejé afuera.

—¿¡Queee!? — gritó Tsunade más que sorprendida, para luego caer de espaldas.

Shizune se apresuró en ayudar a su maestra a acomodarse. Luego de que estuvo nuevamente sentada frente a su escritorio, la sannin volvió a tomar la carpeta de documentos, con expresión serie.

Luego de terminar con las primeras dos carpetas, apoyó el brazo de codo sobre el escritorio y sobre su mano posó su rostro, soltando un suspiro de preocupación. Era consciente que la aldea de la Hoja no se habían recuperado del todo después de aquella terrible guerra con Orochimaru, y el número de bajas había sido demasiado alto, por lo que distribuir al poco personal que le quedaba para cumplir con tantas misiones cada vez era más difícil. Sin embargo, también sabía que no podían darse el lujo de despreciar misiones, ya que esto demostraría debilidad por parte de la aldea de la Hoja y eso era lo último que necesitaban: Ser vistos como una aldea débil.

Suspiró sonoramente, y luego volvió los ojos a la primera carpeta, para comenzar a revisar una a una las misiones.

—Veamos, esta misión es rango A, debo mandar a un par de Anbus, esta es tipo C, y esta misión es, es, es... — Puso expresión de duda al examinar un documento referente a una misión en el país del Té — ¿Esto es una misión? — pregunto visiblemente sorprendida, sosteniendo un documento en las manos.

—A ver, ¿Me permite? — Le pidió Shizune el documento. Luego de revisarlo, concluyó. — Pues sí, en efecto, esto es una misión.

—¿En serio? — Aun no salía de su asombro — uhm, en ese caso, creo que te tomaré la palabra con eso de que tendré que comenzar a ir a las misiones y…

—Tsunade-sama…

—Y ahora que lo pienso, hace mucho que no salgo de esta oficina y…

—Tsunade-sama…

—Y por qué no tomarme un par de días y…

—¡¡Tsunade-sama!! — Shizune gritó con fuerza, que casi hizo saltar de su silla a la Hokage —¡Este no es momento de estar fantaseando! —

—Hay Shizune, ¿Ya cálmate no?, pero que enojona eres — Le dijo su sensei, riéndose burlonamente.

—Creo que es contagioso — Susurró Shizune más para sí misma, pero fue escuchada.

—¿¡Que dijiste!?

—N—nada, yo ni dije nada. Entonces, ¿A quienes va a enviar?

—A ver, dime quienes tenemos disponibles, creo que con 3 genins bastará, ¿no crees?

—Pues sí, tiene razón, pero la mayoría ha salido de misión, aunque, ahora que lo recuerdo, creo que los chicos Hyuuga tuvieron que excusarse de de sus ultimas misiones porque era el cumpleaños de Hiashi-sama, pero eso fue hace dos días, ¿Lo recuerda?, así que deben estar libres ahora para…

La mayor se perdió en las palabras de su alumna y pronto comenzó a hacer memoria de los hechos ocurridos en la fiesta de líder del clan Hyuuga, dos días atrás...

...

Hiashi estaba sentado al lado derecho de la cabecera de una larga mesa en donde se encontraban todos los altos mandatarios, miembros del consejo y demás que fueron invitados a celebrar su onomástico. En esos momentos, se encontraba dando un "pequeño" discurso de agradecimiento…

— … Y quiero agradecer a todos los presentes por…

Sí, luego de dos horas de haber estado hablando de lo muy prestigioso que era su clan, de lo gran Ninja que fue de joven, y de lo mucho que se quería a sí mismo, había llegado a la parte de los agradecimientos, lo que solo podía significar una cosa: Por fin estaba por acabar.

Por su parte, La Hokage estaba casi cayendo del sueño por, entre otras cosas, las ocho botellas de sake que se había secado en su despacho antes de salir, que según ella eran sólo una "medida preventiva" para poder aguantar lo que seguramente sería un verdadero martirio: un discurso del jefe del clan Hyuuga.

De pronto, un golpe en la mesa ocasionó que se despertada y, sin darse cuenta de lo que hacía, comenzó a gritar a voces.

Hay sha cashate y déjanos brindarsh, ¿Que no ves que me estoy muriendo de sed?

El Hyuuga volteó molesto a ver a Tsunade, pero tuvo que tragarse su orgullo. Al fin y al cabo, esa mujer borracha, era nada más ni nada menos que la Hokage.

Errr… bueno, creo que tomaré la sugerencia de la Hokage— "maldita vieja borracha"— suspiró, y continuó — Y quiero proponer un brindis por... ehm, por... ¡Por mí!

Apenas escuchó la palabra brindis, la sannin se apresuró a levantar su copa y secarla de golpe, sin siquiera fijarse en el contenido de la misma.

Luego de eso, no recordaba más de aquel evento…

...

La Hokage seguía en sus recuerdos de lo que había pasado en aquella velada en la mansión Hyuuga, o al menos lo que podía recordar, sin darse cuenta que estaba ignorando a su alumna.

— … y supongo que no habrá objeción de Hiashi—sama a que los envíe de misión juntos además que son familia y... — de pronto, la menor notó que estaba siendo ignorada y miró con furia a su sensei, con una vena en su frente, y gritó —¡¡Tsunade—sama!!

El grito logró despertar a la sannin de su letargo.

—Ya te entendí — tomó la palabra — quieres que mande a Hinata y a Neji Hyuuga, ¿Verdad? Me temo que eso va a estar un poco difícil mi querida Shizune, estuve leyendo los documentos que dejó el Tercero respecto a los equipos que formó y como se desarrollaron en los exámenes chunnin, y por lo visto esos dos no se llevan nada bien.

—Ahora que lo menciona, también he oído rumores acerca del clan Hyuuga. Eso de separar hermanos, primos, su propia sangre, discriminarse entre ellos, me parece que son prácticas que ya deberían haber quedado en el pasado, pero aun hasta ahora siguen marcando a los miembros del bouke para distinguirlos y someterlos al souke.

—Si, pero las cosas van más allá de eso…

—¿A que se refiere, exactamente? — preguntó contrariada la menor.

—Ellos han tenido muchos enfrentamientos. Según está escrito en los documentos sobre el último examen chunnin, Hyuuga Neji estuvo a punto de matar a Hyuuga Hinata.

—¿¡Que cosa!? — Preguntó preocupada Shizune.

—Lo que has oido, mi querida Shizune. — la rubia se aclaró la voz antes de continuar. — al parecer, fue durante las preliminares, y el chico tuvo que ser detenido por su sensei y otros tres jounins antes de que terminara.

La más joven miró con asombro a su sensei ante lo revelado. Esa era algo que definitivamente no se lo esperaba.

—Vaya, creo que es peor de lo que pensé. — comentó al aire, para luego meditar. — Pero, ahora que lo pienso, tengo entendido que ellos viven ahora juntos en la mansión Hyuuga, y se dice que Hiashi está entrenando al muchacho. — observó a su maestra antes de continuar. — Tal vez ellos ya se lleven mejor, ¿No es cierto?

—Es posible. — contestó ella. — pero nada es seguro en esta vida.

Ambas se quedaron mirando la una a la otra, intentando convencerse de aquello podía ser cierto. Ninguna de las dos estuvo presente durante los anteriores exámenes chunnin, y llevaban tan poco tiempo viviendo en Konoha que no aun no se habían enterado de todos los pormenores ni problemas que existían en el interior de los clanes, y esta caso era peor considerando que se trataba de uno de los clanes más antiguos y cerrados de la aldea. Respiraron profundo antes de continuar con su discusión.

—Bueno, considerando que Hinata es la futura heredera del clan, y que Neji Hyuuga es el mejor representante de la rama secundaria y tal vez el mejor Ninja que ha surgido de ese clan, quien sabe si ellos juntos puedan algún día en el futuro cambiar la forma en que se ha manejado su clan hasta ahora.

—Pueda que tenga razón Tsunade—sama, pero, ¿No será peligroso mandarlos ahora juntos de misión? digo, y ¿Qué tal si terminan intentando matarse nuevamente?

—Entiendo a que te refieres, Shizune — intentó calmarla su sensei, y luego continuó — pero no disponemos de más personal, a demás, ellos son ninjas de Konoha y deben anteponer su deber ante todo. ¿Qué te parece si enviamos a a otro Ninja para que sirva de intermediario?

La menor asintió ante la idea de su sensei. Luego de eso, se dirigió a un extremo de la habitación y tomó otra carpeta menos pesada, de la que sacó una relación de los ninjas con los que disponían actualmente. Revisó la lista y, en su primera ojeada, abrió los ojos sorprendida. Revisó el documento otra, y otra, y otra vez, sin poder creer que estuvieran de mala suerte…

—Pues me temo que solo nos queda…diablos, en verdad estamos de muy mala suerte. Esto es muy malo.

—Vamos, Shizune, ¿Qué tan malo puede ser?

La menor suspiró resignada y luego, con resignación, pronunció el nombre del único ninja que tenían disponible, en ese momento.

—Uzumaki Naruto.

—¡¿Que?! — gritó la Hokage, totalmente consternada.

Y como si hubiese sido llamando por el diablo, en ese mismo momento apareció por la ventana un rubio de cabello en punta con rayas en las mejillas, sorprendiendo a las presentes.

—¿Me llamaban? — dijo sonriente Naruto a modo de saludo. Luego se dirigió a la Hokage — Oba—chan, ¡Ya era hora que me llamara! Hace mucho que estoy aburrido porque… — Pero no pudo continuar porque recibió una dosis del cariño de la Hokage.

Un estridente golpe sonó, acompañado de un chillido de dolor.

—¡¡Auch!! —gritó Naruto mientras se sobaba el chinchón que tenía en la cabeza, cortesía de la Hokage.

—¡¡Cuantas veces te he dicho que no espíes en mi oficina!! — Le gritó la 5ta enfurecida.

—No se moleste, a demás que usted me iba a mandar llamar, yo escuché mi nombre, de seguro que estaban hablando de mí — Contestó el rubio quien se seguía sobando el chichón

—Si, tenemos una misión para tí— Le dijo seria la Hokage.

—¿Por fin vamos a ir a buscar a Sasuke? — Preguntó emocionado el rubio con brillo en los ojos y con lágrimas a punto de salir.

—Sasuke, Sasuke, ¡¡Ya basta con esa obsesión!! ¿Qué no has notado que estamos pasando tiempos difíciles? Tenemos que cumplir todas las misiones que se nos presenten. Ahora mismo me traes a los chicos Hyuga que tendrás una misión con ellos.

—¿Se refiere a Hinata y a Neji? —

—¿Que acaso hay otros chicos Hyuga? —

—Bueno, está Hanabi, pero creo que aun es muy chiquita, y me supongo que debe haber mas pero…

—¡¡Claro que me refería a esos dos, idiota!! —

Y de un golpe mandó a volar por los aires al portador del kyuubi.

Luego de descargar su furia sobre el rubio, Tsunade resopló resignada, mientras volvía a sujetar el documento referente a la misión en sus manos.

—Shizune, ¿Estas segura de que no puedo ir yo?

—No Tsunade—sama, su presencia aquí es imprescindible, deje esa misión en manos de los genins —

—Pero yo me muero de ganas de ir, te imaginas ¡¡Es toda una semana!! ¡¡Y con todo pagado!!

Y siguieron discutiendo mientras esperaban el regreso de Naruto con los Hyuga.


Luego de unos minutos en el aire, producto de la golpiza recibida por la sannin, Naruto terminó aterrizando justo en la puerta de la mansión Hyuga.

—¡¡Auch!! Vaya que tiene puntería la abuela… — Se dijo Naruto observando la puerta de la mansión — Y ahora, ¿Como rayos le haré para ir de misión con esos dos? Neji es un amargado que se cree el muy perfectito, y Hinata… bueno ella es… como decirlo… es… Hinata.

Se disponía a tocar la puerta de la mansión cuando de pronto abrió Hinata quien, habiendo escuchado tremendo estrepitoso aterrizaje, que por un momento le hizo pensar que estaban lloviendo piedras del cielo, salió preocupada a ver de qué se trataba.

—¡¡Hola Hinata!! — Saludó efusivamente el rubio — ¿Has visto a Neji? Oba—chan nos manda llamar, dice que tiene una misión para nosotros.

Al ver quien había aterrizado en su puerta, pronto Hinata enrojeció. Por supuesto que, encontrarse a Naruto parado en la puerta de su casa tan alegre como siempre, a pesar del tremendo chinchón que tenía en la cabeza, era lo último que se esperaba encontrar.

A pocos metros de ambos se encontraba Neji, quien, al escuchar la voz del Uzumaki y pronunciar su nombre se acercó, un tanto irritado, para ver de que se trataba.

Ninguno de los dos se imaginaba lo que les tenían preparado…


——Fin del capítulo 1——