Capítulo 1:

Me reencuentro con la vida mortal.

Desclaimer: La saga de Los Dioses del Olimpo y Heroes del Olimpo le pertenece a Rick Riordan, al igual que sus personajes. Aquí son míos mis OC y la trama del fic.


Puedes pensar que al haber salvado al mundo de una era de terror, después de proteger el reinado del Olimpo de la amenaza de los Titanes; los poderosos dioses que estuvieron al mando antes que los Olímpicos; tal vez me merezca algo de crédito o una vida llena de fama, fortuna e inmortalidad. Pero tomando en cuenta de que hay varios dioses que me han declarado la muerte, es una suerte de que siga con vida.

Creerías que soy alguien reconocido, sin embargo; el ataque del Titán Kronos a Nueva York, y la destrucción de el Gigante Tifón por toda la nación; fueron cambiados por La Niebla (una fuerza mágica que cambia la visión de los mortales acerca de los acontecimientos del mundo griego), haciendo que los ataques fueran vistos como desastres naturales.

Hubo muchas bajas en nuestro lado, perdimos grandes cantidades de semidioses.

Bueno, aunque tuve que empezar por ahí: los dioses nunca dejaron de existir, simplemente se desplazaron conforme a la sociedad avanzaba. Hoy en día están en el mundo occidental, o simplemente Estados Unidos.

El panteón griego sigue al estilo de lo que alguna vez fue, aunque el Olimpo, oculto en lo más alto del Empire State, está en remodelación debido a todos los daños que sufrió.

Aun cuando las batallas son emocionantes, las aventuras una sobredosis de adrenalina y compartir en el campamento algo indescriptible; es bueno volver a la vida normal y corriente de un mortal.

Por suerte no había sido expulsado de la "Escuela Secundaria Goode" aunque estuve a punto de estarlo en varias veces. En sí, el regreso a clases era un suceso agradable.

Ese día había despertado con un desayuno azul, cosas de mi mamá.

—Buenos días, Percy. —dijeron mi mis padres cuando entré al comedor. Ahí sentado en la mesa estaba mi padrastro, Paul, tomando una taza de café. Mi mamá traía unas tostadas y se sentó a su lado.

—Buenos días, mamá. Buenos días, Paul.

Ella vestía su uniforme de trabajo, por lo que se iría en cualquier momento.

— ¿Estás emocionado? —preguntó Paul terminando de comer—. Primer día de escuela.

Dije un 'si' mientras intentaba de tragar una tostada, por lo no sonó como debía.

Mi madre me sonrió y Paul hizo una pequeña risita.

Cuando llegamos al edificio vi que no había cambiado en nada aparte de una nueva capa de pintura y unos retoños de árboles que plantaban en ese mismo momento. En el hall de entrada había un cartel que después de varios minutos de esfuerzo pude descifrar que decía: bienvenidos otro año, estudiantes.

Otra cosa, a los mestizos nos cuesta leer y normalmente nos diagnostican Dislexia, aunque realmente es que nuestro cerebro está codificado para entender el griego. Aún así el TDAH es otra de las cosas de las que solemos ser diagnosticado. Yo por ejemplo poseía ambos.

Un discurso muy aburrido por parte del director, hablándonos de las metas para ese año y recordándonos las recientes eventualidades que afectaron a New York. Y después cada uno a su aula.

Nunca he hecho buenas migas con alguno de mis compañeros, por lo que mi registro de amigos del colegio era nulo. A excepción de Rachel, que había empezado ese año en una escuela de señoritas, y con su partida me he quedado sin alguien con quien hablar.

Este año fueron unos cincos o seis estudiantes los que ingresaron a mí mismo año. Entre ellos un chico alto, de hombros anchos, una cara de como si le encantar formar líos; una chica rubia, tan pálida como la tiza, y maquillada y vestida a lo gótico (de hecho me recordó un poco a Thalía) y un chico que temblaba de miedo. Por los otros no me preocupé de verlos.

Las clases estuvieron algo interesantes, Paul nos dio clases ese día, y nos habló de cosas relacionadas con lo Griego, dándome un guiño cuando dijo el tema. Los molestos del aula estaban ya chinchando al pobre nuevo, que simplemente intentaba de ignorarlos.

El almuerzo no era mi periodo preferido del día, ocurre que había días en los que la comida era totalmente insípida y otros en que si provocaba comer; por lo que nunca podía prevenir eso y comprar mi propio almuerzo en otro lugar.

Ese no era mi día de suerte. Había una muy apetitosa pizza (Un boleto directo a un buen almuerzo) pero justo en el momento en el que me tocaba mi lugar en la fila ya no había ni una sola pieza.

Fue algo regular el primer día de clases. Llegué a casa arrastrando los pies y fui directo a mi cama. Intenté de pensar en cómo la estaban pasando los demás, Grover, Tyson, Thalia, y por supuesto, Annabeth.

Oh, se me había olvidado decir que Annabeth es mi novia. Ella está estudiando en New York y realmente tenemos planeado vernos mucho. La primera cita desde que todo está en calma es dentro de una semana. Por los momentos ella está muy ocupada en el Olimpo arreglando todos los daños del lugar.

Tampoco está en mis intereses ir allá y tener una cita romántica a miles de pies de altura; y menos aún cuando su mamá, Atenea, está en contra de nuestra relación por una rivalidad entre ella y mi padre.

Al final del día me pasé la noche viendo por la ventana la paz que tenía el lugar. Pero justo en el momento en el que decidí dormir me sentí extraño, como si una fuerte presión de repente hubiera arropado al mundo. Aunque acababa de salvar el mundo, y seguro sólo estaba paranoico.

El otro día en el colegio no fue mejor que el anterior. Primero llegué tarde, según el horario que tenía el primer periodo de clases seria casi al medio día, pero justo cuando llegue recibí una reprimenda monumental de parte de Paul (Si, en frente de todo el mundo) diciendo de que debería interesarme más en las clases cuando apenas estábamos empezando.

Después de esa vergonzosa charla me fui a mi asiento al final del aula, donde muy pocos me tomarían en cuenta. Nuevamente al nuevo lo estaban chichando.

‒Vosotros ‒llamó Paul desde el escritorio, señaló al grupo con un libro‒, pueden dejar al pobre en paz. No lleva ni un día aquí y ya lo deben de tener verde.

Eso me resultó de lo más raro. Puede que no sea el más avispado, ni el más inteligente, pero sabía dos cosas: uno es que Paul había dicho exactamente lo mismo ayer, y dos que hoy era el segundo día de clases.

A la hora del almuerzo llegue nuevamente tarde, y perdí el plato principal del día. Que para sorpresa de todos era pizza

Tal vez estén obteniendo mejor presupuesto pensé mientras me daban otra elección de comida. Nuevamente insípida.

A medida de que los días transcurrían mi preocupación era mayor. Aunque fuera realmente sábado, después de dos semanas atrapado en el mismo día una y otra vez, estuve yendo otra vez al colegio. Aunque estaba planeado de que las porristas tuvieran la prueba de admisión el viernes (Que no es como si estuviera interesado en ir a verlas) y esta nunca se dio.

Y lo que era peor, que nadie se daba cuenta.

Era como vivir en una película la cual al final presionas el botón rebobinar y vuelves al principio, y todo ocurre como sucedió la primera vez. Claro, con unas excepciones.

En el discurso, la tercera vez que lo escuche, grité fuerte y claro— ¿Hasta cuándo estaremos aquí? —y fui directo a la oficina del director.

El segundo día que llegue a tiempo (o sea, el tercer día de clases según yo) me tropecé con todo el club de ajedrez, que de una buscó la manera de obtener un nuevo integrante.

Pero siempre había cosas que no cambiaban si no interfería.

Todos los días los mismos retoños semillas eran plantadas, el chico nuevo siempre era chinchado, Paul siempre me guiñaba en medio de la clase y nunca, por mucho que lo intentara, nunca obtenía ni una porción de pizza.

A pesar de la advertencia de que los mestizos no deben de utilizar móviles, intenté de llamar a Annabeth varias veces para conversar, pero siempre la llamada caía al buzón de mensajes. Siempre que estaba desconectado de Annabeth mis segundas opciones son Tyson y Thalia, pero uno estaría trabajando en las fraguas y la otra de casería con Artemisa. No había manera de poder contactar con Nico, ya que seguro él podría saber algo, pero como no tenía ni una dracma de oro conmigo no podría enviarle un mensaje iris.

Por lo que estaba solo en ese misterio, aunque lo intenté muchas veces, siempre mis padres dudaban de lo que estaba diciendo por lo que me detuve antes de que pensaran que estaba loco.

‒Buenos días, Percy ‒dijeron como costumbre mis padres ya como un mes después de tanta repetición.

‒Buenos días ‒mascullé con desinterés.

‒ ¿Te encuentras bien, querido? ‒preguntó mamá mientras me traía zumo de arándanos, el mismo del que llevaba tomando todo el tiempo.

‒Si ‒murmuré tomando una tostada‒. Y si estoy emocionado, Paul.

Cuando dije eso Paul quedó patidifuso. Le echo una mirada a mi mamá que decía ¿Cómo supo que iba a decir eso?

Decidí irme ese día más temprano, y caminé todo el trayecto hasta la escuela. Al llegar fui hasta las gradas, ahí estuve casi una hora viendo como de a poco iban llegando los estudiantes, profesores y personal del colegio.

Y entre la multitud reconocí al chico nuevo, llegaba en una carrera mientras se quitaba una gorra y la guardaba en su bolso. Pensé en la posibilidad de que, los del salón que le hacían la vida cuadritos, lo estuvieran siguiendo, pero lo descarté ya que minutos después llegaron dispersos.

Cuando sonó la campana solté un suspiro y me fui directo al edificio, esperando que el día no fuera tan molesto como los demás.

El discurso, las presentaciones, y las mismas clases. Ya me cansaba escribir todos los días lo mismo, pero aun así lo hacía.

Pero si algo me había cansado de tantos días, repetirlo una y otra vez, y que hasta ahora no había tenido el interés de evitarlo era que el chico nuevo fuera chinchado.

‒Pueden vosotros dejarlo en paz ‒dije mientras intentaba de plantarle cara a Jake, el fortachón. Todos se rieron cuando hice esto. Como de costumbre cautive la mirada de todos en el aula, incluso Paul se quedó observando la situación con curiosidad.

‒No me habían dicho de que fueras el defensor de la gente ‒hablo Jake, mientras se levantaba y exhibía toda su altura‒. ¿Qué harás? ¿Pegarme? ‒y me dio un empujón.

Di un traspié y me estabilicé evitando caer, instintivamente me lleve la mano al bolsillo de la camisa, y justo cuando iba a desenfundar a contracorriente Paul nos llamó la atención.

‒Siéntense ahora. Percy, por favor, contrólate ‒y observó atemorizado donde tenía la mano. Chasque los dientes y obedecí. Jake lo hizo también, pero siguió hablando con su grupo.

‒ ¿Y este que tenía planeado, apuñalarme con el bolígrafo?

Y lo golpeé.

Cuando me dijeron que iría a dirección estuve pensando en mi mamá y el esfuerzo que hacia Paul para que no me expulsaran. Pero esta vez no fue Paul quien lo evitó, si no que el chico nuevo había ido a testificar.

‒Gracias, colega ‒murmuré mientras el salía de la oficina. Él en cambio sonrió.

‒A ti, Percy ‒después de que salió por la puerta el director me dio una pequeña charla preventiva.

A la hora del almuerzo no sólo llegué tarde para poder comer pizza, si no que llegué tan tarde que lo único que quedaba era la sección de sopas. Y eso amigo, es lo peor de lo peor, tanto así que ni un ciclope lo comería.

Pero justo en el momento que ya planeaba un lavado gástrico, una voz me llamó desde las mesas.

‒ ¡Percy! ‒eso resultaba extraño. No tenía amigos con los que compartía.

Intenté de ver de dónde provenía la voz pero no vi a alguien esperado, como Grover, Annabeth o Thalia. Sólo era el chico nuevo en una mesa vacía.

‒ ¿Qué ocurre? ‒le dije mientras iba con mi bandeja sin almuerzo. Pero él se alegró de cuando vio eso.

‒Siéntate a comer conmigo ‒y me empujó una bandeja con tres piezas de pizza. Él había pagado por dos, y una me la estaba regalando.

‒Oye, gracias, pero no debías ‒le dije avergonzado. Tomé un trozo de pizza y le di un mordisco. La primera oportunidad de probar la italiana de salchicha de la cafetería.

‒No hay de qué. Supe que cuando te quedaste en dirección no llegarías a tiempo, por lo que me tomé la molestia de hacerlo.

Resulta ser que el chico nuevo molaba, incluso cuando tiembla como si estuviera atemorizado de todo, como si no le gustara ni lo que no pasaría. Se llamaba Dani, y desde cerca se veía algo cansado, como si no estuviera pasando bien las noches. Decidí no preguntar por qué. Era alto, un poco más que yo, tenía el cabello castaño muy claro que casi parecía rubio, sus ojos eran azul aguamarina y era muy blanco.

Me contó un poco acerca de él, y yo le hable de mí, de mi familia y cosas normales, exceptuando lo de ser mestizo y todo eso. Compartíamos varios gustos, como la historia griega. Me dijo que le gustaría llegar a aprender hablar griego.

Al final del día al menos algo totalmente nuevo había ocurrido, había hecho mi primer amigo en la escuela secundaria.

En la cena le hable a mi madre acerca de Dani, pero de vez en cuando veía a Paul y a ella intercambiar susurros.

Y entonces el día acabo.

Al otro día prepare mi mochila para una común repetición. Comimos y luego Paul y yo llegamos al colegio. De una noté algo raro.

Dani estaba esperando en la entrada, cosa que nunca antes había hecho. Me saludó a lo lejos cuando me reconoció.

‒Intenta de no involucrarlo en una batalla contra un monstruo ‒dijo Paul, cogió su maletín y desapareció en la multitud de estudiantes.

Me reuní con Dani. Esta vez se veía más natural, de seguro durmió bien la noche anterior. Aunque ya era algo obvio, intenté de esperar hasta el almuerzo para ver si tenía razón.

Era día de hamburguesas.

Y de alguna manera los días empezaron a transcurrir como debían.


Hola, espero que os haya gustado. Llevo mucho tiempo sin escribir como los Dioses mandan, ya que desde el fracaso de mi primer Long fic, he perdido mucho las ganas de escribir. Pero las he recuperado y quiero esta vez corregir todos los errores que alguna vez cometí con mi primer fic. Pero me centrare en el capitulo.

Esto sera un Long fic, y pienso actualizarlo semanalmente. Por los momentos llevo la mitad del fic completa y espero continuar escribiéndolo para no atrasarme con traer los capítulos. Puedo responder todas las preguntas que tengáis y acepto todos los tipos de consejos y sugerencias. No creo tener mucho que decir, pero espero uno que otro review para que me digan como os pareció el comienzo de la historia.

PD: Al fin he logrado escribir de algo que no fuera Harry Potter.

Muchas gracias a mi beta por corregirme el capitulo :)