Junjou Romántica es una obra original de la única y siempre enigmáticamente sobrenatural Nakamura Shungiku-sensei. Yo sólo soy una fan de su trabajo y una suerte de escritora en proceso de evolución obsesionada durante los últimos meses por sus personajes... Sólo eso, viajo en micro como el resto de los mortales... Y es doloroso...
Bien, lo prometido es deuda... Iba a ser un oneshot, pero... Qué le vamos a hacer, me metí en una trama demasiado, para mí, interesante como para cortarla de golpe, así es que...
Espero que los fans de Junjou Egoist no se molesten si consideran esto una ofensa...
Espero sus comentarios... Sólo recuerden que los tomates pueden llegar a escasear en algún momento...
(Y disculpen los horrores ortográficos... deben estar por ahí...).
Que lo disfruten!
Tadaima
- Ya… ya estoy en casa…
- Bienvenido. Cámbiate, por favor, serviré la cena.
Nowaki solía atacarme directamente con un beso cuando yo colocaba el primer pie en nuestro departamento… desde que iniciamos nuestra relación…
Por eso, recuerdo que ese día, al no ser deliciosamente vencido, me pregunté si quizás había pasado algo en el hospital.
En el mejor de los casos, esperaba una emboscada para después de unos minutos, que nos llevaría de seguro a estar más… juntos…
Pero…
Me equivoqué…
Por completo.
- Gra… gracias. ¿Cómo te fue hoy?
- Bien… Tuvimos poco trabajo, por eso regresé temprano…
- Me alegra. Últimamente no duermes ni comes bien…
- Tú tampoco… Espero que a partir de hoy lo hagas a tus horas, sino me preocuparé demasiado…
Algo en sus palabras y en su tono de voz me aterró.
Nowaki… ¿sabes que si me dejas solo nuevamente… me moriré, verdad…?
- Ah, sí, sí, claro, te lo prometo… Y… ¿algo más pasó?
- Lo de siempre, y… Vino a visitarme uno de mis profesores de Estados Unidos…
- Ah, ya veo – volví a respirar tranquilo, creyendo que estaría en verdad muy cansado luego de atender al extranjero – Debe haberse sentido orgulloso de tus progresos – lo vi palidecer. Y sentí que mi corazón se saltaba una pulsación.
- Sí...
- ¿Qu… qué opinó sobre tu nuevo puesto de Director del Área de Pediatría?
- Dijo… que no había nadie mejor para el puesto…
- Yo fui el primero en decírtelo – fingí resentimiento, esperando que reaccionara y me besara. Sí. Debo reconocer que siempre he sido adicto a sus labios…
Y a su cuerpo…
- Lamento no haberte creído… Pensaba que hablaba tu afecto en lugar de tu mente…
- Contigo mi mente siempre está de vacaciones, baka – por primera vez me sonrió. Quise besarlo… pero mis estúpidos complejos me frenaron.
- Tú siempre tienes tu mente activa… Por eso te amo…
Temblé. Temblé porque mi cuerpo empezó a reaccionar ante la perspectiva de lo siguiente… Al fin, me dije… Al fin, luego de un día patético de trabajo… podría hacer realmente lo que me gusta hacer…
Ser amado por ti…
- Ciertamente me he vuelto un excelente profesional, modestia aparte… Por eso… el director firmó mi transferencia…
No lo capté a la primera… Definitivamente en ese momento parecía que Nowaki me había hablado en un idioma diferente… español, quizás, que es el único que no logro dominar…
¿Transferencia… eso significa que te enviarán a otro lugar…?
- ¿Transferencia? Ah, Jajaja, ¿a dónde, a Hokkaido… Osaka…? Allá la vida es más barata, creo… Nos conviene, aunque tendrías que mudarte para allá en lo que yo…
- No… Yo… estoy siendo enviado a China… Sin opción a regresar…
¿"Sin opción a regresar"?
Tuve que dejarme caer sobre el primer sillón que tuve cerca, y busqué sus ojos… esos ojos azules que adoro…
Pero no los hallé. Una delicada y coqueta mata de cabello negro azabache me los ocultaba… aunque las lágrimas que caían eran perfectamente visibles…
- ¿Po… por qué…?
- Me he esforzado por ser el mejor… para que tú estés orgulloso de mí… Y supuestamente lo logré…
- Nunca lo he dudado…
- Lo sé… Mi hospital… recibe apoyo monetario… de parte de ellos… Es una simple su… sucursal – no podía hablar. Casi nunca titubea, pero esta vez no podía ni articular decentemente una simple palabra – Por eso, han obligado… al Director… a enviar a su mejor personal…
- ¿Y si renuncias…?
- Todo lo decidieron entre Jefes… Como… como soy… soltero ante la Ley – me odié en ese momento. Hacía un año que Nowaki me había propuesto formalizarnos en otro país, pero yo no quise escucharlo – entendieron que no había inconveniente… No puedo renunciar. Si lo hago, ni siquiera juntando nuestros ahorros y salarios de los siguientes diez años podríamos cubrir la penalidad…
- Entonces… de… dejaré la universidad… y me iré contigo… Miyagi-sensei puede adaptarse a mi ausencia…
- Sabes bien que queda un año para que logres convertirte en principal… Irte, significaría empezar de cero…
- ¡No me importa! – ni el puesto, ni los años de servicio y experiencia, nada, pensé. Sólo tú – Aún soy joven…
- Jamás me perdonaría ser la causa de que trunques tu carrera… Tú… siempre me has apoyado… Kamijou-sensei – mi corazón terminó de romperse. Entendí a la perfección la razón por la cual había dejado de tutearme – le… le agradecería que me permita dormir por última vez en mi habitación… Creo que… es conveniente que me vaya a partir de mañana. Pasado… viajaremos…
Comprendí a la perfección, aunque me doliera…
Pero, cuando ya iba a dar mi conformidad y rogarle que al menos me regalara esa noche entre sus brazos, procesé una vez más sus palabras…
¿Viaja… REMOS… no… RÉ…?
- ¿Qui… quiénes…? – no me miró. Intentó alejarse pero lo jalé de la mano – Te estoy preguntando… ¿quiénes?
- Tsumori-senpai… y yo…
Ese tipo…
En China…
Tan lejos…
Teniéndolo a su merced…
¡MALNACIDOS!
- No lo permitiré…
- Kamij
- ¡Deja de llamarme de esa manera, baka! ¿Creíste que aceptando esto podías deshacerte de mí tan fácil para ir a tirarte a sus brazos, VERDAD? – empezó a llorar. Los celos le habían destruido todas y cada una de sus barreras.
- ¿Cómo puedes siquiera pensar eso?
- Porque… cuando tú deseas estar conmigo… ¡MUEVES CIELO Y TIERRA HASTA CONSEGUIRLO! – sus sollozos eran aún más fuertes que el ruido del tránsito de los vehículos – Si querías terminar conmigo me lo hubieras dicho…
- Hiro-san…
- Quédate aquí… trae a tu senpai si quieres… Yo me iré al departamento de Akihiko – se dio la vuelta, con la intención de salir corriendo.
- ¿Te volviste loco? – pero, con agilidad, fue estrellado contra el mueble y aprisionado por el cuerpo lloroso e iracundo del más joven – En estos quince años de relación… he logrado que te alejes de él lo suficiente como para que no te acose…
- ¿Cu… cuándo lo ha hecho, baka…? Suéltame…
- Y ahora que sabes que me voy… ¡¿LO PRIMERO QUE HACES ES IR CORRIENDO A BUSCARLO?
Nunca lo vi tan enfadado como ese día.
Tuve miedo…
Miedo a que se fuera creyendo que yo deseaba engañarlo…
Miedo a que creyera que yo seguía queriendo a Bakahiko…
Miedo a que no arregláramos el malentendido y no hubiese retorno…
Miedo a que me dejara solo…
- Debí imaginar que el gran sensei, pese al tiempo transcurrido… sigue siendo tu más grande amor… Entiendo… Me ha facilitado las cosas, Kamijou-sensei… Ahora yo puedo
- No te vayas – su voz fue un susurro. Pero logró callarlo. Y conmoverlo.
- Hiro-san…
- Por favor… No me dejes… Esa vez que te fuiste… sobreviví de milagro… Recién te conocía, de modo que intenté creer que la diferencia de cuatro años te había alejado de un viejo como yo… y por eso, al odiarte, saqué fuerzas… Pero han pasado nueve desde que regresaste… Estoy completamente enamorado de ti – sollozaron – Si te vas… y como dices… no podrás regresar… me vas a condenar a morir…
- No bromees de esa manera…
- ¡NO BROMEO! ¡TE AMO, IMBÉCIL! Ya te lo he dicho antes… – su llanto se intensificó. En el mismo estado, Nowaki lo aferró con fuerza.
Desde niño… he sufrido carencias… Quizás, desde que nací. Quiero creer, me he aferrado a esa idea desde siempre, que mis padres no tuvieron mayor opción que dejarme ahí, por mi propia felicidad…
Ya de niño… logré estudiar a base de mucho esfuerzo… De adolescente… tenía mis pequeños trabajitos para poder continuar mis estudios… No pude terminarlos, porque tenía que trabajar para vivir…
Conocí a muchas personas maravillosas cuando estaba en mis veinte… Hombres y mujeres sabios, a los que les debo mucho, mucho de lo que soy ahora… Pero más… a Usami-sensei.
Siempre lo he odiado por hacerte sufrir… Pero al mismo tiempo, levantaría una escultura en su honor…
Si él no te hubiera roto el corazón… yo no habría tenido la oportunidad de acogerte y curar tus heridas…
Pequeño tonto… ¿Crees que alguna vez podría cambiarte por alguien… más aún… por ese tipo con el que mi único tema en común es la Medicina…?
- Te queda un año para ser Titular… ¿Prometes dar todo de ti…? – le habló al oído, estremeciéndolo.
- Snif… Sí…
- En ese caso… juntaré el dinero necesario para llevarte… Iré enviándote de poco en poco para tus gastos…
- Yo quiero que te quedes…
- No seas terco – se separaron. Hiroki gimoteando como un niño, pese a sus cuarenta y cuatro años – No puedo negarme… pero renunciar a ti tampoco está en mis planes…
- ¿Ah sí…? ¿Y eso de Kamijou-sensei…? – lo hizo reír. Pero, mientras le contestaba, Nowaki empezó a desabotonar su camisa.
- Fue un lapsus brutus… Sabes bien – dejó su pecho al descubierto – que cuando estoy bajo presión – besó sus labios mientras sus manos recorrían la blancura del otro cuerpo – digo idioteces… Hiro-san… Un año… sólo un año, como la otra vez… Ahora sí te escribiré, por mail, por correo, por señales de humo – Hiroki sonrió en medio de su pudor – Quiero una foto nueva de ti, desnudo, todas las noches…
- ¡¿Qué perversidad sugieres, mocoso pervertido? – quiso golpearlo, pero el otro volvió a silenciarlo con un beso – No… Nowaki… basta…
- Así sabré calcular si estás sano… si te estás alimentando… Si eres medianamente feliz – Hiroki lo atrajo hacia sí.
- En… yucata… Recuerda que habrán meses de mucho frío…
- De acuerdo… Ahora… ya que será un año… ¿tengo carta libre…? – lo miró a los ojos. Pese al nudo en su garganta, Hiroki asintió, sonriendo con nerviosismo y evidente anhelo.
Aún recuerdo esa noche…
Fue, probablemente, nuestra segunda primera vez…
- Hiro-san…
- Nowaki…
- Un año, sólo uno… Y aún si no es así…
- Así va a ser…
- Volveré… Siempre volveré a ti…
Nowaki me dejó su calidez en todo el cuerpo…
Y, aunque ambos lloramos mientras nos mostrábamos al natural el uno al otro…
Supe… que ésta no era una despedida…
Pese a Tsumori… yo estaré tranquilo, le prometí mientras lo besaba.
Porque eres Nowaki…
El hombre al que más admiro…
