Dedicado especialmente a:
Drake99999 (si, me gusta traumarte jaja)
yui-nesan
ConejitaYaoi
Erika
Gabriela Taisho (eres genial en serio)
Setsuna Cooper
elricest crazy (gracias por apoyarme)
Hersent (seguiré siendo tu fan hasta el fin del mundo)
Chibi Dhamar
Sakura Tamiko (eres increíble)
DISCLAIMER: Los personajes son de Marvel, yo solo los sitúo en otras situaciones y lugares.
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SIN OPCIÓN
CAPÍTULO 1. Preludio
Nunca pudieron llevar una relación completamente fraternal. Se había tornado incestuosa y dañina para ambos. Los consumía, los llevaba a comportamientos pueriles, los volvía adictos, los tornaba neuróticos, los envolvía en celos rabiosos, los llevaba, poco a poco, a quebrarse, ¿o no? Una regla de oro es nunca dar nada por hecho.
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En aquellos días, el asgardiano de ojos azules surcaba sus años juveniles. Apenas saliendo de su adolescencia, era casi un adulto (nótese el "casi"). Despertaba con un palpitante soplo, preocupado por ese sueño que ahora se repetía noche con noche, en el cual él y Loki eran protagonistas, donde Thor lo contemplaba danzándole algo parecido a los bailes árabes en Midgard, insinuándose con picardía y desnudándose al tiempo que la música sonaba y, cuando la última prenda tocaba el suelo, el dios del Engaño lo empujaba contra unos cojines, y como un sultán, Thor lo poseía, empezaba a besarlo con desesperación, le lamia el cuello, pero antes de poder llegar al siguiente nivel, el sueño se disipaba.
El príncipe tenía razón de preocuparse, pues la erección matutina le anunciaba una vil verdad: Atracción hacia su hermano. Concluyendo que no podía negar lo innegable, aceptaba su fascinación, de una manera arcaica, pero había aprendido a moldear la realidad a su conveniencia.
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Primera parte. Propuesta
Todo daría inicio una mañana, cuando Thor despertara de su hibernal sueño y, como de costumbre, diera un vistazo bajo las sábanas antes de levantarse por completo, y como de costumbre, seguía erecto. Gracias a esos sueños, su concentración disminuía, ni se diga el nerviosismo que experimentaba al hablar con el personaje de sus fantasías. Y siendo tan impulsivo como siempre, ese día tomaría una decisión drástica para acabar con esos despertares delatores.
Su decisión no se hizo esperar, pues durante una cena común en el palacio, tomaría sin avisar por el brazo a su hermano, llevándolo fuera de la sala. Se acercaría lentamente a proponerle "aquello", a lo cual, recibiría una bofetada bien plantada como respuesta.
-Eso es un "no", supongo – confirmó con la mejilla roja
-Que bien que captaste el mensaje y te agradecería que no dijeras una broma de tan mal gusto como esa de nuevo – comentó enojado el moreno, cruzando los brazos, cuestionándose si su hermano se encontraba en su sano juicio
-Si cambias de opinión, me gust. . . - no completó la frase, pues otra bofetada le calló antes de tiempo
-Búscate a otro para tus inmundicias – la expresión de furia inundó el semblante del dios del Engaño. Se retiró antes de que el mayor pudiera protestar.
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Segunda parte. Insistencia
Una situación similar se repetiría al día siguiente, cuando Thor terminara de su entrenamiento diario. No se quedaría de brazos cruzados por un solo rechazo. Intentaría de nuevo. Sacaría ventaja de la distracción de su hermano.
Loki gustaba de lecturas solitarias y calladas en la biblioteca, ese día no sería la excepción. La propuesta aun retumbaba en sus oídos, trataba de mantener la postura con cada recuerdo que le volvía a la mente, "¿Por qué habrá dicho aquello?" "¿Qué clase de broma es esta?" Eran dudas que repetía para sus adentros una y otra vez.
Se hallaba despreocupado del mundo ajeno, sumergido en un libro con tópicos que hablaban de magia, su especialidad claro, tanto que no se percató que una persona lo observaba por detrás.
-¿Qué me dices ahora? – la voz del rubio lo sobresaltó, quizá demasiado. Cerró de un golpe el manuscrito, levantándose dispuesto a golpearlo
-¡Thor! ¡Idiota! – el moreno no continuó debido a que el bibliotecario le pidió amablemente que no gritara dentro del recinto
-Podemos ir a mi habitación, todo mundo está en el campo entrenando aun – dijo con voz baja riéndose
-¿Qué? Oye Thor, basta de bromas, mi paciencia tiene un límite, así que déjame en paz – con una mueca de disgusto, salió de la biblioteca para encerrarse en su cuarto.
Dentro, recostado, el chico de ojos verdes intentó no hacer caso al peculiar comportamiento que su hermano mostraba. Fue inevitable una súbita coloración en sus mejillas, al imaginarse haciendo cosas tan "banales", "pueriles", "irracionales" y "obscenas" como él las calificaba, con aquel nórdico.
Si bien era cierto que el dios del Trueno resultaba ser una de las pocas personas con quien compartía sus secretos y planeaba algún truco contra algún guardia solo para divertirse, nunca había pensado o imaginado un escenario incestuoso con él.
Serían exactamente 10 intentos, por parte de Thor hacia el orgulloso menor, para que la paciencia de éste tocara fondo. Intentos que cada vez resultarían más perturbadores, o la manera de pedirlos lo sería. El primer y segundo intentos ya estaban archivados.
El tercer intento se desarrollaría en una exploración a campo traviesa por Asgard, durante ésta, Loki le lanzaría un árbol a su insistente hermano.
El cuarto intento tendría lugar en un entrenamiento, por lo cual el rubio terminaría con la cara contra el suelo.
El quinto intento resultaría en medio de una reunión de la corte real, así que el dios del Engaño solo se limitaría a pellizcarle el brazo al fortachón.
El sexto intento seria especialmente riesgoso, pues Thor se lo propondría mientras escalaban una montaña. Aquello terminaría en una avalancha por un conjuro fallido de Loki.
El séptimo intento tomaría sitio en las duchas, justo después del entrenamiento de ambos. El rubio no completaría siquiera la frase pues súbitamente sería noqueado con un puñetazo en la nariz.
El octavo intento sería letal, y aunque el mayor estuviese sensible aun de su tabique nasal, no desistiría de su apremiante objetivo. Grave error, pues terminaría colapsando contra las fuentes de mármol del jardín real.
El noveno intento, que sería en las caballerizas, se tornaría desastroso pues Loki, en su afán de alejar a quien ya consideraba su "acosador", soltaría un conjuro para arrojarle serpientes. Lo que no calcularía sería el alboroto con los caballos encabritados y asustados con los reptiles
Al décimo intento, cedería (pero no muy diplomáticamente)
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Tercera parte. Décimo intento
A la mitad de una aburrida velada en palacio, Thor se dispuso a continuar con sus implacables intenciones, lo que menos deseaba era verse envuelto entre chistes pésimos y relatos sin interés de parte de muchas damas, ansiosas de conquistarlo. Ciertamente, su insistencia con Loki lo había vuelto más distante de las féminas. Los inevitables sentimientos lo poseían en demasía ya. No quiso esperar más tiempo para actuar, así que dispuesto, se acercó a su hermano, mirándolo sugerentemente.
-Loki, debo hablarte – le sugirió un tanto eufórico
-¿Qué quieres? – contestó de mala gana
-Pero no aquí… En los pasillos – el dios de Engaño resopló sin remedio, aceptando.
Ambos deslizándose con cautela por los muros de palacio, llegaron hasta uno de los balcones más alejados dentro del recinto. Cuando se vieron lo suficientemente retirados de cualquier mirada o algún guardia inoportuno, Thor súbitamente acorraló a su hermano contra una pared, lo miraba fijamente sin hablar, pues sus ojos cerúleos clavados en él decían más que 1000 palabras.
-Hermano, no podemos seguir así y lo sabes – dijo el dios de Trueno apremiante – esta idea "descabellada" como le dices no se me saldrá de la cabeza a menos que hagamos algo al respecto
-¿De nuevo la misma patraña? ¡Ya te dije incontables veces que no me acostaré contigo! – y lo hubiese golpeado, como en otras ocasiones, pero el rubio actuó rápido sosteniendo sus muñecas contra el muro
-No te pido que te entregues a mí – aunque la realidad era otra, el dios del Trueno no podía pedir imposibles – solo un beso, vamos, no pido demasiado
-De acuerdo, pero con una condición. . . – propuso Loki – que no sea más que un beso ¿entendido?
-Trato hecho – pero el nórdico ya había tejido una maraña de pasos para poseer a su hermano y, tarde o temprano, hacerlo suyo. Este beso sería el primero, pero no el último – cierra los ojos
Lo soltó de las muñecas y lo tomó por la nuca con ambas manos, el moreno esperaba nervioso el roce. Thor acercó torpemente sus labios y los juntó con los ajenos, presionando apenas, de a poco, los fue moviendo suspicaz para darle confianza al menor. Loki cedió (solo un poco) a ladear la cabeza y facilitar el beso, pero solo con abrir un poco los labios bastó para que el rubio metiera furtivamente su lengua y tocara la suya. El beso se tornó fogoso entonces, y mientras Loki intentaba empujar al mayor, éste le sujetaba las manos con fuerza para prolongar ese beso. Al rato de estar intercambiando aliento y saliva, el dios del Engaño se impacientó por la insistencia y con una certera mordida en el labio inferior del príncipe, se soltó del amarre, no sin antes darle un puñetazo en la boca.
-Te di permiso de besarme, no de amordazarte conmigo ¡imbécil!
El moreno de inmediato corrió a su habitación, cerrando bajo llave, mientras el mayor se limpiaba el hilo de sangre escurriendo por su boca. Al sentirse a salvo en la seguridad de su aposento, Loki fue a sentarse al borde la cama, repasando mentalmente ese curioso beso, se pasó sus dedos por los labios, un poco de sangre de Thor estaba impregnada en ellos. Rápidamente se tumbó, ruborizado, pues no era posible que un "pequeño" roce con el bermejo le hubiera puesto con los pelos de punta.
Convencido de que algo tan patético como un capricho de parte de su hermano, debía ser castigado, tramó una genuina venganza contra este atrevimiento, una venganza digna de Loki. Solo el dios del Engaño podría saber cómo manipular esta situación, o mejor dicho, como manipular los sentimientos propios para no caer ante las provocaciones del príncipe.
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Cuarta parte. Contrataque
Pasarían 2 semanas antes de que ambos pudieran cruzar palabras con el otro. Mientras tanto, el dios de ojos verdes evitaría como pudiese cualquier contacto innecesario, incitando así, la furia del dios del Trueno. Durante esos días el rubio tendría una guerra mental consigo mismo, odiando en silencio la indiferencia de quien le robaba el aliento. Toda esa incomunicación formaría parte de la venganza del moreno, quien divertido, observaba como sus planes daban fruto. Pero durante una tarde, pasados los 14 días de silencio, el dios del Engaño decidiría jugarle una última broma al querido Thor, broma que resultaría desastrosa.
El rubio se hallaba descansando cerca de unos matorrales, a la sombra de un árbol, cuando una silueta borrosa hizo acto de presencia, esa silueta que conocía perfectamente. Prefirió no expresar sus pensamientos al ver que Loki se acercaba, éste adoptó una posición cautelosa, pues su indiferencia traía enojado (quizá demasiado) al nórdico. Para bajar la tensión, se apoyó en la espalda de su hermano sirviéndole de respaldo. Este pequeño gesto sacó una sonrisa al mayor, recordaba que solían sentarse espalda a espalda cuando eran niños, cada vez que los regañaba su padre o cometían alguna travesura, para mantener esa complicidad fraternal que los unía. No sabía en qué momento dejaron de hacerlo.
-¿Cómo estás? – interrumpió Loki sus pensamientos
-Normal, supongo – contestó algo desconcertado - ¿por qué la pregunta?
-Oh, ya sabes, no hemos hablado en dos semanas. Solo deseaba saber si mi querido hermano tiene algo que decirme
-Me golpearías de nuevo – suspiró Thor
-¿Tú crees? – el menor echó su cabeza atrás, recargándola en el hombro del dios – pensándolo bien, la idea no suena mal – dijo entre risas malévolas (esa frase formaba parte de su broma)
-Un momento. . .- el príncipe giró precipitadamente ante tal confesión - ¿me dejarás, Loki?
-Pues. . . ¿Qué pierdo con intentarlo? – se encogió de hombros, interpretando muy bien aquel engaño
-Loki. . .
El rubio estaba a punto de besarlo cuando cayó de boca, mordiendo el césped. El doble de Loki había desaparecido, mientras el verdadero salía de un arbusto riendo frenéticamente, burlándose de su incredulidad, eso colmó la paciencia del grandulón, quien lo miraba con rabia.
-Hahaha, debiste ver tu cara. . . ¡en serio te lo tragaste! – seguía diciendo entre risas y burlas el moreno
-¡Loki! – gritó el bermejo, ya fastidiado.
Súbitamente apresó al menor contra el pasto, reteniéndolo por las muñecas, mirándolo de una forma que inquietó al dios del Engaño, ya bastante había padecido con su indiferencia de dos semanas para aguantarle semejante humillación hacia sus sentimientos. Definitivamente no permitiría que tomara a juego su propuesta de nuevo. El mayor cambió su semblante fúrico a uno serio.
-No vas a escapar esta vez – sentenció cabal, acercándose peligrosamente a los labios de su hermano
-Thor. . . No te atr. . . - el beso mudó sus palabras.
El dios del Trueno abrió como pudo los labios de su inquieto acompañante, que no dejaba de forcejear para que lo liberase, pero el nórdico siendo más fuerte, lo tenía aún debajo imposibilitándole el movimiento. Loki movía la cabeza para evitar el roce, pero entre más trataba de impedirlo, le facilitaba al rubio juntar lenguas con él.
Al verse sumergido en ese cálido beso, el dios del Engaño comenzó a ceder, relajo sus brazos y recargó la cabeza en el césped. Realmente Thor besaba con gracia, era un experto a comparación de él, así que solo cerró los ojos y dejo embriagarse con ese néctar nórdico. Para esto, el mayor le posicionó sus manos encima de su cabeza, y con la mano libre desabrochó parte del atuendo para acariciarle el vientre y los costados. El dios del Engaño, sorprendido, abrió ambos parpados, intentando advertirle que se detuviera. En vista de que era imposible por los labios aun aprisionándole, tomó impulso para darle una patada en la entrepierna y zafarse.
El dolor obligó a Thor a ponerse en posición fetal, mientras que el menor sentado recobraba aire.
-Auch. . . ¡eso dolió, hermano! – alcanzó a articular el príncipe aun en su posición fetal
-No es mi culpa que se te subiera la calentura – se puso en pie – por todos los cielos, Thor ese comportamiento no es propio de príncipes, y si eres uno, pórtate como tal
El dios del Trueno habría querido ir tras él a reclamarle lo prometido, pero sus testículos aún permanecían sensibles.
-Ya verás, Loki. . . Serás mío algún día – dijo sádicamente para sí mismo.
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Gracias por leer!
Nota: Mi primer long-fic. El estilo narrativo me lo recomendó un amigo y al parecer lo adopté. Acepto comentarios, sugerencias, cuchillos al aire…
