Este es el primer fan fic que publico por estas tierras, espero que guste. En fin, me gusta dejar con la intriga y esto de momento es solo una presentación así que hasta el proximo capitulo no cuelgo un resumen, por ahora solo necesitais saber que es un RussiaxPolonia y que Ivan sufirá mucho.
Antes de nada una aclaración: En este fan fic aparecerán dos Russias, unos que representa al país en si y otro (el protagonista) que representa únicamente a siberia.
Cuando comenceis a leer vereis una parte escrita en cursiva y otra en normal. La normal es el tiempo real en el que se situa la historia, y lo que esta en cursiva són flaixbacks.
Russia(siberia)xPolonia, Russia(siberia)xCanadá, RussiaxScotlandxEngland (trio maravilla xD)
Tanto si les gusta como si no dejen reviews o si no la mafia rusa vendrá a matarles.
Bien, creo que no me dejo nada... a leer^^
Hacía frío. Un frío asqueroso, nada soportable, y una tormenta de nieve azotaba con fuerza las paredes y las ventanas de mi casa. Vivir en Siberia era lo que tenía: te pasabas el día jodiendote de frío, pero a decir verdad creo que vivir en la ciudad me hubiese desagradado más. ¿A caso se suponía que por ser Rusia aquello tenía que agradarme si o si? Como fuese, yo estaba tan a gusto que casi rozaba ya el coma profundo, delante de la chimenea, en el suelo bajo un colchón hecho a base de muchos cojines apilados y cubierto de mantas. No pensaba moverme de allí, aunque me llamasen mis jefes y su puta madre si quería. Poco a poco me fui quedando dormido, de modo que no escuche los golpes en la puerta de mi casa. Llamaron un vez más, y esa vez levanté la cabeza perezosamente, pero pensando que podía ser el viento me volví a esconder allí debajo en algo parecido a la posición fetal. Justo cuando trataba de volver a cerrar los ojos otra vez un estruendo me puso en pie al instante y me hizo dirigirme a la entrada. No puede hacer otra cosa que abrir los ojos como platos cuando me encontré con la siguiente escena: un tipo, del cual no pude adivinar sus sexo al instante, rubio y subido en un poni –Un poni!.- había irrumpido en mi casa, utilizando una coz del animal para echar la puerta de mi casa abajo. Aquel tipo por otro lado también se sorprendió bastante al verme, por que también abrió mucho los ojos, y soltando un gritito muy poco digno se escondió tras su poni.
-Osea, tipo como que yo pensaba que no vivía nadie!.- Yo por mi parte no solía ser un tipo demasiado nervioso o alterable, pero… ¡acababa de echar la puerta de mi casa a bajo, en plena tormenta! Mi criterio me decía que le matase de forma cruel, a el y a su poni, y que me comiese luego al poni, o a ambos. Bajo mi ojo comenzó a manifestarse un pequeño tic, mientras trataba de escoger las palabras adecuadas.-
-Q-que coño…- Esta bien, aquello no sono demasiado imponente, de modo que volví a intentarlo.- Que coño haces en mi casa…con un poni… y hechando a bajo la puerta.- dije finalmente, tratando de mantenerme sereno pero aterrador, como siempre.-
-Tipo como que tu no debes de ser tal como súper listo no? Osea, ya te he dicho que pensaba que no vivía nadie… Uy! Es mas, que te digo que he llamado y no me ha abierto nadie y me he dicho "Chachi pistachi! Porqué ahora tengo un sitio tipo como para protegerme de la tormenta" y le he dicho a mi poni, Sir Bagdemagus, que echase la puerta abajo. ¡Así que no ha sido mi culpa totalmente!- Mientras hablaba yo me preguntaba como alguien podía comunicarse de aquella forma, utilizando tantas palabras innecesarias y moviendo los brazos de una forma que yo consideraba frenética y casi epiléptica.
-Y no pensaste en llamar al timbre!- le espeté yo, acercándome de forma amenazante a su cara, haciéndole retroceder.
- O-osea… que timbre?- Otra cosa no, pero aquel ser parecía no impresionarse con tanta facilidad. Me asomé al lindar de la puerta, y retirando un poco de nieve le mostré ese timbre que había pasado por alto.-Pero como que estaba totalemente escondido, como querías que lo viese!- hizo entonces una especie de puchero algo idiota.- Porfi, déjame quedar aquí…tipo como que hace muchísimo frío fuera, y me moriré de forma penosa!.-
-Bien! Eso es lo que podrías hacer, tu y tu poni!- resolví sonriendo de forma feliz, a lo que el rubio respondió con un sollozo que parecía bastante ensayado.
-Jo tío, como que eres super malo, no? Vamos…y te arreglo la puerta.- Lo miré con curiosidad. Vaya, pensaba arreglarme la puerta? En ese caso me sería útil, ya que en mi casa había quedado ahora una entrada perfecta para la nieve y el frío siberiano.-
-Bueno… en ese caso quizás podría pensármelo.- respondí sin demasiada emoción.- Pero tu poni se quedaría en el establo.-
-Oh! Ok, tio…eres la milk!.- al responder de aquella forma me dejó totalmente descolocado. Que yo era la milk? A que se refería? Quizás a que era de piel muy blanquita? Mierda, un estúpido individuo, miserable criatura, me estaba llamando a mi, al gran Rusia, lechoso? Lo miré muy mal. Finalmente le dejé pasar y este, mirando a su alrededor finalmente se dirigió a mi de nuevo.- Osea… tienes pegamento o algo así… ya sabes, para la puerta y tal…- De nuevo regresó mi tic en el ojo. Creo que por una fracción de segundo mi mano estuvo tentada de deslizarse bajo mi chaqueta y agarrar la tubería con tal de dejarle el cráneo hecho papilla…pero me contuve, ya que luego, además de arreglar la puerta en plena ventisca tendría que enterrar un cadáver y limpiar un charco de sangre en el recibidor… demasiado trabajo en una tarde tediosa.
-Mira! Entra…deja el animal ese en el establo y entra de una vez y estate quieto!.- dije de mal humor, diriguiendome a algún lugar de mi casa y volviendo unos minutos después con unos tablones de madera, clavos y un martillo. Con aquel temporal no me iba a poner a arreglar la puerta, pero al menos la taparía y usaría la trasera hasta que la tormenta amainase. Sin demasiada delicadeza sujete la puerta y la comencé a clavar con los tablones, imaginándome que estaba golpeando aquella cabeza rubia.-
-Oh…- murmuró aquel tipo.- Osea, es que yo no se hacer esos trabajos tan burdos, tengo a gente en mi casa que hace las tareas sucias por mi…- al escucharle decir aquello sin querer me di con el martillo en el dedo, pero antes de girarme y lanzarlo por la ventana más cercana preferí apretar los dientes y seguir clavando clavos, haciendo ver como que no le había oído.
-Y tu quien se supone que eres?- pregunté por el mero hecho de entablar una conversación que no implicase muerte y tortura.
-Tipo como que no sabes quien soy? Osea… ¡Me llamo Feliks Lukasewitz y soy el gran y hermoso país de Polonia!
-Vaya, de modo que aquel chico también era un país... lo miré de arriba a abajo. Seguramente le había visto antes, pero de eso ya haría unos cuantos años, antes de que exiliarme en aquel pedazo de mundo helado y frío eternamente.
- Y que haces aquí?.- Aquella pregunta hizo dibujar una expresión de cierta incomodidad al polaco, tardando unos segundos en responder. De modo que el ruso intuyó que, o bien estaba aquí por algun motivo sucio y escabroso (pero no deseaba todavía entrar en un estado me manía persecutoria), o simplemente el motivo por el cuel estaba aquí era tan penoso que por conservar la poca dignidad que le quedaba prefría no hablar del tema.
-Pues yo... tipo que solo paseaba por aquí! Pero me alcanzó la tormenta y me perdí.- Bien, aquello había sonado penoso, realmente digno de que le aplaudiesen en toda la cara.-
-Ya veo…- contesté sin mucha emoción y me encogí de hombros unos instantes, y rodé los ojos con cierto toque de desesperación… ¡Por que realmente aquel polaco era desesperante!- bien, pudes quedarte aquí hasta que cese la tormenta… luego te largas.- aquello último no sonó amable precisamente, pero que más daba, si su intención era precisamente que aquel ser (al que ya tenía ganas de asesinar pese a no llevar más de media hora en su casa) no tuviese ganas de regresar jamás.
- ¡¿Siiii? Es super chupi fantástico! Osea, es que en verdad eres majo y todo. Venga, tipo como que te ayudaré a hacer cosas y tal…¿que quieres que haga?- Comenzó a decir el polaco, en un tono que a mi me pareció verdaderamente desquiciante.
De veras, yo lo intentaba, le ponía ganas e interés, pero es que cada vez que el rubio abría la boca el tic en mi ojo iba en aumento… empezaba a preocuparme! Ahora comenzaba a parlotear freneticamente , y yo a penas entendía nada. Quien era esa tal Lady Gaga por la que ahora el polaco juraba que mi casa era la más anticuada que había visto en su vida? Fianalmente mi mente entró en caos.- P-por que no metes la cabeza en la chimenea!- si, eso fue lo que exclamé en ese momento.
-Bueno…tipo como que eso te hace feliz.- respondió el polaco haciendo un gesto repentino y algo espasmódico para mi opinión y rodó los ojos. Acto seguido miró hacia los lados, ante mi atenta mirada y una vez hecho aquello se dirigió directamente a la cocina, y tras unos sonidos de objetos removiéndose salió de ella con una olla. En ese momento no sabía lo que estaba haciendo, pero cuando segundos después arrojó el agua que contenía el recipiente sobre la chimenea y metió la cabeza en ella me quedó todo muy claro.-
-Kolkol…- fue lo único que me vi capacitado de articular en aquel momento, aunque sin darme cuenta había avanzado unos cuantos pasos hacia el polaco, dispuesto a partir algunos cuantos huesos.-Se puede saber…que has hecho?.- pregunte yo, sin darme cuenta que en aquel momento mi aspecto era de todo menos tranquilizador. "Has visto esas piernas? Su sonido al romperse debe de ser de lo más hermoso…" pensé en aquel momento, dibujando una sonrisa aterradoramente encantadora.
-¡Osea! Me dijiste que metiera la cabeza en la chimenea… ¡y lo he hecho! ¡A ver si te aclaras chico!- Increible, sencillamente increíble: el polaco ni siquiera se había immutado por aquella cara que normalmente atemorizaba a los demás. Otra cosa no, pero tuve que reconocer interiormente y a la fuerza que el polaco tenía agallas… o que era un temerario.
-Bueno pues… Sin trabajo… Sin amigui… - murmuró entristecido mientras tomaba una maleta para irse de casa de Ivan- Iré a… No se… -confesó realmente apenado-
-Donde quieras, no es asunto mio...- cotestó con sequedad, abriendo la puerta para que este sin más miramientos cogiese y se marchara.-
Aja... - evidentemente tomó su pequeña maleta rosada y se fue retirando del lugar... Sin tener muy claro a donde ir...Una vez este salió de la casa cerró la puerta dando un portazo, sin querer parar a pensar si aquello era justo o no.-
Fin del capitulo1 , ya saben dejen reviews y esas cosas.
