Fabux
(Fabulous Winx)
Por Sisters of Sorrow
Capítulo 1. Un nuevo comienzo.
Han pasado ya alrededor de unos veinte años desde que Bloom y sus amigos se graduaron en sus respectivos colegios. Siguen manteniendo una gran amistad a pesar de haber tomado caminos distintos, pero ahora tienen grandes responsabilidades. Como por ejemplo asuntos de estado, gobernar un reino y sobre todo educar y cuidar a sus hijos…
Pero no sigamos hablando de ellos, porque ahora las aventuras tendrán que vivirlas sus descendientes.
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Un nuevo amanecer iluminaba Magix. Era un día agradable, casi veraniego.
Las clases iban a empezar muy pronto y los jardines de Alfea bullían llenos de chicas, unas gozaban del sol sentadas, otras paseaban mientras conversaban, esperando el momento de pasar adentro del edificio. Todas llevaban a su vera unas cuantas maletas de todos los tipos que uno se puede imaginar. En la pared de la entrada se podía ver una circular, donde ponía lo siguiente:
"Reunión en el hall de la entrada principal a las 12:00 de la mañana. Asistencia absolutamente obligatoria para todas las alumnas matriculadas. Asunto: reparto de habitaciones y clases."
En las escaleras de la entrada principal se podía ver un grupo numeroso de chicas sentadas y charlando.
—¡Buaaa…! Se me ha hecho cortísimo… —se quejó la rubia Selena de Solaria, una guapa princesa experta en ropa y maquillaje.
—Ya, y a quién no… —concordó Melody de Melodía, retorciendo un mechón de su pelo rosa—, yo quiero más vacaciones.
—Os recuerdo que todavía quedan tres días para empezar en serio —comentó Electra de Zenith, una chica algo más seria que las demás, pero muy simpática.
—¡No es suficiente! —replicó Melody.
—Mañana creo que hay fiesta, ¿o es pasado? —preguntó Flora de Linphea, una chica de rostro dulce y largo cabello castaño.
—Es mañana —respondió la pelirroja Iris de Domino.
—¡¿Qué?! ¡Y yo sin nada que ponerme! —Selena puso el grito en el cielo.
—Pero si casi no te cabe la ropa en el armario… —observó Iris, divertida.
—Bah, no pasa nada. Esta tarde vamos de compras, ¡y listo! –Fauna, la hermana gemela de Flora, arregló el problema de Selena.
—Sí, pero antes tengo que ver a mi hermano… —recordó ésta.
Entonces fue cuando la única que no había hablado aún, Aisha de Andros, una chica de piel oscura y pelo rizado, se decidió a tomar parte en la conversación con un bufido:
—Ya, ya… ¿no será más bien para ver a los chicos?
—Eso siempre es interesante —repuso Melody con una carcajada.
—Eso es. Y además tengo que ver si hay algún príncipe aceptable… Claro, aparte de tu hermano, Iris —Selena añadió—. Es que a él lo tengo muy visto.
—Pues ya somos dos… —bromeó Iris riéndose—. Pues como yo al tuyo, vaya.
—Vaya dos… —dijo Aisha suspirando.
—¿Y después qué prefieres, Selena? Si no hay un príncipe aceptable, ¿quieres uno que no sea aceptable, un no-príncipe o a Draco? —Fauna preguntó, a medias por curiosidad, a medias por broma.
—Eso está claro, ¿no? Hay mucho dinero en juego y Draco tiene mucho.
Todas se echaron a reír.
—¡Ey! Recuerda que la mitad es mío.
—No, no, no… Es él el heredero al trono.
—Sí, al trono, ¡no al dinero!
—Bueno… tranquilas… Que os falta pensar si él quiere estar contigo o no —intervino Aisha.
—Pues claro que querrá. Soy hermosa y super rica.
—Algunos también se fijan en el carácter —apuntó Melody con muy mala intención.
—Y qué —pero a Selena no le afectó—. Yo tengo todo lo que un chico pueda desear.
—Sí, sí… —replicó Electra sin hacerle mucho caso.
En ese momento salió una señora e invitó a las chicas a pasar adentro. Allí les echó un discurso aburridísimo, que se hacía interminable. Cuando parecía haber acabado… les volvió a repetir lo mismo, aunque cambiando un poco el formato (el aburrimiento no). Al acabar, la subdirectora les dio a cada una un papel con el reparto de clases y habitaciones.
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Las chicas caminaron durante media hora, buscando, hasta que por fin dieron con ella.
—Ya era hora… —Iris comentó—. Esto nos pasa por tener a Selena de guía.
—¿Seguro que es aquí? ¿No nos hemos vuelto a perder? —preguntó Fauna ilusionada.
—Esto… lo pone ahí, en ese cartel —Electra lo señaló—. A menos que no seáis ésas…
—A ver… —y Melody se puso a leer el cartel—. Vale, vamos adentro, ya me cansé.
Así que todas entraron en tropel.
—Es grande, digo… enorme… —comentó Flora.
—Pues claro, tenemos que caber las siete, bueno… ocho —Iris señaló a la presencia que ya estaba dentro.
—Bueno, a mí no me parece tan grande… ¡Ah! Hola, ¿qué tal? Soy Selena de Solaria, ¿tú?
—Aria de Eoleo —se presentó la otra chica, que tenía una larga trenza morada, exactamente del mismo tono que el pelo de Electra—. Habéis tardado en llegar, ¿cuál fue el problema?
—Que dejamos que Selena nos guiara, y de sentido de la orientación, cero patatero… —sintetizó Melody.
—¡Lo sabía! Tenía que haber traído mi ordenador-pocket —Electra replicó, antes de que la rubia dijera algo en su defensa.
—Si tiene GPS, bienvenido sea… —repuso Fauna—. Ah, soy Fauna de Linphea, y ella es mi hermana Flora.
Las demás se presentaron también.
—¡Hala! Dejad todo por ahí y nos vamos de visita y después de compras —Selena programó rápidamente el resto del día.
—Espera, habrá que preguntar a Aria si quiere venir. ¿Te apetece? —Flora se dirigió a la chica nueva.
—Sí, claro —sonrió Aria—. ¿Y adónde es la visita?
—A Fuente Roja… —dijo Aisha con cara de funeral.
—¡Ah, bien! Así saludo a mi hermano.
—Vamos, que tengo que verlo, digo… conocerlo —y la hija de Stella salió casi corriendo.
Todas fueron detrás.
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—Lalala… —canturreó Apolo de Solaria.
Se estaba mirando al espejo, que reflejaba su atractiva cara y casi sacaba brillos a su pelo rubio.
—Qué mal cantas —comentó Havoc, un chico pálido y de cabello negro, con un estilismo bastante… particular.
—Lo sé, pero qué guapo soy, ¡muak!
—Esto… Apolo… ¿Acabas de tirarle un beso al espejo o estoy soñando yo? Cada día estás peor, macho —opinó Coke de Melodía, un chico moreno con aspecto de pandillero.
—Oye, si quieres te lo doy a ti…
—No, gracias, no eres mi tipo.
—Tú el mío tampoco, me gustan con un poco más de curvas.
—"Madre mía… Con qué gente he venido a parar…" —pensó Markus, el príncipe de Melodía, ya traumatizado por la extraña relación entre Coke y Apolo.
Aunque al primero ya lo conocía…
—Son muy raros… —comentó Rocko, el hermano de Aria, un chico de aspecto alegre a quien se reconocía fácilmente por sus rizos morados.
—Perfecto. Ya está —dijo Apolo dándose el visto bueno ante el espejo—. ¡Ahhh…! Que vibro…
Los demás se miraron, escamados.
—… Ignoraré eso —decidió el chico pálido con sensatez.
—¡Ah! Es mi móvil, qué susto. Es de… LA PESADA, no lo leo.
—Trae, que lo leo yo —Draco, el hermano de Iris, le quitó el móvil y se puso a leer el mensaje.
—Dios… por qué yo… —murmuró Rocko.
—Que vienen todas —informó el pelirrojo—, y con una nueva.
—No tenéis intimidad. Andáis leyendo los mensajes del móvil de otros, esto no puede ser —y con estas palabras, Havoc escondió su móvil.
—Bah. Somos amigos de toda la vida… —repuso Apolo sin darle importancia.
—¿Todas? ¿Qué todas? —preguntó Kosme, un joven de pelo castaño y con un vestuario un tanto… original. No en el mismo sentido que el estilismo de Havoc.
—Su hermana, la mía, la de Coke y otras cuatro amigas, más la nueva ésa —Draco dijo, señalando a los aludidos.
—Ocho mujeres… —a Kosme le brillaron los ojos—. ¡Perfecto!
—Sí, claro. Como si hubiera sitio suficiente —Havoc lanzó un resoplido que le levantó un poco el mechón de pelo largo y rebelde que le caía sobre el ojo derecho.
—Para señoritas sí, pero para monstruos no —replicó Apolo, molesto.
—¿Y qué haces todavía aquí…?
—¿Eh? Estudiar.
—… Este tío es oligofrénico… —se traumatizó el moreno.
—Pues empezamos bien —concluyó Markus.
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Llamaron a la puerta.
—¿Se puede? —preguntó la voz de Aisha.
—Sí, un momento, yo no estoy —Apolo se escondió.
—Lo dicho, oligofrénico.
Mientras tanto, Draco abrió la puerta y las chicas fueron entrando en fila india.
—¡Hola, chicas! —saludó el pelirrojo.
—¡Hola! Dejadme sitio, que me quiero sentar —dijo Selena en plan diva.
—Ésta viene como Pedro por su casa… —comentó Coke, divertido.
—Perdonadla, la pobre no pasó de los ocho años —la disculpó Apolo saliendo de su escondite.
—Me pregunto cuál de los dos es más anormal —comentó Havoc a media voz.
—¡Hola, Rocko! —saludó Aria—. Mira qué compañeras más majas tengo.
—Lo sé…
—Y además muy guapas —añadió Kosme.
—Pues claro, porque nosotras lo valemos, como el champú —repuso Melody.
—Vaya un ejemplo de modestia —la pinchó su hermano.
—Bah…
Selena examinó con la mirada a todos los chicos.
—Mmm… ¿Quién de aquí es un príncipe?
—Bieeen, Selena, discreción —aprobó Fauna con sarcasmo.
—Yo… ¿Por qué? —éste era el inocente de Markus.
—Interesante… —la rubia sonrió.
Havoc pensó que Selena debía de ser bastante trepa, y volvió a lanzar un desdeñoso resoplido de los suyos. Tenía una maravillosa gama de ellos, especialmente dedicados a personas, qué casualidad, parecidas a Apolo y Selena. La chica lo miró interrogante.
—¿Cómo?
Él se llevó las manos a la cara, como desesperado.
—En mi vida había visto tanta cotorra junta. Ahí os quedáis —y se encerró en su habitación.
—Qué poco glamour… Apolito…
—¿Qué quieres?
—¿A que nos llevas a Magix?
Apolo frunció el ceño.
—No cabéis todas, no soy un tío de ésos que hacen pirámides humanas.
—El término es "acrogimnasta" —replicó Havoc asomando la cabeza por la puerta.
Luego volvió a cerrar la puerta. Apolo se encogió de hombros.
—Jo… ¿Y tú, Draco?
—Es que no cabéis ni así.
—Lo tengo, tú, Apolo, Coke y otro —Electra resolvió el problema.
—¿Qué otro? —preguntó Coke.
—Rocko… —contestó Aria.
—No tengo aquí la moto.
—Tranquilas, chicas, yo tengo coche —se ofreció Kosme, nada dispuesto a desperdiciar la oportunidad de convivir un rato más con nada menos que ocho chicas.
—¡Bueno! Al fin uno útil… —dijo Melody.
—Está bien… ¿quién viene conmigo? —preguntó Apolo.
—Yo misma —dijo Iris.
—Yo voy con mi hermano —dijo Melody.
—Me voy a ofender… —dijo Draco en broma.
—Yo misma, que tanta gente junta agobia —respondió Selena.
Y eso que todos sabían que le gustaba que hubiera mucha gente alrededor admirando su belleza.
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Al final consiguieron repartirse todas en las tres motos y el coche, cada chico llevaba a dos chicas. Ya en Magix, los chicos y las chicas se separaron, bueno, excepto dos que aún tenían un problemilla que discutir.
—¡Por tu culpa!
—¿Por mi culpa qué? —Draco abrió los brazos como diciendo "yo no he sido".
—¡Me has despeinado! —adivinen quién era ella… sí, Selena.
—Yo no he hecho nada, ha sido el viento. A mí pitos.
—Dejad eso para luego, que tenemos el tiempo justo —cortó Electra.
Y todas las chicas se fueron de compras.
—¿Y si volvemos a Fuente Roja y que luego ellas vuelvan en bus? —sugirió Coke en voz baja.
—Mala idea… Tengo que comprar un coche, no me va a ganar ese hortera —dijo Apolo.
—Veeeenga, vamos, porque tenga coche no significa que gane ni a las chapas —replicó Draco, que también quería irse.
—Sólo serán cinco minutos, ya sé cuál quiero.
—Esto es consumismo en estado puro —se rió Coke.
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Mientras tanto las chicas ya estaban lejísimos, de hecho ya habían entrado en varias tiendas. Cada una de ellas tenía en sus brazos una montaña de ropa y bolsas de las tiendas anteriores. Menos Melody, que sólo miraba precios y decía en voz baja "no, esto es muy caro, esto también, esto más…".
Flora se acercó a ella.
—¿No te gusta nada?
—No… bueno… es que me cuesta escoger.
—Si necesitas ayuda o algo, avisa, ¿vale?
Melody sonrió.
—Vale.
—Creo que ya acabé —Selena anunció.
—¿Ya, tan rápido? —se sorprendió Iris.
—La costumbre… Vengo casi todas las semanas.
—No entiendo cómo entre tus padres, tu hermano y tú no habéis arruinado el reino —comentó Aisha.
—Bah, no es para tanto —repuso la hija de Bloom mirando dos vestidos alternativamente y tratando de escoger uno.
—Me pregunto qué pasará mañana —comentó Electra, entre otras cosas para evitar la discusión.
—Pues que habrá una fiesta —replicó Melody dejando un vestido más en su sitio.
—Eso ya lo sé. Me refiero a qué tipo de gente veremos.
—A un montón de chicos —contestó Selena feliz.
—¡Oh! Así podré ver a Seed —dijo Flora.
—¿Quién es Seed? —preguntó Aria.
—Su novio. Es un poco… enigmático —le dijo Aisha al oído.
En realidad la hija de Layla habría querido definir de otra manera a Seed, pero no le pareció bien hablar mal de alguien a sus espaldas.
—¿Y qué pensáis hacer vosotras? —preguntó la novia del susodicho.
—Espear a que los chicos se acerquen a mí —ésta ya sabemos todos quién fue.
—Ver cómo los chicos se acercan a Selena —contestó Iris.
—Yo te presto alguno de los guapos.
—Yo no voy a ir —dijo Melody.
—¿Por qué? —preguntó de inmediato Aisha.
—Porque no encuentro nada que me pueda per… no, digo, poner.
—Lógico, lo tiene casi todo Selena —observó Electra.
—Pues si no encuentras nada, puedes mirar en mi armario —ofreció la rubia con generosidad.
—Gracias, lo pensaré.
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Los chicos, por su parte, habían acompañado a Apolo a comprar el coche y se habían quedado a charlar.
—No sé cómo se las va a apañar mi hermana con sus ansias consumistas —comentó Coke.
—¿Por qué? ¿Qué le pasa, qué le pasa? —preguntó asustado Apolo.
—No te preocupes, que no es para tanto. Sólo que últimamente tenemos poco dinero, fuera caprichos.
—Eso no me gusta, te compro yo todo lo que quieras. Los caprichos son lo primero.
—Sí, hombre. Como no gastáis bastante tú y los tuyos…
—Ya, pero nos sobra. Y si no, a éste también —y el rubio señaló a Draco.
—Eso, que nosotros despilfarramos menos —asintió el pelirrojo.
—El día… que tengamos problemas… ¿me prestarás la mitad? —preguntó Apolo.
—Claro… Pero con intereses.
—¿Tan seguro estás de que vas a tener problemas? —se rió Coke.
—No, pero… ¿Qué intereses? Los pongo yo, te regalo a mi hermana, vale su peso en oro.
—¿El suyo o el de su ropa? —bromeó Draco.
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Mientras tanto, las chicas seguían mirando ropa, ropa y más ropa.
—Como mañana se me acerque un tío, le arreo —ésta era Aisha haciendo una pacífica declaración de intenciones—. Y el huevo para él, como sombrero.
—Eso creará tendencia —se rió Aria.
—Qué horror… —dijo Selena—. Me pregunto a quién se lo dará mi hermano.
—Buena pregunta —dijo Iris—. ¿Y el mío?
—Otra muy buena pregunta —añadió Electra.
—Lo mejor será lo que haga Coke —replicó Aisha, que tenía total confianza en que el hermano de Melody no se dejaría contagiar por aquellas cursilerías de que todo el mundo tuviera que tener una pareja, aunque fuera un rato.
—Pasará de todo, seguro —supuso la hija de Musa—. Ey, este vestido sí me gusta… —se le escapó.
Pero lo dejó donde estaba.
—Hoy estás rara… —dijo Selena.
—Qué va, para nada…
—Ya lo tengo, te has olvidado el dinero en casa —sugirió Flora.
—Eh… ¡Sí, eso!
—Coge el vestido o los vestidos que quieras, que lo pago yo todo con mi tarjeta —ofreció Selena.
—No, no hace falta, en serio.
—Como quieras… ¿Ya estáis?
Y como la respuesta fue positiva, se fueron a una cafetería a tomar refrescos y helados.
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—Ay… ay… —dijo Apolo.
—¿Qué, qué pasa? —preguntó Coke alzando una ceja.
—Tengo un problemón de los gordos, ¿me podéis ayudar?
—¿Un solo problema? ¿Cómo es posible que andes tan desubicado? Deberías tener más, como todos… Por lo menos, cinco o seis, para empezar a hablar.
—Pero éste es urgente. No sé qué chica voy a escoger…
—Pues a pensar —dijo Draco.
—Mira que es fácil, escogéis a voleo.
—No, tiene que ser guapa y con clase.
—Hay bastantes así como para que puedas elegir a voleo —insistió el moreno.
—Vale, entonces escojo a… Melody.
—Ves, ella es una… Pero con cuidadito, que es mi hermana.
—Tú has dicho que a voleo… Qué fácil ha sido, debería haberlo hecho antes. ¿Tú qué vas a hacer, Draco?
—No sé, igual invito a la nueva.
—Yo la vi primero —replicó Apolo.
—Mentira, estabas escondido.
—Ah, es verdad. ¿Y tú? —el rubio le preguntó a Coke.
—Paso de huevos y chicas.
—Menos mal que pasas de huevos también, porque si no pensaría que eres gay.
—Lógico, no piensas nada a derechas.
—Espero que el resto no escoja a la misma que yo, menudo chasco. En fin, me tengo que ir, adiós, chavales, tengo que hacer… cosas.
—Que te sea leve —se despidió Coke.
—¿Qué cosas querrá hacer? —se preguntó Draco.
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—Ese camarero es muy mono —dijo Electra.
—Qué va, se parece a Joaquin Phoenix —observó Fauna.
—Bueno… estoy de acuerdo contigo —dijo Flora.
—Mejor parecerse a Joaquin Phoenix que a Russell Crowe —opinó Iris, que estaba traumatizada con lo feo que le parecía Russell Crowe.
—Pues sí —contestó Aisha, que estaba de acuerdo.
—Yo los prefiero más altos —comentó Selena.
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Y mientras tanto, Apolo estaba haciendo… cosas.
—Éste es perfecto…
Notas:
¡Saludos, terrícolas! Hemos regresadooooo… Eh, bueno, en realidad no tanto. Porque tenemos un fic aparte de éste, pero en la sección de Naruto, así que venimos a inaugurar.
En fin, como habréis podido notar, los protagonistas de este fic son los hijos de las Winx y sus Especialistas respectivos, más algunos personajes más. Los susodichos personajes han sido creados por KittyStorm, y la mitad de ellos adaptados por Kohaku no Kokoro, excepto Havoc, que es creación íntegra de Kohaku.
El estilismo "particular" del susodicho Havoc se refiere a un estilo que nunca se ha visto en la serie de Winx: básicamente gótico, pero con toques de visual kei y glam rock, bien a lo Cinema Bizarre, sobre todo Luminor, aunque también se parece, en parte, a Yu y Strify. En cambio, el vestuario "original" de Kosme se refiere, simple y llanamente, a que viste hortera.
El asunto del camarero que se parece a Joaquin Phoenix salió de un veraneo de Kohaku y familia en el que en "EL" bar al que iba de cañas había un camarero que se parecía a River, el fallecido y también actor hermano del susodicho Joaquin. La alusión a Russell Crowe se debe a que éste y Joaquin Phoenix compartieron plano en "Gladiator", una de las películas históricas más sobrevaloradas de la historia. Crowe interpretada a Máximo y Phoenix a Cómodo.
¿Por qué Flora fue la única que le puso su nombre a una hija suya? ¿Dónde está Primavera? ¿Si Selena es tan rica, para qué quiere el dinero de los demás? ¿Por qué Faragonda da dos veces el mismo discurso, y además seguidas? ¿El ordenador-pocket de Electra tiene GPS? ¿Qué cantaba Apolo? ¿En Solaria el dinero crece en los árboles? ¿Qué cosas quería hacer Apolo? ¿Habrá algún camarero que se parezca a Russell Crowe? Y lo más importante… ¿Coke tendrá un mínimo de cinco o seis problemas? Todo esto y mucho más en el próximo episodio. Pero que conste que en esto de las preguntas del final no tenemos mucha credibilidad.
Saludos. Se despiden las Sisters of Sorrow.
